Explorando un lago de aguas cristalinas entre viviendas tradicionales, miradores que ofrecen vistas épicas y monasterios con coloridas pinturas murales
El Lago Ohrid se encuentra en el suroeste de Macedonia y un tercio de su superficie está ubicada en territorio de Albania. Se trata de uno de los lagos más antiguos de Europa y también uno de los más profundos, con puntos que alcanzan los 290m. En sus aguas habitan docenas de especies endémicas, entre ellas dos tipos de trucha y numerosos moluscos. Fruto de estas características Ohrid es el único lugar de Macedonia incluido en el Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Aunque al ser un país sin salida al mar el lago es su principal destino de vacaciones, y cada año atrae a miles de turistas en busca de sol, playa y actividades acuáticas. Con lo cual no siempre se consigue un equilibrio entre conservación y explotación comercial.
La mejor base para conocer el lago es la población de Ohrid, que cuenta con un interesante Casco Antiguo de estrechas callejuelas y viviendas tradicionales; iglesias medievales; y las ruinas de un teatro helenístico. Desde aquí se pueden realizar excursiones (en barco o por carretera) para visitar el Monasterio de Sveti Naum; la aldea de Trpejca; o Bay of Bones.
VIAJE: SKOPJE – OHRID
Entre estas poblaciones hay 175km de distancia y decidí viajar en autobús. El día anterior consulté los horarios en Internet y me preocuparon dos cosas: no había muchas salidas; y era sábado. Así que para evitar problemas compré el billete con antelación. Utilicé los servicios de BusTicket4.me y todo funcionó a la perfección. Elegí el autobús de las 12.30h (el anterior era a las 9h); pagué el importe con tarjeta (600D + 30D por gastos de gestión); y al momento recibí un correo con el billete, que imprimí en la recepción del Villa Nina Hotel.
Tras preparar mis mochilas y desalojar la habitación caminé hasta la Terminal Interurbana de Skopje. Allí me dirigí a una de las taquillas para confirmar el billete; pagué 30D más (creo que es una especie de tasa por utilizar la Terminal); me compré un zumo de manzana (45D); y esperé en el andén indicado. El vehículo era un minibús con capacidad para unas 20 personas y llegó sin margen de tiempo. A continuación intenté utilizar mi estrategia de hacerme con un sitio primero y después guardar la mochila grande en el maletero trasero. Pero el conductor no abrió la puerta del minibús hasta que no acabó de colocar el equipaje de la gente y al final entré de los últimos. Menos mal que pude ocupar un asiento de la fila individual y viajé cómodamente.
El minibús arrancó con un cuarto de hora de retraso, aunque ya no hubo más pérdidas de tiempo. El trayecto duró 3 horas, con una breve parada de 10 minutos en una cafetería para tomar algo y utilizar el lavabo. Desde mi ventana disfruté de un bonito paisaje formado por montañas cubiertas de espesos bosques de un color verde intenso y pequeñas aldeas. Parte está incluido en el Parque Nacional Mavrovo, que en principio había previsto visitar pero acabó cayéndose de la lista (es complicado sin vehículo propio). Aunque tengo que reconocer que estaba cansado y la mayor parte del viaje fui durmiendo.
Antes de llegar a Ohrid fui controlando mi ubicación en el mapa y me bajé del minibús en una parada a un cuarto de hora del lugar donde había previsto pasar la noche. De camino vi a una señora que vendía unas cerezas enormes y no me pude resistir a comprar medio quilo (60D).
ALOJAMIENTO: VILLA DUDINKA – 1.000D/Noche
*Puntos a favor: habitación espaciosa; cama doble muy cómoda (aunque se trataba de dos colchones individuales); baño privado con ducha perfecta; buena limpieza; ubicación genial, en pleno Casco Antiguo; tranquilidad total por la noche; wifi rápido; pequeña cocina con nevera; aire acondicionado; propietario (Zarko) muy amable; precio.
*Puntos en contra: vistas a un patio (solo tienen balcón orientado al lago las habitaciones más caras).
Al ser fin de semana pensé que tendría dificultades para encontrar alojamiento en Ohrid, pero el día anterior consulté la oferta disponible en Booking y había numerosas opciones, así que pude realizar una reserva de 3 noches sin problema. Elegí Villa Dudinka por las buenas valoraciones de otros viajeros y la verdad es que tenían razón. Zarko me hizo sentir como en casa y si volviera a Ohrid repetiría sin dudarlo.
