Un recorrido de 2 días por el Paseo Marítimo de Kuwait, donde se concentran los principales lugares de interés de la ciudad, descubriendo detalles de la cultura local
El Estado de Kuwait gira en torno a su capital, Kuwait City. Esta ciudad se fundó en el año 1613 y en poco más de un siglo pasó de ser una aldea pesquera a destacar como el principal puerto comercial del Golfo Pérsico. Además, entre los siglos XVIII y XIX, la mayoría de embarcaciones que navegaban entre la India y el Este de África habían sido fabricadas en los astilleros de Kuwait, que gozaban de una gran fama. En 1899 el Emir de Kuwait se vio forzado a firmar un acuerdo con Gran Bretaña para convertirse en uno de sus protectorados, y así poder defenderse de sus poderosos vecinos (principalmente el Imperio Otomano y Arabia Saudí). Y unas décadas más tarde, cuando las cosas pintaban fatal para la economía del país, se descubrieron enormes yacimientos de petróleo que hoy día representan el 10% de las reservas a nivel mundial.
Una de las pocas zonas de Kuwait donde es posible caminar con relativa facilidad es el Paseo Marítimo, conocido como Corniche, que bordea la Bahía de Kuwait. Este paseo tiene una longitud de 18km, y conecta el Amricani Cultural Centre con uno de los mejores miradores de la ciudad. Yo lo recorrí en 2 días, cubriendo algún tramo en taxi, y visitando sobre la marcha diferentes atracciones turísticas.
UN PASEO POR LA CORNICHE: DIA 1
La jornada comenzó a buena hora en mi habitación del Al Massah Residence, un hotel ubicado en la zona de Salmiya. Desde allí caminé unos minutos y esperé en la parada de autobús hasta que pasó el número 15, que me dejó en el barrio de Mirqab, en pleno centro de Kuwait (0,25D). Tras otro breve paseo llegué al Amricani Cultural Centre, y comencé a recorrer la Corniche.
Lo primero que me sorprendió de Kuwait es que no se trata de una ciudad rebosante de lujo, como cabría esperar de la capital de uno de los países más ricos del mundo. Es verdad que hay algunos edificios futuristas, restaurantes faraónicos y centros comerciales con tiendas caras. Pero la mayoría de Kuwait está envuelto en una atmósfera decadente, con solares cubiertos de hierbajos; bloques de viviendas de fachadas agrietadas (algunos abandonados); aceras con adoquines levantados; basura en cualquier rincón… Me esperaba una ciudad más deslumbrante.
Paralela a la Corniche discurre una amplia carretera de 3 carriles por sentido, como muchas otras que atraviesan la ciudad. Por ella circulan a toda pastilla vehículos de gama alta, realizando peligrosos adelantamientos y haciendo rugir sus motores. No vi mucha Policía y me dio la sensación de que Kuwait es un lugar donde al volante todo vale. Otra característica de estas carreteras es que obvian por completo al peatón, y si tienes que cruzar una no hay puentes, pasos subterráneos o semáforos (salvo raras excepciones). Como mucho en algunos puntos hay estrechos pasos de cebra que puedes utilizar cuando el semáforo de los vehículos se pone en rojo, aunque con la incertidumbre de no saber en qué momento cambiará a verde.
De todas formas, me parece normal que la ciudad de Kuwait no piense en los peatones… ¡porque directamente no hay! En mi primer día paseando por la Corniche hubo muchos momentos en los que estuve completamente solo. Y como encima soplaba un fuerte viento parecía el escenario de una película post apocalíptica. La sensación era desconcertante. Por cierto, al ser el único peatón, muchos taxistas que me veían tocaban el claxon para llamar mi atención, porque entendían que necesitaba sus servicios (no era lógico que estuviera así por voluntad propia).
En fin, desde el Amricani Cultural Centre (del que hablo en otro post) caminé hacia el este pasando junto a la Asamblea Nacional de Kuwait, un edificio enorme de color blanco con forma de tienda del desierto, construido en 1982. A continuación se puede ver el Seif Palace, de finales del siglo XIX. Pertenece al Emir de Kuwait, aunque solo lo utiliza para eventos especiales (la residencia de la familia real está en el Bayan Palace). Llama la atención la torre del reloj y sus muros de color naranja.
EL SOUQ SHARQ
Después llegué a la zona del Souq Sharq, un recinto comercial con torres que parecen badgirs (torres de ventilación utilizadas en algunas ciudades del desierto de Irán). Aquí hay un puerto deportivo lleno de yates y dos lugares que me encantaron:
*Dhow Harbour: los Dhows son embarcaciones tradicionales de madera que se utilizan para la pesca. En el pasado también transportaban a los buceadores que se ganaban la vida en busca de perlas (la principal actividad comercial de Kuwait poco antes del boom del petróleo). No muy lejos del puerto deportivo hay un muelle lleno de Dhows perfectamente alineados, y constituye un lugar genial para curiosear un rato.
