Una espectacular excursión a un lago helado y un rodeo por la bonita población de Khangsar, para aclimatarme mejor a la altura
Las etapas 7 y 8 del Annapurna Circuit fueron jornadas de aclimatación a la altura, y requirieron de un esfuerzo físico importante, para acabar durmiendo a más de 4.000m. A cambio pude disfrutar de unos paisajes de montaña espectaculares. En la etapa 7 realicé una dura excursión al Ice Lake, por encima de los 4.500m de altura. Y en la etapa 8 continué avanzando, desviándome de la ruta principal para visitar la bonita población de Khangsar. Algo que sobre el mapa parecía sencillo, pero que después acabaría pagando muy caro.
JORNADA DE ACLIMATACIÓN
El día empezó a las 6h en el New Yak Hotel de Braka (3.450m). Y a las 6,30h ya estábamos en el comedor preparados para desayunar. La noche fue bastante tranquila. Me desperté en varias ocasiones, pero el silencio era total, y estaba tan calentito que me volvía a quedar dormido enseguida. El desayuno (como siempre encargado el día anterior) fue espectacular: tortilla francesa con Brown Potatoes, dos enormes tostadas con mermelada, y un café con leche. Todo un homenaje, que Pelayo y Lidia miraban con caras de envidia. Eso sí: 475R. Y a las 7,15h comenzamos a caminar.
Cualquier guía de viajes recomienda quedarse un día extra en Braka o Manang para aclimatarse a la altura. Se trata de pasar un mínimo de 2 noches a 3.500m antes de continuar la ruta. Una opción consiste en quedarse en el pueblo en plan relax, sin hacer nada. Pero lo ideal es realizar alguna excursión por los alrededores, para subir metros, y dormir después a una altura inferior.
Hay varios destinos interesantes:
1. Ice Lake: un lago situado a unos 4.600m de altura, que desde Braka implica hacer frente a un desnivel de +1.150m. Todo un reto, aunque perfecto de cara a la aclimatación. Sin duda la excursión más dura de todas.
2. Milarepa’s Cave: una cueva a unos 4.000m, situada al pie del Annapurna III y cerca de un pequeño Gompa. También se inicia desde Braka.
3. Praken Gompa: un monasterio a unos 4.000m de altura al que se accede desde Manang. Aquí habita una anciana encantada de recibir visitantes, a los que bendice y obsequia con un cordel en el cuello a cambio de 100R.
4. Gangapurna Lake: ubicado a 3.500m, al pie del glaciar del Gangapurna. Es la excursión más modesta, aunque ofrece unas buenas vistas de los alrededores. El inicio también está en Manang.
Yo en teoría podía haber continuado la ruta, porque ya había dormido una noche en Ghyaru y otra en Braka. Pero preferí dedicar una jornada adicional a acabar de aclimatarme a la altura. Y, como no, elegí la caminata hasta el Ice Lake. En cuando a Pelayo y Lidia, ellos tenían previsto realizar una excursión al día siguiente que ya les hubiera servido como aclimatación extra. Pero Lidia estaba muy preocupada con el mal de altura, e insistió en subir también al Ice Lake. Así que Pelayo se unió a nosotros muy a regañadientes.
EXCURSIÓN AL ICE LAKE
La novedad de la mañana fue que pudimos dejar las mochilas grandes en una de las habitaciones, y partimos hacia el Ice Lake equipados solo con una mochila pequeña. ¡Cómo se notó el cambio! El día amaneció frío, pero de nuevo con un cielo despejado y sol reconfortante. Así que al poco ya estaba en manga corta. La mayor parte del recorrido la realicé en solitario, porque Pelayo y Lidia subieron a un ritmo excesivo, y yo preferí tomarme las cosas con calma. Ganando altura poco a poco; bebiendo sorbos de agua de forma regular; y sacando infinidad de fotos. Y aun así, el ascenso fue criminal, con rampas interminables que casi acaban con mi paciencia. Además, pasada la barrera de los 4.000m aparecieron los primeros síntomas del mal de altura: ligero dolor de cabeza; se me hinchaban las manos; y me costaba mantener el equilibrio.