Una vez instalado me comí las cerezas que había comprado; preparé la mochila pequeña; y salí a aprovechar las últimas horas del día.
UN PASEO POR LA COSTA
En la antigüedad Ohrid se llamaba Lychnidos y la región del lago estaba habitada por tribus ilirias y griegas. Más tarde los romanos incluyeron la ciudad en la Via Egnatia, una importante ruta comercial que conectaba Bizancio con Durrës, a orillas del Mar Adriático. En el año 840 los búlgaros conquistaron Ohrid y se convirtió en uno de sus principales centros culturales, además de capital del Primer Imperio entre 990 y 1015, y sede de la Iglesia Ortodoxa Búlgara. Durante el Imperio Bizantino la ciudad se llenó de iglesias, hasta el punto de ser conocida como la “Jerusalén de los Balcanes”. Hoy día Ohrid es sin duda la atracción turística más popular de Macedonia, con un aeropuerto internacional y centenares de alojamientos.
Yo de entrada decidí caminar hasta el Puerto y recorrer la costa hacia el oeste. Como eran las 17h el sol había perdido mucha fuerza y la temperatura era ideal para pasear. Esto fue lo más destacado:
1. Puerto: uno de los mejores miradores de Ohrid está al final del embarcadero donde atracan los barcos que realizan excursiones por el lago. La panorámica es espectacular, con centenares de viviendas tradicionales esparcidas por las colinas en diferentes niveles (mejor luz para la fotografía por la mañana).
2. Pasarela: consiste en una plataforma de madera ubicada sobre el agua que discurre pegada a la costa. Su aspecto es realmente precario y parece que se vaya a romper bajo tus pies en cualquier momento. Eso sí, ofrece muy buenas vistas del lago, con barcas amarradas o transportando turistas, y las montañas de fondo salpicadas de casitas blancas.
3. Playas: durante mi recorrido pasé por tres: Saraiste, Potpesh y Kaneo. Conviene no tener las expectativas muy altas porque se trata de lugares minúsculos, atiborrados de gente y con piedras en vez de arena. Yo no me detuve ni un segundo. Por cierto, en Kaneo se encuentra uno de los mejores restaurantes de Ohrid, el Letna Bavca, con una bonita terraza situada junto al lago. Mi plan era cenar allí, pero al final lo dejé correr porque no me apeteció la idea de pasar el rato rodeado de familias y parejitas, con música romántica; o gastarme 15€ en una trucha minúscula (la especialidad local). Esto ya depende de cada uno…
4. Iglesia de Sveti Jovan: es la imagen icónica de Ohrid y casi que de Macedonia. El templo fue construido durante el siglo XIII y está dedicado a Juan de Patmos, autor del Apocalipsis. Su ubicación es inmejorable, al borde de un acantilado, con las aguas del lago de fondo. Yo estuve un rato caminando por los alrededores en busca de los mejores ángulos para la fotografía, incluido un mirador que permite ver la iglesia desde arriba.
Acceder al interior de la iglesia cuesta 100D, pero asomé la cabeza y no vi nada destacable (algunos frescos desgastados), así que me ahorré el dinero. Además está prohibida la fotografía. En la entrada al patio se reúnen barqueros locales que ofrecen sus servicios, pero los rechacé con educación.
Sveti Jovan es un lugar perfecto para sentarse a contemplar el atardecer. Eso hice y disfruté de un gran momento, rodeado de muy poca gente. Una pena que el sol se oculte tras las montañas, no en el mar; y que había una barca turística que no paraba de repetir en bucle la “Lambada” a todo volumen (¡?). A continuación volví al centro de Ohrid por el mismo camino y busqué un sitio donde cenar.
CENA: LEONARDO PIZZA
Una pizzería en la calle Car Samoil con una bonita terraza que ocupa un patio interior junto a la Iglesia de Sveti Nikola Bolnicki. Allí encontré un ambiente agradable, con camareros atentos y un menú centrado en la gastronomía italiana. Yo pedí Ensalada Shopska, una Pizza Carbonara y 2 cervezas Skopsko (eran botellines de 0,33l). La comida me gustó y acabé llenísimo. Precio: 570D.
