Información básica para visitar por libre este fascinante país, totalmente alejado de las imágenes negativas que evoca su nombre.
Varios fueron los motivos por los que decidí viajar a Irán. Primero, se trata de un país exótico y desconocido que prometía dosis importantes de aventura y emociones fuertes. Segundo, que desde hace mucho tiempo Irán está en el punto de mira de Estados Unidos e Israel, y la amenaza de una intervención militar es permanente. Con el riesgo de que se produzca una situación similar a la de Siria, que cause la destrucción de sus principales atractivos y paralice el turismo durante mucho tiempo. Y tercero, los cambios introducidos en el sistema de obtención de visados turísticos, que han simplificado enormemente el proceso.

La verdad es que pocos países tienen tanta mala fama como Irán. En occidente es visto como un lugar donde impera el fundamentalismo islámico, plagado de grupos terroristas. Y hasta hay quien piensa que todavía está en guerra, recordando noticias de los años 80, o directamente confundiéndolo con su vecino Irak. Solo tenía que ver las caras que ponían mis amigos y familiares cuando les informaba de mi siguiente destino para darme cuenta de que este país se vende fatal en el exterior. Porque una cosa es el gobierno de Irán, involucrado en varios conflictos armados de Oriente Medio, como Irán o Yemen; y otra sus habitantes, que son las personas más hospitalarias del mundo, amables, educadas y siempre dispuestas a ayudar
Las páginas oficiales del Ministerio de Exteriores son demasiado tremendistas. Recomiendan viajar a Irán en grupos organizados con guía y no salirse de la ruta turística principal, evitando las zonas rurales. Únicamente estoy de acuerdo con lo de ser precavido en las provincias fronterizas con países como Irak, Afganistán o Pakistán. Además, la población está muy cansada de su situación actual de miseria, y de forma esporádica se producen violentas manifestaciones. Durante mi estancia las autoridades iraníes decidieron triplicar el precio de la gasolina y se vivieron jornadas de tensión, con decenas de muertos y el acceso a internet bloqueado. Pero actuando de forma prudente conseguí mantenerme al margen de los disturbios.
Nota: entre mis dos viajes a Irán (2017 y 2019) el tipo de cambio del Rial Iraní cayó en picado, y los precios en euros de los primeros posts no tienen nada que ver con los más recientes. Por eso siempre los indico en moneda local.
ITINERARIO POR IRAN
Mi primer viaje a Irán duró 22 días. Comencé en Teherán, desde donde seguí la ruta turística habitual por el centro del país, visitando las ciudades históricas de Kashan, Isfahan, Yadz y Shiraz. Aunque con dos desvíos principales: uno para conocer Kerman y el Desierto de Lut; y otro hasta Bandar Abbas, para explorar las islas del Golfo Pérsico. A este viaje corresponden los primeros 12 posts del blog.
Mi segundo viaje a Irán duró 58 días, y se centró en el noroeste del país. Por motivos varios no seguí una ruta muy lógica. Comencé en Jolfa, y desde allí recorrí el Valle de Aras y me dirigí a Teheran, pasando por Ardabil, Rasht y el Valle de Alamut. A continuación volví a subir hasta Tabriz, pasando por Hamedan y Zanjan. Después bajé a Sanandaj y exploré el Valle de Howraman. Y tras mi recorrido por el Kurdistán Iraquí continué hacia el sur haciendo paradas en Kermanshah, Shush y Shushtar. A este viaje corresponden los siguientes 15 posts del blog.
CUANDO IR
La mejor época para visitar la mayor parte de Irán es durante los meses de primavera (de marzo a mayo) y otoño (de septiembre a noviembre), en los que el clima es más agradable. En verano las temperaturas se disparan y solo es recomendable para los viajeros interesados en escalar el Monte Damavand, ya que es cuando desaparece la nieve de su cumbre; o explorar el noroeste del país. En invierno el frío es considerable, y hay muchas carreteras de montaña que quedan bloqueadas. Así que es un buen momento para visitar el desierto o las islas del Golfo Pérsico.
VISADO
Para viajar a Irán es necesario un visado. Hay dos formas de conseguirlo:
1. Visa on Arrival: desde febrero del 2016 se puede solicitar el visado al llegar a Irán, sin trámites previos. Esto solo es posible para los ciudadanos de una serie de países (España está incluida en la lista); y en los principales aeropuertos iraníes. Por tanto, quien no esté en la lista de países o quiera entrar en el país por tierra, deberá remitirse al segundo punto, y gestionar el visado con antelación a través de alguna embajada de Irán.
