Datos básicos para visitar de forma independiente esta isla tropical cercana a la India que se ha convertido en un popular destino turístico.
Varios fueron los motivos por los que decidí viajar a Sri Lanka. Primero, que es un país con unos atractivos turísticos muy variados. En una extensión relativamente pequeña se pueden visitar templos hindúes y budistas; ruinas de fama mundial; parques nacionales llenos de fauna; y playas paradisíacas. Por eso mucha gente dice que Sri Lanka es como una India en miniatura. Segundo, que es realmente sencillo desplazarse entre los diferentes lugares de interés. Por las escasas distancias, y por la amplia oferta de transporte público o privado. Y por último, que la seguridad se ha consolidado en toda la isla, tras una salvaje guerra civil que durante 25 años mantuvo el turismo bajo mínimos. Mejor aprovechar y visitar Sri Lanka ahora que reina la calma, por si las cosas se vuelven a torcer.

Sri Lanka es un país que se ha puesto de moda. Según datos de la Oficina de Turismo, en 2010 (justo tras el final de la guerra civil) visitaron la isla 450mil turistas. Y en 2017, solo 7 años después, esta cifra ya se había incrementado hasta los 2,1 millones (principalmente Indios, Chinos y Británicos). Un número elevadísimo, teniendo en cuenta las dimensiones del país. Y eso sin contar el turismo interno. Consecuencia: las principales atracciones reciben oleadas de visitantes; y cobran precios exagerados. Esta situación provocará dolor de cabeza a los viajeros en busca de rincones inexplorados (yo hubo momentos en que lo pasé realmente mal). Pero así están las cosas, y no queda otra que madrugar; intentar realizar una escapada de varios días al norte; y tener muchísima paciencia.
Lo más gracioso de todo es que las páginas oficiales del Ministerio de Exteriores todavía se refieren a Sri Lanka como un país donde «hay que viajar con mucha precaución y abstenerse de hacerlo por determinadas zonas». Se refieren básicamente al norte y este de la isla, donde la presencia militar es importante. Pero hoy día la seguridad es total. Yo recorrí esas zonas completamente solo durante varios días, en moto y transporte público, y no tuve el más mínimo incidente.
ITINERARIO POR SRI LANKA
En total estuve 22 días recorriendo Sri Lanka. Realizando una ruta circular con inicio y final en la capital Colombo. Primero seguí el circuito turístico habitual desde Kandy. Después continué hacia el norte, visitando lugares mucho menos masificados, hasta llegar a la remota Jaffna. Y por último, bajé por la costa este para reincorporarme a la ruta principal en Ella.
CUANDO IR
Sri Lanka cuenta con una climatología compleja, ya que durante el año la visitan dos monzones, que afectan a diferentes partes de la isla. El Monzón Yala (mayo-agosto) descarga lluvias en el sur y oeste de Sri Lanka (la zona más turística), Hill Country incluido. Mientras que el Monzón Maha (octubre-marzo) se centra en el norte y este de la isla, incluidas las Ciudades Históricas. Ante esta situación tienes varias opciones:
1. Trazar la ruta en función del mes del año en que viajes a Sri Lanka, centrándote en visitar la parte de la isla no afectada por el monzón de turno.
2. Intentar viajar en abril o septiembre, dos meses ubicados entre ambos monzones, que en teoría permiten recorrer toda la isla sin peligro de lluvias. La verdad es que yo viajé en septiembre, y visité el país de norte a sur sin que me lloviera ni un solo día.
3. Decidir tu ruta ignorando los monzones. Por un lado, el cambio climático está provocando que últimamente su aparición no siga unas pautas tan definidas. Así que a lo mejor viajas al sur en abril y resulta que el Monzón Yala se ha adelantado y te pilla la lluvia. Por otro lado, viajar durante la estación húmeda no es un drama, ya que las lluvias solo aparecen durante unas horas al día. Además, el paisaje es más verde; y hace menos calor.
VISADO
Para visitar Sri Lanka es necesario obtener un visado. Pero el proceso no podría ser más sencillo. Hay dos formas de realizar la gestión:
1. Desde casa, solicitando un visado electrónico a través de una página web del gobierno de Sri Lanka: www.eta.gov.lk. Habrá que rellenar un sencillo formulario; realizar el pago de la tasa correspondiente en función del país, con tarjeta de crédito o débito; y lo normal es que a los pocos minutos de enviar el formulario online recibas un correo donde se autoriza tu petición. Se recomienda imprimir este correo, pero normalmente no lo piden en el aeropuerto.
El visado es para una estancia máxima de 30 días. Y en el caso de España, cuesta 35 Usd.
2. Al llegar al aeropuerto de Colombo, en un mostrador a parte. Pero con dos inconvenientes: mayor tiempo de espera; y el importe de la tasa es superior. Así que el único motivo por el que se me ocurre que alguien pueda optar por esta segunda vía es que se le haya olvidado hacerlo con antelación.
