Visita al parque nacional más famoso de Ghana, caminando entre elefantes, y disfrutando de un hotel genial por un módico precio
Con casi 5.000 km2 de superfície, Mole National Park es el parque más grande del país. Aunque la zona habilitada para el turismo se limita a la sección ubicada al sur del río Lovi. Fue creado en 1971, y es lo más parecido a los famosos parques del Este de África. Tanto a nivel de paisaje como de cantidad de fauna visible. Los encuentros cercanos con elefantes están asegurados.
La mejor época para visitar Mole es la temporada seca (de Octubre a Marzo). Y si puedes elegir, lo ideal es ir hacia el final de la misma (Febrero-Marzo). Cuando los animales tienen que acudir a beber a los escasos lugares donde aún queda agua, y es más fácil verlos. Mi visita al parque tuvo lugar a mediados de Marzo, y no defraudó.
VIAJE LARABANGA – MOLE
La gran mayoría de turistas que visitan Mole vuelan de Accra a Tamale. Y desde allí viajan en autobús (o transporte privado, según el presupuesto) hasta el parque nacional. Si solo se va a visitar Ghana, es una buena opción, para después regresar hacia el sur por carretera, parando en Kintampo, Boabeng-Fiema, Kumasi… En cambio, mi llegada a Mole fue algo más aventurera.
Desde el Savanna Lodge de Larabanga hasta la entrada del parque hay menos de 2km de distancia. Así que a mediodía, tras visitar la mezquita, cogí mis mochilas y me puse a caminar, siguiendo la carretera. Pero el sol era realmente infernal, y a la que pude paré una moto que pasaba por allí, y pedí al chaval que me llevara hasta la entrada. Tardamos unos pocos minutos. Y como no tenía cambio, le tuve que dar un billete de 10 cedis. Excesivo, pero es que en Ghana la gente nunca parece llevar dinero encima…
En la entrada de Mole, pagué la tarifa de acceso (40 cedis), rodeado de una atmósfera de buen rollo increíble. El guarda charlaba conmigo amable y sonriente; los profesores de un grupo escolar me deseaban una buena visita… Estas situaciones compensan con creces cualquier esfuerzo… Aunque no contaba con una sorpresa: el hotel del parque donde tenía pensado alojarme estaba a 2km de la entrada, y mi única opción para llegar a él era caminar. Fue duro, bajo un sol de justicia, y cargado con las mochilas. Pero a cambio, de camino pude ver a cierta distancia un par de grupos de Kobs (una especie de antílope). Y ya llegando al Centro de Visitantes, una enorme familia de Babuinos (a los que los guardas del parque mantenían a raya disparándoles piedras con tirachinas). También algún Warthog (en español Facóquero, un animal parecido a un jabalí). Buen aperitivo…
ALOJAMIENTO: MOLE MOTEL – 100 Cedis/Noche
*Puntos a favor: habitación enorme, limpia y con ventilador; lavabo privado espacioso; desayuno incluido; precio (me pareció una auténtica ganga, teniendo en cuenta todo lo que ofrecía el lugar); piscina más que digna para relajarse durante la parte central del día; wifi gratis; posibilidad de pagar con tarjeta.
Hago mención especial a la ubicación del hotel, que era sencillamente espectacular. Estaba situado en lo alto de un acantilado. Con vistas a dos charcas donde tanto por la mañana como a última hora del día se acercaban a beber elefantes y antílopes. Y permitía disfrutar de unas puestas de sol impresionantes. En cualquier parque nacional de Kenia o Tanzania por un alojamiento similar me hubieran cobrado tranquilamente 150 o 200 Usd por noche. Y en Mole estaba pagando tan solo 20 euros.
*Puntos en contra: camas individuales; problemas de suministro, que a veces me obligaron a ducharme con un hilo de agua; sin nevera para mantener bebidas frías; y algún empleado del hotel con modales mejorables (aunque fueron excepciones, y predominó la amabilidad).
Una vez más, no tenía nada claro que hubiera habitaciones disponibles en este hotel. Pues era sábado, y pensaba que habría bastante gente de visita el fin de semana. Y no existían más opciones razonables, ya que el otro alojamiento dentro del parque era el exclusivo Zaina Lodge, abierto hacía poco. Con habitaciones a 250 Usd la noche y un restaurante de lujo. Pero bueno, como sabía que en el hotel había una zona de acampada, siempre podía plantar mi tienda y salir del paso. El caso es que al final no fue necesario, pues en la Recepción me informaron que había todo tipo de habitaciones disponibles, excepto las más caras. Así que asunto resuelto.
Ya instalado en mi habitación, me puse en marcha para aprovechar mi estancia en el parque.
