Información básica para visitar por libre un país al margen de los circuitos turísticos tras protagonizar las guerras más crueles de las últimas décadas en territorio europeo.
Decidí viajar a Serbia por una serie de motivos. Primero, se trata de uno de los países menos visitados de los Balcanes, donde no llegan los grupos organizados que recorren Croacia o Montenegro, y esto siempre es garantía de aventuras. En segundo lugar tiene una naturaleza excepcional, con rincones como las montañas de Tara o Uvac Canyon. Tercero, Serbia todavía cuenta con numerosos monumentos modernistas y memoriales de la antigua Yugoslavia, un tipo de arte que me encanta. Por último, tras visitar Macedonia decidí quedarme en la región de los Balcanes, cuyos países permanecían abiertos al turismo mientras el coronavirus seguía causando estragos en el mundo. Y Serbia era una de las opciones más lógicas para continuar Mi Gran Viaje.

Serbia
Serbia fue el epicentro de la antigua Yugoslavia, un país creado en 1918 fruto de la unión entre el Reino de Serbia y una serie de territorios procedentes del Imperio Austro-Húngaro, con capital en Belgrado. Durante la Segunda Guerra Mundial los Partisanos consiguieron expulsar a las tropas Nazis con una mínima ayuda exterior, y su líder (Josip Broz Tito) convirtió Yugoslavia en un estado comunista compuesto por 6 repúblicas: Serbia (que contenía las provincias autónomas de Vojvodina y Kosovo), Montenegro, Bosnia y Herzegovina, Croacia, Eslovenia y Macedonia. Tito gobernó el país con mano de hierro hasta su muerte en 1980, manteniendo la independencia de la Unión Soviética. Pero solo una década más tarde la crisis económica y el auge del nacionalismo provocaron en 1992 la fragmentación de Yugoslavia.
Poco después los Serbios, liderados por su presidente Slobodan Milosevic, protagonizaron dos guerras en Bosnia (1992) y Kosovo (1998) donde, apoyados en grupos paramilitares, pusieron en marcha una limpieza étnica de la población musulmana. Los relatos eran espeluznantes, con violaciones y masacres de civiles; y cientos de miles de personas fueron forzadas a abandonar sus hogares. Hasta que la OTAN intervino militarmente y obligó al gobierno Serbio a sentarse a negociar. Milosevic acabaría encarcelado en el 2001 y murió de un ataque al corazón 5 años más tarde mientras era juzgado por crímenes de guerra en el Tribunal de La Haya.
Actualmente el Ministerio de Exteriores considera Serbia un destino completamente seguro y solo recomienda tener las precauciones habituales en Belgrado, donde se pueden producir pequeños robos. Yo viajé en solitario por todo el país utilizando transporte público y la verdad es que no tuve ninguna sensación de peligro.
ITINERARIO POR SERBIA
En total estuve 33 días en Serbia. Comencé mi recorrido en Nis, donde viajé desde Skopje (Macedonia). A continuación me dirigí hacia el norte, pasando por Belgrado y Novi Sad; y realicé una ruta por los bosques de Fruska Gora. Después volví al sur para visitar las montañas de Tara y Uvac Canyon. Y acabé la ruta en Novi Pazar, junto a la frontera de Kosovo.
CUANDO IR
La mejor época para viajar a Serbia es entre los meses de mayo y septiembre, cuando el clima es ideal para disfrutar de la naturaleza. Aunque en verano hace mucho calor y caminar durante la parte central del día se convierte en una experiencia no apta para todo el mundo. En cambio en invierno el frío es excesivo, y solo lo recomiendo si quieres esquiar en las pistas de Kopaonik o Zlatibor.
Yo visité Serbia entre julio y agosto y acabé encantado. Es verdad que hubo días con un calor insoportable, pero a cambio disfruté de cielos despejados (apenas llovió un par de veces) y paisajes de postal.
VISADO
Los ciudadanos de la Unión Europea no necesitamos visado para entrar en Serbia, pudiendo permanecer en el país un máximo de 90 días.
Aunque mi llegada se produjo en plena crisis del coronavirus y las autoridades habían establecido un requisito: hacerse un test PCR, como máximo 48 horas antes de cruzar la frontera, y aportar un certificado que acreditara el resultado negativo. Yo me hice el test en Skopje. Utilicé los servicios del Centro Médico Biotek y acabé muy satisfecho. No necesité concertar cita previa y recibí el documento por correo electrónico al cabo de unas horas. Precio: 2milD (unos 32€).
GUÍAS DE VIAJE
-“Serbia” de Bradt Guides: cuenta con más de 400 páginas llenas de información detallada para visitar cualquier rincón del país. Imprescindible.
-“Serbia” de DK Eyewitness Travel: con 175 páginas, sigue la tónica del resto de guías de esta colección: muy bien estructurada, mapas espectaculares, circuitos a pie recomendados para las principales poblaciones… Pero carece de los datos necesarios para organizar un viaje por libre (alojamiento, restaurantes, transporte…).
