Contemplando arte soviético a orillas del río Dnieper, entre docenas de estatuas, relieves y memoriales, además de dos siniestros circos
Dnipro es una importante ciudad situada a orillas del Dnieper (de ahí su nombre), un río que divide Ucrania entre el este, donde predomina la cultura rusa; y el oeste, más próximo a Europa. Dnipro fue fundada por Catalina la Grande en el año 1776 con el nombre de Ekaterinoslav en pleno periodo de expansión del Imperio Ruso, que acababa de salir victorioso de la Guerra Ruso-Turca y había incorporado los territorios controlados por los Cosacos. En tiempos de la URSS fue rebautizada como Dnipropetrovsk, en honor al líder del Partido Comunista Ucraniano. Y se convirtió en un centro industrial de primer orden, albergando la sede de Yuzhmash, la principal compañía estatal dedicada al diseño y fabricación de cohetes espaciales y misiles nucleares. Por este motivo la ciudad estuvo cerrada a cualquier visitante extranjero durante décadas, y todavía hoy su aspecto es claramente soviético.
En el año 2014 los conflictos con Rusia en Crimea y la región del Donbas provocaron que el nombre se abreviara a Dnipro y se retirara una de las últimas estatuas de Lenin. Pero aun es posible contemplar numerosos ejemplos de arte soviético, entre los que destacan sus dos Circos, un Teatro de Verano o diferentes Memoriales.
VIAJE: ODESSA – DNIPRO
Un trayecto de 450km para el que utilicé por primera vez el tren. Compré el billete a través de la página web oficial de la compañía nacional de ferrocarril, y al momento recibí un correo con la tarjeta de embarque. Yo elegí viajar en Segunda Clase, en un compartimento cerrado para 4 pasajeros, y pagué 480G. El trayecto duraba 12 horas así que escogí un tren nocturno y me ahorré el alojamiento de ese día.
Por la mañana desalojé mi habitación del Hotel Lyon d’Opera, y como no quería estar todo el día cargando con la mochila grande me pasé por la Estación de Tren de Odessa, la dejé en la consigna (35G) y me dediqué a pasear por la ciudad. Un par de horas antes de la salida la recuperé y me senté a leer en una sala de espera llena de gente. A continuación me dirigí al andén indicado, donde ya esperaba el tren bajo una lluvia intensa. Allí accedí a mi vagón; y encontré mi sitio (tras alguna confusión de escasa importancia).
La verdad es que el lugar me sorprendió gratamente: tenía asignada una cama en la parte superior de una litera, con almohada, sábanas y edredón; buena limpieza; dimensiones correctas; y un arcón para guardar mis mochilas. Incluso me dieron una pequeña toalla para asearme. Me esperaba unas condiciones mucho más precarias…
El tren se puso en marcha a las 20.50h con puntualidad británica y no tardé en estirarme en la cama a descansar. Junto a mí viajaron dos ucranianos: un tipo entrado en carnes que roncó con fuerza en algunos momentos; y un abuelete que no paraba de hacer ruidos extraños con la boca. Pero bueno, yo puse música en mi iPod y conseguí dormir un número de horas razonable. Al día siguiente, a las 8.45h, llegamos a la Estación de Tren de Dnipro. Desde allí tenía 2,3km hasta el lugar donde había decidido alojarme, así que llegué caminando.
ALOJAMIENTO: SWEET HOME HOSTEL – 225G/Noche
*Puntos a favor: habitación privada; buena ubicación, a escasa distancia a pie de los principales lugares de interés; wifi rápido; nevera compartida; servicio de comidas realmente económico; dueño (Sergei) muy amable; precio.
*Puntos en contra: colchón incómodo; mobiliario viejo.
Aunque esto no fue ni mucho menos lo peor. Dnipro no es una ciudad turística y mi visita tuvo lugar en plena crisis del coronavirus, con lo cual pensaba que el hostel estaría desierto. Pero en cambio me encontré alojado a un numeroso grupo de estudiantes universitarios árabes (de Marruecos y Egipto), que no paraban de hablar a gritos y dar golpes a cualquier hora del día y la noche. Fue un auténtico agobio. Eso sí, Sergei se portó genial y al llegar me ofreció ocupar una habitación privada (costaba 360G) por el mismo precio que la cama que había reservado en uno de los dormitorios compartidos. Era pequeña y sin ventanas, pero por menos de 7€ la noche no me puedo quejar…
Una vez instalado hice una compra de comida en un supermercado ATB cercano; y desayuné en el comedor del hostel un croissant de chocolate, un plátano, un yogurt, y un café servido por Sergei (10G). El día anterior había cenado a las 18h y estaba que me moría de hambre. A continuación preparé la mochila pequeña y salí a conocer la ciudad.
