Información básica para recorrer por libre un país donde todavía son visibles las cicatrices de la Guerra Civil que asoló su territorio.
Varios fueron los motivos que me animaron a visitar Liberia. Primero, se trata de un desconocido país al margen de los circuitos turísticos habituales, y esto siempre es garantía de aventuras. En segundo lugar Liberia está llena de edificios abandonados a causa de la Guerra Civil, como el Hotel Ducor de Monrovia o el Tubman Center of African Culture de Robertsport. Y a mí me encantan ese tipo de lugares. Tercero, su naturaleza exuberante, con playas solitarias, cascadas y montañas cubiertas de selva. Por último, tras recorrer Sierra Leona decidí continuar Mi Gran Viaje hacia el este pasando por Liberia.
Al igual que ocurre en la vecina Sierra Leona, la historia reciente de Liberia está marcada por la Guerra. El origen del conflicto fueron las tremendas desigualdades entre la población Americo-Liberia, que gobernaba el país a través del True Whig Party, y los diferentes grupos étnicos que habitaban la zona antes de su llegada. En el año 1980 Samuel Doe (de la etnia Krahn) perpetró un golpe de estado que acabó con la vida del presidente William Tolbert y la mayoría de su equipo de gobierno, generando un periodo de inestabilidad política que dio pie a dos Guerras Civiles:
*Primera Guerra Civil (1989 – 1997): Charles Taylor, un antiguo socio de Doe, creó el National Patriotic Front of Liberia (NPFL), formado por miembros de los Gio y Mano, grupos étnicos discriminados por el presidente, con el apoyo de Costa de Marfil, Burkina Faso y Libia. Y en 1990 Doe fue apartado del poder y salvajemente descuartizado. Pero por el camino surgieron dos grupos más que se disputaron con el NPFL el control de Liberia: el escindido INPFL (la I por Independent), liderado por Prince Johnson, que defendía los intereses de los Gio; y el United Liberation Movement (ULIMO), con Raleigh Seekie al frente, integrado por simpatizantes de Doe.

Liberia
Al final la comunidad internacional les obligó a firmar un acuerdo de paz, aunque miles de personas perdieron la vida (entre ellas muchos civiles). Incluyendo sucesos lamentables como la Matanza de la Iglesia de Monrovia, donde 600 Gio y Mano refugiados en la St. Peter’s Lutheran Church (con numerosos ancianos, mujeres y niños) fueron asesinados por soldados de Doe. Además (por si fuera poco) las tropas de Taylor apoyaron en 1991 la invasión de Sierra Leona por parte del RUF, convirtiendo África Occidental en un polvorín. A pesar de todo Taylor ganó sobradamente las elecciones celebradas en 1997 y consiguió la presidencia de Liberia.
*Segunda Guerra Civil (1999 – 2003): Sekou Conneh creó el Liberians United for Reconciliation and Democracy (LURD), formado por miembros de los Krahn y Mandinka, que seguía la estela del ULIMO. Y con el apoyo de Guinea-Conakry y Sierra Leona se levantó en armas en el norte del país. Más tarde apareció en el sur el Movement for Democracy in Liberia (MODEL), apoyado por Costa de Marfil. Ambos grupos se plantaron en Monrovia y cercaron la capital durante semanas, hasta que Taylor aceptó dimitir a regañadientes y se exilió a Nigeria. Esta Segunda Guerra fue especialmente sangrienta, con las tropas de Taylor y el LURD cometiendo atrocidades entre la población civil (violaciones, amputaciones, masacres…) y reclutando niños soldado que combatían bajo los efectos de las drogas.
Entre ambas guerras se calcula que perdieron la vida alrededor de 250mil personas. En el 2006 Taylor sería juzgado por los crímenes de guerra que cometió en Sierra Leona y condenado a 50 años de prisión, pena que cumple en una cárcel de Gran Bretaña. Los Liberianos se lamentan de que haya salido indemne de los delitos que cometió en su país.
Actualmente el Ministerio de Exteriores considera Liberia un destino poco seguro por diferentes motivos: los niveles de delincuencia del país, con robos y atracos frecuentes (sobretodo de noche), además de agresiones sexuales; el peligro de inundaciones o caída de árboles durante la época de lluvias; el mal estado de las carreteras; y la inestabilidad en la zona fronteriza con Costa de Marfil. Yo siempre viajé en transporte público, en plena época de lluvias, y no viví ninguna situación desagradable, aunque conviene estar alerta.