-“Western Balkans” de Lonely Planet: solo dedica 51 páginas a Serbia. Sirve como complemento, para tener una idea general de la zona.
COMO LLEGAR
Entré en Serbia por tierra, viajando en autobús desde Skopje hasta Nis. Para evitar sorpresas el día antes me pasé por la Terminal Interurbana y compré el billete. Precio: 710D (unos 12€). Cuando llegó el vehículo (de la compañía Nis Exspres) el conductor me pidió 30D por guardar la mochila grande en el maletero, pero yo había gastado toda mi moneda local y no tenía efectivo. Por suerte una pasajera me vio en apuros y pagó el importe. Todo un detalle. A continuación ocupé un asiento junto a la ventana y nos pusimos en marcha puntuales.
El trayecto duró 4,5 horas, con un paisaje bastante monótono formado por campos de cultivo. Solo me gustó un tramo en el que cruzamos espesos bosques, un río con garzas y un par de aldeas tradicionales. También fuimos parando en las Terminales de las poblaciones más importantes de la ruta. El aire acondicionado del autobús funcionaba a toda pastilla y pasé frío.
En la frontera de Serbia hubo que bajar del vehículo y pasar por la garita de un agente. El hombre solo me preguntó el motivo de mi visita y dónde me dirigía; me pidió el certificado del test PCR (que apenas miró); y selló mi Pasaporte con una sonrisa. Una vez en la Terminal de Nis caminé hasta el lugar donde había previsto pasar la noche, rodeado de un ambiente más sórdido de lo esperado.
Nota: si viajas a Serbia desde Kosovo puedes encontrarte con problemas, porque el gobierno no reconoce su independencia (es una provincia más) y no tendrá constancia de tu entrada. Esto ya dependerá de lo estricto que sea el agente de turno, aunque si vas a recorrer ambos países se recomienda visitar Kosovo desde Serbia.
TRANSPORTE
Para moverte por el país las opciones son:
1. Autobús/Minibús: es el medio de transporte que más utilicé para viajar por Serbia y mis trayectos en ningún caso superaron las 5 horas de duración. En función de la demanda viajarás en un autobús o un minibús, que se encuentran en buen estado, con asientos cómodos y aire acondicionado. Los vehículos lucen un cartel con el nombre del destino en la parte frontal, pero suele estar escrito en serbio, con caracteres cirílicos, así que tendrás que preguntar a la gente o informarte previamente del número del andén donde aparcará.
Normalmente las Terminales de Autobús están ubicadas a un par de kilómetros del centro y siempre llegué caminando. Los billetes se compran previamente en las taquillas de la Terminal. Yo consultaba los horarios en la página web polazak.com y así podía planificar mi viaje, porque en algunas zonas la escasez de autobuses es alarmante, con tan solo una o dos salidas al día (y menos aun los domingos). La mayoría de compañías cobran un pequeño importe adicional por guardar equipaje en el maletero (alrededor de 50D). Una vez en marcha la conducción es muy correcta, sin maniobras bruscas, con lo cual los viajes son tranquilos.
2. Tren: solo viajé una vez, entre Nis y Belgrado, y no me convenció. En esta ruta los trenes con horarios más convenientes son Regionales, y paran en todas y cada una de las estaciones del recorrido, por pequeñas que sean (algunas se encuentran en el bosque rodeadas de edificios abandonados). Así que el trayecto se hizo eterno. Además al llegar a Belgrado descubrí que la nueva estación se encuentra a 7km del centro y me tocó buscarme la vida para encontrar un autobús. Puedes consultar los horarios en la página web srbvoz.rs.
3. Taxi: los utilicé en Novi Sad y en zonas rurales donde no había otro tipo de transporte, como Fruska Gora o las montañas de Tara. Los precios son asequibles a pesar de viajar en solitario. Siempre que pude utilicé intermediarios, como Yandex o el dueño de mi alojamiento, para evitar negociar con los taxistas.
ALOJAMIENTO
La oferta hotelera en Serbia es un tanto limitada fruto de la escasa afluencia de turistas extranjeros. Yo casi siempre elegí pensiones familiares y guesthouses, disfrutando de habitaciones aceptables, aunque la mayoría no incluyen el desayuno y solo aceptan pagos en efectivo. Los precios son elevados y en algún destino me vi obligado a alojarme en hostels porque era la única opción que se ajustaba a mi presupuesto.
Si no visitas Serbia en plena temporada alta y no estás interesado en algún hotel concreto te recomiendo que elijas tu alojamiento sobre la marcha. De esta forma podrás viajar con total libertad. Yo escogía un lugar el día antes y realizaba una reserva a través de Booking, donde encontré ofertas interesantes. En alguna ocasión alargué mi estancia avisando directamente al dueño del hotel pero salvo una vez no obtuve ningún tipo de descuento, así que continué utilizando Booking. Los precios aparecen en euros, no en denars, aunque a la hora de pagar en moneda local no hubo sorpresas con el tipo de cambio.