Por suerte el paisaje fue un espectáculo, y me ayudó a olvidar todos mis males. Las vistas del valle eran fenomenales, y se veía el río Marsyangdi, Old Braka, Manang, el Lago Gangapurna con sus aguas de color azul turquesa… Además, al otro lado del valle se elevaban enormes montañas de más de 7.000m de altura, como los Annapurnas II, IV y III; el Gangapurna; el Tilicho Peak… Con sus cimas nevadas y aspecto desafiante. Pasé por un par de miradores y daba la sensación que alargando la mano podía tocarlas. También vi Chortens con banderas de oración, muy fotogénicos; y algún buitre volando.
Hacia el final de la ruta la nieve comenzó a invadir peligrosamente el sendero. Pero conseguí llegar sin problema a un pequeño lago, que me ofreció algunas de las mejores imágenes de todo el AC. El lago estaba casi helado; por su orilla caminaba un grupo de Yaks; y de fondo las cumbres nevadas y un cielo azul sin rastro de nubes. Me quedé sin palabras. Una gran recompensa. Y unas fotos memorables.
Tras unos 20 minutos caminando llegué al Ice Lake, de dimensiones mayores, y rodeado de montañas peladas. ¡Lo había conseguido! Aquí me reuní con Pelayo y Lidia, y nos sentamos un rato a descansar. Por la mañana me había acercado a la panadería de Braka (todo un lujo) y había comprado dos Cinnamon Rolls (215R). Y decidí compartirlos con ellos, pues lo peor de la jornada ya había pasado. Aunque no nos quedamos mucho tiempo, porque los 4.600m de altura se notaban, y comenzó a soplar un viento frío importante.
El regreso a Braka fue una gozada, con la satisfacción de haber cumplido una vez más los objetivos del día. Pelayo y Lidia bajaron a toda pastilla, y yo continué a mi ritmo, disfrutando cada segundo de aquel paisaje excepcional. No paré de sacar fotos, y no hice más porque tenía el sol de frente y algunas no quedaban bien. De camino me encontré con caras conocidas que subían, como Daniel, que iba con dos compis nuevos; o la pareja de República Checa. El tramo final sí que bajé al trote, pero porque el terreno era resbaladizo, con pequeñas piedras, y era la mejor opción. Las vistas de Old Braka desde las alturas eran increíbles. Parecía un escenario de El Señor de los Anillos (me recordaba a Helms Deep). Y al final llegué a la guest house. En total, habían sido unas 7 horas de excursión, muy bien aprovechadas.
ETAPA 7: BRAKA – MANANG / Distancia: 2km / Desnivel ganado: +90m / Tiempo: 0,5h
En la guest house recuperamos nuestras mochilas grandes, pagamos la cuenta, y comenzamos la etapa. Me hizo gracia encontrarme allí al chaval de Manchester que conocí en el alojamiento de Tal. Comía a dos carrillos, y volví a comprobar que el inglés del norte es realmente difícil de entender. Lidia mientras, al ser estudiante de Medicina, tuvo que echar un vistazo a una chica que se había torcido el tobillo.
La ruta no tuvo mucha historia. Recorrimos la polvorienta pista principal sin parar a hacer fotos. Y llegamos a Manang (3.540m). Este animado pueblo es el último contacto con la civilización antes de llegar al otro lado del Thorong La. Aquí acaban su recorrido los vehículos que transportan pasajeros y mercancías. Y hay numerosas tiendas que venden todo tipo de productos. De hecho, en Manang puedes incluso visitar un museo local. O un pequeño cine donde proyectan a diario películas de temática montañera, estilo Siete Años en el Tíbet o Tocando el Vacío.
Cuando llegamos a Manang ya atardecía, así que nos centramos en buscar una guest house para pasar la noche.
