Datos básicos para visitar de forma independiente este país de injusta fama que hasta los años 90 era uno de los más aislados del mundo.
Varios fueron los motivos que me animaron a visitar Albania. Primero, se trata de un país que tiene una naturaleza espectacular, con paisajes de postal como el Lago Skadar, los Montes Malditos o las playas de Ksamil. En segundo lugar, todavía se conservan numerosos edificios y monumentos de la época comunista, además de miles de búnkers. Y me encanta este tipo de arte. Tercero, es posible visitar las poblaciones históricas de Berat y Gjirokastra, con sus viviendas tradicionales y rincones llenos de encanto. Por último, tras recorrer Montenegro de norte a sur decidí quedarme en la región de los Balcanes, cuyos países permanecían abiertos al turismo mientras el coronavirus seguía causando estragos en buena parte del mundo. Y Albania era la opción más lógica para continuar Mi Gran Viaje.
La historia reciente de Albania está ligada a la figura de Enver Hoxha, un profesor que lideró a los Partisanos en la liberación del país durante la Segunda Guerra Mundial. Y que más tarde se convirtió en el Secretario General del Partido del Trabajo (de ideología comunista), gobernando con mano de hierro la recién creada República Popular de Albania entre los años 1946 y 1985 (fecha en que murió). Al principio mantuvo alianzas estratégicas con otras potencias socialistas, como Yugoslavia, la Unión Soviética o China. Pero todas acabaron truncadas porque en algún momento Hoxha consideró que habían traicionado los fundamentos del marxismo-leninismo. Y a partir de 1976 Albania se convirtió en la nación más aislada de Europa, con una economía autosuficiente.

Albania
Es innegable que Enver Hoxha modernizó el país, dotándolo de infraestructuras y unos elevados niveles de alfabetización. Pero también que instauró una política de represión donde miles de ciudadanos fueron torturados y encarcelados por sus ideas políticas; y la Sigurimi (policía secreta) sembró el terror. Además los Albaneses no podían salir del país; la propiedad privada estaba prohibida (incluso un coche); y se abolió la religión, lo cual se tradujo en la destrucción de miles de iglesias y mezquitas (el resto fueron reconvertidas en cines, almacenes o centros culturales), y la supresión de las fiestas tradicionales, como Navidad o Semana Santa. Una realidad distópica que acabó en 1992 cuando el Partido Demócrata ganó las elecciones.
Actualmente el Ministerio de Exteriores considera Albania un destino completamente seguro. Solo advierte de la posibilidad de algún desastre natural (terremotos, incendios, inundaciones…) o el peligro de sufrir un accidente de tráfico por el mal estado de las carreteras y la conducción agresiva de los Albaneses. Yo viajé en solitario por todo el país en transporte público, incluido el sur (que algunos Montenegrinos me habían recomendado evitar) y la verdad es que no tuve ninguna sensación de peligro.
ITINERARIO POR ALBANIA
En total estuve 35 días en Albania. Comencé mi ruta en Shkoder, donde viajé desde Ulcinj (Montenegro). A continuación hice una excursión a los Montes Malditos, recorriendo el famoso Valbona – Theth Trek. Después llegué a Tirana, desde donde visité las ciudades de Kruja y Durrës. Seguí bajando hacia el sur, con paradas en Berat, Gjirokastra, Ksamil y Butrint. Y acabé en Korça, cerca de la frontera con Grecia.
CUANDO IR
La mejor época para viajar a Albania es entre los meses de mayo y septiembre, cuando el clima es ideal para disfrutar de la naturaleza. Aunque en verano hace mucho calor y la costa se llena de turistas, por lo que visitar determinados lugares, como Ksamil o Sarande, se convierte en una experiencia masificada y cara. En cambio el invierno es frío y húmedo, y solo lo recomiendo si quieres esquiar por un módico precio en las pistas de Dardha o Voskopoja.
Yo visité Albania entre octubre y noviembre y en general acabé satisfecho, porque durante mi estancia en los Montes Malditos y las playas de Ksamil lució un sol impecable. A parte de estos lugares hubo muchos días de lluvia que me obligaron a ser totalmente flexible, sobretodo en la recta final del viaje, pero en general cumplí con el itinerario previsto.
