Visitando la antigua capital de Montenegro, con mansiones señoriales, un interesante museo de historia y excursiones a una cueva cercana
Cetinje es una población ubicada a 650m de altura, a escasa distancia del Monte Lovcen, y se trata de un lugar muy especial entre los habitantes de Montenegro. Fue fundada en el año 1482 por Ivan Crnojevic, que trasladó aquí la capital del Principado de Zeta (origen de Montenegro) y la sede de la Iglesia Ortodoxa, huyendo de la amenaza del Imperio Otomano. Al final Cetinje cayó en 1499, igual que el Reino de Serbia unas décadas antes. Pero los clanes que vivían en las montañas consiguieron mantener vivas sus tradiciones, liderados por un Vladika (príncipe-obispo), y se convirtieron en el último reducto de la cultura Serbia Ortodoxa, al margen del dominio Otomano.
Tras la independencia de Montenegro Cetinje continuó siendo la capital del país, hasta que en 1946 se reubicó a Podgorica, por entonces conocida como Titograd, en homenaje al Presidente de Yugoslavia. Aunque todavía conserva importantes instituciones oficiales, como el Museo Nacional, el Ministerio de Cultura o el Palacio Azul (residencia del Presidente). A nivel turístico destacan el Monasterio de Cetinje, las antiguas Embajadas y la cercana Cueva de Lipa.
VIAJE: KOTOR – CETINJE
Entre estas poblaciones tan solo hay 40km de distancia y debería ser un trayecto sin mucha historia. Pero la ruta directa es un festival de curvas cerradas y rampas durísimas, así que los autobuses prefieren dar un rodeo y circular por carreteras menos exigentes. Yo me acerqué el día anterior a la Terminal de Kotor para informarme de los horarios y comprobé que entre 8h y 20h hay como mínimo una salida cada hora. Tras desalojar mi habitación de Art Guesthouse dejé la mochila grande a cargo del propietario y me fui con lo imprescindible para pasar unos días.
Una vez en la Terminal me dirigí a la taquilla con la intención de comprar el billete, pero el encargado no tenía cambio de 50€. Por tanto tuve que esperar a que llegara el vehículo (un minibús) y pagar directamente al ayudante del conductor (5€). Curiosamente esto me permitió ahorrarme 1€ respecto al precio de la taquilla. A continuación ocupé un asiento junto a la ventana y nos pusimos en marcha con puntualidad.
El trayecto duró hora y media. Primero recorrimos la costa pasando por Tivat y Budva, dos importantes centros turísticos, con bonitas vistas de acantilados y playas de aguas turquesa. Y después enfilamos una subida interminable a velocidad de tortuga. El motor se ahogaba y nos adelantaban hasta los camiones. Como para intentar la ruta directa con ese trasto… En fin, sorteado el desnivel pudimos avanzar a buen ritmo y llegamos a la Terminal de Cetinje, situada en el centro del pueblo. En total el rodeo alargó el viaje 12km más.
LOS ORIGENES DE MONTENEGRO
Durante la Edad Media surgieron en los Balcanes dos principados de origen eslavo. Por un lado Raska, en las inmediaciones de Novi Pazar (Serbia); y por otro Duklja (más tarde conocido como Zeta), en la zona de la actual Podgorica. Con el paso del tiempo Raska se convirtió en el epicentro del Reino de Serbia, gobernado por la dinastía de los Nemanjic. Y en el año 1186 Stefan Nemanja aprovechó un periodo de guerras internas para incorporar Zeta al reino. Sus destinos se mantuvieron unidos dos siglos, hasta que en 1371 Stefan Uros V falleció sin descendencia y Serbia se fragmentó en diferentes señoríos feudales, entre ellos el Principado de Zeta.
En 1389 el Imperio Otomano derrotó a los Serbios en la Batalla de Kosovo y poco a poco fue adueñándose de la región. Ante esta situación el príncipe Ivan Crnojevic cambió varias veces la ubicación de la capital de Zeta, y plantó cara a los Otomanos con el apoyo de la República de Venecia. Hasta que al final acabó retirándose a las montañas, donde fundó Cetinje.
