Recorriendo el remoto este de Ucrania, a escasos kilómetros de la frontera de Rusia, en busca de nuevos ejemplos de arte soviético
Kharkiv (también llamada Kharkov) se encuentra en el este de Ucrania, a tan solo 40km de la frontera con Rusia, y es la segunda ciudad más grande del país. En esta zona sus habitantes hablan mayoritariamente ruso, son cristianos ortodoxos, y recuerdan con nostalgia su pasado comunista. Aunque en el año 2014 el gobierno consiguió controlar las protestas de los rebeldes pro-rusos, evitando un conflicto armado como el que afecta a las provincias vecinas de Donetsk y Luhansk, y el lugar es completamente seguro. Kharkiv fue fundada en 1654 alrededor de un castillo del que hoy no queda ni rastro, y con el tiempo se convirtió en un destacado centro industrial.
Durante los primeros años de la URSS fue la capital de la recién creada República Socialista de Ucrania, hasta que en 1934 se trasladó a Kiev. Pero continuó albergando empresas de gran importancia estratégica, como el fabricante de tanques Malyshev. Al igual que en Dnipro, lo más interesante de Kharkiv a nivel turístico son los diferentes edificios y monumentos construidos durante la era soviética, entre los que destacan el gigantesco Derzhprom o el Ukraina Cinema & Concert Hall.
VIAJE: DNIPRO – KHARKIV
Al tratarse de dos de las ciudades más importantes del país pensé que este desplazamiento sería muy sencillo, aunque me equivoqué por completo. Ya tenía que haberme imaginado algo cuando consulté los horarios de los trenes y vi que no había ninguno. Pero a pesar de todo decidí plantarme con mis mochilas en la Terminal de Autobuses de Dnipro cerca de las 13h, sin hacer un poco de investigación previa. Allí aparecí en medio de un edificio caótico, con varias plantas llenas de tiendas y taquillas sin orden aparente, y por supuesto con todos los letreros en cirílico.
En una de las taquillas vi bastante gente haciendo cola e imaginé que era el lugar correcto para comprar un billete a Kharkiv. Cuando llegó mi turno me atendió una mujer de rostro serio que montó en cólera cuando descubrió que no hablaba ruso. Y al final, con gritos y malos modos, me vino a decir que solo había un autobús diario a Kharkiv, a las 15.30h, y ya no quedaban asientos disponibles. Yo me quería morir. ¿Y ahora qué hacía? Reconozco que me quedé unos momentos aturdido, deambulando sin rumbo mientras le daba vueltas a la cabeza. Tenía que comprar un billete para el día siguiente, buscar hotel en Dnipro, modificar la reserva de mi alojamiento en Kharkiv… Vaya follón…
La verdad es que me extrañaba mucho que no hubiera más autobuses, aunque no podía preguntar a la gente porque nadie me entendía; y con el coronavirus todavía pegando fuerte en Europa tampoco era una opción descabellada. Menos mal que no me rendí, y tras un rato examinando cada rincón de la Terminal encontré las oficinas de Gunsel, una compañía de autobuses de lujo. La encargada me comentó que tenían un autobús a las 20.30h, y cuando le dije que era demasiado tarde me envió a una taquilla de la compañía 24bus, donde por fin pude comprar un billete para las 16h (187G). Qué peso me quité de encima…
Reconozco mi culpabilidad inicial por pensar que solo una taquilla gestionaba las salidas de todas las compañías. Aunque en mi defensa tengo que decir que en la mayoría de taquillas (incluida la primera) había carteles de 24bus; y la mujer que me atendió no se molestó en ayudarme (un gesto con la mano indicándome el mostrador correcto era suficiente).
Como aun tenía tiempo hasta las 16h decidí comer algo. Primero me compré un kebab de pollo en un puesto muy popular entre los lugareños (45G). Después me senté en una cafetería y pedí un café con leche y una magdalena de chocolate (35G). Y llegada la hora localicé mi andén, tras unos minutos perdido (la Terminal de Dnipro es una pesadilla). Cuando apareció el autobús guardé la mochila grande en el maletero inferior y el conductor me pidió 20G. Yo pensaba que me estaba timando por ser turista, pero observé que todo el mundo pagaba y accedí. A continuación ocupé un asiento junto a la ventana, y nos pusimos en marcha puntuales.
