Datos básicos para visitar de forma independiente este país orgulloso de su pasado dentro de la Unión Soviética que poco a poco se va abriendo al turismo.
Decidí viajar a Bielorrusia por una serie de motivos. Primero, se trata de uno de los países más soviéticos del mundo, rivalizando con la propia Rusia, y cuenta con docenas de monumentos y memoriales de la época, incluida una estatua de Lenin en la plaza principal de cada ciudad. Segundo, Bielorrusia estaba atravesando un periodo de calma tras una revolución ciudadana en contra del presidente que había provocado graves disturbios callejeros. Tenía que aprovechar la situación. En tercer lugar, el gobierno autorizó una serie de cambios para favorecer la llegada de turistas, como alargar la estancia máxima sin visado a 30 días o el registro online (más adelante explico qué es esto). Por último, tras recorrer Ucrania de punta a punta, Bielorrusia era la opción más lógica para continuar Mi Gran Viaje por Europa del Este.

Bielorrusia
Bielorrusia solo ha tenido un presidente en toda su andadura tras la descomposición de la Unión Soviética: Alexander Lukashenko, que gobierna el país con mano de hierro desde 1994 gracias a su buena relación con Rusia. En agosto del 2020 encaraba sus sextas elecciones y unos meses antes estallaron una serie de protestas lideradas por Sergei Tikhanovsky, un famoso youtuber, reclamando más democracia. Lukashenko respondió con contundencia y encarceló a miles de personas, entre ellas periodistas, políticos de la oposición y el propio Tikhanovsky. En medio de un clima cada vez más violento su mujer, Sviatlana Tsikhanouskaya, decidió presentarse a las elecciones canalizando el descontento de la gente. Pero la votación dio la victoria a Lukashenko con un 80% de las papeletas, entre acusaciones de amaño por parte de la comunidad internacional.
A partir de aquí las manifestaciones se sucedieron, continuó la represión policial, y Tsikhanouskaya decidió exiliarse a Lituania ante el riesgo de ser detenida. Hasta que el temor de la población y la ausencia de nuevos líderes que tomaran el relevo hizo que poco a poco la revolución perdiera fuerza. Pero cada vez que le decía a algún ucraniano que me dirigía a Bielorrusia su cara era de horror, porque todos tenían algún amigo o familiar que había sufrido las consecuencias del conflicto. Y reconozco que llegué a Minsk un poco asustado.
En la actualidad el Ministerio de Exteriores considera Bielorrusia un destino seguro. Solo aconseja mantenerse alejado de las protestas y no visitar el sur del país, todavía afectado por la contaminación radiactiva que cayó en 1986 tras el accidente de la central nuclear de Chernobyl. Yo recorrí en solitario buena parte de Bielorrusia, incluyendo varias ciudades, y la verdad es que no tuve ninguna sensación de peligro.
ITINERARIO POR BIELORRUSIA
En total estuve 27 días explorando Bielorrusia. Comencé el viaje en Minsk, donde volé desde Kiev. A continuación me dirigí hacia el oeste, visitando Grodno, Brest y Belavezhskaya Park, a escasos kilómetros de Polonia. De regreso a Minsk hice un alto en las poblaciones de Nesvizh y Mir para conocer sus magníficos palacios, catalogados como Patrimonio de la Humanidad. Y finalicé mi itinerario en la ciudad de Mogilev, cerca de la frontera con Rusia.
CUANDO IR
La mejor época para viajar a Bielorrusia es durante los meses de primavera (de marzo a mayo) y otoño (de septiembre a noviembre), cuando el clima es más agradable. En verano hace mucho calor; y en invierno las condiciones son realmente duras, con escasas horas de luz, temperaturas bajo cero y nevadas habituales.
Yo estuve en Bielorrusia entre diciembre y enero y tuve que centrarme en visitar ciudades, porque la mayoría de parques naturales eran lugares inhóspitos, con senderos resbaladizos cubiertos de hielo y escasas posibilidades de ver fauna. Pero no me puedo quejar: tuve la suerte de conocer buena parte del país justo antes de las primeras nevadas fuertes, incluido el Parque de Belavezhskaya; y me marché durante una ola de frío polar que alcanzó mínimas de -27ºC y hacía casi imposible pasear por la calle.
