Explorando la antigua capital de Galicia, con museos llenos de obras de arte, mansiones cubiertas de estatuas y relieves, y un gigantesco cementerio
A finales del siglo XII el Principado de Galicia (o Halych) era el más poderoso de todos los que formaban la federación del Kievan Rus, gracias a los éxitos de Roman el Grande. Tras su disolución en el año 1240 Galicia pasó a ser un Reino y estableció la capital en Lviv, aunque rindiendo pleitesía al Imperio Mongol, la nueva potencia de la zona. En 1349 el Reino de Polonia aprovechó una serie de guerras internas para conquistar Galicia, y gobernó la región durante 4 siglos. En ese tiempo Lviv creció hasta convertirse en la segunda ciudad más grande de Polonia, tan solo por detrás de Cracovia. Y esa tendencia no cambió cuando en 1772 los Habsburgo incorporaron Galicia a sus territorios.
El Casco Antiguo de Lviv está catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y es una auténtica maravilla, con montones de edificios históricos, iglesias y estatuas. Entre sus lugares más interesantes destacan la Plaza del Mercado, el Cementerio Lychakiv o varios ejemplos de arte soviético repartidos por toda la ciudad.
VIAJE: UZHGOROD – LVIV
Entre estas dos ciudades del oeste de Ucrania hay 270km de distancia y decidí viajar en tren, adquiriendo el billete con unos días de antelación a través de la página web de la compañía (169G). Tras desalojar mi habitación de la Guesthouse Gogol 14 de Uzhgorod caminé hasta la Estación bajo una ligera lluvia. En uno de los andenes ya estaba mi tren, que se dirigía nada menos que a Kharkiv (¡casi 1300km de recorrido!). Allí me sentí como si estuviera en el Moscú de los años 80, porque junto a la entrada de cada vagón esperaba en medio de la niebla una revisora vestida con levita de color azul y gorro soviético.
Al poco de ocupar mi asiento nos pusimos en marcha. El trayecto duró algo más de 5 horas (no era un tren Intercity) y viajé muy cómodo, sin nadie a mi alrededor. Como de costumbre no pensé en comprar algo para comer y el desayuno había sido bastante ligero. Por suerte en el compartimento de la revisora había snacks a la venta y me hice con dos paquetes de galletas (dulces y saladas) y un cortado. Precio: 35G. En cuanto al paisaje, primero contemplé poblaciones rurales y campos de cultivo; y después atravesamos los Montes Cárpatos, con espesos bosques, valles y aldeas con iglesias de madera y chimeneas humeantes. Hasta que se hizo de noche y me dediqué a leer y escuchar música con mi iPod.
Una vez en la Estación de Tren de Lviv comprobé que mi alojamiento se encontraba a más de 3km. En circunstancias normales hubiera solicitado un taxi a través de la app de Uber, pero antes necesitaba efectivo para pagar mi estancia, porque el dueño no aceptaba tarjetas. Así que empecé a caminar hacia el centro en busca de un cajero y viví una pequeña odisea. Había nevado bastante en Lviv y el suelo estaba cubierto por una capa de hielo y nieve muy resbaladiza que me impedía avanzar con normalidad. Y encima los dos primeros cajeros que encontré me ofrecían importes ridículos. Vaya tela…
Cuando por fin conseguí el dinero ya estaba a un par de kilómetros del alojamiento y no había tanta nieve, con lo cual decidí seguir a pie.
ALOJAMIENTO: CITY CENTER APARTMENTS – 463G/Noche
*Puntos a favor: estudio de buenas dimensiones equipado con cocina y nevera; cama doble muy cómoda; ducha perfecta; limpieza extrema; mobiliario moderno; ubicación inmejorable, a escasos minutos a pie del centro; tranquilidad total por la noche; wifi rápido; lavadora; productos de cortesía (agua, caramelos y una tableta de chocolate); propietarios (Vasyl y su mujer) muy amables; precio.
*Puntos en contra: no se me ocurre ninguno.
En Lviv hay docenas de apartamentos turísticos a precios realmente económicos, y yo reservé uno con muy buenas referencias a través de Booking. Al llegar a la puerta del edificio llamé al teléfono de contacto y bajó a buscarme Vasyl, un señor que en un inglés muy básico me explicó todo lo necesario. El portal da un poco de miedo, pero una vez dentro el piso es moderno y no le falta ni un detalle, convirtiéndose en uno de los mejores alojamientos de mi recorrido por Ucrania. Además durante mi estancia Vasyl contactó conmigo en un par de ocasiones vía WhatsApp por si necesitaba algo.