Este visado es para una única entrada y una estancia máxima de 30 días, dentro de un período de 90 días. Y en el caso de España, cuesta 75€.
En mi primer viaje a Irán obtuve el visado de esta forma, en el Imam Khomeini International Airport de Teherán. El proceso fue bastante sencillo. Caminé hasta los mostradores designados y allí me encontré con un encargado que de forma bastante enérgica distribuía a la gente. Yo seguí los siguientes pasos:
–Seguro de Viaje: tu póliza debe indicar expresamente que cubre cualquier percance que te ocurra en Irán. De lo contrario te dirigirán a una ventanilla donde tendrás que formalizar un seguro con una compañía local. Como sabía que existía esta opción, no me molesté en buscar seguros antes de volar a Teherán, y lo compré allí mismo. Me costó 14€.
–Formulario: con una serie de datos básicos.
–Pago de la tasa en un mostrador.
–Entrevista: tras entregar formulario + comprobante de pago en otra ventanilla, un iraní alto y vestido de negro, de mirada inquisidora, me sometió a un pequeño interrogatorio, en plan “qué iba a hacer en Irán”, “cual era mi itinerario previsto”, etc… También le tuve que enseñar el correo con la confirmación de la reserva de mi primer hotel en Kashan. Aquí hay que estar hábil y evitar respuestas comprometidas: no digas que eres periodista o trabajas para el gobierno; ni que vas a visitar zonas fronterizas (aunque sea el caso).
Todo el proceso duró una hora larga, pero al final conseguí el visado. El principal problema de la Visa on Arrival es el riesgo de que el oficial de turno rechace tu solicitud en el aeropuerto, y te veas obligado a regresar a casa en el primer avión de vuelta. No es nada habitual, pero ocurre de vez en cuando. Y no me quiero ni imaginar la cara que se te debe quedar, después de haberte gastado el dinero en el vuelo y realizar todo el trayecto hasta Irán…
2. Visado con antelación: para mi segundo viaje a Irán obtuve el visado de esta forma, ya que entré en el país por tierra desde Armenia. Lo gestioné en la Embajada de Irán en Yerevan. Estos fueron los pasos:
–Carta de Autorización: se obtiene a través una agencia de viajes iraní que se pone en contacto con el Ministerio de Exteriores. Yo utilicé los servicios de 1stQuest y acabé muy satisfecho. Rellené una solicitud online con una serie de datos básicos; adjunté una fotografía y una copia de mi Pasaporte; pagué el coste del servicio (29€); y al cabo de 3 días hábiles recibí un correo con la carta adjunta. Con ella ya puedes ir a la Embajada o Consulado que indicaste en la solicitud a continuar con la gestión.
También leí muy buenas opiniones de la agencia Key2Persia, pero su solicitud me pareció muy compleja (piden el itinerario completo del viaje, indicando el nombre de cada hotel donde vas a pasar la noche).
Desde hace poco se puede solicitar la Carta de Autorización de forma online a nivel particular en la siguiente página web. Pero el sistema falla muchísimo, y si tu solicitud se queda colgada no puedes volver a iniciar el proceso por ninguna otra vía. Así que de momento no lo recomiendo.
–Documentación: cuando fui a la Embajada de Irán en Yerevan solo me pidieron el justificante del ingreso de la tasa en su cuenta corriente de Mellat Bank y el Pasaporte. Aunque esta embajada es famosa por sus facilidades y en muchos otros lugares te pedirán además una solicitud debidamente cumplimentada; 2 fotografías; copia del Pasaporte; confirmación de la reserva del primer hotel; copia de la póliza del seguro de viaje donde se indique que cubre Irán; e incluso el itinerario previsto. Cada embajada es un mundo.
Si no puedes visitar la embajada en persona y tienes que enviar la documentación por correo, no te la juegues y utiliza los servicios de una empresa de mensajería. Que entrega personalmente el pasaporte en la embajada, y lo recoge una vez está tramitado el visado. Las dos veces que lo he necesitado he realizado el envío a través de MRW, pero imagino que el resto de empresas conocidas sirve igual.
