Recta final del Annapurna Circuit, contemplando un amanecer único rodeado de gigantescas montañas, y descubriendo el casco antiguo de Ghandruk
Las etapas 16 a 18 del Annapurna Circuit me devolvieron a las montañas, superando de nuevo los 3.000m de altura. De camino, poblados tradicionales; espesos bosques; y cumbres emblemáticas. La etapa 16 fue un ascenso durísimo, aunque a cambio descubrí la aldea de Ghara. En las etapas 17 y 18 me desvié de la ruta clásica, y recorrí la mitad del conocido como Ghorepani-Ghandruk Loop. Disfrutando de las vistas desde Gurung Hill, y explorando Old Ghandruk, para acabar bajando hasta Nayapul.
ETAPA 16: TATOPANI – GHOREPANI / Distancia: 14km / Desnivel ganado: +1.670m / Tiempo: 7,5h
El día empezó a las 6h en el Dhaulagiri Lodge de Tatopani (1.200m). Y a las 6,30h ya estaba en el restaurante del hotel, con ganas de desayunar. Pero me encontré el local a oscuras, y no se escuchaba el ruido habitual procedente de la cocina. Y eso que la noche anterior había encargado el desayuno, indicando que la hora era muy importante, ya que tenía que afrontar una larga jornada. Pues ni con esas… Así que cuando un cuarto de hora más tarde apareció uno de los camareros con cara de dormido, decidí cancelar el desayuno, y largarme de allí. Moraleja: el Dhaulagiri Lodge es un lugar inmejorable para alojarse, pero hay que evitar a toda costa su restaurante.
A esas horas Tatopani todavía estaba despertándose. Y abandoné el pueblo ahorrándome los controles de los permisos ACAP y TIMS, porque los puestos estaban cerrados. Al cabo de unos minutos crucé el río Kali Gandaki por un puente colgante. Y me interné en el Valle del Ghar Khola, uno de sus principales afluentes. La mañana era fresca, y avancé a buen ritmo, cruzando un bosque que de vez en cuando permitía buenas vistas, con arrozales en terraza y alguna vivienda.
Tras más de 2 horas de subida casi constante, comencé a ver las primeras imágenes de Ghara (1.700m), una población hindú cuyas casas están pintadas de color blanco y naranja. Aquí me tiré un buen rato explorando el lugar, porque estaba lleno de detalles interesantes. Las panorámicas del pueblo eran espectaculares, con hileras de viviendas tradicionales situadas en diferentes niveles, rodeadas de campos de cultivo, y con las montañas de fondo. Y cuando me sumergí en sus calles mi cámara echaba humo.
Había lugareños por todas partes: ancianas sentadas al sol (algunas con piercings en la nariz y muchos pendientes); mujeres con cestos a la espalda cargando piedras; niños jugando; una fuente donde la gente llenaba cubos de agua y lavaba la ropa… Además, en cada rincón había animales de granja (enormes bueyes, ovejas, cabras, gallinas…); recipientes con cereales secándose al sol; ropa tendida… Incluso encontré un pequeño altar en la base de un árbol, cubierto con pinturas de colores. Sin duda, Ghara fue la visita estrella del día. Por suerte lucía el sol, y pude sacar buenas fotos.
Otro motivo para enamorarme de esta población fue encontrar en sus afueras una guest house donde por fin pude hacer un alto para desayunar. Hasta ese momento caminé con el estómago vacío, porque todos los restaurantes que veía estaban cerrados. Y esta guest house no solo ofrecía desayunos, sino una terraza cubierta con unas vistas increíbles del valle. El matrimonio propietario era un encanto, y no faltaba ni un detalle (¡hasta las mesas tenían manteles blancos!). Como estaba hambriento pedí una tortilla francesa; 2 Chapatis (pan indio) y Pan Tibetano, untado con la mermelada de manzana que había comprado en Marpha; y 2 cafés con leche. Todo por 500R. Acabé a reventar, listo para continuar la ruta.
TRAMO FINAL HASTA GHOREPANI
Desde Ghara, el resto de la etapa se dividió en 3 partes:
1. El camino continuó subiendo por el valle, intercalando interminables filas de escaleras con tramos de bosque. Esta parte estaba muy mal señalizada, con escasas marcas de pintura. Y en un par de ocasiones tuve que preguntar a algún lugareño, para asegurarme que iba en la dirección correcta. Al cabo de un rato llegué a la población de Shikha (1.935m), con casas de piedra gris y tejados de pizarra. Desde el sendero pude contemplar buenas vistas. Y mientras caminaba por su avenida principal tuve que pasar un control de mis permisos ACAP y TIMS.