UN PASEO POR CETINJE
Como todavía era muy temprano para hacer el check-in en el alojamiento que había reservado y viajaba ligero, decidí no perder tiempo y comenzar a visitar Cetinje bajo un sol de justicia. Estos son sus principales lugares de interés:
1. Iglesia Vlah: fue construida en 1450, aunque el templo actual data de 1864. En el exterior destacan dos Stecak (tumbas medievales) con forma de sarcófago. Una de ellas está decorada con un relieve donde aparece un hombre a caballo con una lanza. Son las únicas tumbas que se conservan de una necrópolis que tenía más de 150. También llama la atención la verja que rodea la iglesia, fabricada con los cañones de los rifles Otomanos capturados durante la Batalla de Grahovac. La puerta estaba cerrada así que no pude visitar el interior.
Frente a la Iglesia Vlah hay una bonita escultura sobre un pedestal que representa a una mujer con una espada. Es conocida como el Hada de Lovcen y fue inaugurada en 1939 en recuerdo de los 350 ciudadanos que fallecieron ahogados cuando su barco se hundió durante un viaje desde América para defender el país en la Primera Guerra Mundial.
2. Calle Njegoseva: es peatonal y constituye la principal avenida de Cetinje. Yo la recorrí de norte a sur, descubriendo un montón de edificios interesantes, la mayoría de principios del siglo XX. Destacan la antigua Embajada de Francia (con coloridos azulejos, hoy día alberga la Biblioteca Nacional); el Palacio Djukanovic (tiene una fachada decorada con esculturas y sorprendentemente es la vivienda privada de una pareja de abueletes); el antiguo Banco de Montenegro (contiene el Museo de la Moneda); y el Ministerio de Cultura (con una imponente entrada flanqueada por columnas y estatuas). Delante de cada uno hay carteles con información en inglés ideales para realizar un recorrido por libre.
También hay varios edificios en ruinas, pero mi visita coincidió con un Festival de Arte y se les habían añadido detalles curiosos (flores, dibujos…). Otros parecen abandonados aunque no hay que fiarse: en uno estuve a punto de entrar a investigar y de repente apareció una abuela que se sentó junto a la puerta.
Al sur de la Calle Njegoseva hay varios cafés y restaurantes con animadas terrazas; y un extenso parque de enormes árboles. En esta zona me gustaron el Palacio Azul (residencia oficial del Presidente de Montenegro); la antigua Embajada de Inglaterra (hoy día una Academia de Música); y el Hotel Grand, de estilo modernista.
3. Teatro Real Zetski Dom: una elegante sala de actos donde tienen lugar funciones de ópera, ballet y arte dramático. Me conformé con verlo desde fuera.
4. Embajada de Rusia: es un espectacular edificio de estilo Barroco, pintado de color naranja, cubierto de relieves y esculturas, y con una elaborada verja que rodea el patio (mejor luz para la fotografía por la tarde). Actualmente es la sede de la Facultad de Bellas Artes.
5. Monumento a Ivan Crnojevic: se trata de una escultura de bronce que representa al fundador de Cetinje. Fue inaugurada en el año 1982 coincidiendo con el 500 aniversario de la ciudad y tiene un punto modernista, con manos y pies de tamaño desproporcionado.
6. Iglesia de la Corte: construida en 1886 sobre las ruinas aun visibles del Monasterio de Crnojevic, demolido por los Otomanos en el año 1692. Estaba cerrada y no pude visitar el interior, que alberga las tumbas de Ivan Crnojevic y Nikola I (el último monarca de Montenegro).
7. Museo Nacional: ocupa una serie de edificios históricos de finales del siglo XIX vinculados a la familia real y el gobierno de la capital, como el Palacio de Nikola I, la Embajada de Serbia, el Palacio de Petar II Petrovic-Njegos o el Parlamento. Todos contienen diferentes exposiciones y se pueden visitar de forma separada o comprando un billete conjunto, esto ya depende de los gustos de cada uno.
