Información básica para visitar por libre este país de tradiciones nómadas que ofrece muchos lugares de interés a parte de sus conocidas rutas de montaña.
Decidí viajar a Kirguistán por varios motivos. Primero, se trata de un país atravesado por los montes Tian Shan, con numerosos lagos situados a más de 3mil metros de altura rodeados de paisajes épicos, como el Ala Kul o el Kel Suu, este último cerca de la frontera de China. En segundo lugar, la cultura nómada todavía está muy arraigada entre sus habitantes, y es posible observar sus costumbres alojado en una yurta o realizando excursiones a caballo. Tercero, Kirguistán está lleno de monumentos y memoriales soviéticos, y a mí me encanta este tipo de arte. Por último, tras recorrer Uzbekistán de punta a punta, la opción más lógica para continuar Mi Gran Viaje era Kirguistán.

Kirguistán
En verano los valles de Kirguistán se llenan de campamentos de yurtas (tiendas redondas hechas de madera y fieltro), donde las familias se dedican a la cría de ganado (caballos, vacas, ovejas, e incluso yaks) y a la producción de Kumis (leche de yegua fermentada). En ocasiones especiales sus miembros visten ropa tradicional; tienen lugar partidos de Kok Boru, en los que varios jinetes compiten por marcar gol con el cadáver de una cabra; competiciones de tiro con arco; o demostraciones de caza con águilas doradas y perros Taigan. Hasta el 2018 se celebraban en Kirguistán los World Nomad Games, un importante evento bianual que reunía a los mejores de cada disciplina. Pero después la competición se trasladó a otros países, como Turquía o Azerbaiyán.
Actualmente el Ministerio de Exteriores considera Kirguistán un destino seguro. Solo recomienda evitar las zonas fronterizas con Tayikistán y Uzbekistán, donde surgen conflictos de forma esporádica. De hecho durante mi estancia en el país se produjeron enfrentamientos armados en la región de Batken (pegada a Tayikistán) que acabaron con más de 50 muertos y docenas de heridos. También se avisa de los peligros de la montaña en ciertas épocas del año (avalanchas de nieve, inundaciones…). Yo viajé en solitario por todo el país utilizando transporte público, incluyendo zonas remotas como Tash Rabat o Jyrgalan, y la verdad es que no tuve ninguna sensación de peligro.
ITINERARIO POR KIRGUISTAN
En total estuve 59 días en Kirguistán. Comencé el viaje en Bishkek, donde volé desde Tashkent. A continuación, tras visitar la capital y sus alrededores (incluyendo el Parque Nacional Ala Archa) me dirigí hacia el lago Issyk Kul y estuve recorriendo la orilla norte hasta llegar a Karakol. Desde aquí realicé excursiones a Jeti Oguz, el lago Ala Kul y el Valle de Jyrgalan; y exploré la orilla sur del lago Issyk Kul. Más tarde viajé a Kyzart para caminar hasta el lago Song Kul; y a Naryn, que utilicé como base para descubrir el valle de Tash Rabat y el lago Kel Suu. Por último, de regreso en Bishkek, finalicé mi itinerario en el sur del país, conociendo las poblaciones de Osh y Arslanbob.
CUANDO IR
La mejor época para viajar a Kirguistán son los meses de julio y agosto, cuando hay más campamentos de yurtas, la nieve ha desaparecido de las principales rutas de montaña, y se celebran diferentes festivales. Aunque Primavera y Otoño ofrecen la posibilidad de visitar un buen número de atracciones, como el lago Issyk Kul o las ciudades de Bishkek, Karakol y Osh, con temperaturas mucho más suaves.
Yo visité Kirguistán entre abril y junio, y la verdad es que disfruté de un clima agradable, descubriendo infinidad de lugares de interés sin apenas turistas. A cambio tuve que renunciar a algunos de los sitios más populares del país, como los lagos Song Kul y Ala Kul, porque la nieve complicaba mucho el acceso y no contaba con el equipo adecuado. Por suerte regresé al país en julio y pude explorar esos dos lagos, además del Kel Suu.
VISADO
Los ciudadanos de la Unión Europea no necesitamos visado para entrar en Kirguistán, pudiendo permanecer en el país un máximo de 60 días.
