Ascenso final al temible paso del Thorong La, superando los 5.400m de altura, y una vertiginosa bajada hasta Ranipauwa
Las etapas 9 y 10 del Annapurna Circuit giraron en torno al momento más delicado de toda la ruta: cruzar el paso del Thorong La, a 5.416m. Cualquier problema que me lo impidiera (mal de altura, climatología adversa, agotamiento, etc…) implicaba que tenía que dar media vuelta y regresar al punto de partida. No había plan B. La etapa 9 fue la más corta del AC, con 6km de distancia, en la que gané altura y pude dormir a 4.500m. Y en la etapa 10 conseguí superar el Thorong La, y bajé a buen ritmo hasta Ranipauwa.
ETAPA 9: YAK KHARKA – THORONG PHEDI / Distancia: 6km / Desnivel ganado: +400m / Tiempo: 4h
La jornada comenzó a las 6,30h en el Gangapurna Hotel de Yak Kharka (4.050m). Y a las 7h ya estaba preparado para desayunar. Me senté en una mesa con brasero situada en la planta baja del comedor, y me pegué un auténtico homenaje. Un menú llamado «Trekker’s Breakfast«, que incluyó huevos revueltos, trozos de jamón dulce, Brown Potatoes, 2 tostadas con mermelada, un zumo de Seabuckthorn (unos frutos de montaña de color naranja), y un café con leche. Precio: 825R. Caro, pero me dejó como nuevo. Con el desayuno cayó otro Diamox.
A las 8,15h, llené mis dos cantimploras en la Water Station del lugar (120R), y comencé a caminar. Más tarde que otros días, porque tocaba una etapa realmente corta. En la que se trataba de continuar aclimatándome a la altura, no de cubrir una gran distancia. De hecho, mientras abandonaba el hotel aparecieron en el comedor los primeros huéspedes, con toda la calma del mundo, dispuestos a desayunar.
En el exterior el tiempo era inmejorable, con cielo azul y sol radiante. Para empezar, avancé por el sendero que se dirigía hacia el norte, siguiendo la orilla derecha del río Thorong Khola, con continuas subidas y bajadas. El paisaje era realmente árido, con una vegetación formada por arbustos de color marrón. Y el río tenía muy poca agua, con sus orillas todavía congeladas tras una noche de frío extremo. De camino me encontré con un grupo de Yaks, siempre fotogénicos. Algunos bajaron por una fuerte pendiente y no dudaron en meterse en el agua para beber.
Al poco llegué a Churi Letdar (4.200m). Un lugar compuesto por un par de guest houses que representa una buena alternativa a Yak Kharka para finalizar la Etapa 8 y pasar la noche (si estás perfectamente aclimatado a la altura). Allí me encontré con un grupo de jóvenes irlandeses que minutos más tarde me adelantaron a toda pastilla y no volví a ver. Por suerte, porque no paraban de gritar y hacer el tonto.
Tras un rato el sendero bajó hasta el río y lo crucé por un puente de madera, para continuar subiendo por la orilla izquierda. La altura se notaba mucho, y yo caminaba poco a poco; deteniéndome con frecuencia para dar sorbos de agua u orinar (el Diamox…). Más adelante me tocó cruzar una ladera con una fuerte pendiente, donde había un cartel que avisaba de posibles deslizamientos de tierra. Aquí el viento era importante, y me lanzaba a la cara nubes de polvo. Además, todavía me dolía la planta del pie derecho, y me movía cojeando. Pero tras este tramo más complicado, aparecieron a lo lejos los edificios de Thorong Phedi (4.450m). Así que realicé el último esfuerzo, y llegué al destino final de la jornada.
ALOJAMIENTO: NEW PHEDI HOTEL – Gratis
*Puntos a favor: habitación espaciosa para mi solo; cama doble; tranquilidad por la noche, gracias a que era el único huésped; chaval encargado muy atento; precio.
*Puntos en contra: lavabo exterior sin agua caliente y muy descuidado (con un cubo de agua congelada y restos de heces de días anteriores).
Thorong Phedi es un asentamiento que consiste en un par de hoteles. El que más llama la atención es el Thorong Base Camp Lodge, cuyas instalaciones ocupan buena parte del lugar, con habitaciones que incluyen hasta lavabo privado. Pero me quedó claro que aquella era la primera opción de casi todo el mundo. Y decidí darle algo de negocio al más modesto New Phedi Hotel. Eso sí, de nuevo regateé y conseguí habitación gratis.
