Información básica para visitar por libre este país muy poco visitado descubriendo arte soviético, monasterios aislados y aldeas tradicionales.
Varios fueron los motivos que me animaron a viajar a Moldavia. Primero, es un país lleno de monumentos y memoriales soviéticos, y a mí me encanta ese tipo de arte. En segundo lugar, se trata de una de las regiones menos visitadas de Europa, completamente al margen de los circuitos turísticos, que prometía dosis importantes de aventuras. Tercero, es el mejor punto de partida para visitar la República de Transnistria, un curioso estado anclado en la época de la antigua URSS. Por último, cuando comprobé que era imposible continuar Mi Gran Viaje hacia el norte cruzando los Países Bálticos, opté por dar marcha atrás y me dirigí a Moldavia, donde no había podido entrar meses antes por la crisis del coronavirus.

Moldavia
La historia de Moldavia es realmente compleja y se presta a la confusión. En el año 1343 se creó el Principado de Moldavia, que existió durante casi 500 años y vivió su época dorada bajo el mando de Stefan cel Mare, considerado un héroe nacional. Hasta que el poderoso Imperio Otomano conquistó la zona en 1514 y Moldavia pasó a rendirle pleitesía, perdiendo su independencia. En el siglo XVIII comenzó la fragmentación del Principado, un proceso que constó de 3 etapas:
1. En 1775, tras la guerra entre Rusia y el Imperio Otomano, el noroeste del Principado (conocido como Bucovina) pasó a manos de los Habsburgo. Y más tarde este territorio fue dividido en dos, con el norte para la Unión Soviética (hoy Ucrania) y el sur para Rumanía.
2. En 1812 el Imperio Ruso se hizo con la mitad oriental del Principado, que pasó a llamarse Bessarabia, y con el tiempo se convirtió en la actual República de Moldavia. Poco después, en 1852, la mitad occidental se unió al Principado de Walachia para crear el estado de Rumanía. En inglés es más sencillo, porque la República es “Moldova” y la región de Rumanía “Moldavia”.
3. En 1990, cuando la República de Moldavia dejó de pertenecer a la URSS, los habitantes de la franja de territorio al este del río Dniester, mayoritariamente rusos y ucranianos, decidieron continuar perteneciendo a la Unión Soviética y crearon la República de Transnistria. Un estado no reconocido a nivel internacional, ni siquiera por Rusia.
En la actualidad el Ministerio de Exteriores considera Moldavia un destino bastante seguro. Solo recomienda evitar la vecina República de Transnistria por su situación alegal; y tener cuidado con los hurtos en las ciudades. Yo viajé en solitario por buena parte de Moldavia y Transnistria utilizando transporte público, y la verdad es que no tuve ninguna sensación de peligro.
ITINERARIO POR MOLDAVIA
En total estuve 33 días recorriendo Moldavia. Comencé el viaje en Chisinau, donde volé desde Minsk. A continuación, tras explorar la capital y sus alrededores, realicé dos excursiones: una al sur del país para visitar la ciudad de Cahul, a escasos kilómetros de Rumanía; y otra al norte, con paradas en el Monasterio de Saharna y en Soroca, una población pegada a la frontera con Ucrania. Por último conseguí cruzar la frontera de la República de Transnistria y pasé unos días visitando Tiraspol y Bendery.
CUANDO IR
La mejor época para viajar a Moldavia son los meses de primavera (de marzo a mayo) y otoño (de septiembre a noviembre). Aunque si puedes haz coincidir tu visita con el Festival del Vino, que tiene lugar cada año en octubre, llenando el país de celebraciones y colorido. En verano hace mucho calor; y en invierno el frío es tremendo y los días son muy cortos, así que solo es recomendable si estás dispuesto a limitar tu itinerario a los núcleos urbanos.
Yo visité Moldavia entre enero y febrero, y la verdad es que pude hacer todo lo que había previsto, a excepción de alguna caminata larga por la naturaleza. Pero pasé un frío horrible, los días nublados se sucedían, en los pueblos apenas había gente por la calle, y a las 17h ya era de noche.