Al poco de instalarme salí en busca de un lugar para cenar. Al final encontré un local de bocadillos a un par de calles y me compré un Kebab de pollo enorme (98G). De paso aproveché para hacer una compra de comida en una tienda, y regresé al apartamento, donde ya pude relajarme.
PRIMER DIA EN LVIV
Al día siguiente me desperté tras una noche de sueño impecable. No se escuchaba ni una mosca y dormí prácticamente del tirón. Una vez en pie desayuné galletas, un plátano y un yogurt; preparé la mochila pequeña; y salí a la calle. El cielo estaba cubierto de nubes, aunque según la previsión meteorológica el sol iba a aparecer más tarde (nunca lo hizo), así que empecé a caminar con ganas de conocer la ciudad.
Lviv se encuentra a 70km de la frontera de Polonia y fue fundada en el año 1250 por Daniel, el primer rey de Galicia. Eligió ese nombre en homenaje a su hijo Lev (León), quien al heredar el trono decidió trasladar aquí la capital del reino. Durante la etapa de los Habsburgo la ciudad era llamada Lemberg; y Lviv se traduce al latín como Leópolis (así aparecía en Google Maps). En cualquier caso el león constituye el símbolo del lugar y su imagen es omnipresente, apareciendo en el escudo de la ciudad, estatuas, papeleras, bancos…
En Lviv hay docenas de museos, iglesias y edificios antiguos, y es necesario seleccionar muy bien las visitas para no acabar saturado.
BUSCANDO MIRADORES
De entrada decidí contemplar Lviv desde la distancia, y para ello me dirigí a los miradores con las mejores panorámicas de la ciudad:
1. High Castle Hill: se trata de una colina que con sus 413m es el punto más alto de Lviv. Aquí se levantó durante el siglo XIII una fortaleza de madera, que en el año 1362 los polacos sustituyeron por una de piedra siguiendo órdenes del rey Casimir el Grande. El castillo fue reconstruido en varias ocasiones, hasta que en el año 1704 quedó arrasado tras la invasión del Reino de Suecia. A continuación los Habsburgo consideraron que ya no era necesario y lo desmantelaron. Hoy día se conserva algún resto sin importancia.
High Castle Hill está a apenas un cuarto de hora a pie de mi apartamento y todo el mundo coincide en que sus dos miradores ofrecen unas vistas de Lviv insuperables, pero mi experiencia fue muy distinta. Primero visité el llamado Lower Deck y comprobé que los árboles tapaban el paisaje. Y en la única parte de la ciudad visible, donde aparecían las cúpulas de dos iglesias, se interponía una horrible chimenea oxidada. En los alrededores del Lower Deck hay un parque donde me crucé con algún que otro lugareño paseando al perro.
A continuación subí por unas escaleras metálicas hasta la cima de un enorme montículo artificial construido en el año 1869 para conmemorar los 300 años de la creación de la Alianza de Polonia y Lituania. Aquí se encuentra el Upper Deck y también me quedé sin vistas porque había mucha niebla. Aunque con el día despejado la cosa no hubiera mejorado, ya que la zona del Casco Histórico (la más fotogénica) también está tapada por los árboles. En fin… Me llevé un chasco importante. Al menos pasé un rato agradable en el parque, rodeado de vegetación, con pájaros que no paraban de cantar y graciosas ardillas buscando nueces entre las hojas secas.
2. Ratusha Tower: es el edificio donde se ubica el Ayuntamiento de Lviv. Ocupa la parte central de la Plaza del Mercado y tiene un campanario de 65m de altura. Desde el año 2000 es posible subir a una plataforma de observación con una gran panorámica del Casco Antiguo de la ciudad. Aquí me iba a sacar la espina de High Castle Hill. Pero en la puerta del Ayuntamiento había un cartel donde se indicaba que la torre estaba cerrada al público de forma temporal por obras. Vaya tela…
3. Hotel Dnister: ya a la desesperada rastreé Internet y encontré una última opción: el Panorama Bar de este hotel de 4 estrellas situado junto al Parque Ivan Franko, donde se puede acceder sin necesidad de ser un huésped. Yo ya me ponía en lo peor (que estuviera cerrado por ser invierno, por reformas, etc…), aunque a la tercera va la vencida: entré en un ascensor; subí hasta la Planta 9; y aparecí frente a unas vistas memorables. El Casco Antiguo queda algo alejado, y en mi caso todavía había restos de niebla, pero pude hacer fotos bastante aceptables (incluida una desde la ventana del lavabo).