VISADO
Los ciudadanos de la Unión Europea no necesitamos visado para entrar en Albania, pudiendo permanecer en el país un máximo de 90 días.
Aunque mi llegada se produjo en plena crisis del coronavirus y las autoridades habían establecido un requisito: hacerse un test PCR o de Antígenos, como máximo 48 horas antes de cruzar la frontera, y aportar un certificado que acreditara el resultado negativo. También se aceptaban otras alternativas, como estar vacunado; o acreditar la superación de la enfermedad en los últimos 6 meses. Ya avanzo que me la jugué, cansado de gastar tiempo y dinero en tests, y conseguí entrar en el país sin cumplir las normas (ver el apartado “Como Llegar”), pero no es lo más recomendable.
GUÍAS DE VIAJE
-“Albania” de Bradt Guides: es la única guía del mercado centrada exclusivamente en Albania, y cuenta con 300 páginas llenas de información práctica para visitar cualquier rincón del país. Imprescindible.
-“Western Balkans” de Lonely Planet: solo dedica 40 páginas a Albania. Sirve como complemento, para tener una idea general de la zona.
COMO LLEGAR
Entré en Albania por tierra, viajando en taxi compartido desde Ulcinj hasta Shkoder. En circunstancias normales hay al menos un autobús diario que conecta ambas ciudades, un servicio realmente pobre teniendo en cuenta la escasa distancia (solo 42km) y que la mayoría de la población de Ulcinj es de origen Albanés. Pero es que durante mi visita la crisis del coronavirus provocó la cancelación del servicio y directamente no había autobuses.
Con este panorama mi única opción era contratar un taxi privado hasta la frontera, y una vez en territorio Albanés buscarme la vida para llegar a Shkoder. Por suerte hablé con Besi (el dueño del apartamento de Ulcinj donde me alojé) y me propuso una alternativa infinitamente mejor: utilizar un taxi compartido hasta Shkoder. Yo acepté sin dudarlo y el hombre se encargó de realizar la reserva, dando instrucciones para que el vehículo me viniera a buscar. Todo un hallazgo, porque tanto en la Oficina de Información como en la Terminal de Autobús desconocían esta opción.
La única pega es que el taxi compartido salía a las 6h y el madrugón fue considerable. Yo esperé en la puerta del apartamento 10 minutos antes, todavía de noche y con un frío importante; y a la hora prevista apareció el taxi, un viejo Mercedes de grandes dimensiones. El conductor era un abuelete que me cedió el asiento del copiloto y viajé realmente cómodo. Detrás me acompañaron un par de chavales. El trayecto duró menos de 1 hora, avanzando a toda velocidad por carreteras oscuras y sin intercambiar una sola palabra, porque nadie hablaba inglés.
Al llegar a la frontera de Montenegro el taxista entregó los documentos de identidad a un agente (incluido mi Pasaporte) y este se los devolvió sin sellar casi al momento. Y para mi sorpresa continuamos hasta Shkoder sin necesidad de parar otra vez en territorio Albanés ni entregar los papeles relacionados con el coronavirus. Afortunadamente, porque para acreditar la superación de la enfermedad el gobierno pedía un certificado con el resultado positivo de un test PCR, y yo solo tenía el test de Anticuerpos que me hice en Skopje una vez recuperado. Qué peso me quité de encima…
El taxista nos dejó en el centro de Shkoder, donde los chavales buscaron un autobús para continuar su viaje y yo una cafetería para hacer tiempo hasta las 10h, cuando podría ocupar la habitación que había reservado. Al ser tan temprano temía no encontrar locales abiertos y acabar vagando por las calles como me ocurrió en Sarajevo, pero había varios y pude elegir. Por cierto, el precio del taxi me descolocó por completo: ¡solo 5€! No me salían las cuentas, considerando que un taxi privado costaba alrededor de 40€ y éramos 3 pasajeros. Besi ya me había informado del importe a pagar el día anterior, pero hasta el último minuto estuve convencido de que se trataba de un error.