ORGANIZANDO UNA VISITA A MOLE
Antes de viajar a Ghana, estuve a punto de reservar por internet un tour de 2 días con una agencia de viajes de Tamale, pues quería asegurarme plaza en el hotel, y un guía decente para explorar Mole. Pero el precio era prohibitivo, y desestimé esa opción. ¡Menos mal! Porque resulta que organizar actividades en Mole es la cosa más sencilla y económica del mundo.
1. Las actividades tienen lugar por la mañana (a las 7h) o por la tarde (a las 15,30h), pues durante la parte central del día es imposible hacer nada (al menos en marzo, no se en otra época del año).
2. Normalmente, una media hora antes, la gente interesada se acerca al Centro de Visitantes (a escasos metros del hotel). Y un guarda forma grupos en función de los intereses de cada uno. Así que para el viajero solitario este sistema es ideal, pues permite compartir gastos con otros viajeros de forma rápida y directa. Siempre y cuando haya gente interesada en hacer actividades, y no prefieran quedarse en la piscina.
3. Antes de partir, se paga el precio de la actividad en el Centro de Visitantes (aquí siempre en efectivo), y en marcha. Al lado hay una pequeña tienda de alimentos donde se pueden comprar productos básicos a precios correctos.
GAME DRIVE
La primera actividad que realicé en Mole fue una excursión en 4×4. El precio era de 200 cedis por el vehículo, más 20 cedis por persona por el guía. Con lo cual, era importante encontrar más gente interesada en esta actividad para reducir la factura final. El problema (como pude comprobar durante mi estancia) es que las actividades de tarde no eran muy populares, y escaseaba la gente. Y a pocos minutos del inicio del Game Drive estaba en el Centro de Visitantes más solo que la una. Menos mal que a última hora aparecieron 3 alemanes con los que rápidamente me puse de acuerdo, y acabamos realizando juntos la excursión. Así que solo pagué 70 cedis.
Suerte que pude compartir gastos, porque el Game Drive fue algo decepcionante para lo que me esperaba. El 4×4 estaba en muy buen estado, y viajamos sentados en la parte trasera, más elevada y totalmente abierta para una mejor visibilidad. Acompañados de un guía armado con un rifle. Pero la escasez de fauna fue alarmante. Y buena parte de las 2 horas que duró el safari consistieron en recorrer en silencio pistas polvorientas y llenas de baches. Sin nada de interés en los alrededores.
Vimos a bastante distancia algunos Waterbucks (machos y hembras); Kobs (los antílopes grandes de cuernos curvados que vi mientras caminaba hacia el hotel); la parte trasera de unos Roan Antelopes adentrándose en el bosque; y ya hacia el final, un Elefante muy cercano, que tras unos segundos mirándonos desafiante, desapareció a paso ligero. De vez en cuando aparecía algún pájaro de plumaje espectacular, como el Carmine Bee-Eater o el Abysinian Roller, que me mantenían entretenido (aunque a mis compañeros alemanes no parecían interesarles mucho). También vimos un Bustard caminando entre la maleza. Pero en general, una excursión muy pobre.
También existe la posibilidad de realizar Night Drives, que comienzan a las 19h. Un grupo de chicas me propuso unirme a ellas. Pero aún llenando un 4×4 la excursión me salía por unos 100 cedis, y no tenía suficiente dinero en efectivo. Así que no la hice. Más tarde las chicas me dijeron que no vieron nada, a parte de una especie de rata, por lo que no se si merece la pena esta actividad. O simplemente es cuestión de suerte…
CENA: MOLE MOTEL
La parte positiva del Game Drive fue conocer a los 3 alemanes. Hubo muy buen rollo y acabé cenando con ellos en la terraza del restaurante del hotel, junto a la piscina. Estaba Sebastien, un ingeniero treintañero que llevaba 2 años trabajando en Takoradi (una ciudad de la costa), con un inglés perfecto y un sentido del humor genial. Y una pareja de amigos que habían venido a visitarle, altísimos, amables y sonrientes, aunque con un inglés más limitado.
Para cenar, opté por una opción segura, y pedí muslo de pollo asado acompañado de arroz. El plato era abundante, y estaba riquísimo. Aunque el precio, en la banda alta: 40 cedis. Además los alemanes eran auténticas esponjas. Y antes, durante y después de la cena, no pararon de caer cervezas Club, que estaban heladas y sentaban genial (a 7 cedis cada una). Me bebí 5 (¡de 0,625l!), charlando animadamente. Y cuando pusimos punto y final a la fiesta, a eso de las 22.30h, nada más entrar en mi habitación caí rendido en la cama. Gran ambiente el de este hotel…
GAME WALK
Al día siguiente, tocó levantarse bien temprano para la siguiente actividad. En el Centro de Visitantes había bastante gente, y esta vez no costó formar diferentes grupos. Aunque para el Game Walk no es necesario hacer piña, ya que se pagan 20 cedis por persona, tanto si vas solo como en grupo. Yo acabé con los 3 alemanes, 2 chicas (canadiense y austríaca, que iban a trabajar de voluntarias en un hospital de Accra), y otras 3 que no conocía.