ITINERARIO POR LIBERIA
En total estuve 19 días en Liberia. Comencé mi ruta en Monrovia, donde llegué por tierra desde Bo (Sierra Leona). A continuación realicé dos excursiones a las poblaciones costeras de Robertsport y Marshall. Después me dirigí hacia el norte, parando en las Kpatawee Falls. Y por último hice un alto en Yekepa para explorar las montañas de East Nimba Reserve.
CUANDO IR
La mejor época para viajar a Liberia es durante la temporada seca, que va de noviembre a abril, cuando el clima es más propicio para disfrutar de las playas y parques nacionales del país. Te recomiendo especialmente los meses de noviembre y diciembre, justo después de las últimas lluvias, cuando todavía no hace demasiado calor. En verano las precipitaciones complican las actividades al aire libre, además de bloquear las carreteras y atraer nubes de mosquitos (que aumentan las probabilidades de contraer malaria).
Yo visité Liberia entre junio y julio, y la lluvia fue una presencia constante. Por suerte aproveché los momentos de calma y pude visitar casi todo lo que había previsto. También me permitió contemplar las Kpatawee Falls con muchísima agua. En cambio tuve que olvidarme de explorar Sapo Park y Harper, debido al mal estado de las carreteras.
VISADO
Para entrar en Liberia es necesario un visado, que se tramita a través de una embajada. Yo utilicé la de Freetown, situada a escasa distancia de mi alojamiento. Nada más llegar me hicieron pasar al despacho de la secretaria del embajador, una mujer de rostro serio y aire desganado (me atendió mientras hablaba por teléfono con un familiar). En esta embajada me pidieron:
*Rellenar un Formulario: en uno de los apartados se pide la dirección en Liberia y yo escribí el nombre de un hotel de Monrovia que había elegido al azar de la página de Booking sin hacer una reserva (nunca lo comprueban).
*Dos Fotos.
*Pago de la Tasa: 100Usd en efectivo. A mí no me aceptaron el billete porque era de los antiguos. En su defecto me permitieron pagar en Leone (1,4M), aunque a un tipo de cambio bastante desfavorable.
Abonando 50Usd más es posible tener el visado listo el mismo día, pero con mano izquierda y mucha simpatía se suele conseguir al día siguiente sin coste adicional. En mi caso no fue así por una curiosa coincidencia. La secretaria y el embajador habían viajado a España el año anterior y estaban muy descontentos con el trato recibido por las autoridades al tramitar el visado, con lo cual decidieron no hacer excepciones con ciudadanos Españoles y tuve que esperar nada menos que 7 días hábiles. También es mala suerte…
Hay que tener en cuenta que los requisitos varían en función de la embajada, y en algunas es necesario aportar una carta de invitación. El visado da derecho a una estancia máxima de 30 días con una única entrada.
Mi llegada a Liberia se produjo en plena crisis del coronavirus y las autoridades habían establecido un requisito de entrada adicional al visado: hacerse un test PCR, como máximo 72 horas antes de viajar, y aportar un documento que acreditara el resultado negativo; o mostrar un certificado de vacunación (con alguna de las vacunas reconocidas internacionalmente). Yo opté por la segunda alternativa, aunque en la frontera nadie me pidió el certificado.
GUIAS DE VIAJE
-“West Africa” de Lonely Planet: durante mi visita esta era la única guía disponible en el mercado, con apenas 13 páginas dedicadas a Liberia. Solo es útil para hacerte una idea general, o si vas a recorrer otros países de la zona.
Por tanto, para obtener información utilicé algún blog de viajes (entre ellos onlybyland.com, offbeattravelling.com o whirled-away.com); la app iOverlander (sobre todo para buscar alojamiento); y la página oficial enjoyliberia.travel, con algunos datos básicos.
Dudo mucho que a corto plazo aparezca alguna guía centrada exclusivamente en Liberia, porque a diferencia de otros países de África Occidental no cuenta con atracciones turísticas de gran nivel, como el Archipiélago de las Bijagós (Guinea-Bissau); las montañas de Fouta-Djalon (Guinea-Conakry) o las playas de la Península de Freetown (Sierra Leona).
COMO LLEGAR
Entré en Liberia por tierra desde Bo (Sierra Leona), un trayecto laborioso que requirió de varias etapas:
1. Moto-taxi hasta Shell-Mingo: la cogí cerca de mi alojamiento y me llevó en apenas unos minutos por 4milL. Los alrededores de esta rotonda son el mejor punto de Bo para encontrar transporte público.