En cuanto a la crisis del coronavirus, por un lado me benefició, porque a pesar de viajar en verano casi todos los alojamientos tenían habitaciones disponibles. Pero en muchos casos la calidad también se resintió, con recepciones desatendidas (antes de llegar tenía que concretar la hora por mensaje o no había nadie); y ausencia de servicios adicionales.
COMIDA
La comida más extendida en Serbia es la carne a la parrilla, en forma de hamburguesa (pljeskavica), kebab (cevapi) o salchicha (kobasice). Disponible tanto en restaurantes como en pequeños locales de fast food. Aunque yo siempre que pude elegí platos típicos más elaborados como ensalada shopska (trozos de tomate, pepino y cebolla cubiertos de queso rayado); gulash (estofado de carne con patatas); o karadordeva snicla (rollitos de carne de cerdo rebozada rellenos de kajmak, una crema agria).
A veces también solventé alguna comida o cena con un burek (masa de hojaldre rellena de carne); o con una pizza o un plato de pasta para variar un poco. A modo de anécdota, en los restaurantes de Serbia es normal servir todos los platos a la vez. Así que no te enfades si todavía te estás comiendo la ensalada y el camarero aparece con el segundo (si es un gran problema coméntaselo antes).
En cuanto a la bebida, cualquier momento del día es bueno para tomar kafe (café), acompañado de un vaso de agua fría. El licor nacional de Serbia es la Rakija, un aguardiente elaborado a partir de diferentes frutas con alrededor de un 50% de alcohol. Yo solo lo probé una vez, pero los licores fuertes no son lo mío y opté por la cerveza, marcas Jelen, Lav o Zajecarsko, en envases de 0,5l que caían a pares.
IDIOMA
La lengua oficial en Serbia es el Serbio, que habla la práctica totalidad de la población. Es el único idioma de Europa que se puede escribir utilizando tanto los caracteres del alfabeto Cirílico como los del Latino.
A pesar de tirarme una buena temporada en el país, no pude dedicar mucho tiempo a practicar el Serbio y no pasé de alguna palabra básica, como Zdravo (hola); Dobar Dan (buenos días); Hvala (gracias); o Chau (adiós). Aunque al menos aprendí la pronunciación, para que la gente me entendiera cuando me refería a algún lugar. Estos son los sonidos más comunes:
č – se pronuncia como una ch
š – se pronuncia como una sh
j – se pronuncia como una i
h – no se pronuncia
En Serbia es difícil encontrar a alguien que hable inglés, así que en muchas situaciones la comunicación fue casi imposible. En estos casos Google Translator y el lenguaje de signos me ayudaron a salir del paso, pero no pude mantener conversaciones.
MONEDA
El Dinar Serbio, que a su vez se divide en 100 Para. Cuando visité Serbia el tipo de cambio era de 1 eur = 117D (julio/2021). Para obtener moneda local utilicé mis tarjetas BNext y Revolut en los cajeros automáticos, que están por todas partes, incluso en las poblaciones más pequeñas. Además hay muchos establecimientos que permiten pagar directamente con tarjeta, evitando el uso de efectivo.
TELÉFONO
Si vas a recorrer el país y no quieres depender únicamente de las redes wifi, lo más aconsejable es comprar una tarjeta SIM local. En Serbia hay 3 operadoras: MTS, Telenor y A1. Por lo que pude investigar MTS es la que tiene mayor cuota de mercado y niveles de cobertura, así que elegí esta. Pero cuando visité una tienda en Nis la dependienta me dijo que no vendían tarjetas SIM y me envió a un kiosko, donde no ofrecen ningún tipo de ayuda para instalarla. Con lo cual opté por Telenor, la segunda operadora del país.
Allí me atendió un empleado que hablaba inglés y nos pudimos entender sin problema. Yo solo estaba interesado en acceder a Internet y pude elegir entre dos planes Prepago:
*5GB de datos durante 7 días
*10GB durante 15 días
Ninguno me convencía, pero al final opté por el segundo, añadiéndole 10GB más válidos durante 30 días. Todo me costó 1.545R (unos 13€). El proceso de compra fue sencillo: entregué mi Pasaporte y en cuestión de segundos ya tenía la tarjeta SIM activada.
En cuanto a mi experiencia con Telenor, la verdad es que acabé muy satisfecho. No tuve problemas de cobertura y los 20GB me duraron toda la estancia, con lo cual si regresara a Serbia volvería a utilizar esta operadora.
SALUD
No hay ninguna vacuna obligatoria para visitar Serbia. Aunque se recomiendan las de la Fiebre Tifoidea, Hepatitis A y B, y Tétanos.
Bueno, podría facilitar muchos más datos pero creo que junto a los 8 posts que he publicado tienes bastante información para hacerte una idea de Serbia y decidir si te apetece o no visitar este país. Aún así, si te surge alguna duda escríbeme y con mucho gusto intentaré resolverla.
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