*Fish Market: en un recinto anexo al Souq Sharq está el Mercado de Pescado de Kuwait. Se divide en dos zonas. En la primera hay diferentes puestos con todo tipo de seres marinos a la venta: peces de mil formas y colores; gambas enormes; cangrejos… Los tenderos son muy amables y pude hacer todas las fotos que quise sin problema. La segunda zona está destinada a la subasta de pescado, y es un auténtico hervidero de gente, donde se mezclan vendedores y clientes entre gritos y actividad frenética. Para verlo mejor subí a la planta superior y estuve contemplando la escena desde un balcón.
Junto al Fish Market también hay un mercado de frutas y verduras. Y descubrí un pequeño local de comidas destinado a los trabajadores del recinto, donde me senté unos minutos a comer dos sandwiches de Falafel por tan solo 0,3D. La televisión del local no paraba de emitir imágenes de la Meca, con montones de fieles dando vueltas a la Kaaba y oraciones de fondo.
Una vez con el estómago lleno decidí cubrir el último tramo de la jornada. Se trataba de 3km hasta llegar a las Kuwait Towers y la verdad es que no tuvieron mucha historia. Pasé junto a alguna pequeña playa desierta (con bastante basura); vi una larguísimo puente que sortea las aguas de la Bahía de Kuwait para llegar al otro lado más rápido; y no me crucé prácticamente con nadie. Te recomiendo realizar esta parte en taxi. Una vez en las Kuwait Towers puse punto y final a la jornada.
UN PASEO POR LA CORNICHE: DIA 2
Al día siguiente volví en taxi a las Kuwait Towers y continué recorriendo el Paseo Marítimo. Esta vez ya no hacía tanto viento, aunque soplaba una brisa fría que no me dejó quitarme la chaqueta. Gracias a que era viernes pude ver más gente. En las playas había grupos paseando, y en los jardines algunas familias de picnic, con mesas y sillas plegables, termos y tuppers con pan y salsas. Los kuwaitíes suelen vestir chilabas y pañuelo en la cabeza (blanco o blanco y rojo); y la mayoría de mujeres van cubiertas con Niqab negro, que solo tiene una estrecha rendija para ver (y luego dicen que Irán es conservador). Además, junto a las familias kuwaitíes acostumbra a haber una niñera (asiática o de color) encargada de vigilar a los críos y seguirles a todas partes.
También me di cuenta de la realidad demográfica de Kuwait. Alrededor de un 70% de la población del país es extranjera, principalmente de la India y Egipto, aunque también hay importantes comunidades de Filipinas, Líbano o Bangladesh. Una auténtica horda de mano de obra barata que monopoliza todos los trabajos del sector servicios: camareros, taxistas, conductores de autobús, recepcionistas de hotel… Y hacen que sea casi imposible relacionarse con los kuwaitíes y conocer cómo son realmente. Además, como estos grupos étnicos no suelen tener coche, son los únicos que veía caminando o en los autobuses.
La zona de las Kuwait Towers es ideal para ver (y fotografiar) familias locales. Desde aquí me fui alejando, disfrutando de diferentes panorámicas. Y pasé junto a un embarcadero de madera donde había mucha gente pescando. La mayoría eran indios buscando alguna forma de complementar sus ingresos. Aunque también me encontré con un padre kuwaití y su hijo, seguidos de una sirvienta de color que cargaba sobre su cabeza todos los trastos. Imágenes curiosas que no se suelen ver en otros lugares del mundo.
Desde el embarcadero continué hasta llegar a Green Island. Se trata de una isla artificial a la que se accede por un puente, donde hay jardines, playas, restaurantes y diferentes opciones de entretenimiento (alquiler de bicis, una torre de observación…). Me hubiera acercado a curiosear un rato pero hay que pagar entrada (1,5D), así que lo dejé correr. Desde esta zona de la Corniche es posible contemplar muy buenas vistas de los rascacielos de Kuwait. A continuación tocaba recorrer un tramo de 5,5km sin nada interesante, con lo cual decidí viajar en taxi hasta Marina (1D).
LA ZONA DE MARINA
Sin duda este punto es uno de los más turísticos de Kuwait. Aquí está Marina Beach, considerada la mejor playa de la ciudad. Hay carteles por todas partes con prohibiciones, entre las que destaca vestir pantalón corto (así la playa pierde algo de gracia, sobretodo en verano). También caminé un rato por Marina Crescent, un paseo con forma de media luna que sigue el contorno de un puerto deportivo con montones de yates y lanchas. Tiene dos niveles con terrazas de cafés y restaurantes llenas de gente, y pude ver muchos occidentales (básicamente expatriados que trabajan en Kuwait).
