Un conjunto de hoteles abandonados y una bonita población con numerosos edificios históricos y un interesante mausoleo
Cavtat es un tranquilo pueblo ubicado 15km al sur de Dubrovnik. Sus orígenes se remontan al siglo VI AC, cuando los Griegos fundaron una colonia en el lugar que llamaron Epidaurus. Más tarde los Romanos la rebautizaron con el nombre de Epidaurum y se mantuvo como uno de los puertos más importantes de la zona. Hasta que en el siglo VII fue arrasada por una invasión de tribus eslavas. La actual Cavtat surgió durante la Edad Media y era conocida como Ragusa Vecchia, en relación a Ragusa (hoy Dubrovnik), fundada por grupos de refugiados procedentes de Epidaurum. Constituye un buen lugar para alejarse de las hordas de turistas que recorren Dubrovnik, con un ambiente relajado y precios más económicos.
De camino a Catvat decidí hacer un alto en la Bahía de Zupa para visitar el Complejo de Kupari, una serie de antiguos hoteles de lujo que fueron bombardeados durante el Cerco de Dubrovnik y en la actualidad se encuentran abandonados. Explorar su interior es el sueño de cualquier aficionado al Urbex. Además la Bahía de Zupa cuenta con una de las mejores playas del sur de Croacia.
VIAJE: DUBROVNIK – KUPARI
La jornada comenzó tras desalojar mi habitación de Apartments & Room Lino en Dubrovnik. Antes de marcharme hablé con la encargada, le dejé la mochila grande hasta mi regreso al día siguiente y me dirigí a la Terminal de Autobús con lo imprescindible. En el exterior hacía un tiempo perfecto, con cielo azul y un sol radiante. Como aparecí en la Terminal con margen suficiente aproveché para sentarme a tomar un café con leche en la terraza de Bistro Gatto (11K).
El primer lugar de interés del día era Kupari y para llegar necesitaba el autobús nº10 que cubre la ruta entre Dubrovnik y Cavtat, con salidas cada hora. Yo lo cogí en la Terminal, pero hay otras paradas en los alrededores del Casco Antiguo (por ejemplo frente a la Estación Inferior del Teleférico).
Un vez en el autobús pagué el billete directamente al conductor (18K), me senté junto a la ventana (te recomiendo el lado derecho para contemplar el paisaje) y nos pusimos en marcha a la hora prevista. El trayecto duró 20 minutos y de camino disfruté de unas vistas excelentes, con el Casco Antiguo de Dubrovnik, el Mar Adriático salpicado de embarcaciones y Lokrum Island. Yo fui controlando mi ubicación en el mapa y me bajé en la parada más cercana a la Bahía de Zupa. Desde allí alcancé la playa a pie en 10 minutos.
LOS HOTELES ABANDONADOS DE KUPARI
En 1920 un inversor checo decidió construir en la Bahía de Zupa el Hotel Grand, uno de los primeros que comenzó a recibir turistas en la zona de Dubrovnik. Más tarde, en los años 60, el gobierno de la antigua Yugoslavia incrementó la oferta de alojamiento de la Bahía y de forma progresiva aparecieron 4 nuevos hoteles, que eran utilizados principalmente por los mandos del ejército y sus familias. El propio Presidente Josip Broz Tito tenía una residencia de verano a escasos metros. Pero en el año 1991, durante el Cerco de Dubrovnik, un grupo de soldados croatas se atrincheró en los hoteles y las tropas de Yugoslavia bombardearon los edificios. Y una vez en su poder se llevaron cualquier objeto de valor y los incendiaron con bombas de fósforo.
Hoy día, 30 años después, los hoteles permanecen abandonados y es posible acceder a ellos sin problema. Aunque sus días están contados: en el 2016 un grupo inversor adquirió los terrenos para crear un resort de lujo y el proyecto prevé la destrucción de todos los hoteles excepto el Grand. Por suerte diferentes problemas financieros y la crisis del coronavirus retrasaron su ejecución, pero todo apunta a que las obras comenzarán en el año 2022, poniendo fin a un auténtico paraíso de los aficionados al Urbex.
