En una población de mayoría musulmana cercana a la frontera de Kosovo, rodeada por algunos de los templos más importantes de la iglesia ortodoxa serbia
Novi Pazar es una ciudad situada en la región histórica de Raska, antiguo epicentro del Reino de Serbia entre los siglos XI y XIV. En sus orígenes era un lugar de comercio (su nombre significa “Nuevo Mercado”) y poco a poco fue creciendo hasta que tras la conquista de la zona los Otomanos fundaron la ciudad en el año 1461. Actualmente Novi Pazar es la capital cultural de la comunidad musulmana que vive en Serbia, concentrada en el suroeste del país, junto a la frontera de Kosovo. Aquí constituye un 90% de la población, creando un ambiente muy distinto, con afilados minaretes, mujeres en hijab y pequeños cafés donde no se sirve alcohol.
A diferencia de Bosnia o Kosovo, en Novi Pazar no se han producido enfrentamientos importantes entre serbios y musulmanes, aunque de vez en cuando surgen tensiones porque se trata de una de las regiones más pobres de Serbia, olvidada por el gobierno central. Entre sus lugares de interés turístico destacan el antiguo Bazar Otomano o el Fuerte Tvrdava. Y en los alrededores se puede visitar la Iglesia de San Pedro o el Monasterio de Sopocani.
VIAJE: SJENICA – NOVI PAZAR
Este desplazamiento fue el más sencillo de mi ruta por Serbia, y todo gracias a una casualidad. Miguel (un profesor de Cantabria con el que coincidí varias veces durante el primer semestre de Mi Gran Viaje) estaba recorriendo los Balcanes en su coche y nuestros caminos se volvieron a cruzar en Sjenica, donde quedamos para tomar algo. Y como a continuación él se dirigía hacia el este y pasaba por Novi Pazar, me ahorré utilizar el transporte público y viajamos juntos. Un auténtico lujo, y encima en la mejor compañía.
Tras desalojar mi habitación de Dobrila Guesthouse Miguel estaba esperándome en la puerta, guardé las mochilas en el maletero y nos pusimos en marcha. Al principio intentamos seguir una carretera local que atraviesa diferentes poblaciones, pero al cabo de unos kilómetros se convirtió en una complicada pista que nos obligaba a avanzar a paso de tortuga. Y tras un par de desvíos fallidos tuvimos que regresar a Novi Pazar y tomar la carretera principal, perdiendo una hora.
El resto del viaje transcurrió sin incidentes y disfrutamos de un bonito paisaje, con verdes colinas salpicadas de granjas y extensos bosques. Unos 15km antes de llegar a Novi Pazar nos detuvimos en el Monasterio de Sopocani, considerado uno de los más importantes de Serbia. Fue construido en el siglo XIII por orden del rey Uros I Nemanjic para ser enterrado en él, aunque los Otomanos lo incendiaron en 1689 y la comunidad de monjes que lo habitaba huyó a Kosovo. Durante más de 200 años Sopocani permaneció abandonado cayéndose a pedazos, hasta que en 1926 el gobierno decidió reconstruirlo.
El exterior del monasterio tiene un aspecto moderno, pero las paredes interiores de la iglesia están cubiertas de frescos que representan escenas de la Biblia (como la “Dormición de la Virgen”), santos y miembros de la monarquía Serbia o la Iglesia Ortodoxa. La mayoría están bastante borrosos, aunque me parece un milagro que todavía se conserven después de tanto tiempo expuestos a los elementos. Durante mi visita había varios expertos trabajando en el ábside del templo.
Sopocani está catalogado Patrimonio de la Humanidad de la Unesco junto a otros monumentos relacionados con Stari Ras, que fue la capital del Reino de Serbia durante muchos años. Se trata del Monasterio de Djurdjevi Stupovi, la Iglesia de San Pedro (ambos situados a pocos kilómetros de Novi Pazar) y las ruinas del Fuerte (solo quedan los cimientos y no las visité).
A continuación regresamos al coche y continuamos hasta el centro de Novi Pazar, donde aparcamos a escasos metros del lugar que había elegido para pasar la noche.