El trayecto duró 4,5 horas para recorrer 220km hacia el noreste de Dnipro. Al principio avanzamos muy lentos, porque hubo que sortear el enorme lago que forma el río Samara antes de unirse al Dnieper; y la ciudad de Novomoskovsk, con un tráfico intenso. Pero después el conductor pisó el acelerador y solo realizó 3 paradas de apenas unos minutos. Eso sí, me sorprendió que en una ruta tan transitada solo hubiera una estrecha carretera de un carril por sentido. Del paisaje no puedo comentar demasiado porque al poco de arrancar se hizo de noche, y me dediqué a escuchar música con mi iPod y dormir. La calefacción estaba al máximo y me obligó a quedarme en manga corta, mientras el resto de pasajeros ucranianos continuaban con el abrigo puesto como si nada.
Una vez en Kharkiv el autobús nos dejó en la Terminal Central, recuperé mi mochila grande y me moví con rapidez, porque no me hacía gracia caminar a esas horas por una ciudad desconocida. Primero busqué una tienda y compré algo de comida. Y después pedí un taxi mediante Uber. Tardó 8 minutos que se me hicieron eternos, pero al final apareció y me llevó hasta el lugar elegido para pasar la noche (60G).
ALOJAMIENTO: STUDIO DARVINA 20 – 468G/Noche
*Puntos a favor: estudio equipado con cocina y nevera; sofá cama enorme y muy cómodo; ducha perfecta; limpieza extrema; mobiliario moderno; ubicación inmejorable, a escasa distancia a pie del centro; wifi rápido; lavadora (me vino genial); propietario (Igor) muy simpático.
*Puntos en contra: ubicación al final de un callejón oscuro (por la noche no se veía nada); vecino bastante ruidoso; Igor se olvidó de dejarme papel higiénico en el lavabo.
Hice una reserva a través de Booking y viniendo del Sweet Home Hostel de Dnipro el lugar me pareció un palacio. Tal y como habíamos quedado, llamé por teléfono a Igor desde el vestíbulo, bajó a recibirme, y me enseñó el funcionamiento del estudio. Cuando se marchó a su casa aproveché para poner una lavadora; cené galletas, un plátano y un yogurt; y a pesar de estar agotado me quedé despierto hasta tarde planificando las siguientes jornadas.
LA GUERRA DEL DONBAS
Al día siguiente mi alarma me despertó a las 8h tras una noche de sueño impecable. De buena gana me hubiera quedado un rato más en la cama, pero mi visita a Kharkiv se produjo en el mes de noviembre y a las 16h ya era de noche, así que no podía entretenerme. Una vez en pie desayuné lo mismo que para cenar; preparé la mochila pequeña con mis cámaras de fotos; y me dirigí al centro de la ciudad.
Cuando decidí visitar Ucrania mucha gente me advirtió del peligro de viajar al este del país, por la guerra civil que afecta a una parte de la región. Su origen se remonta a marzo del 2014, justo tras la revolución del Euromaidan, que acabó con el exilio forzado del presidente Viktor Yanukovych. En ese momento grupos de activistas pro-rusos (partidarios de las políticas de Yanukovych) ocuparon edificios estratégicos en las principales ciudades de la región del Donbas, y declararon de forma unilateral las Repúblicas Populares de Donetsk y Luhanks, independientes de Ucrania. Rusia aprovechó la situación de caos para hacerse con el control de la zona y apoyó a los separatistas enviando escuadrones de mercenarios y armamento.
La respuesta del gobierno ucraniano fue una ofensiva militar que llamaron ATO (Anti-Terrorist Operation), en la que lograron recuperar buena parte de los territorios rebeldes. Pero entonces Rusia irrumpió abiertamente en el conflicto, incrementando el número de tropas y bombardeando posiciones. Durante esos meses se libraron importantes batallas, algunas icónicas como la del Aeropuerto de Donetsk, que el ejército de Ucrania defendió heroicamente hasta su captura por los separatistas en enero del 2015. Aunque en Europa la gente se enteró de lo que estaba ocurriendo cuando un avión de pasajeros de Malaysia Airlines que volaba a Amsterdam fue derribado en julio del 2014, acabando con la vida de 298 personas (la mayoría holandeses). Las investigaciones posteriores demostraron que la causa fue un vehículo lanza-misiles ruso, algo que el gobierno de Putin todavía no ha admitido.
A partir del año 2015 se llegó a numerosos acuerdos de alto el fuego, que fueron violados repetidamente por ambas partes. Y el conflicto entró en una fase de estancamiento, con combates puntuales a menor escala que siguen causando bajas (esa era la situación durante mi visita). En total se calcula que hasta el 2020 en la Guerra del Donbas han fallecido alrededor de 13mil personas.
