Datos básicos para visitar de forma independiente este país atravesado por los Montes Cárpatos, descubriendo castillos medievales y paisajes épicos.
Decidí viajar a Rumanía por varios motivos. Primero, porque su territorio abarca gran parte de una de las cadenas montañosas más míticas de Europa, los Montes Cárpatos, con numerosas reservas y áreas protegidas que tenía muchas ganas de explorar. En segundo lugar, para conocer la región de Transilvania, llena de poblaciones medievales donde se pueden visitar castillos, ciudadelas e iglesias fortificadas en muy buen estado de conservación. Por último, cuando retomé Mi Gran Viaje, todavía en plena crisis del Coronavirus, inicié una ruta por Europa del Este, dentro de la limitada oferta de destinos disponibles. Y Rumanía era la opción más lógica tras recorrer Bulgaria.

Rumanía es un país latino rodeado de pueblos eslavos; y en España viven casi 700mil rumanos (la segunda comunidad extranjera más importante). Por eso sorprende que sea tan desconocido para los españoles y solo se le asocie con dos tópicos. Por un lado el Conde Drácula, el famoso personaje de la novela de Bram Stoker, utilizado hasta la saciedad como reclamo turístico, oscureciendo la verdadera identidad de Vlad Tepes, el heroico príncipe de Valaquia en el que se inspiró.
Y por otro los gitanos (o romaníes), un grupo étnico que en el siglo XI llegó a Europa procedente del norte de la India. Como en España hay gitanos rumanos que se dedican a cometer actos delictivos, mucha gente piensa que Rumanía es su cuartel general y te asaltan por la calle a las primeras de cambio. Aunque en realidad representan menos de un 5% de la población, y su comportamiento (con las mismas excepciones que cualquier otro grupo étnico) es totalmente pacífico, a pesar de que muchos viven en condiciones de pobreza extrema.
En la actualidad el Ministerio de Exteriores indica que Rumanía es un destino seguro para viajar, y únicamente advierte de la posibilidad de ser víctima de algún robo o hurto en los lugares más turísticos; o de ser atacado por un oso o un perro. De esto último doy fe, porque fueron incontables las veces que me tuve que enfrentar a perros agresivos, sobretodo en la montaña. Aunque en general recorrí Rumanía en solitario de sur a norte, atravesando zonas remotas y haciendo autoestop en varias ocasiones, y no sufrí ningún incidente serio.
ITINERARIO POR RUMANIA
En total estuve 70 días viajando por Rumanía. Comencé el viaje en Bucarest, desde donde realicé una excursión para visitar el Delta del Danubio. Después seguí hacia el norte, pasando por las ciudades medievales de Brasov, Sighisoara y Sibiu, haciendo un alto en los Montes Bucegi. A continuación me dirigí al Parque Portile de Fier, en la frontera con Serbia, pasando por Alba Iulia y los Montes Retezat. Más tarde fui a Cluj-Napoca, desde donde conocí los Montes Apuseni. Y por último recorrí las regiones de Maramures y Bucovina.
CUANDO IR
La mejor época para viajar a Rumanía es durante los meses de primavera (de marzo a mayo) y otoño (de septiembre a noviembre), cuando el clima es más agradable. En verano hace mucho calor y el país está abarrotado de turistas, por lo que visitar determinados lugares, como las montañas o la zona del Mar Negro, se convierte en una experiencia masificada y cara. En cambio en invierno el frío es excesivo, y solo es recomendable si quieres esquiar por un módico precio en las pistas de Sinaia o Poiana Brasov.
Yo visité Rumanía entre agosto y septiembre, y el primer mes fue un poco agobiante, con gente por todas partes (especialmente en el Delta del Danubio o los Montes Bucegi y Retezat). Aunque al menos pude disfrutar de cielos despejados. En cambio en septiembre las hordas desaparecieron y era el único turista. Eso sí, el tiempo también empeoró y la lluvia hizo acto de presencia.
VISADO
Rumanía pertenece a la Unión Europea, así que los ciudadanos de sus estados miembros no necesitamos visado para entrar en el país (incluso podemos utilizar el DNI en vez del Pasaporte).