VISADO
Los ciudadanos de la Unión Europea no necesitamos visado para entrar en Bielorrusia, pudiendo permanecer en el país un máximo de 30 días (cuenta el día que llegas). Aunque con 4 requisitos:
*Entrar a través del Aeropuerto de Minsk.
*Contar con un seguro que cubra los gastos de asistencia médica durante toda la estancia por un importe mínimo de 10mil euros, y formalizado con una compañía que tenga un acuerdo en vigor con una aseguradora bielorrusa (tiene que estar expresamente indicado en la póliza). Si te ves apurado, en el Aeropuerto, justo antes del Control de Pasaportes, hay un mostrador que vende seguros válidos, y durante mi visita al país costaban 1€/día. En mi caso ocurría que poco antes de volar a Minsk caducó mi seguro de viaje habitual, así que no me importó contratar el del Aeropuerto (pagué 30€).
*Acreditar fondos equivalentes a 54 rublos bielorrusos por cada día de estancia en el país. Yo para un mes necesitaba un total de 515€. En el Control de Pasaportes me preguntaron cuánto dinero en efectivo llevaba encima (tenía un importe superior al mínimo requerido), pero no lo tuve que enseñar.
*Registrarse en el Departamento de Inmigración en un plazo máximo de 10 días. La gestión se realiza a través de esta página web. Primero tienes que darte de alta como usuario; a continuación rellenas un formulario online (en inglés) con todos los datos necesarios (incluida la dirección del lugar donde te alojas, la fecha en que tienes previsto salir de Bielorrusia y el nº de póliza del seguro médico); y al poco de enviarlo aparece en pantalla un mensaje con el Número de Registro (haz una foto con el móvil).
A partir de aquí, oficialmente te deberías registrar cada vez que cambies de dirección, aunque en la práctica no es necesario. Yo me alojé en 7 direcciones diferentes durante mi estancia, guardando todas las facturas de los hoteles. Cuando abandoné Bielorrusia la agente de aduanas del Control de Pasaportes me preguntó dónde había estado; yo le dije que en 3 sitios, por no complicar las cosas; cuando me pidió el registro le enseñé la foto en el móvil; y me selló la salida sin problema.
Por tanto no hace falta visado, pero acceder a Bielorrusia no es ni mucho menos un paseo. Encima mi llegada al país se produjo en plena crisis del coronavirus y las autoridades habían establecido 2 requisitos adicionales para cualquier turista que entrara en Bielorrusia (independientemente del país de origen):
*Hacerse un test PCR, como máximo 72 horas antes de aterrizar en Minsk, y aportar un certificado que acreditara el resultado negativo. Yo me hice el test en Kiev. Utilicé los servicios del Centro Médico Adonis y acabé muy satisfecho, concertando la cita por correo electrónico, y recibiendo el certificado en menos de 24h. Eso sí, la broma me costó 108 Usd…
*Permanecer 10 días aislado en el hotel, evitando al máximo el contacto con la gente y limitando las salidas a comprar comida o medicamentos. Yo no respeté este requisito porque ya aportaba un test negativo y no tenía síntomas. Así que me dediqué a visitar la ciudad, pero arriesgándome a encontrarme con un policía a mi regreso al hotel (en teoría el gobierno realiza comprobaciones aleatorias).
GUÍAS DE VIAJE
-“Bielorrusia” de Bradt Guides. Es la única guía del mercado dedicada exclusivamente a este país, y cuenta con 350 páginas llenas de información detallada. Aunque tiene un gran defecto: no está orientada a mochileros. El autor se movió por Bielorrusia en coche de alquiler, con escasas referencias al transporte público; buena parte de sus recomendaciones consisten en hoteles y restaurantes caros; y considera que el este del país es una zona remota que solo se puede visitar formando parte de un tour organizado (yo viajé a Mogilev sin problema).
