Explorando una ciudad de postal entre coloridos edificios históricos, calles peatonales con animadas terrazas y un curioso H&M
Novi Sad es la segunda ciudad más grande de Serbia y la capital de la región autónoma de Vojvodina. Esta zona, que ocupa el norte del país, formó parte del Reino de Hungría desde el siglo X (exceptuando 150 años de ocupación Otomana) y no se unió a Serbia hasta el final de la Primera Guerra Mundial, gracias a la disolución del Imperio Austro-Húngaro. Novi Sad fue fundada en el año 1694 por grupos de serbios ortodoxos expulsados de Petrovaradin por los Habsburgo (de religión católica) que se establecieron en la orilla izquierda del río Danubio. Con el tiempo se convirtió en un importante centro cultural que le valió el sobrenombre de la “Atenas Serbia”, pero en la revolución de 1848 los Húngaros arrasaron la ciudad y tuvo que ser reconstruida casi por completo.
Hoy día Novi Sad es conocida entre la juventud por ser el escenario del EXIT, uno de los festivales de música más popular de Europa, que tiene lugar en julio. Aunque también cuenta con lugares de interés convencionales como el Fuerte de Petrovaradin, Freedom Square o el Palacio del Obispo.
VIAJE: BELGRADO – NOVI SAD
Entre estas dos ciudades tan solo hay 100km de distancia, pero el trayecto fue más laborioso de lo esperado. Para empezar la Terminal de Autobuses de Belgrado estaba a 3,5km de mi alojamiento, así que combiné dos caminatas con un viaje en autobús urbano aprovechando que mi 1-Day Card todavía era válida.
Una vez en la Terminal compré el billete en la taquilla (870D) y me dirigí a la zona de andenes, donde viví momentos de tensión por varios motivos:
*Mi autobús salía en 10 minutos.
*Para acceder a los andenes es necesario entregar una especie de moneda que dan al comprar el billete, pero yo no recordaba haberla recibido y el vigilante se mostró inflexible (como si tener un billete no fuera ya suficiente). Por suerte al final encontré la dichosa moneda y pude continuar.
*A la hora de guardar mi mochila grande en el maletero del autobús (50D) el encargado me ignoró, atendiendo a dos personas que llegaron después. Reconozco que estuve a punto de perder los nervios, pero logré contenerme.
El autobús iba bastante lleno de pasajeros y ocupé el último asiento libre junto a la ventana. Yo había leído que el viaje duraba una hora, aunque al final se alargó a más de dos. Y es que recorrimos una carretera secundaria parando en varias poblaciones; y después nos tocó sortear un tramo en obras que nos tuvo esperando un buen rato. El paisaje consistió principalmente en campos de cultivo y pasamos junto a Sremski Karlovci, con sus viviendas tradicionales e iglesias.
Ya en la Terminal de Novi Sad caminé 3km hasta el lugar donde había previsto pasar la noche, siguiendo una amplia avenida comercial con un ambiente frenético.
ALOJAMIENTO: TIARA APARTMENT – 2.540D/Noche
*Puntos fuertes: estudio de buenas dimensiones equipado con cocina y nevera; cama doble muy cómoda; ducha perfecta; limpieza extrema; mobiliario moderno; tranquilidad total por la noche; wifi rápido; balcón privado con una mesa; propietario muy amable; precio.
*Puntos débiles: ubicación un tanto alejada de las atracciones turísticas.
Como me ocurrió en otras partes de Serbia, encontrar alojamiento económico en Novi Sad fue complicado, pero al final triunfé con mi elección, porque pagando algo más conseguí un apartamento impecable a través de Booking. Al llegar me estaba esperando el propietario, que no hablaba ni una palabra de inglés pero me enseñó el funcionamiento del estudio y nos despedimos chocando manos.
Una vez instalado me estiré un rato en la cama a descansar, y después salí a la calle en busca de un sitio para llenar el estómago. La verdad es que no tenía ninguna referencia y tras deambular por el barrio sin éxito acabé en el McDonalds de un centro comercial, donde cayó un menú con hamburguesa de pollo y queso, patatas fritas y Fanta. Precio: 830D. A continuación hice una pequeña compra en un supermercado cercano y regresé al apartamento para leer y planificar las siguientes jornadas.