Después hice una compra en un supermercado y regresé a mi habitación. De camino pasé por San Clemente de Ohrid, la principal calle peatonal, llena de turistas paseando, heladerías, tiendas… Incluso había una chica con una boa para hacerse fotos con la gente (¡?). No me hizo nada de gracia.
En el hotel me dediqué a leer y descansar. La cosa pintaba fatal porque dos vecinas no paraban de hacer ruido. Primero cocinando y dando golpes; y después sentadas en una mesa junto a mi ventana, hablando y fumando. Por suerte pasada la medianoche reinó la calma.
DESCUBRIENDO OHRID
Al día siguiente me desperté tras una noche de sueño impecable. Una vez en pie desayuné un croissant de chocolate, galletas, yogurt y un café con leche; metí mis cámaras de fotos en la mochila; y salí al exterior, donde me esperaba un tiempo de lujo, con sol radiante y un cielo completamente despejado. A continuación me dediqué a explorar el resto de lugares de interés de Ohrid. Esto fue lo más destacado:
1. Calle Car Samoil: una bonita avenida empedrada donde hay numerosas viviendas tradicionales. Están pintadas de color blanco y el piso superior sobresale de la estructura principal del edificio. Además hay acogedores cafés, tiendas de artesanía y joyas (incluidas las famosas perlas de Ohrid) y detalles interesantes en cada rincón. Lástima que no sea peatonal y cuando pasa un coche toca pegarse a la pared como una lapa…
2. Museo Nacional: está ubicado en el interior de una espectacular casa de 3 plantas del siglo XIX que pertenecía a la familia Robev. La exposición incluye diferentes hallazgos arqueológicos de la zona.
3. Catedral Sveta Sofija: fue construida en el siglo XI, durante el reinado del Zar Samuel, para ubicar la sede de la Iglesia Ortodoxa Búlgara, aunque en tiempos del Imperio Otomano se convirtió en mezquita. El templo es enorme, con torres de ladrillo rojo rematadas por cruces y un lateral con numerosas columnas. Durante mi estancia en Ohrid pasé junto a Sveta Sofija en varias ocasiones y solo pude acceder a los jardines que la rodean pero no al interior, que está decorado con frescos bizantinos. Una vez se estaba celebrando un concierto con un coro de música, algo que por lo visto es bastante habitual.
4. Iglesia de Sveti Kliment i Pantelejmon: el templo original era del siglo IX, cuando San Clemente de Ohrid fue enviado al lugar por el Zar Boris I como líder de la Iglesia Ortodoxa Búlgara. Tras su muerte en el año 916 San Clemente fue enterrado aquí y en la actualidad todavía se conserva su tumba. Durante la ocupación otomana la iglesia fue sustituida por una mezquita, pero en el año 2002 se decidió eliminar la mezquita y construir de nuevo Sveti Kliment, con lo cual todo lo que se ve es moderno.
La entrada a la iglesia cuesta 100D pero la decoración es muy espartana, sin frescos ni obras de arte destacadas, así que preferí contemplar el exterior, que luce impecable, con dos torres, un campanario y mosaicos de estilo bizantino. En los alrededores de Sveti Kliment se pueden ver las ruinas de la mezquita y de una Basílica del siglo V.
5. Playa Labino: el día anterior finalicé mi recorrido por la costa en la Iglesia de Sveti Jovan, pero decidí continuar un poco más siguiendo un sendero que atraviesa un tramo de bosque, con coloridas flores y montones de pájaros. Incluso descubrí dos tortugas de tierra (no podía dejar de mirar cómo se movían a cámara lenta mientras los mosquitos me devoraban los tobillos). Al final llegué a un par de miradores situados sobre Playa Labino, sin duda la mejor de Ohrid, porque es más grande, está rodeada de árboles y no hay tanta gente. Al ser domingo no paraban de pasar barcos, algunos con grupos de turistas gritando y música a todo volumen.
Tras esta última visita hacía mucho calor y estaba hambriento, así que regresé al centro de Ohrid en busca de un lugar para llenar el estómago.
COMIDA: RESTAURANT ANTIKO
Este local se encuentra en la calle Car Samoil, enfrente de Leonardo Pizza, y ocupa una antigua vivienda con un comedor realmente atmosférico (aunque también tiene una pequeña terraza exterior). Cuando llegué no había absolutamente nadie comiendo, a pesar de ser una hora normal, y me atendió un camarero muy amable. Tras examinar el menú (en inglés) pedí Tarator; Tavce Gravce; y 2 cervezas Skopsko. Precio: 590D.