2. Desde Shikha el sendero no dio tregua, en forma de escaleras o pistas de tierra. Durante un buen rato subí a un ritmo muy fuerte. Y es que ya llevaba 2 semanas de entreno, incluyendo jornadas por encima de los 4.000m de altura. Así que mis piernas respondieron a la perfección. La única pega: el peso de la mochila, que se me clavaba en los hombros y era realmente molesto. Por el camino me encontré a una de las parejas francesas que estaban alojadas en Tatopani.
De vez en cuando algún crío se dirigía a mí diciéndome «orange». Yo al principio pensaba que era porque iba con una camiseta naranja, pero más tarde descubrí que en la zona abundan los cultivos de naranjas y mandarinas, y los chavales me estaban intentando vender el producto. Vaya tela… Al pasar junto a una tienda, decidí hacer un alto para reponer fuerzas. Me comí unas galletas de coco, 2 mandarinas (así las probé) y una Coke. Precio: 210R. De nuevo en ruta, llegué a Chitre (2.400m), un pueblo de escaso interés donde no me entretuve mucho. La anécdota se produjo cuando apareció de la nada una señora medio desnuda que se estaba cambiando de ropa junto a su casa. Menos mal que no me pilló cámara en mano, si no aun me toca salir del pueblo a la carrera…
3. El tramo final de la etapa fue muy diferente al resto. La pista continuó ganando altura, pero esta vez atravesando un bosque tropical, con vegetación exuberante y troncos cubiertos de musgo. De vez en cuando aparecían casas pintadas de blanco y naranja; arrozales en terraza; o vistas de alguna cumbre nevada, cada vez más cubiertas de nubes. Reconozco que las piernas comenzaban a flojear tras tantas rampas. Pero conseguí llegar a Ghorepani (2.850m) según lo previsto. Una población que me recibió envuelta en una espesa niebla.
ALOJAMIENTO: THE HUNGRY EYE GUEST HOUSE – 50R/Noche
*Puntos a favor: habitación espaciosa para mi solo; encargada muy simpática y atenta (de vez en cuando soltaba alguna palabra en español); wifi gratis; precio.
*Puntos en contra: agua fría; lavabo compartido.
Una vez instalado, me senté en una mesa junto a la estufa, y decidí merendar. Nada mejor que un Apple Pie (sencillamente delicioso) acompañado de un café con leche. Precio: 380R.
Ghorepani (que significa literalmente «agua de caballo») es una moderna población sin atracciones turísticas. En sus calles solo había alojamientos, tiendas, puestos de recuerdos, y montañeros deambulando. Y encima la niebla imposibilitaba contemplar las vistas de los alrededores. Así que hasta la hora de cenar me quedé en la mesa (¡era la única al lado de la estufa). Estuve revisando fotos, leyendo, utilizando el wifi, y charlando con el guía de un grupo de turistas, que me aportó información interesante. Pero al rato apareció un ruidoso grupo de chinos, que en cuestión de segundos rodearon la estufa y se cargaron la atmósfera del lugar (en eso son expertos).
Para cenar pedí un plato de Spaghetti con salsa de tomate, cebolla y queso, que estaba riquísimo. Lo acompañé con un litro de agua tratada (mismo sistema que en una Water Station). Precio: 480R. Y una vez con el estómago lleno, decidí huir del escándalo que formaban los chinos y refugiarme en mi habitación. Aunque no estaba a salvo, porque la chimenea de la estufa atravesaba mi habitación: algo perfecto para no pasar frío, pero por el agujero se colaban sus risas y conversaciones en voz alta. Eso sin contar que no paraban de correr por las escaleras, haciendo temblar el edificio. Son lo peor.
Por suerte los chinos se fueron a dormir a una hora prudente (imagino que su guía tomó cartas en el asunto). Y pude pasar una noche tranquila.
ETAPA 17: GHOREPANI – GHANDRUK / Distancia: 17km / Desnivel perdido: -920m / Tiempo: 7h
Al día siguiente, la jornada comenzó a las 5h, y a las 5,30h ya estaba en el exterior, con mi mochila y linterna frontal, listo para partir. Como era tan temprano, no hubo opción a desayunar algo. Iba muy abrigado, pero por suerte el frío era soportable.