El paseo duró 2 horas y estuvo genial. Una cosa es viajar subido en un ruidoso vehículo, y otra bien diferente caminar por la sabana, por un terreno lleno de rastros de animales, rodeado de vegetación exótica, sonidos extraños, olores… Con tiempo para sacar fotos y disfrutar del ambiente… La ruta consistió en bajar por el acantilado hasta la primera charca. Y realizar un paseo circular siguiendo a un guarda armado.
Sin duda, la estrella indiscutible del Game Walk fueron los elefantes. Aún no habíamos empezado la excursión, y apareció en el Centro de Visitantes un enorme macho, al que contemplamos durante un buen rato mientras comía en las inmediaciones del hotel. Más tarde, nos encontramos con otros ejemplares entre los arbustos, a escasos metros de distancia, viviendo sensaciones únicas. Y el momento culminante se produjo cuando regresamos a la charca. Allí había una familia de 3 elefantes bañándose tranquilamente. Y un cuarto emergió del bosque y se acercó a la orilla, permitiéndome buenas fotos (a muy corta distancia mientras caminaba de frente hacia mí).
A parte de los elefantes, vimos algún antílope corriendo en la distancia; y en las inmediaciones de la charca, un cocodrilo, y algunos pájaros de colores. Gran experiencia. Que fue rematada de la mejor forma posible: con un buen desayuno en el hotel (incluido en el precio), charlando con las dos voluntarias. Tortilla francesa con verduras, 3 tostadas con mermelada, y una taza de café con leche, que me dejó como nuevo.
Ya con el estómago lleno, me dediqué a aprovechar las fantásticas instalaciones del hotel. Primero, me puse el bañador, y estuve nadando y tomando el sol en la piscina. Y después, me senté en el mirador, rodeado de fauna: antílopes acudiendo a beber a la charca; una familia de Babuinos en los árboles…
Tanto me gustó el Game Walk, que repetí por la tarde. Esta vez con un guarda para mí solo, pues todo el mundo seguía de relax en el hotel. La verdad es que me pareció un auténtico chollo. Una excursión de 2 horas, caminando por un parque nacional lleno de elefantes, con guarda privado… ¡por solo 4 euros!
En este Game Walk los avistamientos de fauna fueron bastante más variados. Vimos algunos Bushbucks (macho y hembra) a una distancia muy razonable (no eran nada tímidos); algún Kob, estático en medio de la llanura; cocodrilos en la orilla de la charca (aunque al menor sonido salen disparados). Y muchos pájaros: Kingfisher, Bee-Eater, Guinea Fowl, Ibis (estos dos últimos emergían de los arbustos haciendo ruido y emitiendo graznidos), Hooded Vultures, un Bateleur Eagle volando sobre nuestras cabezas…
Aunque de nuevo el protagonismo se lo llevaron los elefantes. Vimos uno saliendo del agua con el cuerpo lleno de barro; una familia a la que seguimos por el bosque, caminando en paralelo; un macho solitario, comiendo tranquilamente mientras yo le observaba a menos de 10 metros… Y para rematar la caminata, pude disfrutar de un paisaje espectacular, iluminado con las luces del atardecer, mientras regresábamos al hotel. No se podía pedir más.
CENA: MOLE HOTEL
De nuevo acudí al restaurante del hotel. Esta vez decidí cenar solo, para dar algo de privacidad a mis amigos alemanes. Y repetí muslo de pollo asado acompañado de arroz (delicioso), con un par de cervezas Club. Más tarde, me uní a la mesa de Sebastien y los suyos, y estuvimos hasta la 1h de la mañana riendo, bromeando, jugando al Uno… Todo bien regado con continuas rondas de cervezas Club, de las que acabé perdiendo la cuenta. Fue hilarante cuando el amigo de Sebastien me contó entre risas que el día anterior quería pedir matrimonio a su novia en el mirador del hotel, durante la puesta de sol. Y al final tuvo que cambiar de escenario, porque un español pesado no paraba de hacer fotos y no les dejaba a solas. Me partía…
De vez en cuando, se nos unían otros huéspedes, como las dos chicas voluntarias; una alemana de rasgos asiáticos cuyo novio era de Terrassa… Todo gente joven, con historias interesantes y ganas de pasarlo bien. Me encantaron estos momentos, sentado junto a la piscina, charlando con todo el mundo, bajo un cielo estrellado, en medio de un parque nacional africano… Sencillamente inolvidable.