Para justificar mi presencia en el bar me senté y pedí un café con leche; y estuve un rato conectado al wifi del hotel. Eso sí, a la hora de pagar me llevé una sorpresa, porque solo me cobraron 40G (casi lo que cuesta en un puesto callejero). Un sitio muy recomendable.
LA PLAZA DEL MERCADO
También conocida como Ploshcha Rynok, es el corazón de Lviv. Fue creada durante el siglo XIII, aunque en el año 1527 un voraz incendio consumió el centro de la ciudad y hubo que reconstruirlo casi por completo. La plaza tiene forma rectangular y se compone de una serie de edificios (llamados Kamenitsas) que pertenecían a nobles y ricos mercaderes. La mayoría cuentan con 3 pisos y 3 ventanas de anchura, el máximo que permitía la ley sin pagar impuestos. Pero a partir de aquí cada edificio es único, con fachadas de vivos colores decoradas con todo tipo de relieves y esculturas. Me encantaron.
Además en la plaza hay 4 fuentes con estatuas que representan a diferentes personajes de la mitología griega; varios cafés de estética medieval; y pintorescos tranvías. En cuanto a atracciones concretas, recomiendo dos:
1. Andreolli’s Passage: un pasadizo parcialmente cubierto que conecta la plaza con la calle Teatralna y tiene rincones muy fotogénicos.
2. Palacio Korniakt: uno de los edificios más espectaculares de la plaza. Fue construido en el año 1580 para el mercader Konstanty Korniakt, inspirado en los palacios italianos de estilo renacentista. Más tarde estuvo habitado por John III Sobieski, rey de Polonia; y en la actualidad alberga el Museo de Historia de Lviv. Yo no tenía ganas de visitar el Museo, pero pagué 10G por acceder al Patio Italiano del palacio, con tres niveles llenos de arcos, columnas y estatuas.
Ploshcha Rynok es un rincón lleno de encanto y encima mi llegada a Lviv se produjo en Navidad, con lo cual el ambiente era insuperable: una pista de hielo junto al Ayuntamiento donde patinaban grupos de niños; un mercado con montones de puestos vendiendo artesanía y dulces; tiendas decoradas con luces y adornos navideños; unos altavoces emitiendo villancicos… No me quería marchar de allí.
EN EL CAFE DE LOS GATOS
Mientras caminaba en busca del siguiente lugar de interés pasé junto al “Cat Cafe Lviv”. Uno de esos locales que se están poniendo de moda por todo el mundo donde puedes tomar algo rodeado de gatos. Había leído opiniones muy dispares pero nunca estuve en uno, así que decidí entrar y comprobarlo por mí mismo. Allí había al menos una docena de gatos de diferentes razas (incluido un Esfinge). Unos dormían y otros se dedicaban a perseguir a una niña que había comprado comida para alimentarlos. Me pareció que estaban bien cuidados y una camarera vigilaba para que la gente no se excediera (prohibidas las fotos con flash).
Yo me senté en una mesa, pedí un café con leche y acaricié a un par de gatos que se acercaron a saludar. Curiosamente el café me costó 42G, más que en el bar del Hotel Dnister.
HOUSE OF SCIENTISTS
*Horario: 9h – 18h
*Precio: 30G
*Fotografía: ok
Junto a la Ópera se trata del edificio más espectacular de Lviv. Fue construido en el año 1898 para albergar un Club donde se reunía un grupo de acaudalados empresarios dedicados a la cría de caballos. En 1918 el lugar se convirtió en un Casino de lujo (y según algunos un popular prostíbulo). Y tras la Segunda Guerra Mundial pasó a ser la Casa de los Científicos, una especie de centro cultural presente en las principales ciudades de la Unión Soviética que se dedicaba a organizar actividades para la comunidad científica (profesores, investigadores…). Hoy día el edificio se alquila para todo tipo de eventos o el rodaje de películas.