ALOJAMIENTO: NILGIRI HOTEL – Gratis
*Puntos a favor: habitación doble para mi solo; tranquilidad por la noche; precio.
*Puntos en contra: sin agua caliente.
Una vez más, Pelayo obró milagros y consiguió otra noche gratis a cambio de cenar y desayunar en la guest house. Yo llegué bastante cansado tras el tremendo esfuerzo realizado. Una vez instalado en la habitación me abrigué bien, y bajé al comedor. Allí estuvimos charlando y bebiendo té con leche mientras preparaban nuestra comida/cena, y el dueño de la guest house encendía la estufa de leña. Y al rato ya estaba engullendo un generoso plato de Chicken Fried Rice (por fin algo de carne tras unos días a base de verduras). Precio: 400R.
Después de cenar, me quedé pegado a la estufa, leyendo y revisando mis fotos. Y antes de irme a dormir, me comí un trozo de Apple Pie casero que estaba delicioso (150R). A esas alturas de la ruta cualquier dosis de energía era bien recibida.
De regreso en mi habitación, me metí rápidamente bajo las mantas, ya que el frío era tremendo. Aunque mi cuerpo no solo se quejaba del frío: tenía la cara y los labios quemados tras la excursión al Ice Lake; una molesta rozadura en el muslo; las uñas de los pies castigadas por el descenso a Braka; un ligero dolor de cabeza; el estómago revuelto; y la nariz congestionada. Eso sin contar la desagradable sensación de llevar varios días sin ducharme. Pero daba igual. Porque cuando cerré los ojos lo único que tenía en la cabeza eran las espectaculares imágenes de una jornada memorable.
ETAPA 8: MANANG – YAK KHARKA / Distancia: 18km / Desnivel ganado: +510m / Tiempo: 6h
El día comenzó con mi alarma sonando a las 6h, aunque me volví a quedar dormido, y no me puse en pie hasta las 6,30h. El caso es que no importó mucho, porque nos sirvieron el desayuno con retraso, casi a las 7h, y me dio tiempo a realizar los preparativos habituales. Esta vez tocó desayuno ligerito: 2 tostadas con mermelada (mucho más finas que el día anterior) y un café con leche. Precio: 250R. La noche fue muy tranquila, y solo me desperté una vez porque se me había atascado la nariz y no podía respirar (tras sonarme volví a caer rendido). Pero como se acercaba el momento cumbre de la ruta y tenía un ligero dolor de cabeza, decidí empezar a tomar Diamox de forma preventiva, y cayó la primera pastilla.
A las 7,30h comencé a caminar, una jornada más junto a Pelayo y Lidia. En el centro de Manang tuvimos que pasar un control de los permisos ACAP y TIMS; llené mis dos cantimploras en una Water Station (100R); y compré pañuelos de papel en una tienda (3 paquetes 100R), porque entre mi congestión nasal y las visitas al lavabo ya andaba bajo mínimos. En Manang pasamos junto a Paredes Mani con ruedas de oración; un par de Chortens; y vimos a un pastor con su rebaño de cabras de largo pelaje bajando por la avenida principal. Pero continuamos avanzando.
Desde Manang se pueden realizar un par de excursiones interesantes (además de las que indiqué para aclimatarse a la altura):
1. La más larga es la que lleva hasta el Tilicho Lake, uno de los lagos situados a mayor altura de todo el mundo (4.920m). Por el camino, paisajes alucinantes dominados por montañas como el Tilicho Peak o la Grand Barriere. Pero esta excursión requiere de un mínimo de 2 jornadas adicionales, y yo no tenía tiempo disponible, así que tuve que renunciar a ella. En cambio Pelayo, Lidia y el resto de gente que había conocido durante la ruta (Daniel, la pareja de República Checa…) sí que la iban a hacer. Me dieron mucha envidia…
2. Una opción más modesta consiste en tomar el desvío NATT que sigue la ruta del Tilicho Lake hasta la población de Khangsar. Y desde allí enlazar con la ruta principal hacia el Thorong La. Este desvío tan solo añade un par de horas extras a la etapa. Así que como me gustó lo que leí de Khangsar, decidí seguir por aquí y continuar un tramo más en compañía de Pelayo y Lidia.