ALOJAMIENTO: DM5 MOTEL – 1750D/Noche
*Puntos a favor: habitación espaciosa; cama doble muy cómoda; baño privado con ducha perfecta; mobiliario moderno; ubicación inmejorable, en pleno centro de Novi Pazar; tranquilidad total por la noche; aire acondicionado; wifi rápido; nevera; propietario muy amable (el hijo algo menos); precio.
*Puntos en contra: no se me ocurre ninguno.
El DM5 Motel fue toda una sorpresa. Por fin encontré en Serbia una habitación perfectamente equipada a un precio razonable. Antes de llegar hice una reserva a través de Booking y acabé encantado. El Motel incluso contaba con servicio de limpieza diario en el que hacían la cama y cambiaban las toallas. Ojalá hubiera podido quedarme más tiempo…
Una vez instalado me moría de hambre y Miguel también necesitaba reponer fuerzas antes de continuar su viaje, así que decidimos buscar un lugar para llenar el estómago.
COMIDA: MY PLACE
Este local de fast food se encuentra en la misma calle del DM5 Motel. Lo elegimos al azar y nos convenció. Allí ocupamos una mesa de la pequeña terraza; nos atendió un camarero muy simpático; y yo pedí Pohovana Pileca (pollo empanado) con patatas fritas y ensalada; y 2 Cokes. El plato era gigantesco pero lo dejé limpio mientras intercambiaba anécdotas de viaje con Miguel. Acabé a reventar, y por solo 606D.
Después tocó despedirme con mucha pena de Miguel, y empecé a visitar Novi Pazar bajo un sol de justicia.
UN PASEO POR NOVI PAZAR
Novi Pazar es un mundo a parte del resto de Serbia y me trasladó a Oriente Medio. Las principales atracciones turísticas se concentran en el antiguo Barrio Otomano, donde descubrí viviendas tradicionales, tiendas de moda islámica, un horno de pan con sus trabajadores moviéndose a toda prisa, locales especializados en Cevapi y Manti, joyerías, y montones de lugareños caminando.
Esto fue lo más destacado de mi recorrido:
1. Fuerte: construido por los Otomanos durante el siglo XV para albergar la sede del gobierno regional. Es de forma triangular y todavía se conservan parte de las murallas. En el interior hay un parque y una torre de vigilancia muy fotogénica que durante mi visita estaba rodeada de andamios. En una esquina hay un café con una terraza elevada que ofrece buenas vistas del Barrio Otomano.
2. Mezquita Altun Alem: data del año 1528 y es la más importante de la ciudad, además de una de las más antiguas de Serbia. Tiene un pórtico con cúpulas y un minarete de 33m de altura. La puerta estaba cerrada y no pude visitar el interior. En el recinto también hay un cementerio y una escuela islámica.
3. Antiguo Hammam: es del siglo XV y el edificio está actualmente ocupado por un café, aunque el encargado me dejó curiosear unos minutos. Hay una terraza rodeada de viejos muros en ruinas; y entré en las dos salas del Hamman (hombres y mujeres), realmente auténticas, con telarañas colgando de las cúpulas y rincones oscuros.
4. Amir Agin Han: se trata de un bonito caravanserai del siglo XVII. Hoy día una parte se utiliza como pensión y restaurante, aunque durante mi visita llevaba meses cerrada, y en la puerta había carteles ofreciendo el alquiler de ambos negocios. El resto del edificio contiene diferentes tiendas, incluida una sala de apuestas que no pega nada.
5. Hotel Vrbak: un gigantesco edificio de estilo modernista inaugurado en el año 1976. Es de estilo oriental y se compone de diferentes estructuras, incluido un puente que pasa sobre el río Raska. El vestíbulo es una maravilla, cubierto por una enorme cúpula de cristal. Durante mi visita una habitación individual costaba 30€ a través de Booking, desayuno incluido. Una opción muy a tener en cuenta.
6. Cavic’s House: esta mansión fue construida en el año 1911 y en sus inicios albergó un colegio infantil. Más tarde, durante los años 60, la adquirió la compañía Uniprom. Hoy día Cavic’s House está abandonada, con la pintura de sus muros cayéndose a jirones. Me hubiera encantado explorar el interior pero la puerta se encontraba cerrada.