GUÍAS DE VIAJE
–«Sri Lanka» de Lonely Planet. Solo cuenta con 350 páginas, pero va directa al grano, y realiza un gran trabajo destacando los principales puntos de interés, y aportando mapas muy prácticos. Totalmente recomendable.
–«Sri Lanka» de Bradt Guides. Con más de 600 páginas, es la guía más completa que existe para visitar la isla, incluyendo información detallada de cada rincón de la isla. Además, está escrita por el genial Philip Briggs, mi autor favorito de la editorial. Pero tiene un defecto importante: a veces recomienda visitar lugares de escaso interés turístico, lo cual puede indignar al viajero que ande escaso de tiempo.
En mi opinión, las dos guías se complementan a la perfección. La Lonely Planet me sirvió para planificar la ruta y consultar durante el día. Y la Bradt fue una excelente lectura de cabecera una vez en mi alojamiento, para ampliar información.
–«Sri Lanka Wildlife» de Bradt Guides, con 144 páginas. Para los entusiastas de la fauna, que encontrarán descripciones y fotografías de las principales especies que existen en la isla. Una versión muy ampliada del típico capítulo que las guías de viaje destinan a la fauna del país.
VUELO
En mi caso, volé con Qatar Airways hasta Colombo, haciendo escala en Doha. Como es habitual en las aerolíneas del Golfo Pérsico, el servicio fue magnífico. Despegamos a la hora prevista. Los aviones estaban impecables y con muchos asientos vacíos, por lo que había espacio de sobras para viajar cómodamente. Y la comida fue correcta, servida por amabilísimas azafatas. Estas aerolíneas siempre son un valor seguro.
TRANSPORTE
Para moverse por el país, las principales opciones son:
1. Autobús: una buena alternativa para desplazamientos largos entre ciudades. Hay dos tipos de vehículos: los autobuses públicos, que realizan continuas paradas durante el trayecto; sin aire acondicionado; y con asientos básicos. Y los autobuses privados (también llamados «intercity»), que avanzan más rápido, sin tantas paradas; con asientos cómodos; y aire acondicionado. El precio del billete es bastante más caro que el público, pero en ambos casos estamos hablando de unos pocos euros de diferencia.
Las terminales de bus suelen estar ubicadas en el centro de las ciudades. Son lugares caóticos (muchos carteles con los destinos no están escritos en inglés). Pero por suerte libres de pesados intentando atraerte a un vehículo determinado en busca de comisión. Los billetes se compran en el interior del bus, pagando al principio o al final del trayecto (viví ambas situaciones), según te indique el ayudante del conductor. Curiosamente, no existe la opción de guardar equipaje en el maletero del vehículo. Yo dejaba mi mochila grande junto al conductor (igual que el resto de pasajeros), y no tuve ningún problema.
Una vez en marcha, los autobuses avanzan a una velocidad de vértigo, y son continuos los frenazos y giros bruscos. Esto unido a la música a toda pastilla provocan que echar una cabezada durante el trayecto sea casi imposible.
2. Tren: un medio de transporte que todas las guías de viaje recomiendan como si fuera una atracción turística más. Y la verdad es que en algún caso (como la linea Colombo – Badulla) no les falta razón. Hay cuatro tipos de vagón: 1ª clase (con asientos cómodos y aire acondicionado, pero ventanas selladas); 2ª clase (con asientos correctos, ventiladores, y ventanas que se pueden abrir); 3ª clase (no apta para turistas); y observation cars (una 1ª clase con cristales panorámicos para disfrutar del paisaje). Yo viajé siempre en 2ª clase, y los trayectos fueron impecables.
Los billetes son muy económicos. Para viajes largos recomiendo reservar con antelación acudiendo a la estación el día antes (opción disponible para cualquier clase excepto 3ª, y solo en las principales estaciones). El precio es más caro, pero de esta forma tendrás acceso a un vagón especial para reservas con un asiento numerado, evitando las aglomeraciones. La alternativa (recomendable para trayectos cortos) es comprar el mismo día el billete (opción solo disponible para 2ª y 3ª clase). El precio es más barato, pero subirás al vagón estándar sin asiento garantizado, y puede que tengas que viajar de pie durante horas. Aunque siempre te quedará la posibilidad de sentarte en una de las puertas de acceso.
Otros datos a tener en cuenta: no tires el billete, porque al final del trayecto hay que entregárselo al encargado de la estación para salir de la zona de andenes. Y no te preocupes por la comida: durante el trayecto no paran de subir al tren vendedores ambulantes con todo tipo de productos.
3. Tuk-Tuk (también llamado Three Wheeler): unos vehículos omnipresentes, incluso en el rincón más remoto de Sri Lanka. Se trata de triciclos motorizados muy recomendables para trayectos cortos entre poblaciones, o para explorar los alrededores de algún núcleo urbano. Son baratísimos, aunque será necesario regatear y acordar la tarifa antes de subir al vehículo, porque los precios de partida para los turistas suelen estar muy inflados. Mi estrategia habitual consistía en esperar a que un conductor contactara conmigo, y actuar como si no tuviera pensado coger un tuk-tuk en ese momento. Así el conductor se veía forzado a ofrecerme un buen precio.