En general acabé satisfecho, aunque con matices que no fueron culpa del restaurante. Durante mi recorrido por Bulgaria comí Tarator en infinidad de ocasiones porque se trata de un gazpacho de yogurt y pepino que en verano sienta genial, pero resulta que en Macedonia es una crema y ya no me gustó tanto. Tampoco fue muy inteligente pedir judías al horno con el calor que hacía. Y de nuevo la cerveza era en botellines de 0,33l, con el mismo precio que una jarra de medio litro en otros lugares.
Después de comer decidí volver a mi habitación y descansar un par de horas.
MAS LUGARES DE INTERES
A continuación me dirigí a la parte alta de Ohrid, donde se encuentran algunas de las mejores atracciones turísticas:
6. Fuerte de Samuel: data de comienzos del siglo XI, cuando el Zar Samuel trasladó a Ohrid la capital del Primer Imperio Búlgaro, y está ubicado sobre una colina. Aunque poco después, en el año 1014, los búlgaros sufrieron una grave derrota contra el Imperio Bizantino en la Batalla de Kleidion, el Zar Samuel falleció de un ataque al corazón, y los bizantinos recuperaron el control de Ohrid. Con el paso del tiempo el fuerte acabó en ruinas, hasta que en el 2003 el gobierno local reconstruyó por completo parte de las murallas.
La entrada al castillo cuesta 80D y tiene un nulo interés arqueológico, porque las murallas son nuevas y en el interior solo hay algunos cimientos. Pero a cambio ofrece unas vistas impresionantes de Ohrid, con el Casco Antiguo, las aguas del lago y las montañas de fondo. Mi cámara de fotos echaba humo (mejor luz por la tarde). Un lugar muy recomendable, que pude disfrutar con apenas un puñado de visitantes.
7. Teatro: fue construido en el siglo II AC, durante el periodo Helenístico, aunque más tarde los Romanos realizaron varias modificaciones para incluir combates de gladiadores, fieras y ejecuciones de cristianos. En su época de máximo esplendor tenía capacidad para 5mil personas, pero a partir del siglo V el teatro dejó de funcionar y acabó enterrado, con gran parte de sus materiales utilizados en otros edificios de Ohrid. Fue descubierto en la década de los 80 y hoy día acoge de forma puntual funciones y conciertos.
El teatro está situado en pleno Casco Antiguo, entre dos colinas, y la entrada es gratuita. Yo me esperaba más gente, pero pude realizar la visita completamente solo, caminando por las gradas y bajando al escenario.
8. Iglesia Sveta Bogorodica Perivleptos: en Ohrid hay docenas de iglesias, pero si solo vas a visitar el interior de una elige esta. Data del siglo XIII y sus muros están decorados con espectaculares frescos bizantinos que representan todo tipo de escenas de la Biblia. En tiempos del Imperio Otomano aquí se trasladaron las reliquias de San Clemente tras la destrucción de su iglesia; y se convirtió en la nueva catedral de Ohrid cuando Sveta Sofija fue transformada en una mezquita.
La entrada cuesta 100D y la fotografía está prohibida, pero como no había nadie hice unas cuantas sin problema, mientras de fondo sonaba una música religiosa que creaba un gran ambiente. Sveta Bogorodica corona una colina y su terraza ofrece una de las mejores panorámicas de Ohrid, con las viviendas del Casco Antiguo y las murallas del Fuerte de Samuel (mejor luz por la mañana). Además junto a la iglesia hay una Galería de Iconos que no visité (hay que pagar una entrada a parte).
9. Paseo Marítimo: para acabar el día bajé hasta el Puerto, me compré un helado de dos bolas (80D) y caminé hacia el este siguiendo la orilla del lago mientras atardecía. Al ser domingo había mucha gente paseando, entre puestos de comida y embarcaciones de todo tipo, y tuvo su gracia.
Cuando cayó la noche regresé a mi habitación, donde me dediqué a leer y preparar nuevas visitas, solventando la cena con galletas y zumo.