VISADO
Los ciudadanos de la Unión Europea no necesitamos visado para entrar en Moldavia, pudiendo permanecer en el país un máximo de 90 días.
Aunque mi llegada se produjo en plena crisis del coronavirus y las autoridades habían establecido una serie de restricciones. Entre ellas la creación de un listado de países “rojos”, con un elevado índice de contagios, desde donde los turistas extranjeros tenían vetado el acceso a Moldavia (en su día Rumanía y Ucrania estaban incluidos y por eso no pude visitar antes el país). El listado se actualizaba cada 15 días y por suerte Bielorrusia se convirtió en un país “verde”, así que al tercer intento conseguí entrar, y sin necesidad de test PCR o auto confinamiento. También me vino genial encontrar un vuelo directo, porque si hacía escala en un país “rojo” me prohibían la entrada, aunque no abandonara el aeropuerto.
GUÍAS DE VIAJE
-“Europa del Este” de Lonely Planet. Con solo 12 páginas para Moldavia, sirve para tener una idea muy general de la zona.
Que a fecha de hoy todavía no haya ninguna guía en el mercado dedicada exclusivamente a Moldavia es una muestra más de lo olvidado que se encuentra este país por el sector turístico. Incluso Bradt, una editorial que a veces se apiada de los destinos poco conocidos. Así que para obtener información utilicé diferentes blogs de viajes, como kathmanduandbeyond.com y againstthecompass.com.
COMO LLEGAR
Entré en Moldavia por aire, volando directo desde Minsk hasta Chisinau. Y es que de nuevo me fue imposible viajar en tren o autobús, porque durante mi visita el gobierno de Bielorrusia había decidido cerrar las fronteras terrestres con todos sus países vecinos. Oficialmente para evitar el aumento de contagios por coronavirus, aunque hay quien dice que en realidad era para controlar más el territorio en unos momentos de protestas populares e inestabilidad interna.
El caso es que, muy a mi pesar, por tercera vez en Mi Gran Viaje me vi obligado a utilizar un avión, y compré un billete a través de la página web de Belavia (la aerolínea nacional de Bielorrusia). Para llegar al Aeropuerto de Minsk necesitaba un taxi a las 5h de la mañana. Yo se lo comenté el día anterior a la encargada de la recepción de mi hotel y pensé que dejaría todo atado, pero a la hora convenida no había nadie esperándome y el vigilante nocturno tuvo que llamar por teléfono. Me temía lo peor, aunque al final el vehículo solo tardó un par de minutos en aparecer, y recorrimos el trayecto de 46km en algo menos de una hora, cruzando un paisaje helado (40R).
En el mostrador de check-in de Belavia me llevé el segundo susto del día cuando la empleada me comunicó que solo podían volar a Chisinau los ciudadanos moldavos. A mí no me constaban cambios de última hora en las normas y me mantuve firme, hasta que la chica me acabó dando la tarjeta de embarque después de hacerle una foto a mi pasaporte. El vuelo de Belavia transcurrió sin incidentes: el avión se encontraba en un estado impecable, con asientos cómodos y espaciosos; y a pesar de que el vuelo duró hora y media repartieron botellas de agua entre los pasajeros. Acabé muy satisfecho.
Cuando aterricé en el Aeropuerto de Chisinau estaba bastante nervioso por las pegas que me puso la chica de Belavia, y eso no me ayudó en el Control de Pasaportes. La situación era altamente sospechosa: un ciudadano español, solo, y visitando un país nada popular tras pasar casi un mes en Bielorrusia. Yo lo intenté arreglar diciendo que trabajaba como freelance editando páginas web y creo que empeoré aun más las cosas. El agente de aduanas me hizo varias preguntas, llamó a su superior, y hubo un momento en el que yo era el único pasajero que quedaba y tenía a 5 agentes mirándome con cara de póker. Hasta que al final el hombre me dijo: “Te voy a dejar entrar porque no pareces peligroso, pero todo esto es muy raro”. Acto seguido selló mi pasaporte y pude recuperar mi mochila grande, que esperaba sola en un rincón. Prueba superada…
El Aeropuerto de Chisinau está situado 16km al sureste de la capital. Hay un autobús que cubre el trayecto por un precio de risa, pero se me ocurrió mirar el precio de un taxi a través de la app de Yandex (similar a Uber) y comprobé que solo costaba 90L (poco más de 4€), así que no me compliqué la vida y viajé cómodamente hasta la puerta de mi alojamiento.