Este visado es para una única entrada y una estancia máxima de 30 días, dentro de un período de 90 días. Y en el caso de España, cuesta 50€. Ten en cuenta lo siguiente:
*Cuando tramité la Carta de Autorización cometí un error tonto: indiqué que mi viaje iba a ser de 23 días pensando que de todas formas me concederían un visado de 30 días. Pero para mi sorpresa, el periodo del visado se ajustó al de mi supuesto viaje y obtuve 23 días justos.
Como eran insuficientes decidí pedir una extensión del visado en Teherán. Había leído que es el peor lugar de Irán para realizar esta gestión, pero mi experiencia fue muy positiva. La clave es llegar al Departamento de Inmigración nada más abrir (a las 7.30h), y así te evitarás las colas que hay el resto del día. Por suerte una de las chicas de los mostradores hablaba inglés. Tuve que rellenar una solicitud y entregar mi pasaporte + 2 fotografías; pagar la tasa correspondiente (34milT); y el mismo día a las 13h pude pasar a recoger mi extensión con 21 días más.
*En la Embajada de Yerevan me ofrecieron pagar 25€ más por un servicio express y obtener el visado ese mismo día. Y acepté para poder continuar mi recorrido por Armenia. Desconozco si esta opción está disponible en todas las embajadas.
*Actualmente el visado es electrónico y se emite en un documento a parte (tanto el inicial como las extensiones), sin necesidad de sellar el pasaporte, para evitar problemas posteriores con otros países (como Estados Unidos).
GUÍAS DE VIAJE
-«Iran» de Lonely Planet. En mi opinión la mejor guía para visitar el país. Cuenta con 380 páginas llenas de mapas e información práctica que me fueron de gran utilidad. Aunque debido a la inflación los precios indicados no tenían nada que ver con la realidad. De todas formas, imprescindible.
-«Iran» de Bradt Guides. En teoría iba a ser mi guía de referencia, ya que Bradt es mi editorial favorita para recorrer África, pero este ejemplar fue toda una decepción. Incluye 325 páginas de textos muy densos, con párrafos enormes e información mal estructurada (sobre todo los lugares de interés), más parecida a una novela que a una guía de viajes. Sirve como complemento de la Lonely Planet.
COMO LLEGAR
En mi primer viaje a Irán volé con Turkish Airlines hasta Teherán, haciendo escala en Estambul. La verdad es que siempre que utilizo esta aerolínea acabo contentísimo, y esta vez no fue una excepción. Despegamos a la hora prevista; los aviones estaban impecables, con espacio de sobras para viajar cómodamente; y la comida fue variada y abundante. Toda una garantía de buen servicio (ya podían tomar nota algunas aerolíneas de países occidentales, teóricamente más desarrollados).
Para mi segunda visita entré en el país por tierra, viajando desde Mehgri (Armenia) hasta Norduz (Irán), una población situada en el Valle de Aras. Para ello utilicé un taxi, que por 2.000D me llevó a la frontera, situada 10km al sur. Allí entré en un edificio, pasé mis mochilas por un escáner, e hice cola en la zona de control de pasaportes. Igual que me ocurrió cuando entré en el país desde Georgia, salir de Armenia costó más de lo previsto. El agente de aduanas estuvo un cuarto de hora largo examinando mi pasaporte y acabó llamando a un superior (creo que el visado de Azerbaiyán hizo sonar las alarmas). Pero al final me selló el pasaporte y salí del edificio.
A continuación me encontré rodeado de un paisaje espectacular, con altísimas montañas de color rojizo y escapadas cumbres. Y crucé un puente sobre el río Aras, de aguas cristalinas. Me hubiera encantado hacer algunas fotos, pero preferí no buscarme problemas, ya que a escasos metros ondeaba la bandera de Irán.
En territorio iraní me acerqué a una garita, donde un agente vestido con uniforme militar examinó el papel con mi Visado Electrónico; lo selló; y me despidió con un “welcome to Irán”. Ni una sola pregunta, y eso que me temía lo peor y estaba preparado para todo tipo de situaciones. Después accedí a unas oficinas. En ellas un chaval me preguntó si tenía Seguro de Viaje válido para Irán (un simple “sí” bastó); nuevo escaneo de mochilas; otro agente volvió a revisar pasaporte y Visado; y pude continuar sin problema. ¡Ya estaba en Irán! La verdad es que respiré aliviado.