-“Europa del Este” de Lonely Planet. Con solo 14 páginas dedicadas a Bielorrusia, sirve para tener una idea general de la zona y poco más.
COMO LLEGAR
Entré en Bielorrusia por aire, volando directo de Kiev a Minsk. Me hubiera gustado acceder al país por tierra, teniendo en cuenta que entre ambas capitales hay 530km (y entre Kiev y la frontera 160km). Pero me fue imposible, por dos motivos:
*Tenía que solicitar con antelación un visado a través de la Embajada, con todo el papeleo y complicaciones que conlleva.
*Durante mi visita el gobierno de Bielorrusia había decidido cerrar las fronteras terrestres con todos sus países vecinos. Oficialmente para evitar el aumento de contagios por coronavirus, aunque hay quien dice que en realidad era para controlar más el territorio de Bielorrusia en unos momentos de protestas populares e inestabilidad interna.
El caso es que, muy a mi pesar, por segunda vez en Mi Gran Viaje me vi obligado a utilizar un avión, y compré un billete en la página web de Belavia (la aerolínea nacional de Bielorrusia). Para llegar al Aeropuerto de Kiev no me compliqué la vida y viajé en un taxi que solicité a través de la app de Uber. Pagué 350G (poco más de 10€) por un trayecto de 35km, y el conductor me dejó en la puerta de la Terminal. El vuelo de Belavia transcurrió sin incidentes: el avión se encontraba en un estado impecable, con asientos cómodos y espaciosos; y a pesar de que el vuelo duró algo menos de una hora repartieron una botella de agua para cada pasajero. Acabé muy satisfecho.
Cuando aterricé en el Aeropuerto de Minsk estaba nervioso por si se me había escapado algún requisito adicional que me impidiera entrar en el país. Menos mal que en la zona de Control de Pasaportes me atendió una agente de aduanas muy simpática que creó un clima distendido. Revisó mi certificado del test PCR; me ayudó a rellenar 3 formularios relacionados con el coronavirus que no pude cumplimentar antes porque estaban en ruso; me hizo una foto; y no puso pegas al conocer que todavía no tenía el billete de avión para salir del país. Eso sí, examinó mi pasaporte con lupa (literalmente), y cuando vio un sello de Irak me envió al despacho de su jefe, que me hizo varias preguntas (en un tono cordial) hasta quedar convencido de que no era un terrorista. A continuación la agente selló el pasaporte y pude continuar.
El Aeropuerto de Minsk está situado 46km al este de la capital. Hay un autobús que cubre el trayecto por un precio de risa, pero eran las 21.30h y no me pareció buena idea deambular en transporte público a esas horas, con todas mis cosas encima, en un país desconocido. Así que cuando recuperé mi mochila grande entré en las oficinas de la compañía de taxis oficiales (no tiene pérdida); contraté uno por 40R (unos 13€); y el taxista me llevó al hotel que había reservado.
TRANSPORTE
Para moverte por el país las opciones son:
1. Tren: es el medio de transporte que más utilicé para recorrer Bielorrusia. En la página web de la compañía nacional de ferrocarril Belarusian Railway consultaba los horarios y planeaba mis desplazamientos. Y además podía comprar los billetes con antelación, recibiendo un correo con un e-ticket que ni siquiera necesitaba imprimir (los revisores me pedían el pasaporte). Siempre opté por trenes Inter Regionales, que realizan pocas paradas y tardan mucho menos en cubrir los trayectos.
Los trenes son puntuales y los billetes muy económicos. Los asientos están numerados y distribuidos en filas. Yo si había disponibilidad viajaba en 1ª clase, disfrutando de una comodidad máxima (sobretodo en la fila individual). Y no tengo nada en contra de la 2ª clase, pero es que la diferencia entre ambas categorías es de un par de euros por trayecto. Los vagones están muy limpios, cuentan con calefacción, y durante mis viajes iban bastante llenos, por lo que siempre tuve compañía (en fechas señaladas conviene ser previsor). Además hay empleados a los que puedes preguntar cualquier duda. Apenas hablan inglés, pero están encantados de ayudar, y venden café y snacks.
