Un enorme lago de aguas azules con espectaculares amaneceres y un cementerio con la mayor concentración de khachkars de toda Armenia
Con sus más de 1200km2 de superficie, el Lago Sevan (conocido en el pasado como Mar de Gegham) es el más grande de Armenia y de toda la región del Cáucaso. Está ubicado a 1900m de altura y es la principal fuente de pesca del país, ya que Armenia no tiene acceso al mar. En tiempos de la Unión Soviética se comenzó a desviar agua para producir energía hidroeléctrica y regar campos de cultivo, y en pocos años el nivel del Lago Sevan cayó 20 metros, amenazando con un desastre ecológico similar al ocurrido en el Mar de Aral. Pero por suerte se dio marcha atrás. En 1978 el gobierno creó el Sevan National Park y actualmente los niveles de agua se están recuperando poco a poco.
Cerca del Lago Sevan hay diferentes lugares de interés turístico, como el Monasterio de Sevanavank, ubicado en lo alto de una península; o el Cementerio de Noratus, con centenares de Khachkars. La base más económica para explorar la zona es la población de Sevan. Aunque también se puede dormir junto al lago, en una serie de complejos vacacionales de dudoso gusto.
VIAJE: YEREVAN – SEVAN
Tras reconstruir mi diente en una clínica de Yerevan pude continuar con la ruta prevista. Así que me desplacé al siguiente lugar de interés. Para llegar a Sevan primero tuve que coger un taxi hasta la Terminal de Autobuses Norte (Hyusisayin Avtokayan), situada a 14km de donde estaba. Utilicé los servicios de la app Yandex, y en unos minutos apareció un taxista que me llevó a la Terminal por 1.400D, cruzando toda la ciudad.
El conductor me indicó la marshrutka que tenía previsto partir hacia Sevan, ocupé un asiento, y mientras esperaba a que aparecieran más pasajeros compré alguna cosa para desayunar: galletas y un Kit Kat, acompañado de una soda de naranja (que dejé a medias porque estaba asquerosa). Precio: 580D. La sorpresa fue que al final la marshrutka se llenó de turistas, incluido un grupo de chinas. Y cuando parecía que íbamos a arrancar, un lugareño nos hizo cambiar de vehículo, sin saber muy bien el motivo. Pero bueno, una vez en marcha avanzamos a buen ritmo por una carretera en perfecto estado (600D).
Tardamos algo menos de una hora en recorrer los 55km de distancia hasta Sevan. Yo fui controlando mi ubicación en el mapa y me bajé en el punto más cercano al lugar donde había previsto pasar la noche, en las afueras del pueblo. Mientras que el resto de turistas continuaron hasta Sevanavank.
ALOJAMIENTO: SERIK & GEORA GUESTHOUSE – 6.000D/Noche
*Puntos a favor: habitación espaciosa; cama doble muy cómoda; buena ubicación, a unos minutos a pie del lago y el centro de Sevan; tranquilidad total por la noche; vistas al lago; familia muy amable (la abuela me recibió con té y fruta, y uno de los niños habla inglés); servicio de comidas disponible.
*Puntos en contra: lavabo compartido; mobiliario destartalado; wifi errático (por los efectos de una tormenta eléctrica); escasa intimidad (ventanas sin cortinas que dan a un balcón y puertas con cristales traslúcidos, incluso la del lavabo).
Al ser fin de semana, decidí reservar un par de noches a través de Booking y así evitarme problemas. Una vez instalado en mi habitación, como todavía quedaban unas horas de sol, salí a explorar los alrededores.