La fachada es de estilo barroco y está cubierta de esculturas y relieves, con parejas de atlantes sosteniendo los balcones del primer piso. En el interior pagué la entrada a un encargado y pude explorar a mi aire el lugar. Destaca la impresionante escalera de madera de roble que conduce a la primera planta, donde hay 8 salas decoradas con chimeneas de mármol, lámparas de cristal, espejos y paneles con coloridas pinturas. Por suerte, cuando estaba a punto de marcharme, el simpático encargado me invitó a entrar en la Biblioteca. Tiene forma de media luna y dos pisos con armarios donde hay cientos de libros. Mi cámara de fotos echaba humo…
Durante mi visita apareció alguna pareja de ucranianos, pero en general estuve casi todo el tiempo solo, disfrutando de un rato relajado.
LA PRISION DE LONSKY
*Horario: 10h – 19h (sábado y lunes cerrado)
*Precio: gratis
*Fotografía: ok
Esta cárcel fue construida en el año 1923, cuando tras la derrota del Imperio Austro-Húngaro en la Primera Guerra Mundial la región de Galicia pasó a manos de Polonia. Aquí se recluía principalmente a prisioneros políticos, desde independentistas ucranianos a militantes del Partido Comunista.
En 1939 Stalin firmó un pacto con la Alemania de Hitler e invadieron Polonia de forma conjunta, repartiéndose sus territorios. De esta forma la Unión Soviética consiguió incorporar por primera vez a la República Socialista de Ucrania las provincias de Galicia y Transcarpatia, y el país adquirió su forma actual. En la Prisión de Lonsky se ubicó la sede regional del NKVD, el Ministerio de Interior, responsable de la mayor tragedia que vivió el lugar. En 1941, cuando Alemania rompió el pacto y estaba a punto de conquistar Lviv, las autoridades decidieron eliminar a los reclusos, y en apenas unos días 1681 personas fueron fusiladas.
Los Nazis continuaron utilizando la cárcel con la misma finalidad, y en 1944 regresaron los rusos, que a través de sus diferentes órganos de represión (del NKVD a la KGB) sembraron el terror entre cualquiera que se opusiera a las estrictas directrices del régimen soviético. Tras la independencia de Ucrania la Prisión de Lonsky funcionó unos años más. Y en el 2009 se convirtió en el National Museum & Memorial to the Victims of Occupational Regimes. Por cierto, Lonsky era el nombre de la calle donde se encuentra la entrada principal del edificio, que actualmente se llama Bryullova.
El gobierno local decidió mantener la cárcel intacta y es una visita realmente conmovedora. Yo recorrí con total libertad las dos plantas abiertas al púbico, donde hay estrechos pasillos, muros desconchados, antiguos lavabos y celdas con gruesas puertas de metal. En algunas se han ubicado pequeñas exposiciones, con objetos personales de los reclusos (me gustaron los diarios con anotaciones y dibujos); fotos; un espeluznante video en blanco y negro con escenas de la masacre de 1941 (aparece gente sacando de las celdas montones de cadáveres); propaganda soviética (carteles y banderas con los rostros de Lenin y Stalin)… En otras se puede mirar a través de sus estrechas aberturas, donde hay viejas camas o la oscuridad más absoluta.
A cargo del recinto había una señora que cuando subí al primer piso me acompañó en silencio (era el único turista). Los paneles informativos están en ucraniano, pero en la entrada hay carpetas con toda la historia de la prisión en inglés. Cuando salí ya era de noche, así que busqué un sitio para llenar el estómago, porque llevaba un montón de horas sin comer.
COMIDA/CENA: PUZATA KHATA
Un placer reencontrarme con mi local de comidas favorito de Ucrania, del que me convertí en cliente habitual durante mi estancia en Kiev. El mas cercano se encontraba a 15 minutos de mi alojamiento. Pedí Borsch; Vareniky rellenos de carne con Smetana; y dos Syrniki (pequeños pasteles de queso). Los platos me dejaron como nuevo. Precio: 145G.
Regresé al apartamento a eso de las 19h, cansado y helado de frío, pero muy satisfecho por cómo había transcurrido el día. Evidentemente ya no volví a salir.
SEGUNDO DIA EN LVIV
La jornada comenzó con mi alarma sonando a buena hora, porque todavía me faltaba por ver muchos lugares de Lviv y los días eran cortísimos. Tras desayunar me vestí y salí a la calle equipado con mis cámaras de fotos. En el exterior me esperaba un clima frío y nublado, pero al menos no llovía ni nevaba. A esas alturas del año podía considerarme afortunado.