Aunque mi llegada se produjo en plena crisis del coronavirus y las autoridades habían establecido un requisito: hacerse un test PCR, como máximo 72 horas antes de aterrizar en Bishkek, y aportar un certificado que acreditara el resultado negativo. Yo me sometí al test en Fergana. Utilicé los servicios del Centro Médico Euro Lab, situado a unos minutos del hotel Sakura Inn, y acabé muy satisfecho. No necesité concertar cita previa y recogí el documento sellado al día siguiente. Precio: 280milS (unos 22€).
GUÍAS DE VIAJE
-“Kyrgyzstan” de Bradt Guides. Es la única guía del mercado centrada exclusivamente en Kirguistán, y cuenta con 328 páginas llenas de información detallada para visitar cualquier rincón del país. Imprescindible.
-“Central Asia” de Lonely Planet: solo tiene 86 páginas dedicadas a Kirguistán. Además la última edición disponible era de mediados del 2018 y los datos prácticos estaban bastante desactualizados (sobre todo los precios). Sirve como complemento, para tener una idea general de la zona.
COMO LLEGAR
Entré en Kirguistán por aire, volando con Uzbekistán Airways directamente desde Tashkent hasta Bishkek. En circunstancias normales habría viajado en taxi compartido entre las ciudades de Andijon y Osh, separadas por tan solo 80km. Pero una vez más la crisis del coronavirus me lo impidió, porque la frontera terrestre entre Uzbekistán y Kirguistán estaba cerrada. Así que me tocó comprar un billete a través de la página web de la aerolínea.
Para llegar al Aeropuerto solicité un taxi utilizando la app de Yandex y me dejó en la puerta de la Terminal por 11milS (menos de 1€). Afortunadamente en el check-in no hubo sorpresas y tras examinar el certificado del test PCR la simpatiquísima azafata me dio la tarjeta de embarque. A continuación tuve que cruzar 3 controles donde los agentes me hicieron descalzar, registraron al detalle mi mochila pequeña, y me trataron de forma bastante brusca (uno me preguntaba cuánto dinero tenía y ante mi cara de sorpresa me dejó continuar). Aunque hace unos años era mucho peor, con los agentes revisando cámaras y móviles en busca de fotos comprometidas o pensando la forma de sacarse un dinero extra.
El vuelo transcurrió sin incidentes: el avión se encontraba en buen estado, con asientos cómodos; despegamos puntuales; viajé junto a la ventana, disfrutando de un bonito paisaje formado por imponentes cadenas de montañas nevadas; y a pesar de que el trayecto duró poco más de una hora las azafatas repartieron una botella de agua para cada pasajero. Una vez en el Aeropuerto de Bishkek un empleado revisó el certificado del test PCR; la agente del Control de Pasaportes selló mi entrada en el país en cuestión de segundos, sin hacerme ni una sola pregunta; y recuperé mi mochila grande.
El Aeropuerto de Bishkek está situado 30km al noroeste de la capital. Hay una marshrutka (la nº 380) que cubre el trayecto por un precio de risa y yo no tenía muy claro qué hacer, porque todavía era de día. Pero mientras esperaba la mochila grande conocí a María, una chica de Georgia que estaba en Bishkek por trabajo y también se dirigía al centro. Tras una breve charla me propuso compartir un taxi oficial y acepté sin dudarlo.
El mostrador de la compañía se encuentra justo al lado de la cinta de equipaje, y como María hablaba ruso se encargó de las negociaciones. Personalmente creo que le tomaron el pelo, porque el cartel indicaba que el precio de un taxi al centro era de 600S (este es el importe habitual), pero la encargada le indicó que en realidad eran 700S; y como no tenía moneda local le aplicaron un tipo de cambio horrible (10Usd), y acabó pagando el equivalente a 850S. Y digo “acabó” porque durante el viaje no dejó que yo le diera mi parte. Todo un detalle, aunque no me supo mal porque se alojaba en un hotelazo de 4 estrellas y los gastos seguro que iban a cargo de su empresa.
TRANSPORTE
Para moverte por el país las opciones son:
1. Marshrutka: es el medio de transporte que más utilicé para viajar por el país, y mis trayectos en ningún caso superaron las 5 horas de duración. Las marshrutkas son furgonetas que en Kirguistán habitualmente se encuentran en buen estado. Tienen una fila de 2 asientos y otra de 1, con poco espacio para las piernas. Yo guardaba mi mochila grande en el maletero trasero y los conductores me solían hacer pagar un importe adicional (entre 20 y 40S).
