Descubriendo un parque nacional donde al atardecer se produce una de las mayores concentraciones de elefantes de toda Asia
Minneriya National Park es uno de esos parques donde hay una criatura que focaliza toda la atención. En este caso es el Elefante Indio. Tan complicado de ver en otros rincones de Asia, y aquí no cuesta nada poder contemplar manadas con más de cien ejemplares. Dando lugar a un fenómeno natural conocido como The Gathering (algo así como La Reunión). Aunque en Minneriya también hay otros animales que dejarán satisfecho a cualquier viajero.
Minneriya fue fundado en 1997, y abarca una superficie de 90km2. El epicentro del parque es el Pantano de Minneriya, creado por el Rey Mahasen durante el siglo III. La mejor época para visitar el parque es la temporada seca, que abarca de mayo a septiembre. A finales de la misma se producen las mayores concentraciones de elefantes, ya que los niveles de agua del pantano están bajo mínimos, y hay más alimento disponible. Yo visité Minneriya en septiembre, y fue un auténtico festival.
PREPARATIVOS
En un principio, mi idea era visitar Minneriya desde Habarana, donde tenía hotel reservado. Pero las atracciones turísticas en Dambulla y Sigiriya dieron de sí menos de lo previsto. Y en el Sigiri Lion Lodge (mi hotel en Sigiriya) me ofrecieron la posibilidad de compartir un safari con una pareja, lo cual reducía bastante el precio final. Así que decidí aceptar, y eso que me llevaba. Por si acaso una vez en Habarana me encontraba con un temporal de lluvias y me arrepentía de la ocasión perdida (como me ocurrió en Nagarhole).
Salimos de Sigiriya a las 13.15h, en un 4×4 en perfecto estado, ideal para safaris. Porque la parte trasera era descubierta, y podía ir de pie, con una visión de 360 grados, disfrutando al máximo del paisaje. Y me permitía sacar fotos sin problemas. Precio: 4.500 R por el 4×4 (así que 1.500 R cada uno).
La pareja, Amanda y Korab, resultó ser realmente simpática, y hubo muy buen rollo durante todo el safari. Ella gallega, y ambos residentes en Suiza. Así que la conversación fue una mezcla de francés y español. Me encantó conocer gente interesante, tras unos días sin muchas posibilidades de charlar con alguien. Menos mal, porque me imaginaba otra pareja en plan romántico como las de la puesta de sol de Pidurangala, y yo allí en medio con cara de póquer…
Antes de partir, me comí un par de Samosas que compré en un local cercano, acompañadas de un pequeño zumo de mango (150 R). Y así dejé resuelta la comida.
AFTERNOON SAFARI
En menos de media hora ya estábamos en la entrada del Minneriya National Park, tras recorrer unos 25km. Paramos a comprar el ticket de acceso (3.300 R cada uno). Y continuamos por una pista de tierra, atravesando un bosque de curiosa vegetación. Aunque en esa zona es muy difícil ver fauna, y los safaris se centran en explorar las inmediaciones del Pantano de Minneriya. Esto fue lo más destacado:
1. Sin duda, los Elefantes Asiáticos. Las grandes estrellas del parque. Al principio vimos alguno suelto, a escasos metros de distancia. O un grupo semi oculto entre los arbustos. Pero poco a poco fueron apareciendo más, y al final había una numerosa manada en la orilla del pantano, con más de 100 ejemplares. Entre ellos vimos todo tipo de escenas: el líder de la manada, un imponente macho de grandes colmillos, controlando a su grupo; varias crías correteando entre los adultos; una pareja copulando… Saqué un montón de fotos. Un espectáculo maravilloso, ver a estos seres metiéndose puñados de hierba en la boca con la trompa, bañándose en el pantano, tirándose arena por la espalda para secarse…
Todo idílico… si hubiera podido borrar del mapa los otros 60 vehículos que luchaban con el mío por conseguir un buen lugar para observar; llenaban el ambiente de polvo y sonido de motores; y me obligaban a hacer malabarismos para evitar que aparecieran en las fotos. Una pena esta masificación, que el gobierno debería intentar controlar de alguna manera, porque no me parece nada sostenible (excepto para el bolsillo de alguno). En fin, al final opté por mirar al frente, y olvidarme de lo que pasaba a mis espaldas…
2. También vimos grandes grupos de Búfalos de Agua, con algunos ejemplares bañándose en el pantano. Y uno corriendo muy cerca de nuestro 4×4.