VISITANDO IGLESIAS
Lviv cuenta con numerosas iglesias católicas. Durante la ocupación soviética la mayoría fueron cerradas, convertidas en almacenes, o directamente abandonadas a su suerte. Aunque tras la independencia de Ucrania se comenzaron a recuperar y hoy algunas vuelven a lucir en todo su esplendor (o están en ello). Yo visité las siguientes:
1. Iglesia Jesuita: fue construida en el año 1630 por la Orden de los Jesuitas. A principios del siglo XVIII se le añadió un campanario de 100m (el más alto de Lviv), pero un siglo más tarde fue retirado. Los rusos la utilizaron para almacenar libros, y volvió a abrir sus puertas como templo religioso en el 2011.
Durante mi visita se estaban llevando a cabo importantes trabajos de restauración y la fachada se encontraba cubierta de andamios, al igual que el interior, tapando buena parte de los frescos del techo. Pero al menos pude contemplar el altar, con estatuas, pinturas murales y un enorme cuadro de la crucifixión de Cristo. La iglesia está vinculada al Ejército y tiene varios memoriales con montones de fotos de soldados fallecidos (que no faltan desde el inicio de la Guerra del Donbas en el 2014).
2. Catedral Armenia: el templo original data de 1370, aunque posteriormente experimentó diversas modificaciones. Los rusos la utilizaron para guardar obras de arte religioso procedentes de otros sitios, hasta que retomó su actividad en el 2003. Hoy día la catedral es un lugar muy atmosférico. Tiene un patio con el suelo cubierto de lápidas medievales, un campanario y el palacio del obispo. En el interior hay bonitos frescos. Mientras los observaba se me acercó un tipo y me pidió con buenas maneras que me sacara las manos de los bolsillos, porque no era respetuoso. Vale, pero es que hacía frío y las tenía congeladas… El hombre se fue y al poco apareció vestido con una sotana y empezó a oficiar misa (sin nadie más a parte de mí). En fin…
Junto a la Catedral hay una calle que atraviesa una pequeña sección del antiguo Barrio Armenio, con viviendas históricas, una columna con la estatua de San Christopher, y un pasadizo cubierto. Sin duda uno de los rincones más fotogénicos de Lviv (que ya es decir). Se respiraba una tranquilidad total.
3. Capilla Boim: fue construida en el año 1615 por encargo de los Boim, una adinerada familia que se estableció en la ciudad procedente del Reino de Hungría. La fachada es un espectáculo, completamente cubierta de relieves que representan escenas de la Pasión de Cristo. El interior de la capilla también prometía, pero la puerta estaba cerrada y no pude acceder.
4. Catedral Dominica: esta enorme iglesia data de 1764, pertenecía a la Orden de los Dominicos, y cuenta con una imponente cúpula y un campanario que dominan el Casco Histórico de Lviv. Los rusos la convirtieron en el Museo de Religión y Ateísmo, y hoy día todavía pertenece al estado, aunque como Museo de Religión a secas. Yo no entré y preferí contemplar los alrededores, donde además del templo hay un interesante mercado callejero con infinidad de objetos antiguos.
Además de estas iglesias hay muchas otras. Me hubiera gustado visitar la Catedral Latina, la Iglesia de San Nicolás o el Monasterio Bernardino. Pero no tenía tiempo y continué con mi recorrido por la ciudad.
EN PROSPEKT SVOBODY
Se trata de la calle más transitada de Lviv, un lugar ideal para observar a la gente pasar. Cuenta con docenas de tiendas, cafés y edificios antiguos. Además durante mi visita había un bonito mercado navideño situado en uno de los extremos, similar al de la Plaza del Mercado, con luces de colores, puestos vendiendo comida y artesanía, y un hombre disfrazado de San Nicolás.
Estos son sus monumentos más destacados:
1. Teatro de Ópera y Ballet: fue construido en el año 1900 y tiene una fachada espectacular, adornada con columnas, estatuas y relieves. El interior se puede visitar de dos formas: acudiendo como espectador a una de las obras; o pagando una entrada durante el día. Yo hablé con la encargada de la taquilla para intentar acceder, pero la mujer me dijo que los tours se habían restringido a los fines de semana y mi única opción era comprar un billete para la función de ese día, así que lo dejé correr.