TRANSPORTE
Para moverte por el país las opciones son:
1. Furgon/Autobús: es el medio de transporte por excelencia en Albania. En función de la ruta viajarás en un Furgon (minibús) o un Autobús, que se encuentran en buen estado, con asientos cómodos y espaciosos y aire acondicionado. Las Terminales están ubicadas relativamente cerca del centro y siempre llegué caminando. Los vehículos tienen un cartel con el nombre del destino en la parte frontal y se ponen en marcha siguiendo horarios establecidos, independientemente del número de pasajeros. Una vez en ruta puedes detener un Furgon/Autobús casi en cualquier lugar.
El billete se paga directamente al conductor cuando finaliza el trayecto, salvo que él decida cobrar antes de arrancar (me pasó en un par de ocasiones). Los precios son insignificantes. Yo guardaba mi mochila grande en el maletero trasero y, a diferencia de otros países de los Balcanes, no tuve que pagar ningún importe adicional. En algunas rutas la frecuencia de salidas es muy escasa, así que conviene informarse de los horarios el día anterior en la propia Terminal (las páginas web que consulté no son nada fiables). Una vez en marcha la conducción acostumbra a ser correcta, con lo cual los viajes son bastante tranquilos.
2. Taxi: solo lo probé una vez para moverme por Shkoder, pero me pareció muy caro y desde entonces opté por caminar o viajar en autobús urbano (en Tirana). Los conductores suelen utilizar taxímetro, de lo contrario habrá que negociar el importe con antelación.
3. Ferry: mi experiencia también se limitó a un trayecto, navegando un tramo del lago Koman, y fue uno de los grandes momentos de mi ruta por Albania. Imprescindible.
ALOJAMIENTO
La oferta hotelera en Albania es muy amplia y en cualquier población encontrarás un buen número de alojamientos. Yo siempre elegí pensiones familiares y estudios, disfrutando de habitaciones aceptables, aunque en muchos casos no estaban preparadas para el invierno, sin edredones ni calefacción, y pasé frío. A cambio los precios son económicos y normalmente incluyen abundantes desayunos.
Si no visitas Albania en plena temporada alta y no estás interesado en algún hotel concreto de Ksamil o Theth te recomiendo que elijas tu alojamiento sobre la marcha. De esta forma podrás viajar con total libertad. Yo escogía un lugar el día antes y realizaba una reserva a través de Booking. En alguna ocasión alargué mi estancia avisando directamente al dueño del hotel pero no obtuve ningún tipo de descuento, así que continué utilizando Booking. Los precios aparecen en euros, no en leke, aunque a la hora de pagar en moneda local no hubo sorpresas con el tipo de cambio. Eso sí, solo se acepta efectivo.
COMIDA
La comida más extendida en Albania son los guisos, con algunos platos deliciosos como el fergese (mi favorito, una pasta elaborada con tomate, queso, pimiento y ajo); tavë dheu (fergese con carne); qofte (albóndigas); tavë kosi (cordero o pollo al horno con salsa de yogurt); pimientos rellenos de queso o arroz; y fasule (judías). Además cada región tiene sus especialidades, como el qifqi (bolas de arroz fritas) en Gjirokastra; el lakror (empanada) en Korça; o el pescado/marisco en la Riviera Albanesa.
Por último, en varias ocasiones también solventé alguna comida o cena con un Byrek (masa de hojaldre rellena de carne, patata, queso o espinacas); o una Pizza, ya que en Albania abundan los restaurantes italianos. Como anécdota, en los restaurantes de Albania es normal servir todos los platos a la vez. Así que no te enfades si todavía te estás comiendo la ensalada y el camarero aparece con el segundo (si es un gran problema coméntaselo antes).
En cuanto a la bebida, cualquier momento del día es bueno para tomar kafe (café), acompañado de un vaso de agua fría. El licor nacional de Albania es el Raki, un aguardiente elaborado a partir de diferentes frutas con alrededor de un 50% de alcohol. Yo solo lo probé varias veces, pero los licores fuertes no son lo mío y opté por el vino tinto y la cerveza, marcas Tirana, Korça o Elbar, aunque también cayó alguna Peja (de Kosovo), generalmente en envases de 0,5l.
IDIOMA
La lengua oficial en Albania es el Albanés, que habla la totalidad de la población. Hay 2 dialectos: el Gheg, utilizado en el norte del país; y el Tosk, en el sur. La variante estándar, utilizada en los medios de comunicación, se basa en el Tosk, aunque sus hablantes se entienden sin problema y yo no aprecié las diferencias.
