Visita al parque nacional más famoso de Ghana, caminando entre elefantes y alojado en un hotel genial por un módico precio
Con casi 5mil km2 de superficie, Mole National Park es la reserva natural más grande de Ghana. Fue creada en el año 1971 y comprende un paisaje de extensas sabanas atravesado por los ríos Lovi y Mole, y por el Konkori Escarpment, una cordillera rocosa donde se asientan los dos únicos alojamientos del parque. La estrella de Mole son los elefantes, que es posible contemplar durante excursiones a pie o en 4×4, a veces a una distancia sorprendentemente cercana. Aunque en la reserva también habitan búfalos, antílopes, hipopótamos y diferentes especies de aves y primates. Por desgracia la escasa afluencia de turistas provoca que solo sea accesible un 5% del parque mediante una red de pistas en mal estado, y los cazadores furtivos representan una amenaza constante.
La mejor época para visitar Mole es la temporada seca, que va de octubre a marzo. Pero lo ideal es hacerlo hacia el final de la misma, cuando es más fácil ver fauna porque los animales se concentran en los escasos lugares donde hay agua. Yo recorrí el parque a mediados de marzo y fue toda una experiencia.
VIAJE LARABANGA – MOLE
Desde el Savanna Lodge de Larabanga hasta la entrada de Mole hay menos de 2km de distancia. Así que a mediodía, tras visitar la mezquita, cogí mis mochilas y empecé a caminar por la carretera. Pero el sol era horrible y acabé parando una moto que pasaba por allí. El chaval me llevó hasta la puerta en cuestión de minutos, aunque no tenía cambio y le tuve que dar un billete de 10C (demasiado generoso).
En la entrada de Mole pagué la tarifa de acceso (40C) rodeado de un gran ambiente: el guarda se mostró amable y sonriente; y los profesores de un grupo escolar me deseaban una buena visita. Aunque no contaba con una sorpresa: el hotel del parque donde tenía pensado alojarme estaba a 2km de la entrada y mi única opción para llegar era caminar. Fue duro, avanzando bajo un sol de justicia cargado con mis mochilas. Pero a cambio vi un par de grupos de Kobs (una especie de antílope). Y ya llegando al Centro de Visitantes una enorme familia de Babuinos, que los guardas del parque mantenían a raya disparándoles piedras con un tirachinas (¡?). También algún Warthog (en español Facóquero, un animal parecido al jabalí). No estuvo mal como aperitivo.
ALOJAMIENTO: MOLE MOTEL – 100C/Noche
*Puntos a favor: habitación espaciosa; baño privado; ubicación espectacular; tranquilidad total por la noche; buena limpieza; ventilador; piscina; wifi rápido; precio; desayuno incluido; posibilidad de pagar con tarjeta.
*Puntos en contra: camas individuales; ducha con escasa potencia; personal muy amable (con alguna excepción).
Cuando llegué al Mole Hotel no tenía claro que hubiera habitaciones disponibles, porque era sábado y pensaba que habría bastante gente de visita el fin de semana. Y la alternativa dentro del parque era el exclusivo Zaina Lodge, que había abierto hacía poco, con habitaciones a 250 Usd/Noche y un restaurante de lujo. Pero bueno, sabía que el Mole Hotel tiene una zona de acampada y en el peor de los casos siempre podría plantar mi tienda. Por suerte no fue necesario y en la Recepción me dieron a elegir entre diferentes categorías de habitación, excepto las más caras.
La ubicación del Mole Hotel es increíble, situado en lo alto de un acantilado, con vistas a dos charcas donde tanto por la mañana como a última hora del día se acercan a beber elefantes y antílopes; y permite disfrutar de unas puestas de sol impresionantes. En cualquier parque nacional de Kenia o Tanzania por un alojamiento similar me hubieran cobrado 150 o 200 Usd/Noche; y en Mole estaba pagando tan solo 20 euros. Una vez instalado en mi habitación me puse en marcha para aprovechar mi estancia en el parque.
ORGANIZANDO UNA VISITA A MOLE
Antes de viajar a Ghana estuve a punto de reservar por Internet un tour de 2 días con una agencia de viajes de Tamale porque quería asegurarme una habitación en el Mole Hotel y un buen guía para explorar el parque. Pero el precio era prohibitivo y lo dejé correr. Menos mal, porque visitar Mole es la cosa más sencilla y económica del mundo. Solo tienes que acudir al Centro de Visitantes y tener en cuenta esta información:
*Las actividades del parque consisten en excursiones en 4×4 y caminatas (normales o para observar aves). En general se realizan por la mañana (a las 7h) o por la tarde (a las 15,30h). Durante la parte central del día hace demasiado calor y cuesta mucho ver fauna, así que lo mejor es pasar el rato en la piscina del Mole Hotel.