EXCURSION EN BARCO
La jornada comenzó con mi alarma sonando a las 8h. Tras desayunar el mismo menú que el día anterior me preparé tranquilamente porque tenía tiempo de sobras. Ya en la calle me dediqué a visitar algunos lugares que ya conocía, como la Iglesia Sveta Bogorodica Perivleptos, para hacer fotos con mejor luz. Después me dirigí a la zona del Puerto y me senté un rato en la terraza del Dolna Porta Restaurant, situada a escasos centímetros del lago. Allí decidí complementar mi desayuno con un café con leche helado y un crepe de chocolate y plátano. Precio: 290D.
A continuación compré una botella de agua grande en una tienda (30D) y caminé hasta el embarcadero. El plan era apuntarme a una excursión en barco por el Lago Ohrid y tras valorar las diferentes opciones decidí utilizar los servicios de la compañía Aleksandrija, con barcos que recorren la orilla oriental por 600D. Los horarios varían en función del día, y en mi caso la salida estaba prevista para las 13h. Yo llegué un cuarto de hora antes y ocupé una silla de la enorme cubierta superior del barco, donde al ser lunes no había mucha gente. Para disfrutar de las mejores vistas es importante que te sientes en la parte izquierda del barco, así que en temporada alta o fin de semana te recomiendo aparecer con suficiente antelación.
El trayecto de ida dura hora y media, y finaliza en el Monasterio de Sveti Naum, a poco más de 1km de la frontera con Albania. De camino pude disfrutar de unos paisajes espectaculares, con espesos bosques, acantilados verticales, pináculos de roca, pequeñas aldeas y calas ocultas de aguas turquesa. Esta zona, situada entre los lagos Ohrid y Prespa, forma parte del Parque Nacional Galicica y me hubiera encantado recorrerla a pie, aunque sin vehículo propio es difícil. La velocidad del barco era perfecta para hacer fotos con calma. Mientras, un empleado iba aportando información en inglés de los diferentes sitios por los que pasábamos, pero el micrófono funcionaba fatal y apenas se le escuchaba.
En cuanto a atracciones turísticas concretas, esto fue lo más destacado:
1. Ohrid: al poco de arrancar es posible contemplar desde el barco unas vistas memorables del pueblo, con sus casas antiguas y las murallas del Fuerte de Samuel.
2. Bay of Bones: hace más de 3mil años existía en el Lago Ohrid un asentamiento cuyas viviendas estaban situadas en una enorme plataforma de madera sobre el agua. Y en el año 2008, tras una serie de excavaciones arqueológicas, se inauguró una réplica que recrea el aspecto que debía tener el poblado, con sus cabañas de madera y paja. En cuanto al nombre de Bay of Bones, se debe a que en el fondo del lago se encontraron montones de huesos de animales.
Yo pensaba que bajaríamos del barco a visitar el poblado, porque en el folleto de la excursión se indicaba “parada en Bay of Bones”, pero al final todo se limitó a verlo desde la distancia. Y la verdad es que no me importó mucho (este tipo de lugares no me apasionan).
3. Trpejca: una antigua población pesquera con viviendas tradicionales y una bonita playa que cada vez recibe más turistas.
Al llegar a Sveti Naum el barco paró en un embarcadero y un empleado nos dijo que teníamos 3 horas para visitar por libre la zona.
RECORRIENDO SVETI NAUM
En Sveti Naum se puede optar por 2 planes. El más tranquilo consiste en comer en uno de sus (caros) restaurantes y después relajarse en la playa, que aquí sí es de arena. El segundo implica explorar a pie el lugar, y por supuesto fue el que elegí, con los siguientes lugares de interés:
4. Monasterio de Sveti Naum: el edificio original fue fundado en el siglo IX por San Naum de Ohrid, que al igual que San Clemente se encontraba en la zona trabajando en la expansión del Cristianismo. Tras su muerte en el año 910 San Naum fue enterrado aquí y todavía se conserva su tumba. Aunque los Otomanos destruyeron el monasterio y el actual data del siglo XVII. Se encuentra ubicado junto a un acantilado dominando el lago y la imagen desde el barco es imponente.
La iglesia principal está en el centro de un patio rodeado de gruesos muros por donde caminan a sus anchas graciosos pavos reales (aunque hay carteles por todas partes que avisan de su agresividad). Acceder al interior cuesta 100D y merece la pena porque las paredes están cubiertas de coloridos frescos del siglo XIX. Fue genial descubrir infinidad de detalles con música religiosa de fondo. La fotografía está prohibida y compartí mi visita con otros turistas, pero a la que me quedaba un momento solo aprovechaba (por supuesto sin flash).