Yo dediqué alrededor de 4 horas a explorar los 5 hoteles. Si realizas la visita por la mañana te recomiendo el siguiente orden de cara a aprovechar la mejor luz para la fotografía:
1. Goricina II: fue construido en 1980 y uno de sus puntos fuertes es la opción de subir a la terraza para contemplar una panorámica insuperable de la Bahía de Zupa. La escalera correcta se encuentra en la parte derecha del edificio. El suelo está lleno de cristales y escombros, y hay tramos de oscuridad total que me pusieron el corazón a mil (imprescindible una linterna). Al final llegué a la última planta y salí a la terraza desde la ventana de una habitación. La imagen es épica, con una playa idílica de aguas turquesa, los hoteles de aspecto lúgubre, y las montañas de fondo. Mi cámara de fotos echaba humo (mejor luz por la mañana). Fue toda una experiencia estar allí arriba, completamente solo, mientras familias de lugareños llegaban en sus coches para pasar el día en la playa sin prestarme atención.
A continuación bajé a recorrer el resto del edificio. Me encantó su entrada de estilo modernista; el restaurante, que tiene el techo decorado con maderas de forma curvada; y los ascensores, con sus puertas oxidadas.
2. Goricina I: data de 1962 y está pegado al Hotel Goricina II. La fachada todavía luce el cartel con el nombre. Además me gustó el vestíbulo, con una estructura metálica cayéndose a trozos; un balcón con vistas a la bahía que conserva su esqueleto de madera; y algún grafiti curioso. Aquí no me atreví a subir demasiados pisos porque las escaleras se encontraban en un estado lamentable.
3. Kupari: este hotel de 1978 es gigantesco y me podría haber tirado horas investigando en sus docenas de habitaciones, pero decidí centrarme en lo importante. Destaca la piscina olímpica, llena de escombros y protegida por una cubierta de metal de la que cuelgan trozos. No es un lugar muy seguro y de vez en cuando las palomas me pegaban unos sustos tremendos. Mientras exploraba vi a dos chavales equipados con cascos de bici y no me pareció una mala idea. En el Hotel Kupari también me gustó el patio interior, con muros forrados de hiedra; y un par de escaleras de caracol.
4. Pelegrin: fue construido en el año 1963 y se encuentra en un extremo de la Bahía de Zupa. De los 5 hoteles es el que está más deteriorado, con agujeros en los techos y escaleras bloqueadas por montones de muebles, tablones de madera y escombros. Al menos pude subir al primer piso, que permite disfrutar de otra impresionante panorámica (mejor luz por la tarde). También me gustó su enorme patio interior; una zona con las paredes cubiertas de azulejos blancos (¿la cocina?); y un túnel lleno de grafitis que conecta con el Hotel Kupari.
5. Grand: sin duda es el hotel más lujoso y mejor conservado. La fachada es señorial y en el interior hay un montón de detalles interesantes. El vestíbulo mantiene intactas sus baldosas decoradas con flores, y una estructura de forma circular sostenida por columnas. Además las habitaciones todavía tienen la moqueta, muebles, y lavabos con azulejos, bañeras, espejos, colgadores y hasta alguna tapa de inodoro. También hay salas comunes con paredes empapeladas, una chimenea, elegantes escalinatas, relieves, balcones con elaboradas rejas, y numerosas puertas y ventanas (en el resto de hoteles ardieron). El edificio solo tiene dos plantas así que no tuve que subir escaleras.
La única pega del Hotel Grand fueron los mosquitos. Había por todas partes y a la que me detenía unos segundos se me lanzaban a las piernas. Al final acabé lleno de picaduras porque se aprovecharon mientras hacía fotos.
Tras este último hotel puse punto y final a mi recorrido por la Bahía de Zupa, con mi cabeza llena de imágenes alucinantes. Sin duda uno de los mejores lugares abandonados que he visto, tan solo superado por Pripyat/Chernobyl (Ucrania) y los hoteles de Tskaltubo (Georgia). Además fue una sensación extraña estar dentro de esos edificios siniestros mientras de fondo se escuchaba el sonido de las olas y las voces de la gente disfrutando de un día de playa. Difícil de explicar con palabras.
VIAJE: KUPARI – CAVTAT
Desde la bahía caminé de regreso a la parada de autobús. Como tenía los horarios de salida de Dubrovnik me limité a añadirles 20 minutos y no tuve que esperar mucho. En el interior pagué el billete (20K), y en menos de media hora ya estaba en el centro de Cavtat. A esas alturas ya eran las 15h, así que antes de ponerme a visitar el pueblo decidí comer en algún lugar porque me moría de hambre. Para ello evité el Paseo Marítimo y me dirigí a la zona de la Bahía de Tiha, situada al este, donde seguramente encontraría restaurantes con precios más asequibles.