TARDE DE RELAX EN THORONG PHEDI
Una vez instalado, salí a dar un paseo por los alrededores. Hacia el fondo del valle las vistas de la cima triangular del Gangapurna eran geniales. Y a las primeras de cambio me encontré con un grupo de Cabras Azules del Himalaya (en inglés Blue Sheep). Son de tamaño similar al de un Rebeco, y había un macho de enorme cornamenta y varias hembras, que estuvieron unos minutos pastando y desaparecieron montaña arriba. A continuación, me encontré a la chica de Tasmania y los amigos suecos, y estuve charlando un rato con ellos. Pero de repente se levantó un viento frío, y regresé a mi hotel.
Allí me senté en una mesa del comedor, ubicado justo en la entrada del edificio. Y decidí llenar el estómago. Cayó una Sopa de Ajo (mucho más floja que la que tomé hacía unos días); Momo rellenos de patata y queso; y té con leche para acompañar (todo por 750R). Todo estuvo riquísimo, en un ambiente de paz total. Y con una temperatura muy agradable.
Tras la comida, no quedaba otra que dejar transcurrir el tiempo. Reponiendo fuerzas de cara a la maratoniana jornada del día siguiente. Y bebiendo mucha agua para evitar el temido mal de altura. La mayor parte de la tarde estuve en mi habitación, bajo mantas, escribiendo y leyendo. Mientras, en el exterior soplaba un fortísimo viento que sacudía los cimientos del edificio. Menos mal que parecía resistente, porque si no…
De la habitación pasé al comedor interior del hotel, justo en el momento en que el chaval estaba encendiendo la estufa de leña. Qué calor más agradable daba… A las 17.30h encargué la cena, que llegó al cabo de un rato. Un plato de Vegetable Fried Rice; y para rematar una taza de chocolate caliente (bastante aguado). Precio: 550R. Cuando salí al lavabo comprobé que hacía un frío glacial. ¡No paraba de temblar! Y me acababa de tomar un Diamox, lo cual era garantía de al menos un par de visitas nocturnas. Así que tomé medidas: compré una botella de agua (carísima, a 200R); la pasé a mis cantimploras; y utilicé el envase para orinar durante la noche. Cualquier cosa antes que salir de mi habitación de madrugada con aquel frío…
Después de cenar, me quedé un rato junto a la estufa. Pero como no había nadie con quien hablar, a eso de las 19h regresé a mi habitación. La verdad es que estaba bastante nervioso ante la jornada del día siguiente. No me dolía la cabeza, pero continuaba con el estómago muy revuelto; y no sabía cómo respondería la planta del pie. Eso sin contar el lamentable aspecto que ofrecía, con la ropa llena de polvo, y sin ducharme desde hacía varios días. Necesitaba una dosis de civilización urgente. Y bajar a tierras más cálidas, porque estaba de frío hasta las narices…
ETAPA 10: THORONG PHEDI – RANIPAUWA / Distancia: 16km / Desnivel perdido: -680m / Tiempo: 9h
Al día siguiente mi alarma sonó a las 5h, tras una noche en la que dormí bastantes horas. Pero también me desperté en numerosas ocasiones, con una gran sensación de agobio ante lo que se me venía encima. Cómo sería el frío que hizo en la habitación, que la orina de la botella de plástico se había helado… Aunque yo dormí muy cómodo con saco y mantas. A las 5,30h ya estaba preparado para desayunar en el comedor del hotel. El chaval encargado se hizo de rogar, pero al final apareció con dos tostadas de pan con mermelada (estaba casi congelada); y un té con leche (todo 300R). Suficiente para entrar en calor, acompañado de mi último Diamox de la ruta. La suerte estaba echada…
A las 6h me puse en marcha, rumbo al paso del Thorong La. Todavía era de noche, y me tocó iluminarme con mi linterna frontal. Iba vestido con toda mi ropa de abrigo: 2 camisetas térmicas (manga corta y larga); las 2 piezas de mi abrigo de montaña; y guantes. Y no tuve problema, porque nada más empezar la etapa el camino se puso cuesta arriba. Yo avanzaba poco a poco, con pasos cortos pero constantes, y parando de forma regular para beber agua (que estaba medio congelada). La situación me recordaba mucho a mi ascenso final al Kilimanjaro, pero no estaba dispuesto a pasarlo tan mal. Así que me lo tomé con calma.
