Un lúgubre campo de concentración de la Segunda Guerra Mundial, una torre cubierta de cráneos y un espectacular memorial de la época comunista
Nis es la tercera ciudad más grande de Serbia y está atravesada por el río Nisava (de ahí el nombre). En tiempos del Imperio Romano era conocida como Naissus y tuvo una gran importancia. Aquí nacieron varios emperadores, entre los que destaca Constantino el Grande, que en el año 330 fundó Constantinopla (la actual Estambul). Y Naissus formó parte de la estratégica Via Militaris, una ruta que conectaba Belgrado con el Mar Negro. Durante la Edad Media la ciudad cambió de manos en varias ocasiones (bizantinos, búlgaros, serbios…), hasta que el Imperio Otomano invadió los Balcanes en 1375 y permaneció 5 siglos en la zona, con breves interrupciones.
A pesar de esta dilatada historia Nis es una urbe donde escasean los edificios antiguos. Aunque cuenta con varias atracciones turísticas que justifican de sobras la visita, como la Torre de los Cráneos, el Campo de Concentración Red Cross o el Memorial de Bubanj Hill.
ALOJAMIENTO: S&N APARTMENTS – 1870D/Noche
*Puntos a favor: habitación espaciosa; baño privado; limpieza extrema; mobiliario moderno; ubicación inmejorable, a escasos minutos a pie del centro; tranquilidad total por la noche; aire acondicionado; nevera.
*Puntos en contra: camas individuales (a pesar de que se me confirmó una cama doble grande); wifi errático; paredes muy finas (cuando el vecino de al lado usa el lavabo parece que esté dentro de tu habitación); mando de la ducha roto (el agua tenía poca presión); grifo del lavabo roto; recibimiento bastante frío.
Encontré este alojamiento en Booking y decidí realizar una reserva de 3 noches a través de Booking. El proceso de check-in fue muy sencillo: llegué caminando desde la Terminal de Autobuses, que está a 1km; llamé por teléfono al dueño (utilizando el wifi del alojamiento); y me indicó la habitación, que tenía la llave puesta y el aire acondicionado en marcha. El hombre me dijo que nos veríamos más tarde, aunque acabó enviando a su hermano (con un inglés mínimo) para cobrarme la estancia. A ver, yo no espero que me hagan la ola cuando aparezco en los sitios, pero me pareció todo muy impersonal.
Una vez instalado salí a comprar comida en un supermercado cercano; y busqué un lugar para cenar, porque tenía un hambre tremenda.
CENA: PLEASURE
Se trata de un local situado en la avenida Kopitareva, una calle peatonal donde se concentran numerosos cafés y restaurantes con animadas terrazas. Yo opté por una mesa en el patio interior rodeado de viviendas tradicionales. Allí me atendió una simpática camarera; examiné el menú (en inglés); y pedí una Ensalada (con tomate, lechuga y queso en polvo); un Sandwich con pollo, bacon y huevo frito; y 2 cervezas Lav. Precio: 935D.
Los platos me parecieron correctos sin más (si llego a saber que el Sandwich incluía tanta lechuga no pido la Ensalada); y los elevados precios me impidieron elegir platos más elaborados, como carne o pasta. Pero bueno, me gustó el ambiente, con música agradable y mesas llenas de lugareños charlando. De hecho mientras regresaba al hotel, ya de noche, comprobé que la avenida Kopitareva era un hervidero de gente, en algunos casos muy arreglada. Me sorprendió teniendo en cuenta que solo era miércoles.
En mi habitación dediqué el resto del tiempo a leer y planificar las próximas jornadas.
EXPLORANDO NIS
Al día siguiente me desperté tras una noche de sueño impecable. Se estaba genial en la cama y me hubiera quedado un par de horas más, pero tenía una agenda apretada y me obligué a ponerme en marcha. Una vez en pie desayuné un croissant de chocolate, un plátano y un yogurt; preparé la mochila pequeña; y salí a la calle, donde hacía un calor horrible a pesar de que todavía no eran ni las 10h.