Antes de la última visita del día me senté unos minutos en el comedor del Café Agusevic. Allí pedí un cortado y un Tolumba (una especie de churro bañado en miel), y continué el recorrido. Precio: 200D.
7. Iglesia de San Pedro: data del siglo IX y es la más antigua de Serbia sin modificaciones significativas en su estructura (a diferencia de muchas otras). Aquí fue bautizado y contrajo matrimonio Stefan Nemanja; se celebraron importantes reuniones de estado; y se ubicó la sede de la Iglesia Ortodoxa Serbia durante sus inicios. Durante la ocupación Otomana el templo sufrió daños y hasta se utilizó como arsenal, pero consiguió sobrevivir a todo.
San Pedro se encuentra a 3km y llegué a pie siguiendo la carretera principal. Es de pequeñas dimensiones y en el interior hay algún fresco, aunque la puerta estaba cerrada. Al menos pude explorar el espectacular cementerio anexo del siglo XIX, con docenas de lápidas con forma de cruz cubiertas de inscripciones y relieves. Me encantó (mejor luz para la fotografía por la tarde).
De regreso en el centro hice una compra de comida en una tienda cercana a mi alojamiento, y solventé la cena con galletas y un yogur.
EL MONASTERIO DE DJURDJEVI STUPOVI
Al día siguiente me desperté tras una noche de sueño impecable. Una vez en pie desayuné un croissant de chocolate y un yogurt; cogí mi cámara de fotos; y me dirigí al último lugar que visité en Novi Pazar.
El Monasterio de Djurdjevi Stupovi fue construido en 1170, durante el reinado de Stefan Nemanja, y está dedicado a San Jorge. Se encuentra sobre una colina situada a 5km de Novi Pazar y decidí llegar caminando. Un error porque el trayecto tuvo escaso interés. En todo momento avancé siguiendo la carretera principal; fue un ascenso constante, con un desnivel positivo de +300m; y el paisaje consistió en prados de hierba amarilla y viviendas modernas. Te aconsejo subir en taxi (no debería costar más de 500D) y regresar a Novi Pazar a pie.
Durante la invasión Otomana el templo acabó en ruinas y durante más de 300 años estuvo abandonado a su suerte. Hasta que en el año 2002 se reconstruyó y hoy día luce impecable (demasiado nuevo para mi gusto). Antiguamente el interior de Djurdjevi Stupovi estaba cubierto de coloridas pinturas murales, pero apenas quedan un par. Y es que tras la Segunda Guerra Mundial varias se trasladaron al Museo Nacional de Belgrado para protegerlas. En cambio frente a la iglesia hay una pequeña capilla que sí conserva frescos en buen estado.
En total estuve alrededor de media hora explorando el Monasterio, y a continuación volví a Novi Pazar (al menos esta vez cuesta abajo).
COMIDA: SVE POD SAC
Un minúsculo local ubicado en pleno Barrio Otomano y recomendado por mi guía de viajes, así que me acerqué a comprobar su fama. El comedor solo tiene 4 mesas, pero cuando llegué no había mucha gente y pude sentarme en una. Los dueños son muy simpáticos y pedí 10 Manti (dados de hojaldre rellenos de carne y acompañados de yogurt); y 2 Cokes. Me parecieron deliciosos. Precio: 400D. La otra especialidad del Sve Pod Sac es el Pite (parecido a los Manti, pero en versión ensaimada).
En el centro de Novi Sad hay numerosos cafés que ofrecen Manti y Pite, así que tampoco sabría decir si el Sve Pod Sac es el mejor, pero durante el rato que estuve no pararon de entrar lugareños, y eso siempre es buena señal.
CONCLUSION
En un principio no había pensado visitar Novi Pazar porque durante mi recorrido por los Balcanes ya tenía previsto recorrer otras regiones de ambiente islámico, como Albania o el este de Montenegro. Pero como la ciudad me pillaba de camino a Kosovo decidí hacer un alto y no me arrepentí. Te recomiendo dedicarle una jornada para pasear por el centro y conocer las iglesias de los alrededores. Me hubiera encantado acercarme al Monasterio de Crna Reka, situado a 30km de Novi Pazar, en una serie de cuevas excavadas en una pared de roca. Pero era complicado llegar en transporte público y preferí continuar mi ruta.
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