*Media hora antes de que empiece la actividad hay que acercarse al Centro de Visitantes, situado a escasos metros del Mole Hotel. Y allí un guarda del parque forma grupos en función de sus intereses. Este sistema es ideal para los viajeros solitarios porque permite compartir gastos de forma rápida y directa.
*Se paga en el Centro de Visitantes justo antes de comenzar la actividad (aquí solo efectivo). Al lado hay una pequeña tienda de alimentos que vende productos básicos.
SAFARI EN 4X4
La primera actividad que realicé en Mole fue una excursión en 4×4. El precio era de 200C por el vehículo, más 20C por persona para el guía. Con lo cual era importante encontrar otros viajeros interesados en esta actividad para repartir el coste. El problema (como pude comprobar durante mi estancia en Mole) es que las actividades de tarde no son muy populares porque la gente prefiere la piscina; y a pocos minutos del inicio de la excursión estaba completamente solo. Pero a última hora aparecieron 3 alemanes con los que rápidamente me puse de acuerdo (temía que prefirieran un tour privado) y realizamos juntos el safari. Así que únicamente pagué 70C.
Menos mal que pude compartir gastos porque el safari fue algo decepcionante. El 4×4 estaba en muy buen estado, y viajamos sentados en la parte trasera, más elevada y totalmente abierta para una mejor visibilidad. Nos acompañó un guía armado con un rifle. Pero me sorprendió la escasez de fauna y buena parte de las 2 horas que duró el safari consistieron en recorrer en silencio pistas polvorientas llenas de baches, sin nada de interés (ni siquiera el paisaje).
Vimos a bastante distancia algunos Waterbucks (machos y hembras); Kobs (los antílopes grandes de cuernos curvados que me encontré mientras caminaba hacia el hotel); la parte trasera de unos Roan Antelopes adentrándose en el bosque; y ya hacia el final del safari un Elefante a pocos metros que tras unos segundos mirándonos desafiante desapareció a paso ligero. También me gustaron algunas aves de plumaje espectacular, como el Carmine Bee-Eater o el Abysinian Roller, aunque a mis compañeros alemanes no parecían interesarles mucho. Y un Bustard caminando entre la maleza. Pero en general fue una excursión muy pobre.
También existe la posibilidad de realizar Safaris Nocturnos, que comienzan a las 19h. Un grupo de chicas me propuso unirme a ellas ese día. Pero aún completando un 4×4 la excursión me costaba 100C y no tenía suficiente dinero en efectivo, así que no pude apuntarme. Más tarde las chicas me dijeron que no vieron nada a parte de una especie de rata, por lo que desconozco si merece la pena esta actividad en Mole o simplemente tuvieron mala suerte. De regreso en el hotel di un paseo por los alrededores. Y me acerqué al mirador para contemplar una bonita puesta de sol, con la silueta de un elefante que bebía en una charca; y Lagartos Agama y lagartijas correteando a mi alrededor.
CENA: MOLE MOTEL
Una agradable consecuencia del safari fue conocer a los alemanes, porque conectamos muy bien y acabé cenando con ellos en la terraza del restaurante del hotel, junto a la piscina. Se trataba de Sebastien, un ingeniero treintañero que llevaba 2 años trabajando en Takoradi (una ciudad de la costa), con un inglés perfecto y un sentido del humor genial. Y una pareja de amigos que habían venido a visitarle, amables y sonrientes, aunque con un inglés más limitado que dificultaba la comunicación.
Para cenar pedí un muslo de pollo asado acompañado de arroz. El plato era abundante y estaba muy rico, aunque no muy barato (40C). Además los alemanes eran auténticas esponjas, y antes, durante y después de la cena no pararon de caer cervezas Club, que estaban heladas y entraban solas (a 7C cada una). Eso sí, en cada ronda ellos pedían 2 cervezas para los 3 y yo me bebía una solo, así que acabé con más de 3 litros encima, entre risas y anécdotas. Cuando pusimos punto y final a la fiesta, a eso de las 22.30h, nada más entrar en mi habitación caí muerto en la cama.