2. Autobús/Marshrutka: la otra alternativa para desplazarte por Bielorrusia, que además permite acceder a poblaciones donde no llega el tren o es menos frecuente, como la zona de Nesvizh y Mir, o Belavezhskaya. En función de la demanda del trayecto viajarás en un autobús o una marshrutka (puede ser una furgoneta o un minibús). Por regla general los vehículos están en buen estado, con asientos cómodos y calefacción. Las marshrutkas tienen una fila de 2 asientos y otra de 1, y guardaba mi mochila grande en el maletero trasero.
Las Terminales de Autobús (llamadas Avtovokzal) suelen estar ubicadas no muy lejos del centro, al lado de la Estación de Tren, y yo siempre llegué caminando. Los billetes son baratos y se compran en la taquilla. Lo malo es que en algunas rutas no hay muchas salidas diarias y puede que te toque esperar varias horas. Una vez en marcha la conducción es aceptable, sin música estridente, y los viajes son tranquilos.
En Bielorrusia hay numerosas compañías privadas que ofrecen trayectos entre las principales ciudades, en furgonetas impecables y con salidas regulares (normalmente cada hora). El precio es más caro, pero aun así merecen la pena. La única pega es que las reservas se realizan a través de páginas web en ruso, aunque siempre puedes pedir ayuda en tu alojamiento. Yo utilicé dos veces estas compañías y acabé encantado con el servicio.
3. Taxi: apenas necesité este transporte y no tuve que negociar directamente con los taxistas, así que no puedo opinar. De todas formas en Bielorrusia opera Yandex (una app idéntica a Uber) y habría solicitado el taxi mediante este sistema, evitándome discusiones por el precio o perder el tiempo intentando que el conductor entendiera dónde quería ir.
4. Metro: lo utilicé en Minsk. En los posts que dedico a esta ciudad incluyo información.
ALOJAMIENTO
La oferta hotelera en Bielorrusia es bastante amplia y en cualquier población encontrarás un número razonable de alojamientos. Yo principalmente utilicé hoteles de estilo soviético, disfrutando de habitaciones muy aceptables a precios económicos. Estos lugares te trasladan al pasado y son realmente atmosféricos. Me hacía gracia el servicio de habitaciones diario, con señoras que insistían en darme toallas nuevas aunque no quisiera (en una ocasión esperaron a que saliera a comer para dejarme un juego en el lavabo).
Si no es temporada alta y no estás interesado en algún alojamiento concreto (como el Hotel Kamenyuki de Belavezhskaya) te recomiendo que elijas sobre la marcha. De esta forma podrás viajar con total libertad. Yo escogía hotel uno o dos días antes y realizaba una reserva a través de Booking, porque costaba lo mismo que negociar directamente en la recepción. Por algún motivo en Booking los precios aparecían en dólares, no en rublos bielorrusos, aunque a la hora de pagar no hubo sorpresas con el tipo de cambio.
En mi caso la crisis del coronavirus me benefició, porque los hoteles estaban prácticamente vacíos y en general reinaba la tranquilidad. A cambio me perdí la posibilidad de conocer a otros viajeros y pasé mucho tiempo solo en la habitación.
COMIDA
Los platos más populares de la gastronomía bielorrusa son los draniki (tortitas de patata), servidos con diferentes acompañamientos (mi preferido era la machanka); los kletski (una especie de tortellini rellenos de carne o patata); y la solyanka (una sopa elaborada con un montón de ingredientes, además de limón y smetana). Siempre que tuve oportunidad pedí uno de estos platos, y un par de trozos de pan tradicional, de color negro, hecho con harina de centeno y una levadura especial.
En cuanto a la bebida, cualquier momento es bueno para tomar kava (café) y en las calles hay cientos de cafeterías. El licor nacional de Bielorrusia es el vodka y sus habitantes lo beben de forma habitual. Pero los licores fuertes no son lo mío y en su lugar opté por alguna que otra cerveza (a veces sin filtrar) o directamente agua.