Desde Marina continué hacia el este, pasando junto a una zona de rocas sobre la que dormían al sol enormes gatos, con pinta de pasar muy poca hambre (otra imagen que refleja la realidad de Kuwait). De hecho, los únicos perros que vi eran de razas exclusivas e iban atados a las correas de sus amos. Y las aguas de Marina Crescent estaban cubiertas de pan flotando porque los peces y gaviotas no daban a basto. Siguiendo la costa pude ver un precioso cormorán negro que de vez en cuando se sumergía en el agua y aparecía con algún pez, tragándoselo entero.
El paseo me llevó hasta el Scientific Center y la Mezquita Shaikh Nasser Al Sabah, situada en un punto de la ciudad muy curioso. La mezquita tiene forma piramidal y está rodeada de palmeras, edificios abandonados y gigantescos bloques de oficinas en construcción.
Mi recorrido por la Corniche acabó en un Mirador que ofrece una panorámica genial de la Bahía de Kuwait, con todos sus principales rascacielos en fila. Hay una cafetería y bancos para sentarse. Es un lugar perfecto para ver la puesta de sol, pero cuando llegué el cielo se comenzó a cubrir de nubes y decidí marcharme.
ALOJAMIENTO EN KUWAIT
Estuve 5 noches en Kuwait City, alojado en el mismo hotel:
Al Massah Residence Salmiya – 12,7D/Noche
*Puntos a favor: apartamento perfectamente equipado, con cocina, nevera, lavadora y microondas; lavabo privado con ducha de agua caliente; buena limpieza; mobiliario nuevo; tranquilidad total por la noche; precio (teniendo en cuenta el nivel de vida de Kuwait).
*Puntos en contra: ubicación alejada del centro; cama individual (aunque muy cómoda); wifi errático.
El barco que me llevo a Kuwait desde Irán se detuvo en el Puerto de Shuwaikh, nada menos que a 16km del barrio de Salmiya, donde estaba mi hotel. Y una vez superados los trámites de entrada al país ya comenzaba a oscurecer. Así que tras sacar moneda local en un cajero cercano, no me quedó otra que plantarme en la carretera y parar un taxi. El conductor era un simpático chaval de Bangladesh con el que fui charlando, y me cobró 4D.
Mi criterio para elegir este alojamiento fue muy sencillo: el Al Massah Residence Salmiya era el más barato de todos los que aparecían en Booking. Reservé con antelación por si me lo pedían los agentes de aduanas al llegar a Kuwait, y porque sabía que iba a llegar tarde. Aunque como estaba en Irán la página web no funcionaba bien y mi hermano me tuvo que ayudar desde casa. Los encargados del hotel tuvieron un gran detalle: la salida de mi barco a Kuwait se retrasó un día, y no podía modificar la reserva porque ya había pasado el plazo permitido por Booking. En teoría había perdido el dinero de la primera noche, pero escribí al hotel y accedieron a realizar el cambio sin cobrarme nada.
COMIDA EN KUWAIT
En Kuwait las opciones para comer son ilimitadas, con montones de cafés y restaurantes. Aunque los precios son prohibitivos, y yo siempre visité locales de fast food, sin probar ninguna especialidad concreta (si es que hay alguna). En determinados países ser mochilero y foodie no es compatible…
Ten 20
Un establecimiento de comida libanesa ubicado a escasos metros de mi alojamiento, donde cené casi cada día. El menú es muy amplio, con una gran variedad de platos a precios aceptables. Yo probé el Shawarma de Pollo (0,7D); el Humus con trozos de carne y pan recién hecho (1,7D); y el Pollo Asado con patatas fritas (1,3D). Solía pedir la comida para llevar y cenaba en mi apartamento, complementando el plato con agua y alguna chocolatina que compraba en una tienda cercana.
CONCLUSION
La verdad es que Kuwait no es ni mucho menos un país que merezca una visita exclusiva o gastar dinero en un vuelo internacional. Demasiado caro para lo que ofrece a cambio. Solo lo recomiendo si te encuentras en los alrededores. O si eres un coleccionista de países y ya te faltan pocos para completar la lista. Por cierto, si estás en Irán, no te pierdas el trayecto en barco desde Khorramshahr, que atraviesa un paisaje precioso y es mucho más barato que el avión. Una vez en Kuwait, toda la actividad turística se centra en la Corniche, donde hay suficientes lugares de interés para pasar un par de jornadas entretenido.
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