A pesar de tirarme una buena temporada en el país no pude dedicar mucho tiempo a practicar el idioma local y no pasé de alguna palabra básica, como Mirëdita (hola); Faleminderit (gracias); o Tung (adiós). Aunque al menos aprendí la pronunciación, para que la gente no se hiciera un lío cuando me refería a algún lugar. Estos son los sonidos más comunes:
ç – se pronuncia como ch
th – se pronuncia como una z
c – se pronuncia como ts
xh – se pronuncia como g
Por suerte casi todo el mundo tiene conocimientos de inglés así que me pude comunicar fácilmente. Además del Albanés hay otros grupos étnicos minoritarios que tienen su propia lengua, como el Griego, hablado en el sur del país; o el Macedonio, en la zona fronteriza.
MONEDA
El Lek, que a su vez se divide en 100 Qindarka (aunque en la práctica su valor es tan residual que ya no se ven). Cuando visité Albania el tipo de cambio era de 1 eur = 122L (octubre/2021). Para obtener moneda local utilicé mis tarjetas BNext y Revolut en los cajeros automáticos, que están por todas partes, incluso en las poblaciones más pequeñas. Eso sí, la mayoría de bancos cobran elevadas comisiones por cada reintegro (entre 500L y 800L), así que te recomiendo utilizar los cajeros de Credins Bank, la única entidad donde (de momento) no hay que pagar nada.
Casi todos los comercios turísticos (alojamientos, museos, restaurantes…) aceptan euros, aunque los tipos de cambio varían enormemente. En algunos sitios 1 euro equivalía a 100L y en otros a 150L, con lo cual solo los utilicé cuando me salía a cuenta (hasta que se me acabaron). En cambio es complicado pagar con tarjeta, y esto obliga a llevar siempre efectivo encima.
TELÉFONO
Si vas a pasar mucho tiempo en el país y no quieres depender únicamente de las redes wifi, lo más aconsejable es comprar una tarjeta SIM local. En Albania hay 3 operadoras: Vodafone, One y ALBtelecom. Por lo que pude investigar Vodafone es la que tiene mayor cuota de mercado y niveles de cobertura, así que elegí esta.
Conseguí la tarjeta SIM en una tienda de Shkoder. Por suerte me atendió un empleado que hablaba inglés y nos pudimos entender sin problema. En ese momento Vodafone ofrecía solo un plan Prepago orientado a turistas: 15GB de datos + 500 minutos de llamadas, durante un periodo de 21 días, que me costó 1500L (unos 12€). El proceso de compra fue sencillo. Entregué mi Pasaporte; firmé un contrato; y en cuestión de segundos ya tenía la tarjeta SIM activada.
En cuanto a mi experiencia con Vodafone, la verdad es que acabé muy satisfecho. No tuve problemas de cobertura; los 15GB fueron más que suficientes para las 3 semanas; y renové el plan en una tienda de Berat. Así que si regresara a Albania volvería a utilizar esta operadora.
SALUD
No hay ninguna vacuna obligatoria para visitar Albania. Aunque se recomiendan las de la Fiebre Tifoidea, Hepatitis A y B, y Tétanos.
Bueno, podría facilitar muchos más datos pero creo que junto a los 9 posts que he publicado tienes bastante información para hacerte una idea de Albania y decidir si te apetece o no visitar este país. Aún así, si te surge alguna duda escríbeme y con mucho gusto intentaré resolverla.
Si te gustó la guía, dale al like (el corazón que hay en la parte superior), deja un comentario con tu opinión, y sígueme en redes sociales
Comentarios
2 ComentariosVale
May 16, 2023Me encantó tu post, muy bien explicado… planeo un viaje en junio.. por favor, prodrías decirme cómo se busca la opción de Taxi compartido?
Gracias
Ganas De Mundo
May 17, 2023Hola, muchas gracias por el comentario. Para desplazarte entre ciudades se utiliza furgoneta o autobús, no me consta que haya opción de viajar en taxi compartido como en otros países. Quizás para algún trayecto concreto, pero no es lo habitual.