Norduz es una población de nulo interés turístico, así que lo normal es que quieras largarte cuanto antes. No hay transporte público, y las únicas opciones son coger un taxi o hacer autoestop. Yo quería explorar el Valle de Aras y decidí viajar hasta Jolfa, situada 70km al oeste de Norduz. Pero hay gente que prefiere dirigirse a Tabriz. Tras esquivar a los taxistas que se reúnen junto a la salida de las oficinas (sus precios siempre son más caros) caminé unos minutos y salí de las instalaciones fronterizas. Allí unos chavales me ofrecieron llevarme a Jolfa por 10Usd, aunque un breve regateo rebajó la tarifa a 80milT y subí al vehículo. El trayecto duró apenas 45 minutos, avanzando por una carretera en buen estado sin apenas circulación.
TRANSPORTE
Para moverse por el país, las principales opciones son:
1. Autobús: el mejor sistema para desplazarse entre ciudades. Los vehículos están en buen estado, con asientos cómodos y espaciosos. Son puntuales, y los servicios VIP incluyen galletas y un zumo. Una vez en marcha las paradas son mínimas.
Las Terminales de Autobuses suelen estar ubicadas en las afueras de las ciudades, a unos cuantos kilómetros. Y por lo general son auténticos remansos de paz, con fuentes y jardines en la entrada; y salas interiores limpias y silenciosas. Los billetes son muy económicos, y normalmente se compran en la correspondiente taquilla, antes de subir al vehículo. Dentro del autobús evita sentarte junto a un miembro del sexo opuesto (a no ser que se trate de algún familiar). Para los viajeros solitarios, la mayoría de vehículos tienen una fila de asientos individuales que ayudan a solventar el problema.
2. Taxi Privado (Dar Baste): el precio oficial de un litro de gasolina (establecido por el gobierno) es de 3.000T (2,5 céntimos de euro). Así que en Irán alquilar un taxi privado es muchísimo más económico que en cualquier otra parte del mundo. Una opción muy útil tanto para realizar excursiones por los alrededores de alguna población como para desplazarte entre núcleos urbanos. Y si encuentras más gente para compartir el vehículo, verás que el precio por persona es de risa. En cualquier caso, es recomendable conseguir el taxi a través del hotel donde te alojes o de alguna agencia local, para evitar sorpresas y recibir un servicio de calidad. Si lo alquilas por libre negocia el precio antes de subir al vehículo, porque los taxistas suelen pedir a los extranjeros una tarifa muy superior a la normal.
3. Taxi Compartido (Savari): una buena alternativa al Taxi Privado o incluso al Autobús, siempre y cuando encuentres 3 compañeros de viaje. Si se trata de una ruta muy solicitada (o tienes suerte) no tendrás que esperar mucho. Pero en ocasiones te tocará armarte de paciencia y ver pasar las horas (en esos casos valora la posibilidad de pagar el billete del pasajero que falta). Yo utilicé muchos Savari en mi ruta por el norte del país, donde los autobuses escasean y tienen horarios muy rígidos, y los precios son de risa. Se paga al final del trayecto el importe que indica el conductor, que por regla general es el correcto, sin necesidad de negociar.
4. Ferry: necesarios para visitar las islas del Golfo Pérsico. La terminal de ferries de Bandar Abbas es un edificio moderno donde se respira una tranquilidad que sorprende. Los billetes se pueden comprar sin problema minutos antes de que parta el ferry. En cuanto a los barcos, están en perfecto estado y suelen ser bastante puntuales.
5. Avión: una opción muy útil para desplazamientos entre núcleos urbanos alejados. La aerolínea nacional es Iran Air. Pero además hay varias compañías menores que ofrecen vuelos internos a lo largo del día. Para comprar un billete, lo mejor será visitar una agencia de viajes, donde podrás elegir la mejor alternativa. Yo volé una vez con Irán Asemán, y la experiencia fue impecable.
ALOJAMIENTO
La oferta hotelera en Irán es bastante amplia, y por lo general no será necesario realizar reservas con antelación (a parte de los dos primeros alojamientos de la ruta, para gestionar el visado). La única excepción son los hoteles tradicionales que existen en algunas ciudades como Kashan o Yazd, ubicados en antiguas mansiones señoriales, muy recomendables. Estos lugares reciben una gran demanda de los grupos organizados, y si no se reserva lo normal es que al llegar estén completos. En el resto de hoteles los precios son económicos, y con suerte incluyen un desayuno (aunque realmente básico).