Desde Ghorepani la ruta oficial del AC desciende hasta Nayapul siguiendo el Valle de Baraudi Khola, y pasando por las poblaciones de Tikhedhunga y Birethanti. Dos etapas finales realmente sencillas, haciendo noche en Ulleri (2.070m). Pero yo decidí complicarme las cosas y tomar un desvío muchísimo más duro, que pasaba por Tadapani y Ghandruk, con magníficas vistas de las montañas.
El motivo de ponerme en marcha tan temprano era poder ver la salida del sol desde una colina cercana. La práctica totalidad de turistas que visitan Ghorepani contemplan el amanecer desde Poon Hill, un lugar completamente masificado (hacia allí iba el grupo de chinos de mi hotel). Después regresan a sus alojamientos a desayunar, y continúan la ruta. Pero yo opté por iniciar la etapa sin perder tiempo, y ver el amanecer desde Gurung Hill, una colina que me pillaba de camino hacia Tadapani, situada en el lado opuesto del valle, a la misma altura que Poon Hill. La tarde anterior lo hablé con un guía, y me dijo que era la opción más razonable, pues las vistas son idénticas. Y que si ellos iban a Poon Hill era para dar más negocio a los hoteles de Ghorepani (por los desayunos).
La ruta comenzó sin concesiones. Con un fuerte ascenso por interminables tramos de escaleras, atravesando el bosque en medio de la noche. Menos mal que estaba en plena forma, y subí casi sin parar. Una vez en Gurung Hill (3.200m) hubo unos minutos de indecisión, pues no sabía si estaba en el lugar adecuado, y no había nadie a quien preguntar. Pero al final me conseguí ubicar, y me preparé para disfrutar del espectáculo.
Cuando comenzó a salir el sol el paisaje que apareció ante mi me dejó sin palabras. Al fondo del valle estaban las cumbres nevadas del Dhaulagiri (8.172m), el Tukuche (6.920m), y el Nilgiri (7.061m). Y a mi derecha se erguían en primer plano el Annapurna South (7.219m) y el Machapuchare (6.993m); y algo más lejos el Annapurna I (8.091m) y el Hiunchuli (6.441m). Una de las mejores vistas de todo Nepal, con un cielo completamente despejado (toda una suerte teniendo en cuenta la niebla que cubría Ghorepani el día anterior). Poco a poco el sol fue tiñendo las montañas de naranja. Y el silencio era absoluto. Mientras, en la cercana Poon Hill se veía un montón de gente recorriendo la cima. No paré de sacar fotos. Pero al final estaba helado tras un buen rato sin moverme, y decidí continuar la ruta.
RUMBO A TADAPANI
El sendero siguió cuesta abajo, y al poco llegué a Deurali (2.960m), un asentamiento con un par de guest houses, y varios puestos de recuerdos que vendían todo tipo de objetos: collares, anillos, pulseras, máscaras, ropa de lana, figuras… Yo a esas alturas estaba que me moría de hambre, así que entré en una guest house y me senté en una mesa del comedor dispuesto a desayunar. Pedí una tortilla francesa, un Pancake y un Chapati (que unté con mi mermelada de manzana), y dos tazas de café con leche (todo por 640R). Mientras comía, estuve charlando con un montañero de San Francisco que viajaba con un amigo, y se disponía a realizar el trekking del Annapurna Base Camp.
Tras recuperar energías, me puse en marcha. El camino continuó descendiendo de forma vertiginosa hasta el fondo del valle, cruzando el bosque. Las indicaciones brillaban por su ausencia, y en algún cruce se hacía difícil deducir la dirección correcta. Pero por suerte me fui orientando. El día era soleado, y cuando el bosque se abría podía contemplar vistas geniales del Annapurna South y el Machapuchare, levantándose muy por encima de los árboles.
Pasé por Ban Thanti (2.195m) (otro asentamiento sin importancia); crucé el río Baraudi Khola por un puente de madera; y me tocó recuperar gran parte de la altura perdida por el otro lado del valle. Las rampas fueron durísimas, y acabé casi sin respiración, empapado en sudor. Este tramo de bosque era realmente selvático, con helechos enormes, musgo colgando de los árboles, coloridas flores, y una pequeña cascada.