2. Poda Poda a Jendema: cuando llegué a Shell-Mingo justo se marchaba un taxi compartido, así que compré el billete para el siguiente (100milL) y me senté a esperar. En total estuve hora y media. Al menos maté el tiempo charlando con los encargados del mostrador. Cuando apareció el vehículo me quedé de piedra: era un minibús ocupado casi al completo por un grupo de chicas que se dirigían a una boda, cantando y haciendo sonar ruidosos silbatos. Vaya tela…
A continuación guardaron mi mochila grande en la parte superior y me tocó el último sitio disponible del poda poda: un minúsculo asiento sin respaldo, aunque en un lateral junto a la ventana y con espacio suficiente para las piernas. Mucho peor le fue a un pobre hombre al que sentaron apretujado en medio de las chicas. Mientras abandonábamos Shell-Mingo pasaba un desfile de alumnos de diferentes edades que finalizaban el curso escolar, con birretes, uniformes, una banda de música y madres muy arregladas. Una pena porque me hubiera dedicado a hacer fotos durante la espera.
El trayecto duró casi 3 horas. De camino volví a recorrer la ruta hasta Potoru (la hice cuando viajé a Tiwai Island). Después se alternaron paisajes de postal, con bosques y palmerales, y el cruce del río Moa; con otros deprimentes, donde había zonas de selva arrasadas para dejar paso a campos de cultivo. También tuve tiempo para hablar con dos de las chicas: una me invitaba a la boda (hubiera sido toda una experiencia); y la otra me decía que quería ser mi “amiga” y me pidió mi número de teléfono.
La carretera se encontraba en un estado impecable, pero el minibús iba muy despacio (el motor no daba para más) y nos detuvimos en varias ocasiones. Una de ellas en un control policial donde un agente apuntó mis datos en un libro de registro (me pidió el recibo del pago del visado, suerte que no lo tiré). Y otra en una aldea a escasos kilómetros de Jendema donde se celebraba la boda y bajó el grupo de chicas. Todos sus habitantes estaban reunidos y mi presencia levantó casi la misma expectación que ellas.
De todas formas no me puedo quejar de la duración del trayecto porque 3 años antes la carretera era una pista sin asfaltar que tras las lluvias se convertía en un barrizal, y habría tardado aun más. Cuando las chicas se marcharon ocupé uno de los asientos delanteros, y antes de llegar a Jendema vi pasar volando un espectacular Blue Turaco.
Nota: en Shell-Mingo un tipo me ofreció transporte directo a Monrovia en un vehículo privado junto a otros pasajeros por 250milL. Estuve dudando, pero aun faltaba gente (y no es una ruta habitual); y un lugareño me dijo que estos vehículos solían tener problemas en los controles policiales por no llevar la documentación en regla. Con lo cual opté por viajar a Jendema y no jugármela.
3. Moto-taxi hasta Bo Waterside: tras recuperar mi mochila grande (propina de 5milL al abuelete encargado, que me trató genial), un conductor me ofreció sus servicios, que consistían en trasladarme a los diferentes controles policiales de la frontera y dejarme en la Terminal de Taxis de Bo Waterside, ya en territorio de Liberia. El importe que me pidió no me pareció caro (20milL), así que no negocié y nos pusimos en marcha.
En en lado de Sierra Leona tuve que pasar por 2 controles ubicados en el mismo edificio. En el primero un agente revisó mi Pasaporte y el Visado (de nuevo me pidió el recibo del pago), y me selló la salida del país. Y en el segundo un chaval me pidió el certificado de vacunación de la Fiebre Amarilla, me tomó la temperatura (por si tenía Coronavirus) y me hizo un par de preguntas. Todo en un tono muy cordial.
Para acceder a Liberia me tocó hacer un alto en 3 controles. En el primero un agente apuntó mis datos en un libro de registro. Me pidió la dirección de mi hotel y con el nombre de la calle fue suficiente (menos mal, porque no tenía reserva). En el segundo control unos agentes debían comprobar mi equipaje, pero cuando se enteraron que era de Barcelona estaban encantados, así que charlamos unos minutos y me fui sin abrir las mochilas.
Y por último en el tercer control un agente apuntó mis datos en un libro de registro, y otro me selló la entrada a Liberia (ambos con rostros muy serios). Aquí un par de chavales se me acoplaron para guiarme y después uno de ellos me pedía dinero, pero me negué con mano izquierda. La verdad es que esperaba más complicaciones en la frontera de Liberia y todo fue como la seda.