Esta crisis ha tenido numerosas consecuencias en Ucrania:
*El valor del grivna cayó a mínimos históricos, agravando la frágil situación económica del país.
*En el año 2015 el gobierno aprobó una serie de leyes que prohiben la exhibición pública de símbolos comunistas. Esto significó entre otras cosas el cambio de nombre de miles de calles y plazas, además de diferentes poblaciones; y la retirada de todas las estatuas de Lenin (a excepción de dos en Chernobyl).
*En las principales ciudades han aparecido Museos ATO y numerosos Memoriales en honor a los soldados fallecidos durante el conflicto.
RECORRIENDO KHARKIV
En Kharkiv los activistas pro-rusos también se movilizaron, y durante un par de días crearon la República Popular de Kharkov. Aunque aquí el gobierno ucraniano actuó con contundencia y no tardó en controlar la situación. Entre el 2014 y el 2017 se produjeron diferentes atentados terroristas, con algún tiroteo y explosiones de bombas, pero poco a poco se calmaron los ánimos y cuando llegué a la ciudad reinaba la normalidad. Estos fueron los lugares de interés de mi recorrido:
1. Church of the Holy Myrrh-Bearers: el templo ortodoxo original era del siglo XVII, pero los rusos lo destruyeron y el actual fue inaugurado en el año 2015. Tiene una fachada imponente, con varias cúpulas doradas. Al pasar por delante muchos lugareños se santiguan o paran unos segundos a rezar. La iglesia está en un parque donde me llamó la atención una estatua que representa a dos enamorados dándose un beso en una postura imposible.
2. Opera & Ballet Theatre: un enorme edificio rectangular de estilo soviético construido en 1925. Junto a la entrada se puede contemplar un conjunto de esculturas que representa a un grupo de músicos bailando alrededor de una mujer. A escasos metros hay un bloque de pisos que luce una gran pintura mural donde aparece un militar en uniforme.
3. Shevchenko Park: es el parque más céntrico de Kharkiv. Está presidido por una magnífica estatua del famoso poeta, acompañada de otros personajes importantes de la historia de Ucrania. También me encantó el Ukraina Cinema & Concert Hall, de estilo soviético, cuya fachada está decorada con un espectacular mosaico. Al ser otoño el parque lucía en todo su esplendor, con jardines de flores, árboles de diferentes colores, hojas secas, lugareños paseando… Por unos altavoces sonaba música relajante; y había montones de ruidosos cuervos revoloteando, o intentando abrir nueces (las tiraban desde el aire o utilizaban el pico).
4. Derzhprom: este gigantesco edificio constituye la principal atracción turística de Kharkiv. Se encuentra ubicado en Freedom Square, una de las plazas más grandes del mundo, que hasta el año 2014 estaba presidida por una estatua de Lenin. El Derzhprom fue construido en 1928 cuando Kharkiv era la capital de la República Socialista de Ucrania, para albergar la sede del gobierno. Y se compone de una serie de bloques de cemento y vidrio conectados por varios puentes cubiertos. En su día fue el rascacielos más alto de la Unión Soviética (63m) y un perfecto ejemplo del Constructivismo, un estilo arquitectónico que proponía edificios austeros de formas geométricas. En 1955 se le añadió una antena de TV con la que alcanza los 108m de altura.
Hacer fotos del Derzhprom no es sencillo: necesitarás una cámara con gran angular; y encontrar el sitio adecuado para evitar los árboles (en invierno no tienen hojas y los resultados son mejores). En Freedom Square también hay otros edificios del mismo estilo, como el Hospital Central o la Universidad, que te harán sentir en el escenario de una película futurista.
5. Gorky Central Park: sin duda el recinto más popular entre las familias de Kharkiv, y no me extraña. Tiene un parque de atracciones donde destacan una enorme noria o un tren infantil; un estanque con montones de patos y cisnes; diferentes estatuas… En un rincón más apartado me encontré con una graciosa ardilla que se me subió por la pierna esperando que le diera comida, y salía corriendo detrás de los cuervos para espantarlos. Al igual que en el Shevchenko Park, el ambiente era otoñal y pasé un rato muy entretenido.