Casi todas las habitaciones cuentan con una serie de elementos curiosos a los que a final me acabé acostumbrando: unas chanclas de goma para usar en el lavabo; un triángulo en la pared señalando la dirección a la Meca, para las oraciones; y un reloj de pared, cuyo monótono tic-tac alguna noche me puso de los nervios. Por cierto, en la mayoría de hoteles se quedarán con tu pasaporte durante toda la estancia, aunque ya hayas pagado. Es una práctica que no me hace mucha gracia, pero así son las normas en Irán.
Durante mi viaje conocí a turistas que me hablaron maravillas del Couchsurfing en Irán, y tiene sentido. Si los iraníes ya son amables por la calle, cuando invitan a alguien a su casa se desviven por esa persona. Así que con frecuencia ofrecen a su huésped comida o transporte por pura hospitalidad, sin esperar nada a cambio. Aunque conviene no abusar.
COMIDA
La cocina iraní es muy rica, e incluye platos de nombre exótico como el Fesenjun (mi favorito) o el Abgoosht. Aunque para probarlos deberás acudir a algún restaurante tradicional de las principales ciudades, o alojarte en alguna guesthouse familiar (como la que elegí en Varzaneh). Fuera de estos lugares, el panorama gastronómico está dominado por los locales de fast food, donde los platos estrella son el kebab, los bocadillos y las pizzas.
Irán también es un país conocido por su gran variedad de dulces, y muchas ciudades tienen una o varias especialidades, a cual más deliciosa. Yo siempre llevaba algunos en la mochila, y fueron de gran utilidad para picar algo durante los trayectos largos o excursiones.
En cuanto a la bebida, en Irán está prohibida la venta y consumo de alcohol y la ley se cumple a rajatabla. Lo más parecido son las cervezas sin alcohol, algunas con sabor a manzana o fresa. Por suerte, no faltan las opciones para refrescarse y las calles están llenas de tiendas donde se pueden comprar deliciosos helados (Bastani) de curiosos sabores, como el de azafrán; batidos (Shir); y zumos (Ab). Los precios son realmente asequibles.
IDIOMA
La lengua oficial en Irán es el Farsi (o Persa). Es totalmente ininteligible y yo a duras penas me pude aprender cuatro palabras básicas, que hacían sonreír a cualquier lugareño: Salam («hola»); Jodahafez («adiós»); Moteshakeram («gracias»), aunque de forma informal también se utiliza Merci; y Chetoree («cómo estás?»).
En los principales lugares turísticos la gente habla inglés, pero fuera de ellos tendrás que utilizar Google Translator o lenguaje de signos. Eso sí, con cuidado: levantar el pulgar en señal de «ok» será interpretado por muchos iraníes (sobre todo los de cierta edad) de la misma forma que si les hicieras una peineta. Y para decir «no» ellos suben las cejas y echan la cabeza hacia atrás (lo cual al principio resulta desconcertante). Pero bueno, esta es la gracia de visitar lugares exóticos.
A parte del Farsi, cada grupo étnico tiene su lengua propia. Las más extendidas son el Kurdo, hablado en el noroeste del país; y el Azerí, utilizado en la zona fronteriza con Azerbaiyán y Armenia. Eso sin contar antiguos dialectos del Farsi, como el que hablan los habitantes de Maymand, que ni los propios iraníes entienden.
MONEDA
El Rial Iraní, aunque en la calle la gente se refiere a los precios en Toman (1 Toman = 10 Rial). Y para añadir confusión, en 2019 el gobierno anunció que va a cambiar la moneda oficial del país, sustituyendo el Rial por el Toman, pero con una nueva equivalencia (1 Toman = 10.000 Rial). Así que durante el periodo de transición habrá que estar atento al negociar los precios, porque un Toman puede comportar desembolsos muy diferentes. Los billetes están viejos y en muchos casos rotos, pero se aceptan sin problema, a diferencia de otros países.
Otro elemento a tener en cuenta es el tipo de cambio, ya que en Irán hay hasta 3 diferentes. Si consultas en internet te aparece el tipo Oficial, al que solo tienen acceso los importadores de productos básicos. Pero una vez en el país se utiliza el tipo Open Market, que es muy superior al Oficial (alrededor de 2,5 veces).