EXPLORANDO DNIPRO
Durante el siglo XIII comenzaron a establecerse en las inhóspitas estepas de Ucrania central (conocidas como Wild Fields o Zaporozhia) grupos de colonos llegados por diferentes motivos: criminales que huían de la justicia, aventureros, campesinos sin tierras… Esas gentes recibieron el nombre de Cosacos (del turco Kazak, que significa “hombre libre”), y poco a poco se organizaron militarmente, formando ejércitos que destacaban por su fiereza en el campo de batalla. Entre los siglos XVI y XVIII jugaron un papel fundamental en la región, formando efímeras alianzas con las diferentes potencias de la época: la Alianza de Polonia y Lituania, el Imperio Otomano y el Zar de Rusia.
Su centro de poder estaba en la Isla de Khortytsya, situada al sur de Dnipro, a tan solo 85km de distancia. Allí se construyó en el año 1554 el Sich, un fuerte de madera donde se reunían sus líderes (llamados Hetmanes). Durante mucho tiempo los Cosacos de Zaporozhia pertenecieron oficialmente a la Alianza de Lituania y Polonia, porque se les permitía mucha libertad. Pero cuando la situación cambió, en 1648 decidieron crear su propio estado, el Hetmanato Cosaco, que pasó a depender del Zar de Rusia. Esta alianza no tardó en hacer aguas, y los Cosacos fueron perdiendo independencia hasta que en el año 1764 Catalina la Grande ordenó la disolución del Hetmanato y la destrucción del Sich.
Esto fue lo más interesante de mi recorrido por el centro de Dnipro:
1. Lazar Globa Park: un parque donde hay varios ejemplos de arquitectura soviética. Tiene un lago con un espectacular Teatro de Verano en un extremo; una estatua del Principito sentado sobre un globo terráqueo; y montones de patos. Además destaca el Memorial de la Liberación de Dnipro, con un relieve donde aparecen varios soldados del Ejército Rojo; un Parque de Atracciones (con una noria y todo); y una Estación de Tren infantil. El recinto está realmente descuidado, y durante mi paseo vi construcciones abandonadas, paredes pintadas con grafitis y escaleras que se caían a trozos. Pero esto también es parte de su encanto.
No muy lejos del Lazar Globa Park hay un antiguo Circo soviético rematado por la figura de una trapecista sosteniendo una estrella. No está operativo y lo rodea un muro de piedra que impide el acceso, pero al menos pude subirme a un lugar elevado y hacer fotos del exterior (ante la mirada de sorpresa de los lugareños).
2. Rocket Park: la empresa más importante de Dnipro es Yuzhmash, y en su honor hay un parque donde se exponen 3 cohetes espaciales a tamaño real. La imagen es sorprendente. En un lateral se encuentra un Memorial dedicado a las víctimas de la Guerra del Donbas, con fotos personales de los fallecidos.
3. Avenida Dmytra Yavornitskoho: es la principal arteria comercial de Dnipro, llena de tiendas con escaparates y rótulos curiosos; edificios de estilo soviético adornados con torres, esculturas y relieves; pequeñas terrazas; gente paseando; ruidosos tranvías recorriendo la parte central de la avenida… Su pendiente es bastante pronunciada, y en función de en qué sentido la recorras tus piernas lo acaban notando.
4. Teatro de Música y Arte Dramático: se encuentra a un par de calles de la avenida. Tiene una fachada con relieves soviéticos donde se representan diferentes escenas de la historia de Ucrania. Y está coronado por la figura de una mujer que sostiene una máscara y una flauta.
Tras unas horas caminando necesitaba hacer un alto para entrar en calor y utilizar el lavabo, así que entré en una lujosa cafetería y me senté a tomar un café con leche. Vino acompañado de un vaso de agua (con limón y menta), y solo me costó 54G (menos de 2€). En Ucrania te puedes permitir ciertos caprichos sin miedo a que tu bolsillo sufra las consecuencias.
MAS LUGARES DE INTERES
A continuación ya estaba listo para seguir con mi itinerario por el centro de Dnipro:
5. Shevchenko Park: en este parque se puede visitar la Catedral de la Transfiguración, el templo ortodoxo más importante de la ciudad. Fue construida en el año 1835, es de color naranja y tiene una fachada de estilo neoclásico con columnas y un capitel; y una cúpula dorada. Dentro hay muy poca luz, con un tránsito constante de feligreses rezando y poniendo velas a sus santos preferidos.