3. En cuanto al resto de mamíferos, un par de Chacales en la distancia; una familia de Langures Grises; y una hembra de Ciervo Moteado (o Chital) cerca de la entrada del parque, cuando ya nos íbamos.
4. El apartado de aves tampoco estuvo mal: un enorme grupo de Painted Storks (una variedad de cigüeña) dentro del agua; otro de Pelícanos; varias especies de Garzas; un Fish Eagle posado en una rama; un Ibis; y varios Pavos Reales demasiado lejanos para fotografiarlos en condiciones.
5. Por último, los reptiles: un enorme Lagarto Monitor caminando entre los arbustos; y dos lagartos comunes tomando el sol sobre un tronco.
Durante el safari hizo un tiempo espectacular. Con un cielo completamente despejado y un sol de justicia (tuve que ponerme gorra). La mayor parte de la visita fui de pie, disfrutando de la atmósfera. Aunque los baches hacían que el 4×4 se zarandeara de forma violenta. Además, en un golpe de viento mi gorra salió volando y me la tuvieron que ir a buscar (no está permitido bajarse del vehículo).
En total, estuvimos unas 4 horas dando vueltas por Minneriya. Y ya con las últimas luces del atardecer iniciamos el regreso. La pareja se quedó en Habarana, donde nos despedimos amigablemente. Y yo continué solo hasta Sigiriya, muy contento tras las experiencias vividas. Al pagar al conductor del 4×4 le di 200 R de propina. En general se portó muy bien, aunque en algún momento su elección de las paradas para observar fauna me puso algo nervioso.
CENA: SIGIRI NIRWANA RESTAURANT
Como soy animal de costumbres, y la noche anterior acabé muy satisfecho, regresé al mismo restaurante, ubicado junto al Sigiri Lion Lodge. Por suerte llegué segundos antes que otras tres mesas, y me atendieron rápido. Repetí Chicken Fried Rice (de nuevo plato rico y abundante), acompañado de una Coke, y rematado con fruta cortesía de la casa (plátano y un trozo de piña). Impecable. Precio: 500 R.
Tras llenar el estómago, volví a mi habitación, donde tenía un montón de cosas que hacer de cara al día siguiente.
UN REGRESO INESPERADO
Mi decisión de visitar por segunda vez Minneriya se produjo en circunstancias parecidas a la primera. Tenía una mañana libre en Sigiriya. Y el plan era alquilar una moto y pasar la mañana dando vueltas por los alrededores, sin saber muy bien hacia dónde ir. Así que a última hora (¡pasadas las 22h!) decidí volver al parque y recorrerlo por la mañana. Las teóricas ventajas: muchísimos menos turistas; y posibilidades de ver otro tipo de fauna a parte de elefantes.
Hay que decir que el dueño del Sigiri Lion Lodge estuvo de diez. El pobre ya se iba a dormir, y en un par de minutos lo organizó todo. No me extraña que el lugar tenga tan buenas críticas. La pega era que, lógicamente, no compartía vehículo con nadie, y tenía que asumir yo solo las 4.500 R. Pero bueno, al final eran menos de 30 euros por un safari privado; y tendría más control sobre el conductor para decidir cuándo parar.
MORNING SAFARI
La verdad es que el inicio de la jornada fue duro. El safari comenzaba a las 5h, así que me tuve que levantar un rato antes; desalojar la habitación; y ponerme en marcha sin desayunar (el dueño me lo descontó del precio final, un buen detalle).