Las marshrutkas inician sus recorridos en la Terminal de cada población (llamada Avtovokzal) que no está muy alejada del centro. Los vehículos tienen un cartel con un número y el nombre del destino en la parte frontal, pero está escrito en ruso, con caracteres cirílicos, así que tendrás que preguntar a la gente o informarte previamente del número de la marshrutka que necesites. Una vez en ruta puedes detener una marshrutka casi en cualquier lugar, aunque es probable que las que cubren trayectos largos ignoren tus señales. El billete se paga directamente al conductor y los precios son insignificantes.
Hay marshrutkas con horarios establecidos y otras que solo se ponen en marcha cuando todos los asientos están ocupados. En general la conducción es bastante aceptable, sin maniobras bruscas, con lo cual los viajes son tranquilos.
2. Taxi Compartido: constituyen una alternativa a las marshrutkas, o la única opción en zonas remotas. Los taxistas aparcan a escasos metros de las marshrutkas e intentan convencer a los clientes de que son la mejor opción. A su favor hay que decir que tardan menos en cubrir los trayectos. Pero a cambio el precio es superior; y no arrancan hasta que no tienen 4 o 6 pasajeros (en función del vehículo). Yo los utilicé en alguna ocasión cuando no había marshrutka disponible para mi destino, o si conmigo se completaba el pasaje y nos poníamos en marcha al momento. A los turistas se les suele intentar cobrar un importe superior, aunque sin llegar a los niveles ridículos de Uzbekistán.
3. Avión: elegí esta opción una vez para desplazarme entre Bishkek y Osh, porque la otra forma de llegar era un taxi compartido que tardaba más de 10 horas en recorrer los 600km de distancia. Volé con la aerolínea local Avia Traffic y el billete no me costó mucho más de lo que hubiera pagado viajando por tierra.
4. Taxi Privado: solo los utilicé para excursiones por los alrededores de alguna ciudad, aprovechando que las tarifas son realmente asequibles incluso viajando en solitario (alrededor de 10S por kilómetro); o para moverme por Bishkek, donde siempre solicitaba los taxis a través de la app Yandex, evitándome discusiones por el precio o perder el tiempo intentando que el conductor entendiera dónde quería ir.
ALOJAMIENTO
La oferta hotelera en Kirguistán es bastante amplia, y en cualquier población encontrarás un número razonable de alojamientos. Aunque con dos particularidades:
*Muchos de estos sitios no aparecen en Booking, y los que lo hacen tienen sus precios completamente inflados.
*En los principales destinos turísticos, como Karakol, Osh o Naryn, hay oficinas de CBT (Community Based Tourism) que organizan estancias en guest houses familiares o campamentos de yurtas (además de transporte y excursiones por la zona). Eso sí, los alojamientos se quejan de las elevadas comisiones que tienen que pagar y prefieren recibir viajeros de forma independiente.
Si no es temporada alta y no estás interesado en algún alojamiento concreto te recomiendo que elijas sobre la marcha. Yo si encontraba alguna opción interesante en Booking reservaba una noche para asegurarme que el lugar estaba abierto y esperaban mi llegada. Y una vez allí solía alargar mi estancia negociando directamente con los propietarios, obteniendo pequeños descuentos. De lo contrario me plantaba en alguna guest house con buenas referencias en Google, y por poco dinero disfruté de una atmósfera realmente acogedora, habitaciones (o yurtas) impecables y abundantes desayunos. Además en Kirguistán hay varios antiguos sanatorios soviéticos que parecen sacados de una película de terror. Yo me alojé en dos (Jeti Oguz y Tamga) y fue toda una experiencia.
Los precios de Booking aparecen en dólares, no en soms kirguisos, aunque a la hora de pagar en moneda local no hubo sorpresas con el tipo de cambio. En mi caso al ser temporada baja y coincidir con la crisis del coronavirus la mayoría de alojamientos estaban prácticamente vacíos y en general reinaba la tranquilidad.
COMIDA
El plato estrella de la gastronomía kirguisa es el beshbarmak (carne cocida acompañada de pasta y cebolla). Su nombre significa “cinco dedos” porque tradicionalmente se come con la mano. En cuanto al resto de especialidades destacan el laghman (noodles con carne y verduras); los manti (ravioli de diferentes tamaños rellenos de carne); los shashlik (brochetas de carne a la brasa); el kuurdak (estofado de carne con patatas); el plov (arroz con trozos de carne y verduras); o la shurpa (sopa). Todo acompañado de lepyoshka, el típico pan kirguiso de forma redonda; y a veces alguna ensalada (salat) de tomate, pepino y cebolla. Puntualmente también solventé comidas o cenas con una somsa (masa de hojaldre rellena de carne).