2. Estatua de Taras Shevchenko: inaugurada en 1992, está dedicada al famoso poeta. Tan solo 4 años más tarde se complementó con una especie de ola de bronce cubierta de relieves donde aparecen diferentes personajes. Las fotos quedan genial, con el Casco Antiguo de fondo.
3. Caja de Ahorros de Galicia: un edificio construido en 1891 para albergar la sede de la institución financiera más antigua de la región. Está rematado por una cúpula con 3 imponentes estatuas. En la actualidad contiene el Museo Etnográfico y no lo visité.
A estas alturas todavía me faltaban dos lugares importantes y me moría de hambre, así que decidí picar algo antes de continuar.
CROISSANTS EN LVIV
Aunque el croissant hace pensar automáticamente en Francia, hay quien dice que este producto fue inventado en Viena. El caso es que son muy populares en Lviv, y desde hace años la cadena de restauración Lviv Croissants está rentabilizando la situación, expandiéndose por toda Ucrania. No podía marcharme de aquí sin probar uno…
Elegí un local cerca de la Plaza del Mercado, donde ocupé una pequeña mesa y examiné el menú. Hay muchas opciones, tanto dulces como salados. Yo pedí un croissant relleno de plátano y chocolate, y tengo que reconocer que estaba delicioso. Se deshacía en la boca. Para acompañar cayó un café con leche grande. Precio: 76G.
EL MUSEO DE ARTE EUROPEO
*Horario: 11h – 17h (fines de semana 10h – 18h) (lunes cerrado)
*Precio: 90G
*Fotografía: ok
Este Museo se encuentra ubicado en el enorme Palacio Potocki, construido en el año 1890 para Alfred Potocki, miembro de una importante familia de la nobleza polaca y gobernador de la provincia de Galicia. El palacio es de estilo neoclásico francés, tiene tres plantas, y su finalidad era albergar recepciones oficiales, aunque Alfred Potocki falleció un año antes de que acabaran las obras y lo disfrutó su hijo. Tras la Segunda Guerra Mundial los rusos expropiaron el palacio y ubicaron el Instituto de Geología. En 1973 se reconvirtió en Wedding Palace, para la celebración de bodas civiles. Y en el 2002 fue cedido a la Galería de Arte de Lviv, que 5 años más tarde inauguró el Museo.
Una vez comprado el billete comencé la visita, que se divide en dos partes:
1. Primer Piso: aquí están las salas más lujosas del Palacio, entre las que destacan Blue Hall, Red Hall y Mirror Hall. En cada una hay un panel con detalladas explicaciones en inglés y numerosos objetos interesantes: cuadros, lámparas, muebles antiguos, instrumentos musicales, chimeneas de mármol, espejos…
2. Segundo Piso: contiene el Museo de Arte Europeo (siglos XIV-XVIII), con docenas de pinturas repartidas entre diferentes salas en función del país de origen (Italia, Francia, Alemania, Holanda, España…).
Estuvo muy entretenido y apenas me crucé con otros turistas.
EL CEMENTERIO LYCHAKIV
*Horario:
*Precio: 50G
*Fotografía: ok (pagando 10G más)
Este cementerio fue creado en el año 1786 y con el tiempo creció hasta alcanzar unas dimensiones descomunales. Nada menos que 42 hectáreas de terreno donde hay distribuidas más de 300mil tumbas, muchas de ellas decoradas con estatuas que son auténticas obras de arte, ya que aquí se enterraba a las élites de Lviv (artistas, empresarios, científicos, mandos del ejército, políticos…). Más tarde se añadieron varios memoriales de guerra donde se homenajea a víctimas de diferentes nacionalidades.
Mi visita al Cementerio Lychakiv fue a la desesperada, porque tras un día intenso ya comenzaba a oscurecer y apenas me quedaba tiempo. En circunstancias normales hubiera dedicado horas a explorar cada rincón, pero me tuve que conformar con algo más de una y gracias. Eso sí, la aproveché al máximo, recorriendo más de la mitad del recinto y haciendo un montón de fotos. Además estuve casi solo, disfrutando de una atmósfera muy auténtica. Por el camino contemplé estatuas alucinantes (incluida la tumba del poeta Ivan Franko); misteriosos panteones; y lápidas con velas y flores.