En este parque aproveché para tomarme un café con leche en un puesto (40G) y entrar en calor, imitando al resto de lugareños. Y es que Kharkiv está llena de cafeterías, chiringuitos y vehículos o remolques con cafeteras instaladas. Parece mentira que haya negocio para todos…
6. Calle Sumska: desde Gorky Park caminé 3,5km hasta el centro siguiendo la principal avenida de la ciudad. Durante el trayecto pude contemplar numerosos edificios lujosamente decorados con esculturas y relieves. También me hizo gracia descubrir símbolos comunistas, que en teoría están prohibidos, como un bloque de pisos coronado por una estrella, o una fachada con relieves representando la hoz y el martillo. Además hay todo tipo de tiendas, gente paseando… En una esquina vi un improvisado Museo ATO, con fotos y recortes de periódico en contra de la Guerra del Donbas. Y cerca de la Plaza de la Constitución había un tramo de la calle adornado con luces y estrellas que colgaban del cielo.
A continuación empezó a oscurecer y decidí buscar un lugar para comer. No me supo mal que fuera temprano, porque durante todo el día hizo bastante frío, con momentos en los que cayó una fina lluvia, y a pesar de ponerme camiseta térmica y abrigo acabé congelado. Así que ya tenía ganas de finalizar la jornada.
COMIDA: PUZATA KHATA
Se trata de una cadena de cafeterías fundada en Kiev en el año 2003, aunque hoy día también tiene presencia en las principales ciudades del país. El de Karkhiv se encuentra en la calle Sumska, y me encantó por 3 motivos:
*Está especializado en comida típica ucraniana.
*Los platos están a la vista, pasas con una bandeja y pides a las camareras lo que te apetece sin necesidad de saber ucraniano o ruso (basta con señalar).
*Precios económicos.
Yo pedí Pollo a la Kiev con puré de patatas y salsa de tomate; Vareniky rellenos de patata; pan; y agua. Todo muy rico. Precio: 134G. Tras pagar subí al primer piso y me senté en una mesa del comedor rodeado de un ambiente agradable, con música suave, decoración rústica y poca gente. Justo lo que necesitaba (similar a los Autoservire de Rumanía). No fue ni mucho menos la última vez que visité un Puzata Khata.
De regreso a mi estudio paré a comprar comida en un supermercado ATB, y dediqué el resto del día a leer y descansar, solventando la cena con queso, pan, un plátano y galletas.
SEGUNDO DIA EN KHARKIV
La jornada comenzó tras una noche un tanto movida, porque el vecino de al lado estuvo de risas con un amigote hasta las 2h y me obligó a dormir menos de lo previsto. Pero bueno, poco a poco me vine arriba, desayuné (yogurt, un plátano y galletas), y a las 9.30h ya estaba listo para continuar explorando Kharkiv.
En el exterior me esperaba otro día gris, con el añadido de un viento gélido que provocaba una sensación térmica de 3ºC. Ni abrigándome todo lo que pude conseguí entrar en calor, y siempre caminé encogido, temblando y con la nariz llena de mocos. Y eso que aun no había llegado el invierno… Una vez en el centro de Kharkiv continué el recorrido donde lo dejé el día anterior.
Esto fue lo más destacado:
7. Plaza de la Constitución: aquí está el moderno edificio que alberga el Museo de Historia Regional, aunque yo no accedí al interior porque ya había visitado el de Dnipro y me pareció más de lo mismo. Junto a la entrada hay dos tanques, uno de la Primera Guerra Mundial y otro de la Segunda. En el extremo opuesto se encuentra el Teatro de Marionetas, que tiene una fachada decorada con figuras infantiles, incluido un astronauta que sostiene una estrella roja. Y un enorme Termómetro, que sirve de punto de encuentro. Por último, en el centro de la Plaza hay una altísimo pedestal con la estatua de una mujer alada colocada con motivo de la independencia de Ucrania.
8. Monasterio Prokovsky: situado junto a la Plaza, se compone de dos templos ortodoxos. Por un lado la Iglesia Prokovsky, con sus muros pintados de azul y cúpulas doradas que se ven desde cualquier punto de la ciudad. Fue construida por los Cosacos en el año 1689, con lo cual se trata del edificio más antiguo de Kharkiv. Junto a ella está la Iglesia Ozeyansky, de color amarillo, que data de 1896.
En el patio del Monasterio se respira una gran atmósfera, con numerosos fieles caminando en todas direcciones, estatuas y memoriales. Solo pude entrar en la Iglesia Ozeyansky, donde hay diferentes iconos acompañados de montones de velas. La fotografía está estrictamente prohibida, así que me tocó mantener enfundada la cámara.