6. ATO Museum: se encuentra junto a Shevchenko Park y está dedicado a la Guerra del Donbas, un conflicto al que el gobierno ucraniano se refiere como ATO (Anti-Terrorist Operation). Por si no quedaba claro el recinto también recibe el nombre de Museum of Russian Agression in the East of Ukraine. La entrada es gratuita y consiste en un patio al aire libre donde se exponen vehículos destrozados, carteles de las poblaciones ocupadas con numerosos agujeros de bala, fotografías épicas (como unos niños saludando a los soldados ucranianos), etc… Hay paneles con detalladas explicaciones en inglés y merece la pena dedicarle unos minutos.
7. Monument of Eternal Glory: situado al final de la Avenida Dmytra Yavornitskoho, se compone de un altísimo pedestal con la estatua de una mujer sosteniendo una antorcha; y en la base una serie de relieves con otros personajes.
Durante todo el día el cielo estuvo muy nublado, con fases donde cayó una fina lluvia. Por suerte no hizo demasiado frío, aunque no paré de cruzarme con lugareños abrigados como si estuvieran en Siberia. Mi idea era continuar el recorrido, pero a las 15h ya había muy poca luz y comenzó a llover con más fuerza, así que decidí volver al hostel. Por cierto, me llamó la atención no ver perros o gatos por las calles.
Por la mañana Sergei me había comentado que su mujer cocinaba y podía cenar en el hostel, así que acepté y a las 20h me senté en el comedor. El menú consistió en sopa de verduras; una albóndiga de carne acompañada de espagueti y remolacha; un Nalysniki (crepe) relleno de queso dulce; y un té. La calidad dejó bastante que desear, pero es que todo me costó tan solo 60G (¡menos de 2€!). A mi lado había un grupo de trabajadores de una fábrica que también se alojaban en el hostel (¡?) y comían como animales, sorbiendo la sopa y hablando con la boca llena. Con lo cual no pasé ni un minuto más de lo necesario en el comedor.
De nuevo en mi habitación me dediqué a leer y escribir, rodeado de gritos, risas, puertas que se abrían y cerraban, móviles sonando… Como así era imposible dormir me mantuve activo todo lo que pude, pero es que a las 2h de la madrugada seguía la fiesta. En una ocasión salí a pedir a los chavales que dejaran de hacer ruido, aunque a esas edades ya se sabe… Al final me quedé dormido por puro cansancio. Sweet Home mis narices…
UN PASEO POR EL RÍO DNIEPER
La jornada comenzó con las consecuencias de una noche tan ajetreada: no escuché mi alarma, despertándome más tarde de lo previsto; y estaba agotado tras dormir apenas 5 horas. Pero no me quedó otra que ponerme en pie, desayunar, coger mis cámaras de fotos y salir a la calle.
El plan del día era recorrer un paseo de varios kilómetros que sigue la orilla del Dnieper. Este río, que nace en territorio de Rusia y desemboca en el Mar Negro, es el cuarto más largo de Europa con 2.200km. En el pasado la navegación del tramo entre Dnipro y Zaporizhia era complicada a causa de los rápidos; y se pescaban enormes esturiones de 1500kg de peso. Pero en el año 1932 se construyó una planta hidroeléctrica en Zaporizhia que hizo subir el nivel del río y alteró el paisaje por completo. A cambio, hoy día es posible realizar cruceros de una semana entre Kiev y Odessa.
Mi hostel estaba ubicado a un par de minutos del Dnieper, así que caminé hasta el inicio de la ruta y me dirigí hacia el este, visitando los siguientes lugares de interés:
1. Parus Hotel: su construcción comenzó en el año 1973 aunque por diferentes motivos nunca llegó a acabarse. Tras la independencia de Ucrania grupos de ladrones se llevaron cualquier objeto de valor, incluidas las puertas, y hoy día este enorme hotel está abandonado. Hace unos años era muy sencillo colarse y subir hasta la azotea, que ofrece unas vistas insuperables. Pero como suele ocurrir en estos casos, se produjeron accidentes y el gobierno construyó un muro alrededor del edificio que impide el acceso.
Yo di una vuelta por las inmediaciones del hotel, contemplando su siniestra fachada desde diferentes ángulos, pintada con la bandera de Ucrania y numerosos grafitis. En algún blog de viajes leí que tras el muro hay un vigilante de seguridad acompañado de varios perros agresivos, pero la verdad es que no vi nada.
2. Poplavok Restaurant: un local con forma de platillo volante situado sobre las aguas del río que data de 1976. Cerca de la entrada está el Wall of Street Art, un muro con montones de grafitis muy originales.