El primer lugar de interés que decidí visitar en Nis está cerca de la Terminal de Autobuses, así que llegué en un cuarto de hora paseando tranquilamente.
EL CAMPO DE CONCENTRACION RED CROSS
*Horario: 9h – 19h (lunes cerrado)
*Precio: 200D (o 300D incluyendo las visitas al Archaeological Hall y la Torre de los Cráneos, no necesariamente el mismo día)
*Fotografía: ok
En abril de 1941 los ejércitos Alemán e Italiano invadieron el Reino de Yugoslavia con la colaboración de los países situados junto a la frontera oriental (Hungría, Rumanía y Bulgaria), y en apenas 6 días entraron victoriosos en Belgrado. A continuación Yugoslavia fue troceada y repartida entre los participantes en la operación, y Alemania se quedó con Serbia, donde estableció un Gobierno Militar para explotar sus recursos naturales y rutas de transporte. Poco después crearon en Nis el Campo de Concentración Red Cross (o Crveni Krst), gestionado por la Gestapo. Recibió este nombre por una estación de tren cercana y ocupaba unas instalaciones militares en desuso.
Pronto empezaron a llegar a Red Cross los primeros reclusos, básicamente judíos, gitanos y miembros de la resistencia armada, conocidos como los Partisanos de Yugoslavia y liderados por Tito, el futuro Presidente de la República. En principio iba a ser solo un lugar de tránsito desde el que trasladar a los prisioneros a otros campos de concentración de Europa. Pero a medida que la resistencia cobraba fuerza en Serbia la Gestapo decidió encarcelar también a rehenes civiles, que eran ejecutados en la cercana Bubanj Hill a razón de 100 por cada soldado alemán asesinado. En octubre de 1944 los Partisanos liberaron Serbia y se decidió conservar Red Cross en memoria de las personas que pasaron por aquí (se calcula que unas 30mil).
Mi visita al Campo de Concentración Red Cross fue toda una experiencia. Al ser jueves por la mañana y estar cerrados los colegios no había absolutamente nadie, y pude recorrer el recinto con total libertad, rodeado de una atmósfera única.
El edificio principal tiene 3 plantas. En las dos primeras hay diferentes salas con fotografías de los reclusos, objetos personales, grafitis en las paredes, y numerosos carteles con información en inglés que incluyen relatos estremecedores. Una de las estancias está dedicada a la histórica fuga que protagonizaron 147 presos (45 fallecieron en el intento), convertida en símbolo de la resistencia. De hecho el nombre oficial del Campo es “12 de Febrero” por ese día. La tercera planta ocupa la buhardilla, con una fila de siniestras celdas y un viejo techo de madera lleno de telarañas. Parece el escenario de una película de terror. Incluso una de las celdas está abierta y permite imaginar lo que debía ser estar allí encerrado.
Además del edificio principal, en el patio hay dos torres de vigilancia; dos garitas de madera; y unos barracones con una fachada donde todavía se puede leer la palabra “Wache” (guardia), flanqueada por la esvástica y las letras SS. Totalmente recomendable.
EL FUERTE DE NIS
A principios del siglo XVIII los Otomanos construyeron un Fuerte sobre una colina junto al río Nisar habitada desde la época del Imperio Romano. Yo llegué a pie desde Red Cross y accedí al recinto por un sendero que cruza un descampado (la entrada es gratis). Esto fue lo más destacado de mi visita:
1. Palacio Octogonal: data del siglo IV y perteneció a alguna personalidad importante. Hoy día solo quedan visibles los cimientos, pero durante las excavaciones se descubrió un sistema de calefacción en el suelo y las paredes; frescos; y lujosos mosaicos.
2. Arsenal: el edificio está pegado a la muralla, bien conservado, y es posible contemplar el interior.
3. Lapidarium: una colección de lápidas, altares, sarcófagos y esculturas del Imperio Romano que ya estaba expuesta al público en el año 1887.