IDIOMA
En Bielorrusia las lenguas oficiales son el Bielorruso y el Ruso, aunque un 75% de la población prefiere el segundo, que bajo el gobierno de Lukashenko se ha convertido en el idioma utilizado por la administración y los medios de comunicación. El Bielorruso se escribe utilizando los caracteres del alfabeto Cirílico, y poco a poco fui descubriendo las equivalencias con el alfabeto Latino. Por ejemplo la P equivale a nuestra R, la C a la S, etc… Aunque nunca lo conseguí descifrar por completo, y cuando necesitaba utilizar el transporte público tenía que memorizar el nombre del destino en Cirílico para encontrarlo en los carteles.
Yo intenté practicar algo de Ruso, pero al final no pasé del Priviet (hola); Dobroe Utro (buenos días); Spasiva (gracias); o Da Svidania (adiós). Con el problema añadido de que en Bielorrusia nadie habla inglés, así que en muchas situaciones me fue imposible hacerme entender.
MONEDA
El Rublo Bielorruso, que a su vez se divide en 100 Copecks. Cuando visité Bielorrusia el tipo de cambio era de 1 eur = 3,1R (diciembre/2020). Hay cajeros automáticos por todas partes, incluso en las poblaciones más pequeñas. Aunque la práctica totalidad de establecimientos permiten pagar directamente con tarjeta, evitando el uso de efectivo. Gracias a esto solo necesité obtener moneda local una vez en todo mi recorrido por el país, utilizando mi tarjeta BNext.
TELÉFONO
Si vas a pasar mucho tiempo en el país y no quieres depender únicamente de las redes wifi, lo más aconsejable es comprar una tarjeta SIM local. En Bielorrusia hay 3 operadoras: A1 (la antigua Velcom), MTS y Life. Por lo que pude investigar las dos primeras tienen mayor cuota de mercado y ofrecen mejor cobertura, así que elegí A1.
Conseguí la tarjeta SIM en una tienda de Minsk. Por suerte me atendió una empleada que hablaba algo de inglés y nos pudimos comunicar. En ese momento A1 ofrecía dos planes Prepago orientados a turistas:
*7 días: 5GB de datos + 50 minutos de llamadas.
*30 días: 20GB de datos + 50 minutos de llamadas (aunque durante mi visita a Bielorrusia había una oferta especial para nuevos clientes que permitía datos ilimitados el primer mes).
Yo escogí el plan de 30 días y me costó 25,9R (poco más de 8€). El proceso de compra fue muy sencillo. Entregué mi Pasaporte; la chica me dio de alta; y en cuestión de segundos ya tenía la tarjeta SIM activada.
En cuanto a mi experiencia con A1 es complicado opinar. La red de telefonía en Bielorrusia tiene mucho margen de mejora (sin llegar a los niveles deplorables de Ucrania), y en general fuera de los núcleos urbanos no hay cobertura (los trayectos de varias horas en tren o autobús se hacen eternos). Todo el mundo se quejaba de esta situación, así que creo que A1 no es una compañía especialmente problemática. Pero si regresara a Bielorrusia probaría con MTS a ver qué tal.
Por cierto, la mayoría de redes wifi del país piden un número de teléfono y envían un sms con un código de acceso para poder conectarte. A mí me pareció muy sospechoso. Una forma nada disimulada de controlar a la población por parte del gobierno.
SALUD
No hay ninguna vacuna obligatoria para visitar Bielorrusia. Aunque se recomiendan las de la Fiebre Tifoidea, Hepatitis A y B, y Tétanos.
Bueno, podría facilitar muchos más datos, pero creo que junto a los 7 posts que he publicado tienes bastante información para hacerte una idea de Bielorrusia, y podrás decidir si te apetece o no visitar este país. Aún así, si te surge alguna duda escríbeme y con mucho gusto intentaré resolverla.
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