DESCUBRIENDO SEVAN
Sevan es una población moderna que fue fundada en el año 1842 con el nombre de Elenovka. En tiempos de la Unión Soviética se convirtió en un importante centro industrial. Pero tras la independencia de Armenia las fábricas cerraron y la orilla del Lago Sevan está a varios kilómetros de distancia. Con lo cual el pueblo es un lugar olvidado por los grupos de turistas, y la vida de sus habitantes transcurre con más pena que gloria. Por ejemplo, para llegar a Sevan desde mi guesthouse crucé un descampado lleno de basura y chatarra. Y mientras hacía cola en un supermercado vi a una señora pagando su compra del día: una botella de vodka y dos paquetes de tabaco…
Con este panorama es normal que no haya mucho que ver en Sevan. Lo más destacable es su Estación de Tren: un edificio de estilo soviético, con una aguja rematada por una estrella de gran tamaño. A parte de este lugar, paseé un rato por la avenida principal, haciendo fotos de comercios con rótulos curiosos y alguna vivienda antigua. La atmósfera era animada, con sencillos puestos de fruta, y muchas miradas de sorpresa al verme pasar. Tras una hora dando vueltas, regresé a la guesthouse por el mismo camino. A escasos metros de la casa pude contemplar un monumento soviético, con unas escaleras que conducen a una plataforma con vistas al lago. Más adelante me sería de utilidad…
Mi alojamiento estaba ubicado en medio de la nada, así que decidí cenar allí mismo, y fue lo mejor que pude hacer. A las 20h bajé al comedor de la casa, y en la mesa había un auténtico festín, cocinado por la madre y la abuela. Spas (sopa de yogurt con sémola); Dolma de dos tipos (con hojas de parra y de col); y Siga (trucha pescada en el Lago Sevan). Además, queso, ensalada de tomate y pepino, pimiento asado… Y de postre fruta (pera y uvas). Había un montón de comida, y todo estaba delicioso. Para beber, Kompot caliente (néctar de frutas, muy rico) y agua. Junto a mí cenaron el padre y el niño que habla inglés, y pudimos charlar algo. Y el resto de la familia apareció brevemente para sentarse a picar alguna cosa. Acabé a reventar. Precio: 4.000D.
El padre tardó apenas un minuto en ofrecerme Aragh, un vodka casero que se mezcla con frutas (éste era de melocotón) y tiene más de 50 grados. Me tomé dos chupitos durante la cena, mientras brindábamos animadamente, pero me ardía la garganta. Después de cenar regresé a la habitación, y al poco ya estaba durmiendo. En la casa había dos turistas más, pero muy silenciosos.
UN MONASTERIO JUNTO AL LAGO
Al día siguiente me desperté tras una noche de sueño impecable. No escuché ni un solo ruido, y eso que la carretera principal no se encuentra muy lejos. Todavía estaba oscuro, porque mi idea era ver amanecer. Así que me vestí (con ropa de abrigo ya que hacía frío), y caminé hasta el lugar elegido: el monumento soviético con la plataforma de observación. Al cabo de unos minutos comenzó a salir el sol, tiñendo el cielo de naranja. Es verdad que a mi alrededor el paisaje era bastante feo; y que había unas nubes en el horizonte que al principio taparon el sol. Pero fue un momento muy especial, completamente solo en las alturas, contemplando cómo arrancaba el día.
De regreso en la guesthouse, me dirigí al comedor donde me esperaba una mesa llena de productos para desayunar: dos huevos fritos con salchichas; Kardankak (masa frita rellena de patata); Ponchik (masa azucarada); una especie de rosquilla dulce; queso; pan con mermelada y mantequilla; y té. Estuvo bien, aunque me pareció que el menú no justificaba su precio (3.000D), teniendo en cuenta que un Kardankakv o un Ponchik cuestan solo 100D en cualquier establecimiento. Así que no volví a encargar desayuno.
Con el estómago lleno cogí mi mochila pequeña y salí a la calle para empezar a visitar los alrededores del Lago Sevan. El primer destino: el Monasterio de Sevanavank. Está a 9km de mi alojamiento, así que solicité un taxi utilizando la app de Yandex. Para facilitar las cosas caminé hasta la carretera principal, y al cabo de unos minutos apareció un flamante Mercedes que me llevó hasta el acceso a Sevanavank. Precio: 1.000D. Al principio no lo vi porque me distraje jugando con una perra y sus tres simpáticos cachorros (una pena que nunca lleve algo de comida encima).
El Monasterio de Sevanavank estaba situado sobre una isla, pero la caída del nivel del lago la convirtió en una península. Para llegar dejé atrás un mercadillo con puestos de souvenirs, y subí diferentes tramos de escaleras. Sevanavank fue construido en el siglo IX, siguiendo instrucciones de la Reina Mariam, y está compuesto por dos iglesias:
*Surp Astvatsatsin: tiene un Gavit en ruinas donde hay un montón de Khachkars en varios estados de conservación; y en el interior destaca otra fantástica Khachkar cubierta de relieves con diferentes escenas de la Biblia. Una de las mejores que vi durante mi recorrido por Armenia.
*Surp Arakelot: un templo más pequeño que tiene una espectacular puerta de madera tallada, con imágenes de Jesús y otros personajes de la Biblia (aunque se trata de una copia y la original se encuentra en el Museo de Historia de Armenia).