Aunque Rumanía todavía no se ha integrado en el Area Schengen, que otorga libertad total de movimientos. Y el Ministerio de Exteriores apunta que la estancia máxima está limitada a 90 días. Para periodos de tiempo superiores hay que registrarse en la Oficina Rumana de Inmigración.
GUÍAS DE VIAJE
-“Rumanía y Bulgaria” de Lonely Planet. Parece que a esta editorial Rumanía no le parece un país lo suficientemente lleno de lugares de interés, y ha decidido complementar la guía con su vecino del sur. El resultado es un libro que se queda algo justo, con 278 páginas. Aunque a pesar de todo consigue incluir las principales atracciones turísticas, con mapas y datos prácticos que me fueron de gran utilidad.
-“Rumanía: Transilvania” de Bradt Guides. Si solo vas a visitar esta región del país se trata de una gran guía, con 352 páginas llenas de información. Aunque no entiendo por qué la editorial no ha incluido en el libro el resto de zonas de Rumanía, olvidándose de sitios maravillosos como Maramures, Bucovina o el Delta del Danubio.
COMO LLEGAR
Entré en Rumanía por tierra, viajando desde Ruse (Bulgaria) hasta Bucarest (Rumanía). Para ello utilicé una Marshrutka que cogí en la Terminal de Autobuses, donde llegué caminando desde mi alojamiento. Compré el billete el día anterior en las oficinas de la compañía Pegasus, que ofrece dos salidas diarias a las 9.30h y las 13h. Precio: 25L (unos 12,5€). Yo opté por la Marshrutka de las 13h, para tomarme la mañana con tranquilidad. La señora encargada me dijo que era la salida con más demanda, pero al final solo me acompañaron 4 pasajeros más. El vehículo era una furgoneta Mercedes impecable, y ocupé un cómodo asiento de la fila individual.
Una vez en marcha nos dirigimos al Puente del Danubio, situado 8km al este de Ruse, y cruzamos el río, que forma la frontera natural entre Bulgaria y Rumanía. Cuando llegamos a territorio rumano el conductor nos pidió los Pasaportes y se encargó de realizar la gestión con los agentes de aduanas, entregando un formulario que habíamos rellenado antes de salir con cuatro datos básicos. Más fácil imposible. Poco después atravesamos Giurgiu, una pequeña población de escaso interés. Y desde allí recorrimos 75km hasta Bucarest, atravesando campos de cultivo y prados con caballos pastando. En total tardamos hora y media, y la furgoneta me dejó en el centro de la capital, a apenas 1km de la guesthouse que había elegido para alojarme.
TRANSPORTE
Para moverte por el país las opciones son:
1. Tren: es el medio de transporte que más utilicé para recorrer Rumanía, porque podía consultar los horarios en la página web de la compañía nacional Caile Ferate Romane y planear mis desplazamientos sin problema. Los billetes son muy económicos y no es necesario reservar con antelación. Casi siempre viajé en 2ª clase, excepto algún trayecto largo en el que busqué una mayor comodidad y elegí 1ª. Los asientos están numerados, aunque en general los vagones iban bastante vacíos y casi nunca tuve compañía. En cada tren hay un revisor al que puedes preguntar cualquier duda (no hablan mucho inglés, pero intentan ayudar todo lo que pueden).
A mí me encanta viajar en tren, aunque reconozco que es un medio de transporte mucho más lento; la limpieza de los vagones es realmente mejorable; no hay aire acondicionado (en verano o tienes la suerte de sentarte junto a una ventana abierta o te asas de calor); nadie avisa de las paradas (yo utilizaba maps.me para ubicarme en todo momento); y tienes el tiempo justo para bajar del tren antes de que se ponga en marcha. Habrá a quien no le seduzca mucho la idea y prefiera el autobús. Yo en cambio disfruté cada desplazamiento, avanzando a ritmo pausado y contemplando un paisaje de bosques, montañas y poblaciones tradicionales.