Yo elegí el Museo de Historia, ubicado en el antiguo Parlamento (Vladin Dom). La entrada cuesta 3€ y pasé una hora muy entretenido, cruzándome con tan solo dos personas. El Museo se compone de varias salas que repasan la historia de Montenegro, desde el Paleolítico hasta la independencia del país en el 2006. Hay numerosos carteles en inglés y además la encargada de la taquilla me dio un folleto lleno de información. Durante mi recorrido vi esculturas y relieves, joyas procedentes de necrópolis, libros medievales, fotos antiguas de Cetinje, armas y uniformes de diferentes épocas, reproducciones de frescos… A ver, no es el Louvre, pero se le puede dedicar un rato.
8. Monasterio de Cetinje: situado sobre el lugar donde se levantaba el Palacio de Crnojevic, hogar de la corte del Principado de Zeta, que también fue arrasado por los Otomanos. El primer edificio data de 1704, aunque su aspecto actual es fruto de la última reconstrucción realizada en 1927. El exterior es magnífico, con columnas que reutilizan viejos capiteles del monasterio original, y la entrada es gratuita. Pero lo único destacable es una pequeña capilla cubierta de frescos. El Tesoro del monasterio solo se abre para grupos con guía; y las reliquias sagradas (como la mano de San Juan Bautista) únicamente se muestran al público en ocasiones especiales. Así que no tardé en marcharme.
Me hizo gracia un monje que no paraba de dar vueltas controlando que la gente no hiciera fotos y vistiera con decoro (a la que se descuidó hice un par de los frescos). En la puerta del Monasterio había una mujer y varios niños pidiendo limosna.
9. Eagle´s Rock: consiste en un peñasco situado en las afueras de Cetinje al que se accede por una pista asfaltada que arranca en las inmediaciones del Monasterio y cruza un tramo de bosque. Es un paseo de apenas un cuarto de hora aunque en constante subida, y como tenía prisa llegué sin respiración. Eagle’s Rock destaca por dos cosas. Primero por la gran panorámica de Cetinje, donde aparecen el Monasterio, coloridas viviendas, y el impresionante paisaje kárstico que rodea la población, con rocas de color blanco que sobresalen de entre la espesa vegetación. Es el mejor mirador de la zona.
Segundo porque en Eagle’s Rock está la tumba de Danilo I, un Vladika (príncipe-obispo) fundador en 1697 de la Dinastía Petrovic-Njegos, que gobernó Montenegro durante más de 200 años. La tumba se compone de un sarcófago de piedra y un baldaquino decorados con relieves. Durante mi visita estuve completamente solo y pude hacer buenas fotos. Aunque el cielo se había cubierto de nubes que proyectaban molestas sombras y a veces me tocó esperar.
Tras esta última visita me hubiera gustado sentarme a comer algo porque me moría de hambre. Pero ya eran las 15h y todavía quedaba un lugar que me había propuesto conocer, así que regresé al centro y continué con la ruta.
EXCURSION A LA CUEVA DE LIPA
La Cueva de Lipa fue descubierta por casualidad durante el siglo XIX. En un principio se accedía por el techo pero los soldados del ejército Austro-Húngaro crearon la entrada actual para abastecerse de agua en un río subterráneo. Cuenta con 2,5km de galerías y cámaras a diferentes niveles y es la única cueva de Montenegro que está abierta al público (desde el año 2015).
El Centro de Visitantes se encuentra a 5km de Cetinje y decidí viajar en Taxi. Para ello caminé hasta la Terminal de Autobús, donde había varios vehículos aparcados; pregunté a un conductor; y como el precio me pareció correcto (5€) nos pusimos en marcha al momento. Una vez en el Centro de Visitantes compré el billete (10,9€) y me senté en la terraza de una cafetería anexa, donde al menos me tomé un café con leche y un helado para calmar a mi estómago (3,6€). Allí me pude relajar al sol durante media hora tras una jornada maratoniana, con unas vistas geniales de las montañas.