La imagen de estas iglesias con el Lago Sevan de fondo es una de las más fotografiadas de Armenia, y por tanto las visitan infinidad de turistas. Yo llegué antes de las 10h y ya había dos autocares con grupos organizados recorriendo el lugar. Aunque la parte positiva es que tienen agendas tan apretadas que apenas se quedan unos minutos, y es posible encontrar momentos de relativa calma.
Tras visitar Sevanavank avancé por un sendero que recorre la península. De camino pasé junto a un pequeño bosque lleno de pájaros; vi alguna lagartija; y un grupo de Khachkars. Y pude disfrutar de magníficas panorámicas del Lago Sevan, con pequeñas embarcaciones surcando sus aguas de un color azul intenso, onduladas montañas de fondo, y unas nubes muy fotogénicas. Como a la gente no le gusta caminar, en esta zona no había casi nadie. Mi idea era llegar hasta el extremo de la península, pero me encontré con una valla metálica, porque allí está la residencia de verano del Presidente de Armenia (una enorme mansión).
De regreso en la parte baja de la península comprobé que no había mucho más que hacer. Así que me compré una Gata recién hecha (torta rellena de pasta de frutos secos) (500D); y cogí un taxi que me llevó de vuelta a la guesthouse (1.000D).
CAMINANDO ENTRE LAPIDAS
Después de un par de horas de relax, a eso de las 15h volví a salir al exterior para realizar la segunda visita del día. El procedimiento fue el mismo, ya que también necesitaba un taxi: caminé hasta la carretera principal; utilicé la app de Yandex; y… ¡vino el mismo Mercedes de la mañana! ¡Qué casualidad! Eso, o es el único vehículo de Sevan que trabaja con Yandex.
Esta vez tenía que viajar hasta Noratus, una población rural situada 32km al sureste de Sevan, siguiendo la orilla del lago. El trayecto fue entretenido. Las vistas eran preciosas, y pude contemplar desde la distancia el Monasterio de Hayravank; un grupo de mujeres recolectando plantas; restaurantes; pescaderías; estatuas curiosas… Aunque también había bastantes construcciones abandonadas que afeaban el entorno.
El taxista no hablaba mucho inglés, pero no paró de sonreír y le puso más ganas que otros conductores, indicándome cosas por el camino y dando conversación. Una vez en Noratus, me dejó junto a la entrada del lugar que quería visitar, y se quedó esperándome en el vehículo.
Noratus es uno de los asentamientos más antiguos de Armenia. Y prueba de ello es su espectacular Cementerio: una extensión enorme con centenares de Khachkars fabricadas entre los siglos IX y XVII. Hay unas 800, la mayor concentración que existe tras la destrucción del Cementerio de Julfa (en Nakhchivan) por soldados de Azerbaiyán, entre los años 1998 y 2006. La imagen es espectacular.
Estuve algo más de una hora caminando por el interior del Cementerio, pasando junto a todo tipo de Khachkars. Algunas son simples piedras semi enterradas con una sencilla inscripción; otras tienen una decoración más elaborada, con una cruz central rodeada de motivos florales; y las más destacadas están situadas en filas (un par con figuras humanas). Además, entre las Khachkars hay dos capillas medievales, con altares donde los fieles ponen velas; y tumbas de piedra cubiertas de relieves. Me lo pasé genial explorando el lugar. Por la tarde el sol ilumina la parte frontal de las Khachkars, así que es el mejor momento para la fotografía. Aunque durante mi visita el cielo se cubrió de nubes grises.
Hubo dos cosas que no me gustaron de Noratus:
*Un grupo de lugareñas muy pesadas que perseguían a los turistas intentando venderles calcetines y gorros de lana que tejían allí mismo. O directamente pedían limosna.
*Un par de autobuses de turistas que inundaron el cementerio y deslucieron bastante la atmósfera.
Tras la visita regresé al taxi, y me llevó de vuelta a la guesthouse. Precio: 8.700D ida y vuelta, más una hora de espera. Aunque pagué 9.000D porque el hombre se portó genial, parando un par de veces durante el trayecto para que hiciera fotos. Así acababa mi visita al Lago Sevan.
CONCLUSIÓN
El Lago Sevan forma parte de la mayoría de circuitos turísticos que recorren Armenia, así que es un lugar muy popular. Por eso te recomiendo alojarte en la zona, para poder visitar el monasterio de Sevanavank a primera hora de la mañana, cuando hay menos gente. Con el añadido de poder contemplar amanecer, o una puesta de sol. Un día será suficiente, incluyendo una excursión al impresionante Cementerio de Noratus.
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