4. Mezquita Bali Bey: el templo original es del siglo XVI pero fue reconstruido durante los años 70 (de ahí su flamante aspecto). En la actualidad alberga una galería de arte. No tiene minarete y está rodeada de las ruinas de otros edificios históricos.
5. Hammam: los antiguos baños turcos, que ahora están ocupados por un restaurante con muy buenas críticas, especializado en carnes a la brasa.
6. Stambol Gate: el Fuerte de Nis tiene 4 puertas de entrada y esta es la más espectacular, visible desde el río. Durante mi estancia la calle de enfrente se encontraba en obras y me tuve que armar de paciencia para conseguir una buena foto.
El Fuerte es un lugar ideal para pasear, rodeado de frondosos árboles; o para sentarse en un banco y observar a la gente. Además en verano acoge interesantes festivales de música. Yo antes de marcharme me senté en la terraza de un bar y cayó una jarra de cerveza Tuborg que me devolvió la vida (180D). Por cierto, el asiento era un columpio…
DESCUBRIENDO EL CENTRO
A continuación me dediqué a recorrer las calles de Nis y no tardé en confirmar algo que ya intuía: el centro de la ciudad ofrece un aspecto impecable, pero a la que te alejas unos metros aparecen montones de edificios con fachadas desconchadas, ventanas rotas y portales lúgubres (creía que estaban abandonados, pero después veía vecinos entrar o salir). Además hay basura por todas partes; y no paré de cruzarme con mendigos de mirada perdida bebiendo cerveza o rebuscando en los contenedores. Un panorama similar al que me encontré en la Terminal de Autobuses el día que llegué a Nis. Es verdad que no viví ninguna situación de peligro, pero no me parece una ciudad recomendable para paseos nocturnos, a excepción de unas pocas calles del centro.
En cuanto a lugares de interés concretos destaco dos:
1. Calle Obrenoviceva: es la principal avenida peatonal de Nis y ocupa la zona donde se ubicaba el antiguo Bazar Otomano, que tras la expulsión de los turcos se reformó por completo. La calle arranca en la Plaza King Milan, presidida por el Monumento a los Liberadores de Nis. Fue inaugurado en el año 1937; se compone de una estatua ecuestre y un pedestal con más esculturas y relieves de bronce; y celebra la expulsión de los diferentes invasores que han ocupado Serbia durante su pasado reciente. Obrenoviceva cuenta con docenas de tiendas, animadas terrazas y edificios históricos que lucen columnas y relieves.
2. Catedral Ortodoxa: la segunda más grande de Serbia tras la de Belgrado. El templo original fue construido en 1872 y se consagró 6 años más tarde, coincidiendo con la independencia oficial del país. Por desgracia en el 2001 un incendio arrasó el interior y todo lo que se ve en la actualidad (el iconostasio, las pinturas, los frescos…) es del 2010. Al menos la entrada es gratuita y no está prohibido hacer fotos.
COMIDA: KAFANA GALIJA
Un restaurante recomendado por mi guía de viajes y a unos minutos de mi hotel, así que decidí comprobar su fama. Al llegar ocupé una mesa en una esquina del comedor; leí el menú (en inglés); y pedí Ensalada Shopska; Pljeskavica (una hamburguesa típica de Serbia) con patatas fritas; y 2 cervezas Lav. En general acabé satisfecho: la comida estaba muy rica; la cerveza helada; y el ambiente agradable, con música tradicional de fondo. Pero los camareros no tenían ganas de trabajar y había que llamarles varias veces para que hicieran caso, a pesar de tener tan solo otras 2 mesas con clientes. Y al marcharme ni siquiera se molestaron en devolverme el saludo. Una pena… Precio: 1130D.