EXPLORANDO MOLE A PIE
La jornada comenzó con mi alarma sonando a las 6h tras una noche bastante movida. Me desperté en varias ocasiones en medio de extraños sueños, con la boca seca (solo tenía una botella de agua caliente) y el estómago a punto de explotar. Imagino que las 5 cervezas de la cena tuvieron mucho que ver en todo esto. Pero bueno, no me quedó otra que ponerme en pie, preparar la mochila pequeña, y acercarme al Centro de Visitantes para realizar una excursión a pie en Mole. Esta vez había bastante gente, aunque para los paseos no importa porque que se pagan 20C por persona, tanto si vas solo como en grupo. Yo acabé con los 3 alemanes, 2 chicas (canadiense y austriaca, que iban a trabajar de voluntarias en un hospital de Accra), y otras 3 que no conocía.
La excursión duró 2 horas y me encantó. Una cosa es viajar subido en un ruidoso vehículo y otra bien diferente recorrer la sabana a pie por un terreno lleno de rastros de animales, rodeado de vegetación exótica, sonidos misteriosos y olores extraños. Con tiempo para hacer fotos y disfrutar del ambiente. El circuito consistió en bajar por el acantilado hasta la charca más cercana y realizar una ruta circular siguiendo a un guarda armado.
Sin duda lo mejor del paseo fueron los elefantes. Aún no habíamos empezado a caminar y apareció en el Centro de Visitantes un enorme macho que contemplamos durante un buen rato mientras comía en las inmediaciones del hotel. Más tarde vimos otros ejemplares entre los arbustos, a escasos metros de distancia, viviendo sensaciones únicas. Y el momento culminante se produjo cuando regresamos a la charca y encontramos una familia bañándose tranquilamente; y un macho que emergió del bosque y se acercó a la orilla, permitiéndome hacer buenas fotos mientras caminaba.
A parte de los elefantes vimos algún antílope corriendo en la distancia; y en la charca un cocodrilo y algunos pájaros de colores. Fue una gran experiencia. Y para rematarla nada mejor que un buen desayuno de regreso en el hotel (incluido en el precio) charlando con los alemanes las dos voluntarias. El menú consistió en una tortilla francesa con verduras, tostadas con mermelada, y una taza de café con leche que me dejó como nuevo.
Una vez con el estómago lleno me dediqué a aprovechar las instalaciones del hotel. Compré bebidas en la tienda; dormí una pequeña siesta en la habitación; estuve nadando y tomando el sol en la piscina; y por último me senté en el mirador con una cerveza Club, observando los antílopes que acudían a beber a la charca y una familia de Babuinos en los árboles cercanos.
OTRO PASEO POR MOLE
Tanto me gustó la excursión a pie que repetí por la tarde. Esta vez con un guarda para mí solo porque todo el mundo seguía de relax en el hotel. La verdad es que me pareció increíble: una excursión de 2 horas caminando por un parque nacional lleno de elefantes con un guarda privado… ¡por solo 4 euros!
En este paseo los encuentros con fauna fueron bastante más variados. Vimos algunos Bushbucks (macho y hembra) a una distancia razonable (no eran nada tímidos); un Kob plantado en medio de la llanura; y cocodrilos en la orilla de la charca (al menor sonido salían disparados). También observamos muchos pájaros: Kingfisher, Bee-Eater, Guinea Fowl, Ibis (salieron de los arbustos emitiendo ruidosos graznidos), Hooded Vultures, y un Bateleur Eagle volando sobre nuestras cabezas.
Aunque una vez más el protagonismo se lo llevaron los elefantes. Uno salía del agua con el cuerpo lleno de barro; seguimos a una familia caminando en paralelo por el bosque; y un macho solitario comía tranquilamente mientras yo le observaba a menos de 10 metros. Mientras regresábamos al hotel el paisaje era espectacular, iluminado con las últimas luces del atardecer. El guía fue bastante profesional, aunque demasiado pendiente del móvil. Y no hizo mucho calor porque el cielo estaba parcialmente nublado.
CENA: MOLE HOTEL
Esta vez decidí cenar solo para dar algo de privacidad a mis amigos alemanes y no hacerme pesado. Repetí muslo de pollo asado acompañado de arroz y 2 cervezas Club. Pero más tarde me uní a su mesa y estuvimos hasta la 1h de la mañana riendo, bromeando y jugando al Uno. Todo bien regado con rondas de cervezas Club (al final perdí la cuenta). La anécdota se produjo cuando el amigo de Sebastien me contó entre risas que el día anterior quería pedir matrimonio a su novia en el mirador del hotel, durante la puesta de sol, y tuvo que cambiar de escenario porque un español que hacía fotos no les dejaba a solas. Me partía…
De vez en cuando se nos unían otros huéspedes, como las dos chicas voluntarias; o una alemana de rasgos asiáticos cuyo novio era de Terrassa. Gente joven con historias interesantes y ganas de pasarlo bien. Me encantaron estos momentos, sentado junto a la piscina, charlando con todo el mundo, bajo un cielo estrellado, en medio de un parque nacional de África.