Una vez en Tadapani (2.630m) me encontré con una desagradable sorpresa. El único interés de esta población es un mirador que hay en el centro, y ofrece una espectacular panorámica de las montañas, destacando sobre el resto el Annapurna South y el Machapuchare. Pero cuando llegué las nubes lo cubrían todo. En fin, ya que estaba decidí comprar algo para picar en una tienda cercana, y sentarme a ver si las nubes daban un respiro. Pero el dueño me debió tomar por tonto: me quería cobrar 80R por las mismas galletas de coco del día anterior (el doble). Y… ¡80R por una manzana! Yo alucinaba. Y encima el hombre se enfadaba conmigo, alegando que en Jomsom le cobraban el quilo a 400R. Claro, claro… Acabé comprándome una Fanta por 220R, y me largué de Tadapani.
TRAMO FINAL HASTA GHANDRUK
Desde Tadapani tocó otro descenso interminable hacia el fondo del Valle de Modi Khola, que duró algo más de dos horas. A veces por tramos de escaleras, y otras por piedras resbaladizas que ponían a prueba mi equilibrio. De camino pasé por la población de Bhaisi Kharka (ningún interés). Y continué cruzando espesos bosques muy atmosféricos. Eso sí, a parte del lejano canto de algún pájaro, no había ni rastro de fauna.
Por fin, tras una jornada agotadora, llegué a Ghandruk (1.940m), una población habitada por la etnia Gurung. Mi guía de viajes advertía que era bastante difícil encontrar el casco antiguo del pueblo. Así que no tardé en preguntar a los lugareños. Y uno de ellos me llevó hasta el inicio del sendero que conducía a Old Ghandruk. Además, a escasos metros, encontré un lugar fantástico para pasar la noche (o eso pensaba…).
ALOJAMIENTO: SNOW LAND LODGE – 100R/Noche
*Puntos a favor: habitación espaciosa para mí solo, en una casa tradicional realmente pintoresca, con ventanas de madera tallada y tejado de pizarra; ubicación perfecta, alejada del pueblo, rodeada de jardines, y con unas vistas increíbles de las montañas; lugar a cargo de una joven realmente simpática y atenta; precio.
*Puntos en contra: comedor sin estufa; lavabo exterior; agua fría.
Aunque lo peor estaba por llegar. Bien entrada la noche apareció un grupo de chavales que invadió el resto de habitaciones del piso superior, y montó un escándalo insoportable: gritos, portazos, carreras… Tuve que pegar cuatro voces, y durante un rato pareció que surtieron efecto. Pero entonces llegó el turno de la pareja alojada en la habitación de al lado, que se puso «manos a la obra» como si no hubiera nadie más en la casa. Y encima mi Ipod se quedó sin batería… Un auténtico coñazo.
EXPLORANDO OLD GHANDRUK
Una vez instalado en la habitación, me liberé de la mochila grande, y salí volando a visitar el casco antiguo de Ghandruk. Desde el inicio del sendero las vistas eran sencillamente espectaculares. Ante mí se extendía un mar de casas tradicionales ubicadas al borde del valle, rodeadas de vegetación. Tenían dos plantas, la inferior con un porche con columnas de madera; y la superior con ventanas de madera tallada pintadas de colores. Los tejados eran de pizarra, y se aguantaban con ayuda de postes. Sin duda, una de las poblaciones tradicionales más pintorescas de todo el AC.
Tras disfrutar de la panorámica, bajé a recorrer las calles. No había ni un solo turista, y estuve un buen rato paseando, observando cada detalle: patios interiores con ropa tendida y niños jugando; animales de granja (caballos, gallinas, terneros…); mazorcas de maíz secándose al sol; flores; montones de madera apilada… Me encantó descubrir este lugar.
Desde Old Ghandruk continué la visita del resto del pueblo, pero era mucho menos interesante, y pronto acabé regresando a la guest house. Allí me senté en el porche a descansar. Al rato apareció la chica encargada con la comida, y me quedé a cuadros… Había pedido Spaghetti con salsa de tomate y queso, y la ración era minúscula, servida en un cuenco de sopa (300R). Con el hambre que tenía… Solución: cuando acabé me acerqué al restaurante de una guest house cercana, y me senté en el comedor para una segunda comida. Pedí una Pizza de tomate y queso (450R). Estaba malísima, pero por lo menos llené el estómago. Cuando salí al exterior, ya era noche cerrada, y no tenía mi linterna frontal. Así que volver a mi guest house fue toda una aventura.