Cuando acabé de comer cayó una fuerte tormenta acompañada de truenos y granizo, y tuve que alargar mi segunda cerveza. ¡Menos mal que me pilló a cubierto! Al final paró de llover y en el exterior me encontré un paisaje muy diferente, con calles inundadas y gente con paraguas.
EL ARCHAEOLOGICAL HALL
*Horario: 10h – 17h (excepto los fines de semana, que cierra a las 15h) (lunes cerrado)
*Precio: 200D
*Fotografía: ok
Se trata del Museo Arqueológico de Nis y por supuesto me acerqué a visitarlo. Consiste en una única sala donde se exhiben objetos que van desde la Prehistoria hasta la Edad Media. Hay joyas encontradas en antiguas necrópolis; vasijas de cerámica; trozos de esculturas (la mayoría procedentes de las ruinas de Mediana); monedas; reproducciones de tumbas medievales descubiertas en Nis; una verja que protegía la entrada de una mansión del Imperio Romano… La verdad es que pasé media hora entretenido, el aire acondicionado me sentó genial, y no me crucé con nadie.
De nuevo en la calle el cielo se volvió a cubrir de nubes oscuras y escuché truenos cada vez más cercanos. Con lo cual regresé a mi habitación a paso ligero; y solventé la cena con un yogurt y zumo.
SEGUNDO DIA EN NIS
La jornada comenzó con mi alarma sonando a las 8h y seguí la misma rutina del día anterior. La previsión meteorológica anunciaba tormentas a partir de las 14h, con lo cual no me podía entretener mucho. El plan era dirigirme hacia el este de Nis y visitar dos lugares de interés que tenía pendientes.
Para llegar al primero recorrí la avenida Vozda Karadorda, que más adelante se convierte en el Bulevar Dr. Zorana Dindica. En total fueron 3km y tardé algo más de media hora. De camino pasé junto a los Juzgados Municipales, ubicados en un edificio de estilo neoclásico con una torre del reloj; enormes bloques de pisos de los años 70 con interesantes detalles modernistas; y numerosos locales de comida (principalmente carne a la parrilla) con altísimas chimeneas de latón echando humo sin parar.
LA TORRE DE LOS CRANEOS
*Horario: 9h – 19h (lunes cerrado)
*Precio: 200D
*Fotografía: ok
En 1804, tras más de 4 siglos de ocupación Otomana, una revuelta local se convirtió en el inicio de una guerra de independencia conocida como la Revolución Serbia, apoyada por el Imperio Ruso. Al principio las victorias militares se sucedieron y durante unos años buena parte del país estuvo gobernado por un Parlamento autónomo. Pero los desencuentros entre sus líderes y la invasión de Rusia por parte de Napoleón provocó que en 1813 los turcos recuperaran el control de Serbia, arrasando poblaciones enteras y asesinando a miles de personas.
Uno de los combates más épicos de esta Revolución tuvo lugar en 1809 cerca de Nis y es conocido como la Batalla de Cegar. Aquí las tropas rebeldes del comandante Stevan Sindelic se enfrentaron a un ejército Otomano muy superior. Y cuando estaban a punto de caer derrotados Sindelic hizo explotar su arsenal, acabando con la vida de todos los soldados presentes. Se calcula que en total fallecieron 4mil serbios y unos 10mil turcos. En represalia el general Hurshid Pasha (futuro Gran Visir del Imperio Otomano) ordenó construir una torre en las afueras de Nis cubierta con los cráneos de mil rebeldes como aviso para navegantes. El siniestro monumento fue conocido como Torre de los Cráneos (Cele Kula) y pronto empezó a recibir visitas de viajeros occidentales que no daban crédito a lo que veían.
Aunque después de la derrota de Napoleón Rusia volvió a centrarse en la región de los Balcanes y en 1815 resurgió la Revolución, que acabó 2 años más tarde con la creación del Principado de Serbia. Hasta 1878 el país siguió rindiendo pleitesía a los Otomanos, pero a efectos prácticos era un estado independiente. Durante este periodo el gobierno local desmanteló Cele Kula, sin embargo más tarde se decidió conservarla como símbolo de la resistencia.