4. Taxi Compartido hasta Monrovia: el conductor del moto-taxi me dejó justo al lado del vehículo. Como estaba cansado y no quería complicarme la vida decidí pagar dos billetes y ocupar solo el asiento delantero (2.600$). Eso sí, hasta que el taxi se completó de pasajeros pasaron 2 horas. Durante la espera conseguí moneda local gracias a un simpático chaval; compré una soda de naranja en una tienda (100$); y apuré los datos de mi tarjeta SIM de Sierra Leona, que todavía funcionaba. A mi alrededor había varias mujeres vendiendo frutas y verduras, y el ajetreo de lugareños era constante. El maletero del taxi acabó a punto de reventar (no se podía cerrar), con sacos, maletas, mi mochila y una oveja que no paraba de chillar.
Una vez en marcha tardamos 4 horas en llegar a la Terminal de Duala de Monrovia. Más de lo previsto porque algunos tramos de carretera estaban llenos de agujeros; y porque paramos un montón de veces con mil excusas: poner gasolina, dejar pasajeros, compras sobre la marcha… Y aun tuve suerte: en la fila trasera viajaba un matrimonio y él debía ser político o mando de la Policía, porque en los diferentes controles que encontramos enseñaba su acreditación y nos abrían paso en cuestión de segundos, sin pérdidas de tiempo. Los pasajeros y el conductor iban charlando animadamente en Krio y me costaba seguirles, pero intervine en alguna ocasión.
De camino cruzamos un bonito paisaje, con bosques, campos de cultivo, aldeas tradicionales y ríos de grandes dimensiones. Aunque viendo lo que ocurría en los márgenes de la carretera me quedó claro el serio problema ecológico al que se enfrenta Liberia: numerosos lugareños cargando fardos de leña; venta de sacos de carbón vegetal para cocinar; y animales salvajes cazados como alimento (su carne se conoce como bush meat y mucha gente la considera un manjar en África Occidental). Unos chavales vendían una enorme rata y el taxista estuvo a punto de comprarla, sosteniéndola por la cola.
Cayó algo de lluvia durante unos minutos pero en general lució el sol. La gente alucinaba al verme fugazmente y una mujer me llamó “Chinese” (son los únicos no africanos que suelen ver). Yo según avanzaba la tarde iba muerto de hambre, y en un pueblo imité al matrimonio y compré a una chica dos brochetas de carne de ternera (200$). Estaba algo picante, pero entró genial.
5. Moto-taxi al centro: normalmente los taxis compartidos que vienen de Bo Waterside finalizan su recorrido en la Terminal de Duala, 8km al norte, pero el matrimonio decidió pagar extra al taxista para llegar al centro de Monrovia y me ofreció viajar con ellos. Una pena que en los alrededores de Duala el caos era total: un mercado cubierto de barro y basura, donde se escuchaban docenas de megáfonos repitiendo a todo volumen el mismo mensaje una y otra vez; lugareños invadiendo la carretera; y un mar de moto-taxis y tuk-tuks. Avanzábamos a ritmo de tortuga y así no íbamos a llegar nunca al centro.
Entonces el matrimonio decidió cambiar el taxi por un tuk-tuk (iban cargados de bultos), y yo opté por un moto-taxi para sortear el atasco. Un conductor me pidió 300$ y no negocié, porque se trataba de una distancia larga, iba con mis mochilas, y tenía ganas de llegar cuanto antes.
Ya en marcha la situación fue delicada, viajando en moto sin casco; de noche; por carreteras mojadas; sorteando tramos de barro y socavones; manteniendo el equilibrio en la parte trasera del asiento; y adelantando en zig zag a todo tipo de vehículos. Suerte que el conductor fue bastante prudente y llegué a mi destino sano y salvo, aunque la sensación de aventura fue total, cruzando la zona industrial del Puerto y un puente sobre el río Mesurado con una gran panorámica de Monrovia.
TRANSPORTE
Para moverte por el país las opciones son:
1. Bush Taxi: es el medio de transporte por excelencia en Liberia. Se trata de coches destartalados donde el espacio se aprovecha al máximo, con 2 pasajeros sentados junto al conductor y 4 más en la fila trasera. Normalmente a los extranjeros se les ofrece pagar el doble y viajar solos junto al conductor. Yo acepté en una ocasión aprovechando los precios económicos y la diferencia de comodidad es abismal, así que lo recomiendo, especialmente para trayectos largos.