Después de descansar un rato en mi habitación, bajé a cenar. Un sandwich de tomate y queso muy rico, con el pan tostado, acompañado de una Coke de medio litro. Precio: 500R. No tardé mucho en volver a la habitación, porque en el comedor de la guest house hacía bastante frío. Mientras escribía, en el jardín de la guest house un grupo de chavales había encendido una hoguera y cantaban canciones, creando una atmósfera muy agradable. En esos momentos no sabía que más tarde aquellos lugareños se iban a convertir en mi peor pesadilla… Suerte que al final, tras horas de insomnio, el cansancio me venció, y acabé quedándome dormido.
ETAPA 18: GHANDRUK – NAYAPUL / Distancia: 15km / Desnivel perdido: -915m / Tiempo: 1,5h
Al día siguiente, la jornada comenzó de la misma forma que acabó: voces, gente corriendo, golpes… Y eso que apenas eran las 6h… ¡Vaya última noche de ruta! A las 6,30h salí al exterior, y me encontré con el grupo de chavales haciendo el tonto por el jardín. Estaba tan enfadado que si se me acerca uno lo tiro por el barranco… Pero por lo menos hubo 3 cosas que me alegraron la mañana:
1. El día estaba algo más despejado, y desde el jardín pude ver entre brumas la cumbre del Machapuchare. Su nombre significa «cola de pez» en nepalí, por su curiosa forma. Y es una montaña sagrada cuya escalada está prohibida.
2. A las 7h en punto apareció la encargada con el desayuno. Puntualidad máxima, y menú delicioso: huevos revueltos, Brown Potatoes, Pan Tibetano (untado con mi mermelada de manzana), y un café con leche. Precio: 450R. Menos mal, porque tras la escasa cena del día anterior, me temía lo peor.
3. No tenía que pasar una segunda noche en aquel lugar. Así que a las 7,30h abandoné la habitación y me puse en marcha.
Una vez dejé atrás Ghandruk, el sendero se convirtió en un tramo de escaleras en continuo descenso. De camino, bonitas vistas del Valle de Modi Khola, con extensos arrozales en terraza y viviendas tradicionales. Aunque el día se había vuelto a nublar, y no permitía buenas fotos. También me crucé con algún lugareño. Pasé por la pequeña aldea de Chane. Y al cabo de una hora de ruta llegué a Kimche (1.640m).
En Kimche comenzaba una pista por la que podían circular vehículos. Mi idea inicial era caminar hasta Birethanti. Pero ese tramo no tenía nada de especial. Y encima, en Kimche empecé a recibir ofertas de transporte. La primera la rechacé, porque se trataba de un autobús que todavía estaba vacío. Pero la segunda… Un 4×4 que estaba a punto de partir (conmigo se completaba el vehículo); que iba directo a Pokhara; y por un precio más que razonable (800R). Difícil resistirse. Así que acepté, y arrancamos en cuestión de segundos.
El trayecto duró un par de horas. Mi mochila viajó en la parte superior del 4×4, y yo en un asiento trasero, con espacio suficiente. Hasta Nayapul (1.070m) recorrimos tramos de pista llenos de baches. En esta población tuve que bajar para pasar el último control de mis permisos ACAP y TIMS. Así acababa el Annapurna Circuit. De una forma mucho menos épica de lo que me había imaginado, tras más de 2 semanas de esfuerzo continuado. Pero con una gran satisfacción.
En Nayapul conectamos con la carretera principal, ya asfaltada; dejamos atrás las montañas; y nos fuimos adentrando en la civilización hasta llegar a Pokhara. Allí me estaba esperando una ducha caliente; una cerveza Everest bien fría; y una buena cena para celebrar que había superado con nota el reto del AC.
CONCLUSIÓN
La etapa 16 es realmente dura, con casi 1.700m de desnivel positivo. Lo normal es que tras tantos días de caminata estés en plena forma y no te suponga un obstáculo insalvable. Pero si no lo ves claro y cuentas con tiempo suficiente, puedes partir en dos la etapa, pasando la primera noche en Shikha.
En cuanto a las etapas 17 y 18, te recomiendo que continúes por el Ghorepani-Ghandruk Loop. Así tendrás para ti solo las mismas vistas que las hordas que invaden cada mañana la cima de Poon Hill; y conocerás Ghandruk, una de mis poblaciones favoritas de todo el AC. La gente suele realizar este recorrido en 3 etapas, durmiendo la primera noche en Tadapani y la segunda en Ghandruk. Yo lo hice en 2 etapas porque no me quedaba tiempo y me sentía en forma. Como todo en el AC, esto ya dependerá de ti.
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