EL FUERTE DE PETROVARADIN
Al día siguiente me desperté tras una noche de sueño impecable. Se estaba genial en la cama y reconozco que me costó levantarme, pero en el exterior lucía un sol radiante y tenía que aprovechar el tiempo. Ya en pie desayuné un plátano, un yogurt y un croissant de chocolate; preparé la mochila pequeña; y me dirigí a la principal atracción turística de Novi Sad: el Fuerte de Petrovaradin.
La ciudad de Petrovaradin es mucho más antigua que Novi Sad. El primer recinto fortificado se construyó en tiempos de los Celtas sobre un peñasco junto a la orilla derecha del Danubio; y los Romanos lo ampliaron en el siglo I, llamándolo Fuerte de Cusum. En el año 1687, durante la Gran Guerra Turca que enfrentó a los estados cristianos de Europa contra el Imperio Otomano, las tropas de los Habsburgo consiguieron recuperar la región de Vojvodina. Y poco después iniciaron las obras de un enorme Fuerte en previsión de un nuevo ataque de los Otomanos. Una decisión acertada, porque en 1716 los turcos enviaron a Petrovaradin un formidable ejército de 150mil soldados que duplicaba el de los Habsburgo. Pero aun así fueron derrotados y dejaron de ser una amenaza para Europa (unos años antes se habían plantado a las puertas de Viena).
A partir de aquí el Fuerte de Petrovaradin fue mejorado en 1776, pero el único conflicto que vivió fue la revolución de 1848. Los Húngaros intentaron independizarse de los Habsburgo y en Vojvodina se tuvieron que enfrentar a los Serbios, porque el emperador Franz Joseph I les había prometido una mayor autonomía a cambio de su apoyo. Con esta situación los Húngaros utilizaron el Fuerte para bombardear Novi Sad, destruyendo la mayor parte de sus edificios. Aunque al final los Habsburgo recibieron el apoyo militar de Rusia y la revuelta fue aplastada. Por cierto, los Serbios solo disfrutaron unos años de autonomía, porque fue revocada en 1860.
Para llegar al Fuerte de Petrovaradin tuve que caminar 2,5km hasta el río Danubio y cruzar el Puente Varadin, que ofrece una panorámica espectacular (mejor luz por la tarde). El Fuerte ocupa una extensa superficie y se divide en dos partes:
*Inferior: hay numerosos edificios de fachadas color pastel que en el pasado cumplían diferentes funciones: hospital, cárcel, viviendas… También está el Monasterio de San Jorge con un afilado campanario.
*Superior: contiene los cuarteles donde se alojaban los soldados. Uno de ellos alberga el Museo de Novi Sad (no lo visité). Y otro el lujoso Hotel Leopold I, de estilo barroco (durante mi estancia una habitación doble costaba 90€, desayuno incluido). También hay talleres de artesanía y alguna puerta monumental. Pero lo más destacado son las magníficas vistas que se pueden contemplar desde una serie de miradores situados a lo largo de la muralla (mejor luz por la mañana). A la izquierda aparece el río Danubio perdiéndose en el horizonte, con todo tipo de embarcaciones surcando sus aguas; de frente se extiende la ciudad de Novi Sad; y a la derecha destacan los edificios históricos que ocupan la parte Inferior del Fuerte. Mi cámara de fotos echaba humo…
En un extremo hay una curiosa Torre del Reloj de color blanco donde la aguja grande es la que señala las horas y la pequeña los minutos. Dicen que se hizo así para que los navegantes pudieran ver la hora desde la distancia. Cerca hay varios cafés y restaurantes con terrazas frente al Danubio. Yo aproveché para sentarme unos minutos a tomar un café con leche y el precio fue más barato de lo que esperaba (209D).