Las Paradas de Bush Taxi están ubicadas en las afueras de los núcleos urbanos, y debido a sus dimensiones casi siempre llegué en moto-taxi. Los Bush Taxi solo se ponen en marcha cuando están llenos y la gente suele viajar a primera hora de la mañana, entre 7h y 8h, así que te aconsejo madrugar para evitar esperas innecesarias. El billete se compra antes de partir, al conductor o en una mesa de madera situada a escasos metros. Y mi mochila grande viajó en el maletero trasero, del que a veces sobresalían bolsas sostenidas por cuerdas. Una vez en ruta las pérdidas de tiempo son constantes, debido al estado terrible de algunas carreteras y los innumerables controles policiales.
2. Pen-pen (moto-taxi): una opción inmejorable para evitar los tremendos atascos de Freetown o moverte entre poblaciones rurales. Las motos son potentes y están preparadas para todo tipo de terreno, y los precios son tentadores, así que las utilicé mucho. Pero las condiciones de seguridad son mínimas, viajando sin casco, con maniobras al límite y velocidades excesivas. Algunos trayectos, como el día que crucé Monrovia de punta a punta para llegar a mi alojamiento, me llevaron al borde del infarto. Un accidente hubiera tenido consecuencias fatales. De entrada los conductores acostumbran a pedir tarifas muy elevadas (a veces el doble del precio habitual) con lo cual es necesario regatear.
ALOJAMIENTO
En Liberia la oferta hotelera es escasa y está orientada principalmente a turistas de presupuesto holgado, sin apenas opciones para mochileros. El ejemplo más claro es la capital, donde los precios son prohibitivos y solventé la situación milagrosamente gracias a alojarme en un convento. En el resto del país pude encontrar alguna habitación aceptable, aunque renunciando a cualquier comodidad, con duchas de agua fría sin apenas presión, o sustituidas por un barreño de agua con un cazo; suministro eléctrico limitado; y sin mosquitera. Estos alojamientos básicos no aparecen en Booking, así que únicamente es posible contactar con ellos por teléfono. Yo siempre aparecí sin reserva, lo cual me permitió negociar el precio y obtener interesantes descuentos. Eso sí, solo aceptan el pago en efectivo.
COMIDA
La gastronomía de Liberia es muy limitada y consiste básicamente en pollo o pescado acompañado de arroz blanco y una de estas 3 salsas (que llaman Soup): Plassas (un puré de hojas de mandioca o batata); Granat (elaborada con cacahuetes); o Jollof (con tomate y otras verduras). En los restaurantes básicos solo hay una variante disponible, además de espagueti y bocadillos. Si no te gusta el picante hazlo saber, porque a los lugareños les encanta. Aunque a veces la comida ya está preparada y toca aguantar. Solo pude permitirme algún capricho en Monrovia, donde cayeron varios platos de pollo asado con patatas fritas en el mismo restaurante Libanés a precios sorprendentemente elevados.
En cuanto a la bebida, el licor nacional de Liberia es el vino de palma, elaborado artesanalmente a partir de la sabia de algunas especies de palmera. Yo ya lo había probado y no me gustó, así que opté por la cerveza local, marca Club, en envases de 0,33l o 0,75l; Coke; o si no había suministro eléctrico directamente agua.
IDIOMA
La lengua oficial en Liberia es el Inglés, que entiende la mayoría de la población. Aunque en las calles lo habitual es escuchar Kreyol (también conocido como Inglés Liberio o Criollo), una mezcla de Inglés antiguo y diferentes idiomas de África Occidental. Además la gente utiliza la lengua del grupo étnico al que pertenece, como el Kpelle (el más extendido en el centro del país); el Bassa (hablado en el sur, incluida Monrovia); o el Grebo (utilizado en el sureste). Así que en algunas zonas remotas es complicado comunicarse porque el Inglés brilla por su ausencia. Yo reconozco que no hice el más mínimo esfuerzo por aprender alguna palabra, aunque tampoco tuve excesivos problemas.
Como anécdota, los habitantes de Liberia se saludan dándose la mano y haciendo chasquear los dedos al retirarla. Una técnica que por mucho que practiqué no acabé de dominar y provocaba risas.