Para llegar al cementerio desde el centro de Lviv caminé en linea recta siguiendo la calle Pekarska, y no paré de ver lugares de interés que no aparecían en ninguna guía (un motivo más por el que se me hizo tarde). Estos son los que más me llamaron la atención:
1. Casa Plana: se trata de un edificio que por el escaso terreno disponible se construyó con forma triangular, y cuando se observa desde el ángulo más pronunciado parece que sea plano, creando un efecto sorprendente.
2. Palacio Semensky-Levytskyh: construido durante la primera mitad del siglo XIX. Hoy día alberga un internado para niños con discapacidades.
3. Facultad de Veterinaria: la fachada luce dos mosaicos de grandes dimensiones creados en 1996. Además enfrente hay un Monumento a los Veterinarios donde aparece un hombre con un caballo; y el edificio anexo tiene un relieve de estilo soviético.
4. Palacio de Turkuliv-Comello: de estilo neogótico, también pertenece a la Facultad de Veterinaria.
5. Edificios de la Facultad de Medicina: rodeados de jardines y ocupados parcialmente por un Museo de Anatomía. Cerca hay una fuente con una estatua de estilo soviético dedicada a los médicos que murieron durante la Segunda Guerra Mundial.
6. Farmacia: tiene un espectacular mosaico lleno de colorido donde aparece Hygieia, la diosa de la higiene, que data de principios de los 90.
Lástima que la calle Pekarska estaba en obras, con maquinaria pesada trabajando, grupos de operarios, zanjas, montones de tierra y pasarelas de madera. Así costaba mucho hacer fotos.
COMIDA/CENA: ATLAS CAFE
Un local con buenas referencias situado en la Plaza del Mercado. La decoración del comedor es genial, con sus paredes cubiertas de cuadros donde aparecen personajes históricos. Además tiene música agradable, mesas con velas, buen wifi y una camarera muy simpática. Yo pedí Deruny (tortitas de patata) con salsa de champiñones; una jarra de cerveza de Lviv; y pastel de manzana de postre. Muy recomendable. Precio: 230G.
A continuación estuve un rato disfrutando del ambiente navideño de la Plaza del Mercado, y volví a mi apartamento con ganas de entrar en calor y estirarme en la cama a recuperar fuerzas.
DESCUBRIENDO ARTE SOVIETICO
Al día siguiente me desperté a las 8.30h, media hora más tarde que las jornadas anteriores, porque me encontraba realmente cansado. Aunque en cuestión de minutos ya estaba listo para seguir explorando Lviv.
Los rusos controlaron la región de Galicia durante poco más de 50 años, hasta la independencia de Ucrania. Pero aun así dejaron su huella en forma de edificios y monumentos, y en Lviv hay unos cuantos que no me quería perder.
1. Lviv Circus: es menos espectacular que el de Dnipro, sin adornos ni carteles infantiles, pero merece la pena acercarse a verlo. Tiene forma circular y está coronado por una cúpula. A un par de calles hay una pared con una serie de pinturas murales muy interesantes, donde aparecen un Cosaco o una mujer vestida con ropa tradicional. Pero hay que andarse con ojo a la hora de hacer fotos porque la pared pertenece a un cuartel militar y no paran de pasar soldados. Yo no tuve ningún problema, pero más vale prevenir.
2. Regional State Tax Department: un enorme edificio de estilo soviético construido para albergar las oficinas de Hacienda de la provincia de Lviv. Las obras empezaron a principios de los 80 pero la falta de fondos provocó que no pudieran finalizar hasta 1997. Es una imagen imponente, aunque el día amaneció con una espesa niebla y las fotos quedaban algo borrosas. Justo al lado hay un Auditorio de ladrillo rojo que está conectado al edificio. A causa de los problemas económicos quedó inacabado, y en la actualidad se encuentra vacío, rodeado de maleza. El edificio está ubicado a varios kilómetros del Lviv Circus así que pedí un taxi a través de la app de Uber y me llevó por 55G.
3. Lviv Bus Factory: en el lateral de una de las naves de esta fábrica de autobuses hay un relieve con una mujer volando rodeada de símbolos. Me encantó. Llegué hasta allí tras una caminata de 2km.
4. Taras Shevchenko Research Institute: está a escasos metros del relieve, y su fachada luce un precioso mosaico de estilo soviético lleno de colorido.