5. Manantiales: en los alrededores de Sveti Naum emergen una serie de arroyos subterráneos procedentes del Lago Prespa que tras cruzar las montañas del Parque Nacional Galicica desembocan en el Lago Ohrid, constituyendo su única fuente de agua. Los manantiales forman un lago poco profundo rodeado de densos bosques y hay un sendero circular de unos 3km que lo bordea, así que decidí recorrerlo.
Fue una gran decisión porque disfruté de un paisaje de postal, caminando entre una vegetación exuberante, flores, mariposas, lagartijas, pájaros, libélulas de un color azul intenso… Y solo me crucé con otras dos personas. Durante el trayecto pasé junto a tres pequeñas iglesias que me limité a ver desde fuera; y en varias ocasiones pude acercarme a los manantiales. Una pena que en el punto más fotogénico, con unas aguas turquesa impresionantes, tenía el sol de cara y encima había una pareja en actitud más que romántica, así que no me entretuve mucho. El lago que forman los manantiales también se puede navegar en barca de remos, y en la zona hay numerosos barqueros al acecho. El paseo dura algo menos de media hora, aunque no pregunté el precio.
Tras acabar la ruta circular me compré un helado en una tienda por el que me sablearon 120D; me senté a la sombra a comérmelo; y regresé al barco, donde ya había bastante gente esperando.
VUELTA A OHRID
Esta vez me senté en la parte derecha de la cubierta para seguir contemplando la costa del Lago Ohrid. Aunque no importó porque el barco avanzó bastante alejado y a más velocidad, con lo cual guardé la cámara de fotos y me relajé. Lástima que alguien decidiera poner música a todo volumen. Bueno, a mí no me gustó, pero a mi alrededor un grupo de abueletes polacos no paraba de bailar. En fin, las cosas de este tipo de excursiones… Al final llegamos al Puerto de Ohrid y busqué un lugar para cenar.
Por cierto, hay 2 alternativas a esta excursión en barco:
*Recorrer la costa del Lago Ohrid en autobús, de forma independiente, parando en los diferentes lugares de interés. Aunque se pierde mucho tiempo y las vistas no son ni remotamente parecidas.
*Apuntarte a una excursión en lancha, con grupos reducidos e itinerarios más completos. Eso sí, cuestan el doble (1.200D).
CENA: VIA SACRA
Comer bien en Ohrid es caro así que acabé en otra pizzería situada frente a la Catedral Sveta Sofija. Allí ocupé una mesa de su pequeña terraza y pedí Ensalada Shopska, Espagueti Carbonara y una jarra de cerveza Zlaten Dab (¡por fin!). La comida estuvo rica, los camareros eficientes, y me entretuve con varios gatos que merodeaban en busca de comida (una gata embarazada se llevó algún trozo de bacon). Precio: 560D.
Una vez con el estómago lleno regresé al hotel, donde me encontré a Zarko y un amigo de Serbia, y me senté un rato a charlar con ellos. Y después me marché a la habitación, porque había sido un día intenso. Así acabó mi visita al Lago Ohrid.
CONCLUSION
El lago Ohrid es el lugar más turístico de Macedonia y reconozco que mi primera impresión no fue positiva. Tras pasar 3 meses recorriendo Asia Central (la mayor parte del tiempo en solitario), verme rodeado de familias polacas en bañador y chanclas, restaurantes con encanto para parejitas y tiendas de recuerdos, fue un shock demasiado fuerte. Hasta el punto que me llegué a plantear abandonar los Balcanes y continuar Mi Gran Viaje por otra parte del mundo. Pero la crisis del coronavirus todavía mantenía muchas fronteras cerradas, así que (por suerte) decidí quedarme en la zona y hacer un esfuerzo por cambiar el chip. No me arrepentí.
Dicho esto el lago Ohrid es una visita obligada y te aconsejo dedicarle un mínimo de 2 jornadas completas: una para recorrer el pueblo, conociendo sus diferentes miradores y monumentos; y otra para realizar alguna excursión por el lago. Yo acabé bastante satisfecho de la que hice hasta Sveti Naum y la recomiendo. Al igual que alojarte en Villa Dudinka, que se convirtió en uno de los mejores hoteles de mi recorrido por Macedonia.
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