Antes de viajar a la cueva había consultado los horarios de visita en su página web y elegí la última del día, a las 16h. Llegado el momento una guía nos hizo subir a un tren un tanto ridículo para desplazarnos hasta la entrada de la cueva y comenzamos el recorrido. La verdad es que acabé muy contento. El grupo era reducido (unas 12 personas); dedicamos 40 minutos a explorar las cámaras (tiempo suficiente); la fotografía está permitida (sin flash); y la guía aportó datos interesantes, pero al mismo tiempo nos dejaba a nuestro aire (yo siempre iba al final del grupo, a bastante distancia, disfrutando de la atmósfera, y no me dijo nada).
Durante la visita contemple techos cubiertos de estalactitas, varias columnas naturales, formaciones curiosas, agujeros creados por el agua… También los daños causados por el terremoto de 1979, que había provocado desprendimientos y la rotura de alguna columna. Por cierto, imprescindible una chaqueta (hace bastante frío) y buen calzado (hay zonas resbaladizas). Las cuevas me parecen lugares fascinantes y me lo pasé genial. Hay otro tour llamado Adventure Tale que se adentra más en la cueva (con equipo especial) y dura hora y media. Eso sí, es necesario reservar con antelación y cuesta 50€ por persona.
De regreso en el Centro de Visitantes la guía se despidió de nosotros y caminé 2km en dirección a Cetinje siguiendo una carretera local muy poco transitada que discurre por la ladera de la montaña.
CENA: RESTAURANT BELVEDER
Este local cuyo origen se remonta al año 1888 es el más famoso de Cetinje, así que aproveché mi visita a la Cueva de Lipa para cenar aquí. Tiene una terraza enorme con una panorámica inmejorable de los alrededores (de ahí el nombre del restaurante), incluido el Lago Skadar en la distancia. Además como eran las 17.30h no había nadie y disfruté de un ambiente relajado.
Nada más sentarme me atendió un camarero muy atento y tras examinar el menú pedí una Ensalada de Tomate y Pepino; Cordero Ispod Saca (típico de la zona, cocinado bajo una tapa metálica cubierta de brasas); y una botella pequeña de vino tinto Crnogorski Vranac. Un homenaje más que merecido. Para mi sorpresa la carne no estaba caliente, pero me dio igual porque se deshacía en la boca. Acabé a reventar y el precio no fue excesivo (16,5€) teniendo en cuenta el lugar. Muy recomendable.
A continuación caminé 2km más hasta Cetinje. El sol ya se había puesto pero todavía quedaba luz suficiente para ver sin problema. La carretera local desembocó en una carretera principal sin arcén donde viví momentos de tensión por culpa de los vehículos que pasaban a toda velocidad. Al menos me consolé con la imagen del Monte Lovcen, donde destacaba la silueta del Pico Jezerski. Una vez en Cetinje me dirigí al lugar donde había previsto pasar la noche.
ALOJAMIENTO: CASA CALDA APARTMENTS – 18€/Noche
*Puntos a favor: estudio equipado con cocina y nevera; cama doble muy cómoda; ducha perfecta; limpieza extrema; mobiliario moderno; ubicación inmejorable, a escasos minutos a pie del centro; tranquilidad total por la noche; wifi rápido; aire acondicionado; familia propietaria muy amable; precio.
*Puntos en contra: no se me ocurre ninguno.
Al llegar a la entrada me recibió una chica que hablaba muy bien inglés y su suegra me condujo a la habitación, a la que no le faltaba ni un detalle. Una pena que solo iba a pasar una noche. Ya instalado salí a realizar una compra en un supermercado Idea cercano, y dediqué el resto de la noche a leer y descansar, porque al día siguiente me esperaba el Monte Lovcen.
CONCLUSION
Oficialmente la capital de Montenegro es Podgorica, pero se trata de una ciudad moderna sin lugares de interés turístico. En su lugar te recomiendo dedicar una jornada a Cetinje, que durante muchos años fue la capital del país y cuenta con numerosos edificios históricos. Además constituye una base ideal para visitar la Cueva de Lipa y el Parque Nacional Lovcen. Si quieres disfrutar de una experiencia redonda te aconsejo alojarte en Casa Calda Apartments y probar algún plato típico de la zona en el Restaurant Belveder.
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