2. Autobús/Maxitaxi: es la otra alternativa para moverse por Rumanía, que además permite acceder a lugares donde no llega el tren, como la zona de las montañas de Apuseni o los alrededores de alguna ciudad. En función de la demanda del trayecto viajarás en autobús o maxitaxi (puede ser una furgoneta o un minibús). Por regla general los vehículos están en buen estado, con asientos cómodos y aire acondicionado. Los maxitaxis tienen una fila de 2 asientos y otra de 1, y si no había muchos pasajeros viajaba junto a mi mochila grande.
Las Terminales de Autobús suelen estar ubicadas a un par de kilómetros del centro, al lado de la Estación de Tren, y casi siempre llegué caminando. Los billetes son baratos y se compran al conductor. En todas las Terminales hay un mostrador de Información donde puedes preguntar sobre los horarios o el andén correcto (eso sí, el nivel de inglés de las encargadas es escaso). Una vez en marcha la conducción es muy aceptable y no hay música estridente, con lo cual los trayectos son bastante tranquilos. Por cierto, es importante saber que, a excepción de los principales destinos turísticos, durante los fines de semana la frecuencia de salidas cae en picado y esto puede trastocar tus planes de forma significativa (otro motivo por el que utilicé el tren siempre que tuve oportunidad).
3. Taxi: solo los usé para algún desplazamiento puntual en el interior de las ciudades. Los precios son asequibles a pesar de viajar en solitario. Normalmente los conductores utilizan el taxímetro y no es necesario negociar con antelación ni actuar a la defensiva.
4. Ferry: la forma más económica de adentrarte en el Delta del Danubio desde la ciudad de Tulcea. Se pueden consultar los horarios y comprar billetes en la página web de la compañía nacional Navrom. También hay lanchas privadas que realizan el recorrido con una mayor rapidez y flexibilidad de horarios.
ALOJAMIENTO
La oferta hotelera en Rumanía es muy amplia, y en cualquier población encontrarás un buen número de alojamientos. Yo siempre elegí pensiones familiares y guesthouses, disfrutando de habitaciones muy aceptables a precios económicos (la mayoría no incluyen el desayuno).
A no ser que visites Rumanía en temporada alta, te recomiendo elegir tu alojamiento sobre la marcha. De esta forma podrás viajar con total libertad. Yo al principio de mi recorrido escogía un lugar, realizaba una reserva a través de la página web de Booking, y después intentaba alargar mi estancia negociando directamente con el alojamiento, esperando conseguir algún descuento. Pero comprobé que, excepto en un hotel, siempre me cobraban lo mismo (a pesar de que el alojamiento se ahorraba la comisión). Así que acabé utilizando Booking para todo, donde a veces sí me beneficié de alguna oferta especial.
COMIDA
El plato estrella de la gastronomía rumana es el sarmale y lo comí siempre que pude. Se trata de rollitos elaborados con hojas de col, rellenos de carne picada, arroz y especias. Los acompañaba de mamaliga, una polenta de harina de maíz habitual en cualquier menú. Aunque también me gustaron otros platos típicos como la ciorba de burta (sopa de callos) o de perisoare (con albóndigas de carne y verduras); la tochitura (trozos de varios tipos de carne con un huevo frito); o los mititei (rollitos de carne a la parrilla).
Mis locales favoritos eran los Autoservire, donde hay diferentes platos del día expuestos y eliges lo que quieres, obteniendo raciones abundantes a buen precio. Otra opción económica es el Meniul Zilei (menú del día) que ofrecen muchos restaurantes. Incluye dos platos y suele salir por unos 20L en función del lugar (bebidas a parte). Y si tenía prisa solventaba la comida con una placinte (masa de hojaldre rellena de patata, queso o col), disponibles en las panaderías por apenas 4L.
En cuanto a la bebida, cualquier momento es bueno para tomar cafea, y las calles están llenas de máquinas expendedoras. El licor nacional de Rumanía es el Tuica, un aguardiente elaborado a partir de diferentes frutas con alrededor de un 50% de alcohol. El más popular se obtiene de la ciruela, aunque también se pueden utilizar uvas, albaricoques, peras, manzanas… En función de la zona el Tuica es conocido como Palinca o Horinca. Yo tomé algún que otro chupito, invitado por los propietarios de los sitios donde me alojé, pero los licores fuertes no son lo mío. En su lugar opté por la cerveza, marcas Ursus, Ciuc, Bucegi o Timisoreana, en envases de 0,5l que caían a pares.