En los menús los precios no incluyen el servicio, que oscila entre un 10-15% según el lugar, pero aun así son realmente económicos (una comida en un buen restaurante difícilmente supera los 6€).
La bebida más extendida en Kirguistán es el té verde (kuk choy), que se sirve sin azúcar (yo lo pedía con limón) y en pequeños boles. Además en verano aparecen docenas de puestos callejeros que venden kumis (leche de yegua fermentada) o kvass (una bebida sin alcohol elaborada con harina y malta). A pesar de ser un país musulmán, en muchos restaurantes existe la opción de tomar vino o cerveza y no está mal visto, así que de vez en cuando cayó alguna cerveza marca Arpa o Red Sun.
A la hora de comer con lugareños, conviene tener en cuenta alguna costumbre local:
-El pan tradicional es sagrado y se considera de mal gusto ponerlo en la mesa con el dibujo boca abajo.
-Cuando te sirven té o cualquier otra bebida solo te llenarán la taza hasta la mitad, muestra de que tu acompañante no tiene prisa y está a gusto contigo. Yo una vez compartí una botella de Fanta con un chaval y pensé que me estaba tomando el pelo, porque él sí que se llenaba su vaso hasta arriba. Por suerte más tarde entendí la situación.
-Si tras la comida te ofrecen un vaso con vodka o coñac, hay que darle un trago sin apurarlo y devolverlo a la persona que sirve para que beban el resto de comensales.
IDIOMA
Las lenguas oficiales en Kirguistán son el Kirguiso y el Ruso, que en conjunto hablan el 90% de la población. Ambos se escriben utilizando los caracteres del alfabeto Cirílico. Yo la verdad es que no pasé de alguna palabra básica en Kirguiso, como Salam (hola); o Rahmat (gracias). Con el problema añadido de que muy pocos lugareños hablan inglés, así que me fue realmente complicado hacerme entender.
Además hay otros grupos étnicos minoritarios que tienen su lengua propia. Como el Uzbeko, hablado en el Valle de Fergana (al sur del país); o el Dungan y el Uighur, principalmente en la región de Issyk Kul.
MONEDA
El Som Kirguiso. Cuando visité Kirguistán el tipo de cambio era de 1 eur = 102S (abril/2021). Para obtener moneda local utilicé mis tarjetas BNext y Revolut en los cajeros automáticos, que están por todas partes, incluso en las poblaciones más pequeñas. Pagar con tarjeta en los establecimientos no es tan habitual y solo ofrecen esta opción los lugares más turísticos, así que siempre hay que llevar encima una cantidad razonable de dinero en efectivo.
TELÉFONO
Si vas a pasar mucho tiempo en el país y no quieres depender únicamente de las redes wifi, lo más aconsejable es comprar una tarjeta SIM local. En Kirguistán hay 3 operadoras: Beeline, Megacom y O!. Por lo que pude investigar Beeline y Megacom tienen mayor cuota de mercado y ofrecen mejor cobertura, así que elegí la primera.
Conseguí la tarjeta SIM en una tienda de Bishkek. Por suerte me atendió un empleado que hablaba algo de inglés y nos pudimos comunicar. El chaval me explicó que tenían 3 planes Prepago, válidos para un periodo de 28 días:
–30GB de datos + 10 minutos de llamadas a otras compañías.
–40GB + 40 minutos.
–Datos Ilimitados + 100 minutos.
Yo escogí el plan de 30GB, que me costó 390S. El proceso de compra fue muy sencillo. Entregué mi Pasaporte, le hicieron una fotocopia y en cuestión de segundos ya tenía mi tarjeta SIM activada.
En cuanto a mi experiencia con Beeline, la verdad es que acabé bastante satisfecho. Las veces que me quedé sin cobertura fue porque me encontraba en alguna zona remota. Con lo cual, si regresara a Kirguistán volvería a utilizar esta operadora.
SALUD
No hay ninguna vacuna obligatoria para visitar Kirguistán. Aunque se recomiendan las de la Fiebre Tifoidea, Hepatitis A y B, y Tétanos.
Bueno, podría facilitar muchos más datos, pero creo que junto a los 10 posts que he publicado tienes bastante información para hacerte una idea de Kirguistán, y podrás decidir si te apetece o no visitar este país. Aún así, si te surge alguna duda escríbeme y con mucho gusto intentaré resolverla.
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