Como curiosidad el Fuerte cuenta con varios kilómetros de túneles subterráneos y salas misteriosas (es posible organizar una visita guiada en el Museo de Novi Sad). Y durante el mes de julio acoge las actuaciones musicales del festival EXIT, que comenzó en el año 2000 como una protesta estudiantil contra Slobodan Milosevic y se ha convertido en todo un evento de masas.
COMIDA: VELIKI CAFE
En mi estudio descubrí una lista con varios restaurantes recomendados y elegí el Veliki Cafe, situado a un par de calles de Freedom Square. Una vez allí ocupé una mesa del comedor; examiné el menú (en inglés); y pedí Ensalada Shopska, Perkelt (un plato típico de Vojvodina que consiste en carne de ternera en salsa acompañada de dos bolas de masa hervida), y 2 cervezas Jelen. La comida estaba muy rica y las raciones generosas. Además no había mucha gente y disfruté de un ambiente agradable. Al menos hasta que un tipo empezó a fumar a un par de metros de mí. En fin… Precio: 1.520D.
MAS LUGARES DE INTERES
De nuevo en el exterior el sol no daba tregua y el litro de cerveza me había dejado tocado. Si mi alojamiento hubiera estado cerca me habría marchado a descansar un rato, pero como no era así continué con el itinerario previsto:
1. Freedom Square: es la principal plaza de Novi Sad y está rodeada de edificios espectaculares. Entre ellos destacan el Ayuntamiento; la sede del Vojvodjanska Bank, que en el pasado era un hotel de lujo donde tenían lugar importantes eventos; y el Hotel Vojvodina, que alojó a numerosas personalidades. En el centro de la Plaza hay una estatua de Svetozar Miletic, un antiguo alcalde de Novi Sad. Conviene visitar Freedom Square por la mañana y por la tarde, para poder fotografiar los diferentes edificios con la mejor luz.
2. Iglesia del Nombre de María: está ubicada en un extremo de Freedom Square y es un impresionante templo católico de estilo Neo-gótico con un puntiagudo campanario de 72m de altura. La iglesia original data de 1719 pero fue destruida en dos ocasiones y la actual es de 1893. Durante mi visita se estaba celebrando una misa y no pude recorrer la nave con libertad, pero lo suficiente para apreciar las vidrieras, donde aparecen santos y miembros de la iglesia.
3. Zmaj Jovina/Dunavska Street: se trata de dos calles peatonales que conectan Freedom Square con el Parque del Danubio y el río. Están flanqueadas por docenas de mansiones que en su mayor parte fueron construidas tras la revolución de 1848 y por tanto tienen un aspecto muy uniforme, con fachadas de vivos colores, columnas, estatuas y relieves. Algunas cuentan con pasadizos que conducen a pequeños patios llenos de encanto. Y junto a ellas hay cafés y restaurantes con animadas terrazas. Un lugar ideal para pasear o sentarse a tomar algo.
4. Palacio del Obispo: se encuentra en la calle Zmaj Jovina y todavía es la residencia privada del Obispo ortodoxo de Backa, una región histórica que incluye Vojvodina y una pequeña parte del sur de Hungría, con lo cual no es posible visitar el interior. De todas formas me conformé con contemplar la espléndida fachada. El edificio data de 1901 y su mezcla de estilos es una maravilla.
5. Catedral de San Jorge: situada a escasos metros del palacio, es la principal iglesia ortodoxa de Novi Sad. El templo actual es de 1905, ya que el anterior fue destruido durante la revolución, y cuenta con un imponente campanario. Dentro hay un elaborado inconostasio y bonitas vidrieras. Aquí pude contemplar el lugar tranquilamente, con la aparición esporádica de algún lugareño que se dedicaba a rezar y besar los iconos.
Tras esta última visita ya estaba un poco saturado de arquitectura así que decidí regresar al apartamento. Y solventé la cena con galletas y un yogurt.
SEGUNDO DIA EXPLORANDO NOVI SAD
La jornada comenzó con mi alarma sonando un poco más tarde porque ya me faltaba poco que ver en Novi Sad. A continuación desayuné y me dirigí a la zona de Freedom Square, donde visité varios lugares. Esto fue lo más destacado:
6. Sinagoga: construida en el año 1909, cuando en Novi Sad vivían alrededor de 4mil judíos. Los que no fallecieron durante la Segunda Guerra Mundial emigraron a Israel, y hoy día la comunidad es residual. De hecho la Sinagoga se utiliza actualmente como sala de conciertos. La puerta estaba cerrada, aunque la magnífica fachada de estilo Art Nouveau ya justifica la visita.