COMIDA: PIZZERIA KABALERO
La verdad es que elegí este local al azar y acabé contentísimo. Su ubicación es espectacular, con una tranquila terraza pegada al mar que ofrece unas vistas geniales de la Bahía de Tiha. Tras ocupar una mesa me atendió una camarera muy amable y examiné el extenso menú. Al final pedí una Ensalada (de tomate, lechuga y pepino); una Pizza Konavle (el nombre de la región, con bacon, huevo y champiñones); una jarra de cerveza Ozujsko; y un café con leche. Los platos llegaron al momento, la comida rica y abundante, y el precio bastante más barato que en Dubrovnik (115K). Totalmente recomendable.
UN PASEO POR CAVTAT
Una vez con el estómago lleno dediqué el resto de la tarde a descubrir Cavtat. No fue sencillo, porque tenía una dolorosa rozadura en los muslos que me impedía caminar con normalidad. Intenté solucionar el problema poniéndome crema en el lavabo de la Pizzería, pero ya era demasiado tarde. En fin… A pesar de todo no varié mis planes ni un milímetro y visité varios lugares de interés:
1. Iglesia de San Nicolás: fue construida en el siglo XV y tiene un bonito exterior, con un rosetón; una puerta con una pequeña escultura del santo; y un campanario añadido en 1835 durante una de las reformas realizadas en el templo. Dentro hay varios altares de madera con cuadros y más esculturas.
2. Paseo Marítimo: comienza en la Iglesia y recorre la parte oriental de la Bahía de Cavta, donde se encuentra el Puerto. El Paseo cuenta con numerosos edificios históricos, algunos cubiertos de buganvillas de color morado; y cafés y restaurantes con terrazas llenas de gente a cualquier hora del día. En el tramo inicial atracan diferentes embarcaciones turísticas que organizan excursiones por los alrededores y vi un espectacular yate de lujo. En cambio hacia el final del Paseo hay barcas de pesca tradicionales con sus redes secándose al sol.
3. Monasterio Franciscano: está situado al final del Paseo Marítimo. El edificio original data del siglo XV, pero ha sido reconstruido en varias ocasiones y su aspecto es muy moderno. De hecho hoy día acoge un pequeño hotel. Es posible visitar la Iglesia anexa pero yo me la encontré en obras, con el exterior cubierto de andamios y la sala de oración llena de sacos y herramientas. No duré ni 5 minutos.
A continuación comenzó a atardecer y caminé hasta el lugar que había elegido para pasar la noche. De vez en cuando pasaban ruidosos aviones volando muy bajo, y es que Cavtat está a tan solo 5km del Aeropuerto de Dubrovnik. En temporada alta tiene que ser un coñazo.
ALOJAMIENTO: VILLA ADRIA – 215K/Noche
*Puntos a favor: habitación espaciosa; cama doble muy cómoda; baño privado con ducha perfecta; limpieza extrema; buena ubicación, a 10 minutos a pie del centro; tranquilidad total por la noche; mobiliario moderno; wifi rápido; nevera; aire acondicionado; balcón privado con una mesa (aunque junto a la carretera).
*Puntos en contra: paredes muy finas (cuando mi vecino de arriba utilizaba el lavabo parecía que entraba el agua en mi habitación).
Hice una reserva a través de Booking con un par de días de antelación y acabé satisfecho, aunque apenas pasé unas horas en la habitación. Me costó encontrar el lugar porque aparecía mal indicado en maps.me y al no tener acceso a Internet no podía consultar otras opciones. Al final conseguí orientarme y llegué a la puerta empapado en sudor tras subir dos veces una empinada cuesta. Allí me recibió la propietaria (Denise) con un cierto aire de indiferencia y me dio la llave de la habitación sin acompañarme.
Una vez instalado ya no volví a salir a la calle, solventando la cena con galletas y un zumo.
MAS LUGARES DE INTERES
Al día siguiente me desperté tras una noche de sueño impecable. Antes de dormir una familia de ingleses estuvo haciendo bastante ruido hasta medianoche, pero por suerte después reinó la calma. A continuación desayuné un plátano, galletas y 2 yogures; desalojé la habitación; y me despedí de la dueña, que me pedía una valoración de 10 en Booking (no fue para tanto, empezando por su actitud).
Desde el hotel bajé al centro de Cavtat y continué explorando la zona. Esto fue lo más destacado de mi paseo:
4. Sutjespan Península Trail: este sendero recorre la parte oriental de la Bahía de Cavtat y permite contemplar una gran panorámica del pueblo, con sus diferentes edificios históricos (incluida la Iglesia y el Monasterio) y las montañas de fondo. Además desde el extremo de la Península se ve toda la costa, con los hoteles de Kupari; el Casco Antiguo de Dubrovnik en la distancia; y varias islas. El día había amanecido soleado, pero poco a poco el cielo se cubrió de nubes oscuras y se empezaron a escuchar truenos, así que aceleré el paso. En cambio un pescador que faenaba con su minúscula barca no parecía preocupado.