Esta zona inicial del paseo se encuentra en un estado muy precario, con restos de construcciones en ruinas, basura y algún que otro personaje sospechoso. Pero después continua por un parque que durante mi visita (otoño) ofrecía un aspecto magnífico, con árboles de diferentes colores y el suelo cubierto de hojas secas.
3. Memorial a los Soldados Fallecidos en la Guerra de Afghanistan: una escultura llena de dinamismo al más puro estilo soviético.
4. Iglesia de San Juan Bautista: fue inaugurada en el año 2010 y está coronada por una estatua del apóstol sosteniendo una cruz dorada.
5. Central Bridge: un puente decorado con relieves de estilo soviético. Había visto alguna foto donde aparecían de color dorado, pero ahora son negros (imagino que por el paso del tiempo).
6. Dnipro Circus: a diferencia del que vi el día anterior, este todavía se encuentra operativo. Es de forma circular, con un ondulante tejado coronado por figuras de animales. Sobre las diferentes entradas hay carteles con dibujos infantiles. Y las puertas tienen bonitos detalles, como pomos con forma de cabeza de león. Yo aproveché que había charcos de agua para hacer fotos con el circo reflejado en ellos. Me encantó.
A escasos metros está el edificio donde se alojaban los artistas y el Dnipropetrovsk Hotel, ambos con fachadas de estilo soviético. Por lo que pude leer, alojarse en el Dnipropetrovsk es como viajar a la antigua URSS. En Booking una habitación para dos personas salía por 600G, aunque mucha gente se queja de sus instalaciones anticuadas (no se puede tener todo).
Después de estas primeras visitas me dirigí a la Avenida Dmytra Yavornitskoho en busca de algún sitio para llenar el estómago.
COMIDA: REPORTER
Un local recomendado por mi guía de viajes y coincido plenamente. Yo elegí una mesa de su elegante cafetería, aunque también tiene un restaurante en el primer piso. Hay menú en inglés y pedí Borsch con pan de ajo; Vareniky rellenos de patata y champiñones; y una jarra de cerveza. La comida me gustó mucho y el ambiente era genial, con música agradable, grupos de lugareños y camareros muy atentos. Precio: 291G. Repetiría sin dudarlo.
Eso sí, tengo que admitir que el Reporter no fue mi primera opción. Antes probé en el Papa Karla (cerrado por reformas) y en el Café Myshi Blyakhera (cerrado por algún motivo que desconozco). Por suerte no estaban demasiado lejos.
MAS LUGARES DE INTERES
Tras la comida regresé al río Dnieper y continué la ruta en el punto donde la dejé:
7. Ball of Desires: una enorme esfera de mármol de color verde ubicada sobre un pedestal con muy buenas vistas del río. En la orilla opuesta pude ver entre la niebla chimeneas, naves industriales y enormes bloques de pisos, algunos con sus fachadas cubiertas por lonas pintadas con curiosos dibujos. De haber tenido más tiempo me hubiera gustado explorar esa zona.
8. Monastyrskiy Island: se accede por un puente peatonal, y recibe este nombre porque durante el siglo XVIII los Cosacos construyeron un monasterio en la isla. Su extremo occidental está ocupado por el frondoso Parque Taras Shevchenko, con la Iglesia de San Nicolás (que data del año 1999) y una imponente estatua del famoso poeta. Y a lo largo de la mitad oriental hay una serie de playas muy populares en verano. Yo me limité a dar un breve paseo porque el tiempo no acompañaba nada. Por cierto, en la base del puente descubrí un espectacular grafiti.
9. Motuzkovyy Park: está junto al puente peatonal y su atmósfera no puede ser más decadente, con escaleras de piedra destrozadas, un edificio soviético abandonado donde se ubicaba un restaurante (el Nautilus), ruidosos cuervos revoloteando… Aunque también pude disfrutar de bonitas imágenes otoñales, con árboles llenos de color, madres paseando con sus hijos, puestos de café… Mi cámara de fotos echaba humo.
10. Palace of Pioneers: para llegar pasé al lado de un puente sobre el río por donde discurre la vía del tren (quedaba genial con sus arcos reflejados en el agua). Después me tocó caminar un buen rato siguiendo la carretera principal, con un tráfico intenso y tramos en obras. Y por último me desvié a la izquierda y recorrí un sendero entre enormes bloques de pisos en construcción. Por suerte el esfuerzo mereció la pena.
El Palace of Pioneers es un edificio futurista inaugurado en el año 1990, poco antes del colapso de la Unión Soviética. En esa época todos los alumnos de entre 9 y 14 años eran automáticamente miembros de la Pioneers Organization (una especie de Boy Scouts), y cada ciudad tenía un “Palacio” donde se organizaban de forma gratuita conciertos, charlas, exposiciones, cursos… El de Dnipro es impresionante, como una nave espacial, con ojos de buey, chimeneas y puentes. Una señora que barría la entrada me animó a rodear el Palacio, y no paré de encontrar rincones interesantes. Muy recomendable.