7. Tienda H&M: ocupa un edificio histórico de la calle Kralja Aleksandra. La fachada está decorada con columnas y estatuas, y dentro tiene un techo con un espectacular fresco lleno de colorido. Yo pude entrar y hacer fotos sin problema.
8. Caffe Bar Trcika: este local tiene una ubicación realmente original. Nada menos que un antiguo vagón de tranvía de mediados del siglo XX en perfecto estado de conservación. Por supuesto me senté a tomar un café con leche (150D) y disfrutar del ambiente.
9. Arte Callejero: el centro de Novi Sad cuenta con numerosos grafitis. Algunos ocupan edificios enteros y otros son más modestos. Yo encontré unos cuantos de gran calidad en los alrededores de la Sinagoga y Freedom Square.
10. Parque del Danubio: es el más popular de Novi Sad. Tiene un estanque con una fuente, varias estatuas, una pérgola y una gran variedad de árboles y plantas. Un sitio perfecto para protegerse del sol en las horas de más calor. Durante mi paseo había bastantes lugareños tomando algo sentados en el césped.
Desde el parque caminé durante 2,5km hacia el este por un paseo que sigue la orilla del río Danubio. Al principio me entretuve con una gran panorámica del Fuerte de Petrovaradin. Después los árboles taparon las vistas, creando rincones acogedores donde la gente hacía picnic, se bañaba o pescaba, con el sonido de docenas de aves.
11. Strand Beach: los vecinos de Novi Sad que no pueden costearse un fin de semana en Kotor o Dubrovnik acuden a esta playa artificial situada a orillas del Danubio. La entrada cuesta 50D y cuando llegué me encontré con una auténtica multitud (normal teniendo en cuenta que era un caluroso domingo de finales de julio). Apenas se veía la arena entre tanta gente, hileras de tumbonas, sombrillas… Yo recorrí Strand Beach de punta a punta y pasé junto a numerosos bares y restaurantes, mesas de madera, y lugareños estirados en el césped o bañándose.
Antes de regresar al centro me senté en una mesa del Cristal Beach Bar, con vistas a la playa; y me tomé una cerveza Stella Artois (320D). El ambiente me trasladó a un chiringuito de la costa mediterránea, con un DJ pinchando música moderna, dos chicas bailando, y un sol radiante. Una alternativa más tranquila es Fisherman’s Island, situada a escasos metros. Me hubiera acercado, pero no hay puentes y tenía que dar un importante rodeo.
Para acabar mi visita a Novi Sad había previsto comer en algún restaurante y probar más especialidades de Vojvodina. Pero era domingo por la tarde, y tras una dura caminata comprobé con horror que dos de los locales recomendados por el dueño del apartamento estaban cerrados, al igual que la mayoría de supermercados. Aun gracias que di con una pequeña tienda abierta y pude comprar galletas y zumo para salir del paso.
CONCLUSION
Novi Sad es la antítesis de Nis. Una ciudad limpia y ordenada, con monumentos históricos en perfecto estado de conservación, y muchos de sus vecinos desplazándose en bicicleta. Y eso que Novi Sad también sufrió los bombardeos de la OTAN en 1999, cuyos proyectiles destruyeron los 3 puentes que cruzan el Danubio y causaron daños en un buen número de edificios. Debido a su cercanía mucha gente realiza una excursión a Novi Sad desde Belgrado, pero te recomiendo dedicarle una jornada y media, pasando la noche en algún hotel (yo acabé muy satisfecho con el Tiara Apartment) y probando la gastronomía típica de Vojvodina.
Hay quien también utiliza Novi Sad como base para visitar Sremski Karlovci y el Parque Nacional Fruska Gora, aunque yo exploré esa zona a fondo y le dedico un post a parte.
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