TRANSPORTE
Para moverte por el país las opciones son:
1. Marshrutka: es el único medio de transporte que utilicé para viajar por Moldavia, ya que se trata de un país de dimensiones moderadas y mis trayectos en ningún caso superaron las 4 horas de duración. Yo consultaba los horarios y planeaba mis desplazamientos utilizando esta página web, cuya información es muy fiable. De esta forma me ahorré largas esperas y momentos de incertidumbre.
Por regla general los vehículos están en buen estado. Tienen una fila de 2 asientos y otra de 1, con poco espacio para las piernas. Y guardaba mi mochila grande en el maletero trasero. Una peculiaridad de las marshrutkas en Moldavia es que en ocasiones se permite que viajen pasajeros de pie en el pasillo, aunque nunca me tocó.
Las Terminales de Autobús (llamadas Gara) suelen estar ubicadas en las afueras de las ciudades. Si subes a la marshrutka en el punto donde comienza su recorrido el billete se suele comprar en una taquilla. En cambio, si procede de otro lugar se paga directamente al conductor. Los precios son insignificantes. Una vez en marcha la conducción es bastante aceptable y disfruté de viajes tranquilos.
2. Taxi: solo los usé para algún trayecto puntual por los alrededores de Chisinau o Tiraspol. Las tarifas son asequibles a pesar de viajar en solitario. De todas formas siempre solicité los vehículos a través de Yandex, evitándome discusiones por el precio o perder el tiempo intentando que el taxista entendiera donde quería ir. Y aun así en una ocasión me tocó un listo que quería cobrarme más de la cuenta. Te recomiendo no bajar la guardia.
ALOJAMIENTO
En circunstancias normales la oferta hotelera de Moldavia es correcta. Pero mi visita al país se produjo durante una situación atípica: en plena crisis del coronavirus y en invierno. Así que ante la ausencia de turistas, tanto nacionales como extranjeros, muchos alojamientos estaban cerrados; y los que todavía funcionaban no aparecían en las plataformas habituales (como Booking) para ahorrarse la comisión.
Mientras estuve en Chisinau esto no me afectó porque encontré un buen hostel que utilicé como base. Pero cuando abandoné la capital para visitar lugares como Cahul o Soroca me tuve que enfrentar a lo desconocido, sin poder hacer reservas, ni saber si el hotel estaba abierto o tenía habitaciones disponibles. Vamos, como en los viejos tiempos.
A parte del hostel de Chisinau me alojé en hoteles y un apartamento. En general encontré los precios demasiado caros teniendo en cuenta el nivel de vida del país (la comida y el transporte son baratísimos). Desconozco si esto era también fruto de la situación anómala que comentaba anteriormente.
COMIDA
Los platos más populares de la gastronomía moldava son la zeama (una sopa elaborada con pollo, fideos y verduras); los pelmeni o coltunasi (una especie de tortellini rellenos de queso, patata o carne); y los sarmale (rollitos elaborados con hojas de col, rellenos de carne picada, arroz y especias). Todos ellos se suelen acompañar de smetana, una crema agria omnipresente. En ocasiones también solventé alguna comida o cena con una placinte (empanada con todo tipo de rellenos).
Como pasé gran parte del viaje en Chisinau visité casi a diario el restaurante La Placinte, uno de los más populares de la capital por su gran relación calidad-precio. Aquí disfruté de abundantes menús que nunca superaron los 160L (alrededor de 8€). Por cierto, en Moldavia es habitual servir todos los platos a la vez, así que no te enfades con el camarero.
La bebida nacional de Moldavia es el vino, con algunas marcas de reconocido prestigio a nivel internacional como Purcari o Cricova. Además hay miles de lugareños que producen sus propios caldos de forma artesanal. A pesar de esta fama yo apenas bebí vino durante mi estancia en el país, y en su lugar opté por cervezas marca Chisinau.