MONEDA
El Dolar Liberio, que a su vez se divide en 100 céntimos (aunque en la práctica su valor es tan residual que no hay monedas en circulación). Algunos billetes se encuentran en un estado lamentable (sobretodo los de 10 y 20$) y parecen a punto de desintegrarse, con trozos colgando o pegados con cinta adhesiva, pero la gente los acepta encantada.
Cuando visité Liberia el tipo de cambio era de 1 Eur = 160$ (junio/2022). En todas partes también se aceptan los Dólares Estadounidenses, cuyo tipo de cambio era de 1 Eur = 1,06Usd (uno de los más bajos de la historia). Para obtener dólares (tanto Liberios como Estadounidenses) utilicé mi tarjeta Revolut en los cajeros automáticos, pero existen 2 inconvenientes:
*Únicamente hay cajeros en Monrovia. Y aun así muchos no funcionan, o no aceptan tarjetas extranjeras, o se han quedado sin dinero.
*Todas las entidades del país cobran una comisión por reintegro. Yo solo encontré operativo el cajero de United Bank for Africa (UBA), que me cobró 6Usd por reintegrar 400Usd.
Además los establecimientos no permiten pagar directamente con tarjeta (solo algún hotel de lujo de Monrovia). Con lo cual esto obliga a llevar encima una gran cantidad de efectivo, sobretodo en los recorridos fuera de la capital. Suerte que los Dólares Estadounidenses no abultan y si sobran son canjeables en cualquier país del mundo.
TELEFONO
Si vas a pasar mucho tiempo en el país lo más aconsejable es comprar una tarjeta SIM local, porque solo cuentan con redes wifi los alojamientos de lujo. En Liberia hay 2 operadoras: Orange y Lonestar. Por lo que pude investigar Orange es la que tiene mayor cuota de mercado y niveles de cobertura, así que elegí esta.
Conseguí la tarjeta SIM en una tienda Orange del centro de Monrovia, situada en Broad Street, cerca del Museo Nacional. Al abrir la puerta me esperaba un gentío tremendo como suele ser habitual en África, pero el local estaba desierto. Allí me recibió una empleada con cara de indiferencia y me dijo que debido a problemas informáticos quizás no podría darme de alta como cliente. Por suerte la mujer lo intentó y funcionó.
Orange ofrece diferentes planes Prepago. Yo escogí uno con 10GB de datos, válido para un periodo de 30 días, y me costó 25Usd. Pero puedes elegir desde solo 100MB por 0,5Usd (no sé quién podría estar interesado en este plan) hasta 60GB por 99Usd. La verdad es que los precios son bastante caros. El proceso de compra fue muy sencillo: entregué mi Pasaporte; esperé media hora mientras la empleada realizaba las gestiones; y salí de la tienda con la tarjeta SIM activada.
Hay numerosos comercios y operadores privados que teóricamente ofrecen los mismos servicios que las tiendas oficiales Orange, pero yo solo los recomiendo para recargar saldo. No suelen estar acostumbrados a dar de alta a clientes extranjeros y cualquier error provocará que te bloqueen la SIM, con las consiguientes molestias. En cuanto a mi experiencia con Orange en general acabé bastante satisfecho. Los 10GB me duraron toda la estancia y solo tuve problemas de cobertura en alguna zona muy remota. Con lo cual si regresara a Liberia volvería a utilizar esta operadora.
SALUD
Para visitar Liberia se exige la presentación del certificado internacional de vacunación contra la Fiebre Amarilla. Hasta el año 2016 se administraban dosis de refuerzo cada 10 años, pero entonces la OMS determinó que una sola dosis ya era suficiente para otorgar inmunidad de por vida. Aun así antes de entrar en Guinea-Conakry me llegaron relatos de controles policiales donde los agentes exigían dinero por no tener la vacuna actualizada, con lo cual para evitar problemas acudí a un Centro de Vacunación en Bissau y me puse una dosis de refuerzo.
Además se recomiendan las vacunas contra la Fiebre Tifoidea, Hepatitis A y B, Difteria, Tétanos y Meningitis. Y seguir un tratamiento preventivo contra la Malaria. Lo mejor será que pidas cita en un Centro de Medicina Tropical y pongas al día tu cartilla de vacunación para evitar experiencias desagradables.
Bueno, podría facilitar muchos más datos pero creo que junto a los 5 posts que publicaré próximamente tienes bastante información para hacerte una idea de Liberia y decidir si te apetece o no visitar este país. Aún así, si te surge alguna duda escríbeme y con mucho gusto intentaré resolverla.
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