Tras una hora subiendo comenzó a hacerse de día, y llegué al High Camp (4.925m). Se trata de un hotel que constituye una buena alternativa a Thorong Phedi para pasar la noche previa al ascenso final. Porque te ahorra la subida de casi 500m que acababa de realizar. Aunque también tiene sus inconvenientes: dormir aquí implica un mayor riesgo de sufrir mal de altura; y al haber solo un hotel, es probable que no encuentres habitaciones disponibles, y te toque dormir tirado en el comedor, o peor aún, regresar a Thorong Phedi. Yo opté por dormir a una altura inferior, pero eso ya dependerá de cada uno…
En el High Camp me detuve lo justo para beber un trago de agua, y seguí avanzando. A continuación me encontré el camino cubierto de placas de hielo, y lo crucé como pude: ayudándome con las manos, agachándome… Un resbalón me mandaba al fondo del barranco, así que tenía que andarme con ojo. Además, el peso de la mochila me hacía perder el equilibrio, y hubo momentos de tensión. Encima, tras sortear este tramo helado, comprobé con horror que al poco había otro, y después otro más. Esto me ralentizó muchísimo, y entre el esfuerzo y la altura acabé casi sin respiración. Aunque por suerte el hielo fue desapareciendo, y al final pude continuar sin problema.
El resto del tramo hasta el paso del Thorong La se me hizo interminable. Fue toda una prueba de fortaleza mental y sacrificio. Caminando a un ritmo pausado, sin parar de beber agua, y con mi cámara de fotos enfundada para no perder tiempo. Las condiciones climatológicas eran perfectas, con cielo despejado y sol agradable que contrarrestaba el frío. En más de una ocasión pensé que estaba llegando al paso, y me encontré con que aun me quedaba un buen trecho. Pero con paciencia, atravesando un paisaje árido y pedregoso, conseguí llegar al Thorong La (5.416m), ubicado entre los montes Khatung y Yakawa.
Mi alegría fue indescriptible. Habían sido tantas noches pensando en este momento, que verme allí fue un cúmulo de sensaciones. Me sorprendió que a tanta altura no hubiera nieve. Y más aun encontrarme prácticamente solo, a excepción de un pequeño grupo tomando té en una caseta. Y yo que pensaba que aquello iba a ser una romería… Por lo visto el grueso de los montañeros madrugó, y ya estaban descendiendo. En fin, como soplaba un viento helado, y no quería pasar mucho tiempo a tanta altura, realicé las fotos de rigor al lado del cartel conmemorativo (oculto bajo un montón de coloridas banderas de oración), y continué la ruta.
VERTIGINOSO DESCENSO HASTA RANIPAUWA
La parte más difícil de la etapa ya estaba hecha. Pero ahora tenía ante mí una bajada de unos 1.600m. Casi nada… Aunque en la montaña influye mucho el estado mental, y yo estaba eufórico. Así que avancé a buen ritmo. Al otro lado del Thorong La el paisaje era espectacular, con una cordillera de afiladas cumbres nevadas que formaban una barrera infranqueable. La pendiente era bastante pronunciada, y por suerte no encontré tramos de hielo, porque hubiera sido un gran problema. Tan solo alguna placa que se podía rodear con facilidad.
Durante el descenso me crucé en un par de ocasiones con el grupo de irlandeses del día anterior. Y como no quería que aparecieran en mis fotos, decidí sentarme unos minutos al sol a descansar y comerme una barrita energética. Y continué cuando ya no les veía. El sendero siguió bajando hacia el fondo de un valle, rodeado de un terreno ondulante salpicado de arbustos de color marrón. Mis pies echaban humo, y mi espalda se resentía del peso de la mochila. Pero seguí cubriendo kilómetros, hasta que llegué a un conjunto de guest houses situadas a 4.200m de altura. Como ya eran las 13,15h (¡llevaba más de 7 horas caminando casi sin parar!) decidí hacer un alto para llenar el estómago.
Había una terraza donde se concentraban todos los montañeros (incluidos los irlandeses). Pero yo, una vez más en plan Robin Hood, elegí una terraza vacía, para que todo el mundo se beneficiara del turismo. Me atendió una chica muy amable, y pedí un sandwich de queso y huevo frito, acompañado de una Coke que me devolvió la vida. Precio: 450R. Se estaba genial allí sentado, bajo una sombrilla que me protegía del sol (a esa hora apretaba con fuerza); y con unas vistas inmejorables. Eso sí, tras el tremendo esfuerzo realizado, me quedaba dormido… Pero a las 14h, muy a desgana, me puse de nuevo en marcha.