EN BUSCA DE AVES
Al día siguiente me tocó levantarme a las 5h para mi última actividad en el parque. Me costó un mundo porque la fiesta con los alemanes solo me permitió dormir 4 horas y estaba agotado. Pero bueno, poco a poco preparé las mochilas; y caminé hasta el Centro de Visitantes. Las excursiones a pie para observar aves tienen 2 peculiaridades: comienzan a las 6h, cuando todavía no ha salido el sol; y cuestan 50C por persona (10C extra por alquilar unos prismáticos). Como era previsible no había más gente interesada y la realicé solo, acompañado de un guarda con conocimientos de ornitología (iba equipado con prismáticos y un libro ilustrado de los pájaros que viven en Mole). Eso sí, el tipo apareció tarde, cuando ya estaba a punto de volverme a mi habitación a dormir un rato más; y al final empezamos la caminata a las 6.30h.
La verdad es que no soy ni mucho menos un experto en ornitología. Me gustan los pájaros coloridos y de cierto tamaño, sin importarme si se trata de una especie común o única en la zona. Pero esta actividad comienza muy temprano y pensé que tendría más posibilidades de ver otro tipo de fauna a parte de aves.
Una vez más la caminata por el parque no decepcionó. Me encantó la atmósfera inicial, moviéndonos entre penumbras mientras bajábamos por el acantilado hasta la primera charca; y escuchando cómo se despertaban los habitantes de Mole. Esta actividad se centra en los alrededores de las dos charcas cercanas al hotel, donde hay más pájaros. Y la verdad es que vimos bastantes: dos especies de Kingfisher (una más grande que otra), espectaculares Bee-Eater, alguna pequeña Garza Blanca, y Red Bishops de un color rojo intenso.
Además vimos una familia de graciosos Babuinos sentados en una rama que nos observaban con curiosidad; un enorme grupo de Kobs que se acercaron a beber a la orilla de una charca; y cocodrilos sumergiéndose en el agua a toda prisa. Y como colofón a mi visita a Mole nuevos encuentros con elefantes, bebiendo, bañándose o tirándose arena por encima con la trompa para secarse. La luz era perfecta y pude hacer muy buenas fotos.
De vuelta en el hotel me estaba esperando un delicioso desayuno. Eso sí, una hembra de Patas Monkey con su cría a cuestas se subió a mi mesa e intentó llevarse el plato de piña natural que había pedido como complemento (el capricho me costó 20C). Tuve que ahuyentarla con firmeza y se quedó un rato sentada en un muro cercano.
Después de desayunar desalojé mi habitación y abandoné este maravilloso lugar con toda la pena del mundo, porque de buena gana me hubiera quedado un par de días más. Atrás quedaban un montón de recuerdos imborrables.
CONCLUSION
Mole National Park es la atracción turística más destacada del norte de Ghana y no te lo puedes perder. Ofrece innumerables oportunidades para ver fauna a precios de saldo. Sin necesidad de contratar un tour en una agencia de viajes. Está claro que, a diferencia del Este de África, no hay felinos ni grandes manadas de mamíferos. Pero en pocos lugares se tiene la posibilidad de caminar tan cerca de elefantes. En mi opinión, una estancia mínima de 3 días es lo recomendable, alojándose en el fantástico Mole Hotel.
La gran mayoría de turistas que visitan Mole vuelan de Accra a Tamale; y desde allí viajan en autobús (o transporte privado, según el presupuesto) hasta el parque nacional. Si solo vas a visitar Ghana es una buena opción, para después regresar hacia el sur por carretera, parando en Kintampo Falls, Boabeng-Fiema, y Kumasi.
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Comentarios
2 ComentariosAgus
Jun 3, 2022Maravillosa experiencia. Las mejores encuentros en la sabana, selva o bosques siempre mucho mejor a pie. A ver si a finales o a principios del próximo año puedo visitar este país, que siempre pospongo por otro por la pereza que me da tramitar la VISA.
Y felicidades por el gran trabajo de divulgación que haces con esta página: Entretenida, útil y con una excelente redacción.
Ganas De Mundo
Jun 4, 2022Muchas gracias por el comentario! Total, a pie mucho mejor. Recuerdo una caminata en Sudáfrica que acabó a escasos metros de unos rinocerontes y fue una maravilla. Lo de la VISA para visitar Ghana es realmente laborioso, aunque por suerte el país tiene lugares increíbles para visitar que compensan el esfuerzo. Mole me encantó, un parque lleno de elefantes y a precios muy asequibles. Un abrazo y espero que puedas visitar Ghana pronto!