Después de esta última visita ya estaba oscureciendo, hacía bastante frío y no tenía ganas de deshacer a pie todo el camino, con lo cual utilicé la app de Uber. Y en un par de minutos apareció un taxi que me dejó en la puerta del hostel por 60G.
Una vez en mi habitación me dediqué a leer y escribir. Y como no tenía mucha hambre solventé la cena con un plátano y galletas. A continuación me preparé para otra noche de ruidos, pero a eso de la 1h reinó la calma y pude dormir sin incidentes (quizás porque la mujer de Sergei estaba de guardia en la recepción).
EL MUSEO DE HISTORIA NACIONAL
Al día siguiente amanecí con nuevos sobresaltos: a las 6h de la mañana se escucharon voces y golpes que me desvelaron y ya no pude volver a dormir. Según me explicaron más tarde, eran los trabajadores de la fábrica que comenzaban su turno, sin importarles si molestaban a alguien. Vaya tela… Por lo menos era mi última noche en el hostel y eso me dio ánimos, así que desayuné, preparé mis mochilas y caminé hasta un último lugar que quería visitar antes de marcharme de Dnipro: el Museo de Historia.
*Horario: 10h – 17h (lunes cerrado)
*Precio: 50G
*Fotografía: ok
Este Museo fundado en el año 1849 es uno de los más antiguos y completos de Ucrania. Desde su apertura no dejó de crecer gracias a las donaciones de colecciones privadas y a los hallazgos en las excavaciones arqueológicas de diferentes Kurgans (túmulos funerarios) de la región. En la sección dedicada a la Antigüedad se pueden ver vasijas, figuras de barro, el esqueleto de un mamut, joyas de oro de los Escitas… También hay salas dedicadas a los Cosacos y al Imperio Ruso, con multitud de objetos (fotos, documentos, armas, ropa, un carruaje…). Por último, la primera planta trata sobre el periodo de la Unión Soviética, y contemplé carteles de propaganda comunista, libros, medallas, recortes de periódicos de la época…
En cada sala hay una señora vigilando, todas muy amables. Y realicé la visita completamente solo, con un ambiente relajado. Aunque el Museo tiene una pega importante: no hay carteles con explicaciones en inglés, y hasta los códigos QR dirigen a textos en ruso o ucraniano. Esto hizo que no me enterara del significado de muchas cosas. Pero bueno, incluso así merece la pena la visita.
Cuando pensé que ya había acabado, me esperaban dos sorpresas en el exterior del Museo:
1. Estelas de Kurgan: son bloques de piedra que representan figuras antropomorfas. Se ubicaban en la parte superior o los alrededores de los Kurgans en memoria de la persona allí enterrada. Eran utilizados por diferentes culturas, desde los Escitas hasta los Kipchak (pueblos nómadas de origen turco que habitaron las estepas durante la Edad Media). Junto al Museo hay un jardín con docenas de estelas realmente espectaculares. Fue sin duda lo que más me gustó, y se puede ver gratis.
2. Vehículos militares: en la parte trasera del edificio hay un par de tanques, un camión lanza misiles y varios cañones.
Tras visitar el Museo regresé al hostel, recuperé mi mochila grande y me despedí de Sergei para continuar hacia el este de Ucrania. En condiciones normales me hubiera quedado una noche más en Dnipro, pero la situación en el Sweet Home era inaguantable y preferí continuar mi ruta.
CONCLUSION
Mi recorrido hacia el este de Ucrania me llevó hasta Dnipro, una ciudad de marcado ambiente soviético con un montón de edificios y esculturas que datan de esa época. De hecho yo pensaba que toda Ucrania era así, hasta que descubrí que esto solo sucede en la mitad oriental del país, a la derecha del río Dnieper. Te recomiendo dos días completos para explorar el lugar con calma. Y evitar a toda costa el ruidoso Sweet Home Hostel, que convirtió mi estancia en una experiencia desagradable.
En un principio mi plan era realizar una excursión a Zaporizhzhya, a 2 horas de autobús de Dnipro, para visitar la Isla de Khortytsya, donde se reunían los Hetmanes Cosacos. Pero lo dejé correr porque sin vehículo propio era complicado (la isla está apartada de la ciudad y es enorme). Además los días ya empezaban a ser muy cortos; el tiempo no acompañaba; y hay poco que ver a parte de algún edificio reconstruido.
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