A continuación decidí hacer un alto para llenar el estómago y entrar algo en calor. La zona no era muy comercial así que opté por la primera cafetería que vi; me senté en una pequeña mesa del comedor; y pedí un café con leche y un croissant relleno de chocolate. Precio: 98G.
5. Stryiska Bus Station: esta Terminal tiene un diseño revolucionario, con forma de estrella de 3 puntas y un porche de cemento que protege los andenes donde se detienen los autobuses. Menos mal que la incluí en mi itinerario, porque pensé que no me daría tiempo a ver todo y estuve a punto de descartarla. Está a 3km del mosaico y decidí caminar siguiendo la calle Stryiska, a pesar del frío que hacía. Aunque fue un trayecto entretenido, pasando junto a una zona industrial con varias naves abandonadas y bloques de pisos de estilo soviético.
6. Urkvino Wine Factory: una antigua fábrica de vino al este de Lviv. De nuevo necesité los servicios de un taxi porque me quedaba lejísimos. El coche tardó un cuarto de hora en aparecer en la Terminal y otros 20 minutos más de viaje, dejándome junto a un parque prácticamente desierto (90G).
Aquí viví sin duda los mejores momentos del día, con una sensación de aventura total. Al principio no encontraba la fábrica y estuve un rato investigando hasta dar con la entrada. El recinto es de grandes dimensiones, compuesto por varios edificios en ruinas entre los que descubrí detalles geniales. Por encima de todos destaca un mosaico que representa a un grupo de mujeres en plena vendimia o elaborando vino; y al lado una pareja bailando al son de dos músicos. También me gustó un relieve con un majestuoso león sosteniendo un escudo con un racimo de uvas; o algunos de los grafitis que decoran las paredes.
Paseé al lado de los edificios pero no entré en ninguno, porque su estado era realmente precario, con techos hundidos y montones de escombros; y porque ya se hacía tarde y no me pareció buena idea quedarme demasiado tiempo allí solo. Había leído comentarios de algún viajero que se encontró a gente sospechosa merodeando el lugar, y yo tenía una pinta de turista tremenda, con cámara de fotos y mochila. Cada ruido me ponía el corazón a mil por hora y cuando salí de allí respiré aliviado.
7. Center for Culture & Creativity for Children & Youth: está a escasos metros de la fábrica. Se trata de un edificio de estilo soviético con formas muy originales. Cuenta con varias aulas y salas de actos donde se organizan actividades infantiles. Aunque el exterior se encuentra bastante deteriorado y en una parte había trabajadores realizando obras. Tras hacer algunas fotos empezó a oscurecer, así que regresé a pie al centro atravesando una tranquila zona residencial.
En Lviv hay más muestras de arte soviético, pero ya no me quedaba tiempo. Ojalá hubiera podido visitar el monumento dedicado a la Gloria del Ejército Ruso, un conjunto de impresionantes estatuas y relieves que estaba ubicado en la calle Stryiska. Pero a raíz de la Guerra del Donbas y la prohibición de los símbolos comunistas el monumento fue demolido en el año 2019 y no queda ni rastro. Una muestra más del peligro en que se encuentran estas obras en todo el mundo. En parte por los horrores que evocan, aunque también por la actitud del gobierno ruso actual y las continuas injerencias en la política de sus vecinos.
CONCLUSION
La práctica totalidad de los ucranianos que conocí durante mi recorrido por el país se referían a Lviv con un brillo especial en los ojos. Y la verdad es que tienen motivos, porque se trata de una ciudad fascinante. Además tuve la suerte de visitarla durante Navidad, con multitud de detalles que realzaban aun más su belleza. Y por si todo esto no era suficiente, descubrí que Lviv también cuenta con varios ejemplos de arte soviético de gran calidad, como una misteriosa fábrica de vino abandonada. Si quieres explorar la ciudad a fondo te recomiendo dedicarle un mínimo de 3 jornadas.
En los alrededores de Lviv hay numerosos lugares de interés que se pueden visitar en excursiones de un día. Entre ellos destacan la ciudad de Zhovkva, la iglesia de madera de Drohobych (Patrimonio de la Humanidad) o el castillo de Olesko. Yo no conocí ninguno porque no quería arriesgarme a que Bielorrusia cerrara sus fronteras y preferí continuar Mi Gran Viaje.
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