El camino duró algo más de hora y media, atravesando un territorio realmente árido. El valle se ensanchó mucho, aunque el río Marsyangdi bajaba con un caudal bastante modesto. Y a nuestra izquierda, montañas nevadas que acababan frente a nosotros en la cima del Tilicho Peak. En un punto tuvimos que cruzar un puente colgante que sorteaba el río Thorong Khola, y continuamos sin problema hasta llegar a Khangsar (3.745m). Aquí llegó el momento de despedirme de Pelayo y Lidia, intercambiando abrazos y besos. La verdad es que me lo había pasado muy bien con ellos, y me dio pena verlos partir. Pero así es la vida…
DESCUBRIENDO KHANGSAR
Como iba sobrado de tiempo (o eso creía), decidí sentarme en la terraza exterior de una guest house. La encargada era una amable señora que justo acababa de lavarse el pelo bajo un grifo de agua helada. Me tomé 3 tazas de té con leche. Y mientras preparaba la comida que encargué, le dejé la mochila grande y me fui a dar un paseo por el pueblo.
Mi guía no engañaba, y el desvío a Khangsar fue todo un acierto. Se trata de una población tradicional donde cada rincón era digno de una fotografía. Sus casitas de piedra, con ventanas y balcones de madera tallada, y techos con montones de paja apilada; un Chorten pintado de blanco; una Pared Mani con ruedas de oración; banderas de colores… Un lugar encantador. Tanto que me perdí embobado por sus calles, y casi se me pasa la hora de comer.
De regreso en la terraza de la guest house, me estaba esperando un abundante plato de Vegetable Fried Rice, que me dejó como nuevo (475R). Aunque pasé algo de frío, porque el cielo se nubló, y se notaba que la altura ya era considerable.
UN ACCIDENTADO TRAMO FINAL
A eso de las 12h me puse en marcha hacia el lugar donde había previsto pasar la noche. Yo pensaba que consistiría en un tramo no muy exigente, pero nada más lejos de la realidad… Y eso que los comienzos fueron espectaculares. A medida que fui ganando altura, las panorámicas de Khangsar con las montañas nevadas de fondo me dejaron sin palabras. Y poco después llegué a un llano donde había un grupo de Yaks pastando que quedaban geniales en las fotos, frente a las imponentes cumbres. ¡Aquello era de película!
Tras una dura subida llegué a un cruce de caminos, y seguí la dirección del cartel que indicaba T.L. (deduje que eran las siglas de Thorong La). Pero tras media hora caminando sin parar, deshaciendo parte de la altura ganada, me crucé con una pareja francesa, y me dijeron que me estaba dirigiendo hacia el Tilicho Lake (también T.L.). Así que me tocó dar media vuelta, con un enfado importante. Porque estas eran las jornadas más delicadas del AC, y cualquier esfuerzo innecesario se podía pagar caro. Qué rabia me dio…
Ya en el sendero correcto, llegué a un mirador desde el que disfruté de unas vistas insuperables. Al sur se extendía el Valle de Marsyangdi y la población de Manang. Y al norte, el Valle de Thorong Khola, más estrecho, culminando en el paso del Thorong La. Por primera vez tenía ante mi el principal obstáculo del AC, y sabía que superarlo no iba a ser sencillo.
A continuación, me tocó descender hasta el río Thorong Khola. Pero buena parte de la pista estaba cubierta por peligrosas placas de hielo, que me obligaban a caminar sobre ellas a cámara lenta; o a evitarlas como podía. En fin, con paciencia llegué al fondo del valle, crucé el río por un puente colgante, y continué por la orilla derecha. Y allí me esperaba un ascenso interminable para enlazar con el camino que venía directo de Manang. Yo a esas alturas estaba muerto: me costaba respirar, me dolía la planta del pie derecho, me detenía de forma regular para beber agua… No podía con mi alma. Sin duda fueron mis peores momentos de todo el AC.