IDIOMA
La lengua oficial en Moldavia es el Rumano o Moldavo, que en realidad se trata del mismo idioma pero recibe un nombre diferente en función del sentimiento nacionalista de la persona. Lo habla alrededor del 80% de sus habitantes, y a pesar de proceder del latín y guardar cierto parecido con el Español, la verdad es que no pasé de las cuatro palabras básicas, como Buna Ziua (hola); Buna Dimineata (buenos días); La Revedere (adiós); o Multumesc (gracias). Con el problema añadido de que muy pocos moldavos hablan inglés. Así que en muchas situaciones fue complicado hacerme entender.
Tras el Rumano/Moldavo el siguiente idioma en importancia es el Ruso, utilizado de forma habitual por un 15% de la población, fruto del pasado de Moldavia como integrante de la Unión Soviética. Además hay otros grupos étnicos minoritarios que tienen su lengua propia. Como el Gagauzio, hablado en la región de Gagauzia (al sur de Chisinau); o el Romaní, utilizado por la comunidad gitana.
MONEDA
El Leu Moldavo (en plural Lei), que a su vez se divide en 100 Bani. Cuando visité Moldavia el tipo de cambio era de 1 eur = 20,8L (enero/2021). Para obtener moneda local utilicé mi tarjeta BNext en los cajeros automáticos, que están por todas partes, incluso en las poblaciones más pequeñas. Eso sí, los bancos cobran alrededor de un 2% de comisión sobre el importe retirado (probé en la mayoría de entidades y no había escapatoria).
Por suerte la práctica totalidad de establecimientos permiten pagar directamente con tarjeta. Gracias a esto solo necesité sacar efectivo en un par de ocasiones durante mi recorrido por Moldavia.
TELÉFONO
Si vas a pasar mucho tiempo en el país y no quieres depender únicamente de las redes wifi, lo más aconsejable es comprar una tarjeta SIM local. En Moldavia hay 3 operadoras: Orange, Moldcell y Moldtelecom. Por lo que pude investigar Orange tiene mayor cuota de mercado y ofrece mejor cobertura, así que elegí esta compañía.
Conseguí la tarjeta SIM en una tienda de Chisinau. Por suerte me atendió un empleado que hablaba algo de inglés y nos pudimos comunicar. En ese momento Orange ofrecía solo un plan Prepago orientado a turistas: 15GB de datos + 500 minutos de llamadas, durante un periodo de 15 días, que me costó 49L (unos 2,5€).
El proceso de compra fue muy sencillo. Ni siquiera me pidieron el Pasaporte, y en cuestión de segundos ya tenía la tarjeta SIM activada. Al cabo de los 15 días descubrí que no podía renovar el plan Prepago (se trataba de una oferta de bienvenida), pero el empleado me ofreció una alternativa que no dudé en aceptar: comprar otra tarjeta SIM como si fuera un nuevo cliente.
En cuanto a mi experiencia con Orange, la verdad es que acabé bastante satisfecho, y las veces que me quedé sin cobertura fue porque me encontraba en alguna zona remota. Con lo cual, si regresara a Moldavia volvería a utilizar esta operadora.
SALUD
No hay ninguna vacuna obligatoria para visitar Moldavia. Aunque se recomiendan las de la Fiebre Tifoidea, Hepatitis A y B, y Tétanos.
Bueno, podría facilitar muchos más datos, pero creo que junto a los 8 posts que he publicado tienes bastante información para hacerte una idea de Moldavia, y podrás decidir si te apetece o no visitar este país. Aún así, si te surge alguna duda escríbeme y con mucho gusto intentaré resolverla.
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Comentarios
2 ComentariosRAFA
Ago 5, 2021Hola compañero, salgo mañana hacia Moldavia y con lo que has indicado en tu escrito parece como si no tuviera que tener ningún problema allí, así que nada, agradezco tus pequeños consejos y comentarios.
Ganas De Mundo
Ago 6, 2021Hola! Si te gustan los lugares nada turísticos (imagino que es el caso) Moldavia te va a encantar. Mi experiencia fue impecable. Gracias a tí por el comentario y pásalo genial.