Para regresar al inicio de la Península el sendero atraviesa un tramo de bosque muy atmosférico, donde vi una ardilla y los mosquitos me devoraron las piernas. El mapa indica que en este lado hay una playa, pero los árboles tapaban la costa y no encontré la forma de acceder. La ruta acaba frente al inmenso Hotel Croacia, donde un carrito de golf se dedicaba a transportar a sus clientes hasta el mar. Me hizo gracia que ante la falta de playa los turistas se conformaban con estirarse sobre el duro cemento, y ni siquiera hacía sol.
Ya en el Puerto decidí sentarme en una terraza a tomar un café con leche (20K) y escribir hasta que pasara la tormenta, aunque al final todo quedó en cuatro gotas.
5. Cementerio de San Rocco: está situado en el punto más alto de la Península de Rat y se llega por unas escaleras que arrancan cerca del Monasterio. La principal atracción del cementerio es el Mausoleo de la Familia Racic, unos adinerados vecinos de Cavtat que tuvieron un trágico final: el padre y los dos hijos fallecieron en 1918 a causa de la Gripe Española; y la madre murió solo un año más tarde. Aunque antes tuvo tiempo de encargar a Ivan Mestrovic (un famoso escultor amigo de la familia) la construcción de un Mausoleo, cuyas obras finalizaron en 1922.
El Mausoleo tiene forma octogonal, con puertas decoradas con relieves, las esculturas de dos cariátides y una cúpula coronada por un ángel arrodillado. El billete de acceso cuesta 20K y merece mucho la pena. En el interior hay 3 altares con diferentes figuras de estilo modernista; y el techo está cubierto con relieves que representan rostros de ángeles. Me encantó. Durante mi visita no había nadie y pude hacer todas las fotos que quise. Además hay disponible un papel con detalladas explicaciones en inglés.
A parte del Mausoleo el Cementerio de San Rocco ofrece unas vistas magníficas de Cavtat, con un mar de viviendas y tejados de color rojo; el Paseo Marítimo; y las embarcaciones del Puerto. Por suerte durante mi visita volvió a lucir el sol.
6. Rat Península Trail: esta ruta también comienza en el Monasterio y consiste en una pista asfaltada que bordea la Península sin apenas desnivel. De camino pasé junto a alguna playa de piedras y lugareños pescando. En el extremo de la Península hay un café ideal para sentarse a contemplar las vistas. Aunque en este punto de nuevo se empezaron a escuchar truenos y cubrí los últimos metros a toda velocidad.
COMIDA: PIZZERIA KABALERO
Si algo me gusta no me importa repetir, así que a la hora de comer regresé a este local. El timing fue perfecto, porque al poco de sentarme empezó a llover con fuerza. Esta vez pedí Ensalada; Risotto de Marisco (con mejillones, surimi y algún trozo de sepia); y una jarra de cerveza Ozujsko. De nuevo todo impecable. Precio: 116K.
Después de comer ya eran casi las 16h y tocaba volver a Dubrovnik. El día anterior valoré la posibilidad de viajar en barco para disfrutar del paisaje, pero el billete costaba 100K y el tiempo continuaba revuelto, así que lo dejé correr y opté por el autobús. Una vez en la parada de Cavtat esperé un momento y a la hora prevista apareció el autobús nº10, que en 45 minutos me dejó en la Terminal de Dubrovnik (25K). Desde allí subí las escaleras hasta Apartments & Room Lino, donde me esperaba mi habitación y una buena ducha. Así acabó mi recorrido por el sur de Dalmacia.
CONCLUSION
Cavtat es una población ideal para escapar de las multitudes que invaden Dubrovnik. Mucha gente visita este lugar en excursiones desde la ciudad, pero te recomiendo dedicarle una jornada completa, pasando la noche en alguno de sus alojamientos. Durante mi estancia en Cavtat vi agencias de viajes locales que anunciaban tours por el Valle de Konavle, pero no incluyen lugares de especial interés a parte del Fuerte de Sokol. Para cualquier aficionado al Urbex la verdadera atracción de la zona son los hoteles abandonados de Kupari, donde pasé horas explorando descubriendo rincones fascinantes. Tienen los días contados, así que deberás decidirte pronto.
Si te gustó el post, dale al like (el corazón que hay en la parte superior), deja un comentario con tu opinión, y sígueme en redes sociales