BIRDWATCHING
Al día siguiente tuve que levantarme aún más temprano para mi última actividad en el parque. Muy a regañadientes, pues la juerga de la noche anterior con los alemanes tan solo me permitió dormir 4 horas. Esta excursión tiene 4 peculiaridades: hay que reservarla el día anterior en el Centro de Visitantes; comienza a las 6h, cuando todavía no ha salido el sol; cuesta 50 cedis por persona; y se centra principalmente en avistar aves. Como era de esperar, no había más gente interesada en esta actividad. Y la realicé solo, junto a un guarda que dominaba algo el tema, equipado con prismáticos y un libro ilustrado de los pájaros que habitan la zona. Eso sí, el tío apareció tarde, cuando ya estaba a punto de volverme a mi habitación (alegó una supuesta confusión con un compañero). Y empezamos la caminata a las 6.30h.
La verdad es que no soy ni mucho menos un experto en ornitología. Me gustan los pájaros coloridos y de cierto tamaño, sin importarme si se trata de una especie común o única en la zona. Pero esta actividad ofrecía la posibilidad de comenzar la excursión una hora antes. Y pensé que tendría más posibilidades de ver otro tipo de fauna, a parte de aves.
Una vez más, la caminata por el parque no decepcionó. La atmósfera del principio fue genial, moviéndonos entre penumbras, descendiendo el barranco hasta la primera charca. Y escuchando cómo se despertaban los habitantes de Mole. Esta actividad se centra principalmente en los alrededores de las dos charcas cercanas al hotel, ya que es donde hay más pájaros. Y vimos bastantes: las dos especies de Kingfisher (una más grande que otra), el espectacular Bee-Eater, alguna pequeña garza blanca, pájaros pequeños de un color rojo intenso…
Además, vimos una familia de graciosos Babuinos sentados en una rama, que nos observaban con curiosidad; un enorme grupo de Kobs que se acercaron a beber a la orilla; cocodrilos sumergiéndose en el agua a toda pastilla. Y como colofón a mi visita al parque, nuevos encuentros con elefantes, bebiendo, metidos en la charca, o tirándose arena por encima con la trompa tras el baño. La luz era perfecta, y pude sacar muy buenas fotos.
De regreso en el hotel, me estaba esperando un más que merecido desayuno. Y aun así, continuaron los avistamientos de fauna. Como cuando una hembra de Patas Monkey con su cría a cuestas se subió a mi mesa e intentó llevarse el plato de piña natural que había pedido como complemento (20 cedis por el capricho). Tuve que ahuyentarla con energía, y se quedó un rato sentada en un muro cercano.
Tras el desayuno, tocó preparar las mochilas, y abandonar este maravilloso lugar. Con toda la pena del mundo. Porque de buena gana me hubiera quedado un par de días más. Atrás quedaban un montón de buenos recuerdos.
CONCLUSIÓN
Sin duda, Mole National Park es la visita estrella del norte de Ghana, y no hay que perdérselo. Ofrece innumerables oportunidades para ver fauna a precios de saldo. Sin necesidad de contratar un tour en una agencia de viajes. Está claro que, a diferencia del Este de África, no hay felinos ni grandes manadas de mamíferos. Pero en pocos lugares se tiene la posibilidad de caminar tan cerca de elefantes. En mi opinión, una estancia mínima de 3 días es lo recomendable, alojándose en su fantástico hotel.
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Comentarios
2 ComentariosAgus
Jun 3, 2022Maravillosa experiencia. Las mejores encuentros en la sabana, selva o bosques siempre mucho mejor a pie. A ver si a finales o a principios del próximo año puedo visitar este país, que siempre pospongo por otro por la pereza que me da tramitar la VISA.
Y felicidades por el gran trabajo de divulgación que haces con esta página: Entretenida, útil y con una excelente redacción.
Ganas De Mundo
Jun 4, 2022Muchas gracias por el comentario! Total, a pie mucho mejor. Recuerdo una caminata en Sudáfrica que acabó a escasos metros de unos rinocerontes y fue una maravilla. Lo de la VISA para visitar Ghana es realmente laborioso, aunque por suerte el país tiene lugares increíbles para visitar que compensan el esfuerzo. Mole me encantó, un parque lleno de elefantes y a precios muy asequibles. Un abrazo y espero que puedas visitar Ghana pronto!