De entrada, todo siguió el guión del primer safari: 4×4 en perfecto estado, con la parte trasera descubierta; conductor amable y motivado, dispuesto a que pasara una buena mañana; y en media hora nos plantamos en la entrada del parque. Pero no entendí el motivo de comenzar tan pronto, si Minneriya no abre sus puertas hasta las 6h, y al final nos tocó esperar un rato. Además, el ticket de acceso me costó más caro: 4.500 R. Porque por lo visto hay una tasa fija por vehículo que el primer día quedó repartida con Amanda y Korab y ahora tenía que pagar en solitario. En fin…
A pesar de todo, cuando nos pusimos en marcha, con las primeras luces del día, estaba realmente contento, con ganas de una nueva sesión de fauna y naturaleza. Quizás por eso acabé bastante decepcionado. Por tres motivos principales:
1. El safari duró tan solo 2,5 horas, algo que no me esperaba. Así que cuando cruzamos la salida del parque a las 8.30h me quedé con una cara de asombro total. Porque el precio es el mismo que el de un afternoon safari. ¡El tiempo se me pasó volando!
2. Encontramos muchísima menos fauna que el día anterior. Ya sabía que por la mañana no vería grandes concentraciones de elefantes. Pero pensaba que habría abundancia de otro tipo de animales (principalmente aves).
3. El conductor se desentendió bastante del safari, sin buscar animales. Porque su obsesión era encontrar elefantes, a pesar de que ya le había dicho que el día anterior había visto muchos, y estaba interesado en otro tipo de fauna. Al final me enfadé un poco con él cuando, por ir con la radio puesta no oyó mis gritos de «stop», y un Marabú que quería fotografiar se marchó volando. Aunque bueno, en lineas generales paró cuando se lo pedí.
Lo único positivo fue que casi no había vehículos. Tan solo un par más a parte del mío. Por lo que la atmósfera del parque era mucho más auténtica. Y se respiraba una tranquilidad absoluta.
En cuanto a fauna, pude ver un montón de coloridos Pavos Reales, esta vez muy cerca; un nutrido grupo de Búfalos de Agua; unos Marabúes; un grupo de Garzas en el lago; dos Elefantes comiendo, a escasos metros de distancia; un Chacal desapareciendo entre los matorrales; una familia de Langures Grises; un Águila alzando el vuelo; y, ya a punto de salir del parque, unos Ciervos Moteados, incluido un macho de gran cornamenta. Un balance muy pobre comparado con el día anterior. Y eso que no paramos, recorriendo a buen ritmo el bosque y la zona del lago.
Más tarde, los propios lugareños me comentaban que los safaris de mañana en Minneriya no son nada productivos, y no los recomiendan (al contrario que mis guías de viaje…). En fin, tras el breve safari, el 4×4 me dejó en mi siguiente hotel, ubicado en las afueras de Habarana. Y me despedí del conductor, dándole 200 R de propina.
ALTERNATIVAS A MINNERIYA
Aunque Minneriya es el sitio más popular, en Sri Lanka hay otros dos parques donde se pueden ver elefantes salvajes con casi total seguridad:
1. Kaudulla National Park: ubicado alrededor del Pantano de Kaudulla. Está unido a Minneriya por un corredor natural, así que los elefantes se mueven con libertad entre ambos parques. El punto fuerte de Kaudulla es que recibe muchos menos visitantes, y permite una visita más tranquila. Se puede acceder a él desde Dambulla, Sigiriya o Habarana.
2. Udawalawe National Park: situado más al sur, rodeando el Pantano de Udawalawe. La gran ventaja de este parque es que permite ver elefantes durante todo el año. Así que si llegas a Sri Lanka fuera de la temporada seca, esta será una buena opción.
CONCLUSIÓN
Minneriya es un parque donde en la época del año adecuada podrás disfrutar de espectaculares concentraciones de elefantes asiáticos. Una auténtica maravilla de la naturaleza. Aunque la mala noticia es que tendrás que compartir la escena con docenas de vehículos. Y aquí, a diferencia de Dambulla o Sigiriya, no hay madrugón que lo arregle. La única opción para evitar a las masas será visitar el vecino Kaudulla National Park (del cual no puedo opinar, porque no estuve). Con un afternoon safari será más que suficiente.
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