Cuando visité Irán por primera vez (sep/2017) el tipo de cambio Open Market era de 1 eur = 4.700T. Aunque en mayo del siguiente año Donald Trump decidió romper de forma unilateral el acuerdo nuclear con Irán y volvió a imponer sanciones económicas. Resultado: una inflación que hundió el Rial a mínimos históricos. Así que durante mi segunda visita a Irán (oct/2019) el tipo de cambio Open Market era de 1 eur = 12.400T (¡casi el triple!). Mi presupuesto lo agradeció, porque esta situación convirtió Irán en uno de los países más baratos del mundo. Pero las familias iraníes no lo ven de la misma forma…
En Irán no es posible utilizar tarjetas extranjeras, ya sea para obtener moneda local o pagar en comercios. Todo porque Estados Unidos prohibe a sus empresas cualquier transacción con Irán (y eso incluye a Visa y Mastercard). Yo en las dos ocasiones que visité el país lleve encima todo el efectivo necesario y lo fui cambiando sobre la marcha. Te recomiendo utilizar casas de cambio, con tipos mucho más favorables que los bancos. Aunque en los últimos años han surgido alternativas:
*Tarjetas Monedero: hay varias agencias que las ofrecen, pero la más conocida es Mah Card. Solicitas la tarjeta online (19€) y un empleado te la entrega en tu hotel. Puedes recargarla transfiriendo dinero con tu tarjeta de débito/crédito (comisión del 7%) o dándole efectivo al empleado (gratis). A partir de aquí eres libre de utilizar tu Mah Card como otro iraní más, y al final del viaje te devuelven el dinero no utilizado (comisión del 4% aprox si es vía transferencia).
*Tarjetas Turísticas: algunos bancos iraníes, como Saman Bank y Bank Melli, también emiten tarjetas monedero. Aunque el tipo de cambio que aplican no es muy favorable.
TELÉFONO
Si vas a pasar bastante tiempo en el país y no quieres depender únicamente de las redes wifi (que en Irán funcionan fatal), lo más recomendable es comprar una tarjeta SIM local. En Irán hay 3 operadoras: MTN-Irancell, Hamrah-e Aval, y RighTel. Yo opté por la primera, porque junto con Hamrah-e Aval es la más importante y cuenta con una red más extensa. Conseguí la tarjeta SIM en una pequeña tienda del centro de Jolfa. De entre los diferentes planes disponibles elegí uno que incluye 5GB de datos + 100min de llamadas (me vinieron genial para alguna situación de emergencia), en un periodo máximo de 30 días. Precio: 30milT la tarjeta + 25milT el plan. En total, menos de 5€.
Por suerte me atendió un chico que hablaba un inglés muy aceptable. El proceso de compra consistió en dos pasos:
*Registro: tuve que entregar mi Pasaporte original. El encargado le hizo una fotocopia, a la que añadí mi huella dactilar (¡?). Y después rellenó una solicitud online, preguntándome datos tan curiosos como cuántos idiomas hablaba, o qué medio de transporte estaba utilizando para recorrer el país.
*Compra del Plan: tras esperar unos minutos, recibí un mensaje en mi móvil confirmando el registro. A continuación, el chico contrató el plan que había elegido. Y en cuestión de segundos ya estaba activado y me pude conectar a Internet sin problema.
En Irán hay muchas páginas web censuradas, entre las que destacan Facebook, Youtube o Telegram (de momento Instagram y WhatsApp no). Si quieres tener acceso a ellas deberás obtener un VPN antes de entrar en el país, para poder conectarte desde servidores externos y esquivar las restricciones. Yo no lo hice, así que no puedo recomendar ningún VPN concreto (a diferencia de la mayoría de blogueros).
Un último apunte: si tienes previsto estar más de 30 días en Irán, ten en cuenta que si no registras tu móvil (es un proceso complejo que se realiza a través de una página web), pagando una tasa en función del modelo, al cabo de ese plazo dejará de funcionar. Yo pensé que era una medida obsoleta, pero en 30 días exactos mi tarjeta SIM quedó bloqueada (y tenía saldo).
SALUD
No hay ninguna vacuna obligatoria para visitar Irán. Aunque se recomiendan las de la Fiebre Tifoidea, Hepatitis A y B, y Tétanos.
Bueno, podría facilitar muchos más datos, pero creo que junto a los 27 posts que he publicado tienes información suficiente para hacerte una idea del país, y podrás decidir si te apetece o no visitarlo. Aun así, si te surge alguna duda escríbeme y la intentaré resolver.
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