4. Moto: una opción ideal para explorar zonas rurales durante varios días (como la Península de Jaffna, Hill Country o la Costa Este). En teoría es necesario el Permiso de Conducir Internacional, pero yo circulé durante dos días y no me lo pidieron en ningún control (por suerte, porque no llevaba ni siquiera el español).
Para evitar problemas, recomiendo que tomes una serie de precauciones. Alquila la moto en un lugar fiable: una tienda que aparezca en las guías de viaje; tu alojamiento… Comprueba el estado del vehículo antes de despedirte del dueño. No olvides pedir los papeles de la moto y el contrato de alquiler. Y si puedes, evita dejar el pasaporte original en depósito (ofrece a cambio cualquier otra cosa, como algún otro documento menos importante). Una vez en ruta, conduce siempre a la defensiva, esperándote lo peor del resto de vehículos. Porque si tienes un accidente y se considera que ha sido culpa tuya (algo que a veces es muy subjetivo), tendrás que correr con los gastos de los daños ocasionados.
5. Ferry: necesarios para moverte por las islas del norte de Sri Lanka. Por motivos de seguridad los servicios están gestionados por el ejército, pero no hay que preocuparse. Las embarcaciones son realmente básicas, y el precio del billete es de risa.
ALOJAMIENTO
La oferta hotelera en la mayor parte de Sri Lanka (excepto el norte) es ridículamente amplia. Y en los principales lugares de la ruta turística, como Dambulla o Sigiriya, encontrarás decenas de alojamientos que, por regla general, ofrecen habitaciones impecables y desayunos generosos por un puñado de euros (la competencia es feroz).
Yo reservé los primeros hoteles a través de Booking para ahorrarme trabajo. Pero a no ser que visites la isla en plena temporada alta, lo mejor es que elijas tu alojamiento sobre la marcha. De esta forma podrás viajar con total libertad. Y pagarás menos, porque en casi todos los establecimientos se acepta el regateo (y funciona con una facilidad asombrosa).
COMIDA
El plato estrella en Sri Lanka es el Rice & Curry, y se sirve en cualquier rincón de la isla. Puedes elegir entre dos modalidades: el que comen los lugareños, en unos locales llamados Hotel (¡donde no hay habitaciones!), muy económico, pero poco recomendable si no te gusta el picante; y el que preparan en los hoteles y restaurantes turísticos, más elaborado y suave, pero también a precios más elevados. No hay que marcharse de la isla sin probar este plato, porque es un auténtico festival de sabores.
En los menús también abundan otras especialidades locales, como el Kotthu o los Biryanis. Y si tienes prisa, o quieres algo ligero para picar, siempre puedes optar por una Samosa, un Rotti, o cualquier otra variedad de aperitivo (yo me aficioné a unos bollos azucarados que me dejaban como nuevo).
Para beber, hay una oferta interminable de zumos naturales (el de lima es muy popular) y batidos. En las zonas más turísticas encontrarás con facilidad cerveza local, marca Lion (en envases de 0,625l). Y si te animas, puedes pedir la variedad Lion Strong, con nada menos que un 8,8% de alcohol.
IDIOMA
Las lenguas oficiales en Sri Lanka son el cingalés y el tamil. El cingalés es hablado por unas tres cuartas partes de la población, principalmente en el centro y sur de la isla. El tamil, en cambio, se utiliza en el norte y este del país, y tiene muchos menos practicantes (alrededor de un 20% de la población). El inglés es el idioma designado por el gobierno para hacer de nexo de unión, y en los principales núcleos turísticos lo habla mucha gente. En cambio, en lugares remotos costará más comunicarse en este idioma. Pero al final siempre aparece alguien que lo habla con mayor o menor corrección. Y en última instancia, siempre puedes enseñar fotos en el móvil o utilizar el lenguaje de signos de toda la vida.
MONEDA
La Rupia de Sri Lanka, que a su vez se divide en Cents. Cuando visité Sri Lanka el tipo de cambio era de 1 eur = 182 R (sept/2018). Para obtener moneda local, utilicé mi tarjeta en los cajeros automáticos, que están por todas partes (incluso en poblaciones bastante remotas).
SALUD
No hay ninguna vacuna obligatoria para visitar Sri Lanka. Aunque se recomiendan las de la Fiebre Amarilla, Hepatitis A y B, y Tétanos. Desde el 2016 el país está libre de Malaria, y no es necesario seguir un tratamiento profiláctico contra esta enfermedad. Pero lo mejor será que visites un Centro de Medicina Tropical y pongas al día tu cartilla de vacunación para evitar experiencias desagradables.
Bueno, podría facilitar muchos más datos, pero creo que junto a los 12 posts que he publicado hay información suficiente para hacerte una idea del país, y podrás decidir si te apetece o no visitarlo. Aún así, si tienes alguna duda, escríbeme y con mucho gusto intentaré resolverla.
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