El camino continuó sin muchas sorpresas. Hubo un punto en el que tuve que pasar entre una nutrida manada de caballos que pastaban tranquilamente. Otro en el que crucé el río Kali Gandaki por un larguísimo puente colgante (el más largo de la ruta) que no paraba de balancearse. Y al final llegué a Muktinath. Se trata de un complejo de templos rodeado por una valla de color blanco, que constituye un importante lugar de peregrinaje, tanto para hindúes como budistas. En su interior está el Templo Sri Muktinath, donde los hindúes (en su mayoría fieles procedentes de la India) acuden a adorar al dios Vishnu y bañarse en sus 108 fuentes sagradas. Y el Dhola Mebar Gompa, en el que hay una fisura natural en la roca de la que brota un gas que da lugar a una pequeña llama que arde sin parar, venerada por budistas e hindúes.
Mi guía de viajes recomendaba visitar estos templos. Pero estaba agotado; no compartía el sentimiento religioso del resto de feligreses; y las fotos estaban prohibidas en el interior. Así que continué caminando hasta la cercana población de Ranipauwa (3.770m). Ya tendría tiempo de ver templos durante el resto del AC.
ALOJAMIENTO: THE PATH OF DREAM – 100R/Noche
*Puntos a favor: habitación espaciosa para mi solo; cama doble; lavabo privado con ducha; tranquilidad por la noche; wifi gratis (en el comedor); precio.
*Puntos en contra: ducha con agua fría (a pesar de que el lugar prometía caliente).
La chica encargada de la guest house me ofrecía gratis una habitación de peor calidad. Pero tras varios días en condiciones extremas, necesitaba algo de comodidad. Y por menos de 1 euro no iba a renunciar a ello.
Una vez instalado, salí a dar un paseo por Ranipauwa, y comprobé que se trata de un asentamiento de nulo interés turístico. Tiene una avenida principal sin asfaltar, flanqueada de viviendas a medio construir, y tiendas de recuerdos para los turistas indios que visitan Muktinath. Había a la venta prendas de abrigo tejidas a mano (sobretodo gorros y bufandas de vivos colores). Pero también otros souvenirs más peculiares, como colas de Yak, o Amonites (fósiles de un molusco prehistórico que abundan en la región).
De regreso en la habitación, tocó una puesta a punto más que necesaria (ducha fría incluida). Y ya aseado bajé al comedor, y me senté en una mesa con brasero donde se estaba muy a gusto. Allí me encontré con algunos conocidos de Yak Kharka, como la pareja francesa, o la chica de Tasmania. Y estuvimos charlando animadamente. A la hora de cenar, pedí una Hamburguesa de Yak acompañada de ensalada, patatas fritas y salsa barbacoa (demasiado hecha y con una cebolla de sabor muy fuerte). Para beber, una Fanta. Y de postre, un Crêpe de Chocolate (nada del otro mundo). Precio: 800R.
Tras la cena, me fui rápido a la habitación, pues quería descansar el mayor tiempo posible. Qué sensación tan agradable cuando me metí en la cama, dispuesto a una noche de sueño reparador. Por fin se había acabado el temor constante al mal de altura; beber agua sin parar a pesar de no tener sed; las pastillas de Diamox; el frío extremo… Aunque intuía que el resto de la ruta no iba a ser un camino de rosas…
CONCLUSIÓN
Si comienzas la etapa 9 desde Yak Kharka, mi consejo es que pases la noche en Thorong Phedi. Ya se que la distancia es muy corta, pero se trata de que tu cuerpo se vaya adaptando a la altura. Solo me plantearía subir a dormir a High Camp comenzando desde Churi Letdar. Y aun así mi opción personal continuaría siendo dormir en Thorong Phedi, para evitarme problemas innecesarios.
En cuanto a la etapa 10, hay muchos montañeros que comienzan el ascenso al Thorong La muy temprano, a partir de las 2h. Pero a esas horas de la madrugada hace un frío insoportable, y corres el riesgo de sufrir congelaciones. Así que te recomiendo empezar a una hora prudente (5,30h-6h). Además, abrígate bien; bebe mucha agua; y tómate las cosas con calma, que hay tiempo de sobras.
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