IDIOMA
La lengua oficial en Rumanía es el Rumano, y lo habla la práctica totalidad de la población. Procede del latín y guarda cierto parecido con el Español, pero a la hora de comunicarme con la gente no pasé de las cuatro palabras básicas, como Buna Ziua (hola); Buna Dimineata (buenos días); La Revedere (adiós); o Multumesc (gracias). Con el problema añadido de que muy pocos rumanos hablan inglés (de hecho es más probable que tu interlocutor haya vivido en España o tenga familia allí y se defienda mejor en Español). Así que en muchas situaciones me costó hacerme entender.
Además del Rumano, hay otros grupos étnicos minoritarios que tienen su lengua propia. Como el Húngaro, hablado en determinadas zonas de Transilvania; o el Romaní, utilizado por la población gitana.
MONEDA
El Leu (en plural Lei), que a su vez se divide en 100 Bani. Esto es así porque Rumanía pertenece a la Unión Europea pero no a la Eurozona, con lo cual todavía no tienen el Euro. Cuando visité Rumanía el tipo de cambio era de 1 eur = 4,8L (agosto/2020).
Para obtener moneda local utilicé mis tarjetas BNext y Revolut en los cajeros automáticos, que están por todas partes, incluso en las poblaciones más pequeñas. Además, la gran mayoría de establecimientos permiten pagar directamente con tarjeta, evitando el uso de efectivo.
TELÉFONO
Rumanía pertenece a la Unión Europea, y por tanto cualquier viajero que viva en un estado miembro puede utilizar su teléfono móvil en este país sin tener que pagar gastos adicionales a su operadora. En mi caso ya llevaba muchos meses viajando por el mundo y no tenía contrato con ninguna compañía española; y no quería depender únicamente de las redes wifi. Así que decidí comprar una tarjeta SIM local. En Rumanía hay 3 operadoras principales: Vodafone, Orange y Telekom Romania. Por lo que pude investigar no hay excesivas diferencias entre ellas a nivel de cobertura y precios, así que elegí Vodafone.
Conseguí la tarjeta SIM en una tienda de Bucarest. Por suerte me atendió una empleada que hablaba algo de inglés y nos pudimos comunicar. Yo únicamente estaba interesado en acceder a Internet, y pensaba que me darían a elegir entre diferentes planes. Pero la chica me dijo que solo había una opción. Eso sí, cuando me explicó en qué consistía el plan acepté sin dudarlo: 80GB de datos + 2mil minutos de llamadas, durante un periodo de 35 días, por tan solo 30L (poco más de 6€). No me lo podía creer. ¡80GB de datos! El proceso de compra fue muy sencillo. Ni siquiera me pidieron el Pasaporte, y en cuestión de segundos ya tenía mi tarjeta SIM activada.
En cuanto a mi experiencia con Vodafone la verdad es que acabé bastante satisfecho. Las veces que me quedé sin cobertura fue porque me encontraba en alguna zona remota. Y a pesar de darle bastante uso al móvil, pasé los 35 días sin necesidad de nuevas recargas. Eso sí, cuando acabó el periodo el mismo plan me costó 48,5L, al no encontrarse vigente la oferta inicial. De todas formas, si regresara a Rumanía volvería a utilizar esta operadora.
SALUD
No hay ninguna vacuna obligatoria para visitar Rumanía. Aunque se recomiendan las de la Fiebre Tifoidea, Hepatitis A y B, y Tétanos.
Bueno, podría facilitar muchos más datos, pero creo que junto a los 15 posts que he publicado tienes bastante información para hacerte una idea de Rumanía y podrás decidir si te apetece o no visitar este país. Aún así, si te surge alguna duda, escríbeme y con mucho gusto intentaré resolverla.
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