9. Catedral de la Anunciación: construida en 1901, es la iglesia ortodoxa más importante de la ciudad. Su exterior es majestuoso, de estilo bizantino, completamente cubierta de rayas rojas y amarillas, con varias cúpulas y un campanario de 80m de altura. Dentro las paredes están decoradas con coloridos frescos.
10. Streak Park: este parque se encuentra justo en el punto donde confluyen los ríos Lopan y Kharkiv. Tiene una estatua de San Andrés y un puente sobre el río Kharkiv donde las parejas dejan candados (una de esas tradiciones que se ha extendido por todo el mundo). Desde el parque se pueden contemplar bonitas imágenes, con los ríos, edificios antiguos, paredes con grafitis, tranvías recorriendo las calles anexas…
11. Kharkiv Circus: es menos espectacular que el de Dnipro, pero merece la pena acercarse a verlo. Tiene forma circular, con un tejado ondulado e inquietantes carteles con dibujos de payasos. Cerca está el edificio de Urktelecom, de estilo soviético; y un bloque de pisos con una pintura mural de grandes dimensiones donde aparecen una niña y un león.
Desde el Circo caminé más de 3km hacia el oeste de la ciudad, cruzando una zona industrial con viviendas en ruinas, fábricas abandonadas, chimeneas, silos gigantescos, avenidas con un tráfico infernal… Parecía el escenario de una película post-apocalíptica. Cada vez había menos luz y apenas me crucé con gente, así que la sensación de intranquilidad fue constante.
12. Palace of Culture for the Railway Workers: un edificio de estilo soviético construido en el año 1932 donde se organizaban actividades para los empleados de la compañía de ferrocarril. La fachada es imponente, y al otro lado de la calle se puede ver el Sports Complex Locomotiv, de aspecto más moderno.
13. Estación de Tren Pivdenny Vokzal: tiene una entrada monumental, con columnas y estatuas, y está flanqueada por dos torres. En la misma plaza está el edificio de la antigua Oficina de Correos, que data de 1929 y ahora es una comisaría de Policía, así que hay que utilizar la cámara de fotos con discreción.
A continuación decidí regresar en Metro a la Plaza de la Constitución y comer algo por allí. Para ello compré una E-Card en una máquina de la Estación (36G) y la recargué con saldo, teniendo en cuenta que un trayecto cuesta 8G. Como curiosidad, algunas Estaciones del Metro de Kharkiv son auténticas obras de arte, aunque oficialmente la fotografía está prohibida y si te ve algún empleado te llamará la atención.
COMIDA: THE VARENIK
Un restaurante situado cerca de la plaza que, como su nombre indica, está especializado en los populares Vareniky. Y que consiguió lo que parecía imposible: mantener el nivel del Puzata Khata. Platos a la vista (encima con un cartelito en inglés y ucraniano), comida rica, precios económicos… Hasta los camareros hablaban algo de inglés.
Yo fui pidiendo porciones y acabé con un plato generoso de diferentes Vareniky (carne, queso ricotta y espinacas, y col) con Smetana; y dos Syrniki (pequeños pasteles de queso). La única nota negativa fue el vaso de Uzvar que elegí para acompañar, una bebida de color marrón elaborada con frutos del bosque que estaba asquerosa. Comí en una mesa del comedor, donde solo había un par de parejas. Todo me costó 134G (¡justo lo mismo que la comida del día anterior!), y acabé a reventar.
Cuando salí a la calle todavía eran las 15h y quedaba una hora de luz. Pero empezó a llover y ya había visto las principales atracciones de Kharkiv, así que regresé al estudio.
CONCLUSION
En Kharkiv alcancé el punto más oriental de mi viaje por Ucrania, a casi 1.000km de Chernivtsi. Si te gusta el arte soviético es otro lugar indispensable, con monumentos espectaculares como el Derzhprom. A pesar de estar tan cerca de la frontera de Rusia, durante mi estancia no tuve ninguna sensación de inseguridad, aunque lo mejor es que te informes antes de partir hacia allí.
No muy lejos, en las afueras de Kharkiv, se encuentra la fábrica de tanques Malyshev. Y varios blogueros relatan que fueron a hacer fotos intentando colarse en el recinto o asomándose por encima del muro que lo rodea (en la mayoría de casos fueron descubiertos por los soldados encargados de la vigilancia). La verdad es que a mí me pareció una idea nefasta merodear con una cámara por las instalaciones militares de un país en guerra. Y más teniendo en cuenta que por toda Ucrania hay docenas de tanques a los que te puedes acercar sin problema.
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