Una vez en el camino directo, la ruta continuó con constantes subidas y bajadas que casi acaban con mi maltrecha moral. Durante unos minutos me interné en un valle distinto, que ofrecía una gran panorámica del río, con las cimas nevadas de los Chulus de fondo (4 montañas de unos 6.500m de altura). Pero el resto del camino ya no tuve fuerzas ni para desenfundar mi cámara. Por suerte, a las 16h pasadas, con el sol ya ocultándose tras las montañas y un frío importante, conseguí llegar a Yak Kharka (4.050m). No me lo podía creer…
El centro de Yak Kharka consiste en 3 hoteles y poco más, así que me puse a buscar habitación inmediatamente.
ALOJAMIENTO: GANGAPURNA HOTEL – Gratis
*Puntos a favor: habitación espaciosa para mi solo; cama doble; tranquilidad por la noche, gracias a las paredes de piedra maciza del edificio; precio.
*Puntos en contra: lavabo exterior con agua fría (con el grifo abierto de forma permanente, porque sino por la noche se congelan las cañerías).
Esta vez me sentí muy orgulloso, porque fui yo solito el que consiguió la habitación gratis, a cambio de cenar y desayunar en el hotel (¡sin ayuda de Pelayo!). Y encima con la complicidad de la encargada, que con una mirada me indicó que no le dijera nada a la pareja francesa, que apareció justo detrás de mi, y sí que pagó.
Nada más llegar, encargué la cena, y me refugié en mi habitación, tapado hasta las cejas para entrar en calor, porque no paraba de temblar. A las 18,30h fui al comedor del hotel, ubicado en una planta superior, y me senté solo en una mesa. Esta vez decidí probar otra especialidad de Nepal: los Momo. Son una especie de Tortellini grandes, y pedí un plato con Momo de Pollo (muy ricos) y Verduras (demasiada cebolla). Para acompañar, té con leche. Y de remate, un trozo de Apple Pie, como siempre delicioso. Precio: 800R (todo era mucho más caro que en jornadas anteriores).
A continuación me acerqué a la estufa de leña, donde ya había un grupo de huéspedes, y me uní a la charla. Estaba la pareja francesa (hablaban un español más que correcto, ya que vivían en el País Vasco Francés, y habían viajado varios meses por Sudamérica); un inglés del Lake District que estaba haciendo el AC en bici (¡con un par!); una chica de Tasmania (alucinante); y dos amigos suecos (que llevaban el peso de la conversación y se mostraron muy interesados por la situación política en Cataluña). Me encantan estos ambientes cosmopolitas. Pero a eso de las 20h decidí regresar a mi habitación, pues necesitaba descansar de cara a la siguiente jornada.
Durante la cena me tomé otro Diamox y la verdad es que dormí como un tronco. La única pega de este medicamento: que es muy diurético. Y durante la noche tuve que salir en un par de ocasiones para utilizar el lavabo exterior, en pantalón corto y chanclas, con un frío espectacular. Pero después me metía en mi saco de dormir, bajo dos edredones, y me volvía a quedar frito.
CONCLUSIÓN
La etapa 7 consiste en realizar una excursión desde Braka o Manang. Si te encuentras bien físicamente, de todas las opciones que existen te recomiendo la subida al Ice Lake. Por los paisajes que ofrece, y porque representa un buen test para comprobar tu adaptación a la altura.
Por lo que respecta a la etapa 8, si dispones de tiempo suficiente únete a la mayoría de montañeros y visita el Tilicho Lake. En cambio, si como me ocurrió a mí vas con los días contados (o te fallan las fuerzas), te recomiendo desviarte unos kilómetros para visitar Khangsar, y acabar la jornada alojado en Yak Kharka.
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