La verdad es que me costó bastante encontrar la Torre de los Cráneos, porque en 1892 se construyó una iglesia que la cubre por completo. Normalmente está cerrada y hay que avisar en un edificio cercano (con pinturas murales de cráneos) para que una de las encargadas abra la puerta. La Torre es cuadrada y tiene 4,5m de altura. Una pena que tras su desmantelamiento muchos de los cráneos desaparecieron (solo se consiguieron recuperar 58); y que está protegida por un cristal que dificulta la fotografía, creando molestos reflejos. Aun así la imagen impresiona y estuve varios minutos dando vueltas alrededor, examinando cada detalle. En su época tuvo que ser espectacular.
A continuación mi plan era seguir caminando hacia el este hasta las ruinas romanas de Mediana, donde se conservan los restos del palacio de Constantino el Grande, decorado con enormes mosaicos. Pero durante mi visita el recinto llevaba casi 2 años cerrado por reformas (me enteré minutos antes de empezar a andar), con lo cual regresé al centro de Nis. En teoría estaba previsto que reabriera unos meses más tarde.
EL MEMORIAL DE BUBANJ HILL
Bubanj Hill es una colina situada a 3km del centro de Nis y fue el lugar elegido por los Nazis para ejecutar a los reclusos del Campo de Concentración Red Cross (alrededor de 10mil según los expertos). Más tarde, en 1963, el gobierno de Yugoslavia inauguró en Bubanj Hill un Spomenik (memorial) en homenaje a las víctimas y es uno de los más espectaculares de Serbia, así que no me podía marchar de Nis sin visitarlo.
La idea era viajar hasta aquí en taxi, porque desde la Torre de los Cráneos hay más de 6km y el sol ya comenzaba a apretar. Pero cuando intenté que pararan no me hicieron caso y me acabé agobiando, así que opté por caminar. Una mala decisión porque el último tramo es cuesta arriba (por algo se llama Bubanj Hill) y llegué empapado en sudor. La colina está rodeada de un espeso bosque y para llegar al Memorial recorrí un sendero entre vegetación exuberante y el sonido de docenas de pájaros y chicharras.
El Memorial ocupa una explanada cubierta de hierba y consiste en tres gigantescos puños de cemento que se elevan hacia el cielo en señal de desafío. Los puños tienen diferentes tamaños porque representan a los hombres, mujeres y niños asesinados. Durante mi visita no había absolutamente nadie y el cielo se empezó a cubrir de negros nubarrones, con el sonido de los truenos cada vez más cerca. Fue un momento muy emotivo, imaginándome todos los horrores ocurridos en este lugar de aspecto inocente. Cerca de los puños hay un relieve de mármol con figuras abstractas; una moderna capilla con forma de cubo; y un anfiteatro.
En el bosque hay numerosas mesas de madera con pérgolas, con lo cual si hubiera comenzado a llover al menos tenía protección asegurada. Pero como no fue así regresé a mi hotel (por supuesto caminando) y puse final a mi visita a Nis.
CONCLUSION
Reconozco que Nis fue una enorme sorpresa. Había pasado un mes recorriendo Macedonia, acostumbrado a sus ciudades limpias y cuidadas, y pensé que Serbia me proporcionaría una experiencia como mínimo igual. Pero en Nis (a excepción del centro) me encontré una atmósfera decadente, con edificios cayéndose a pedazos, basura y demasiada gente con aspecto de estar pasándolo mal. Dicho esto, la Torre de los Cráneos, el Campo de Concentración Red Cross y el Memorial de Bubanj Hill son lugares fascinantes que no me hubiera perdido por nada del mundo. Y afortunadamente la situación de Nis no es extrapolable al resto de Serbia, aunque nadie me supo explicar muy bien el motivo de esta diferencia.
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