Un paseo por la moderna capital de Brasil, entre impresionantes edificios futuristas y avenidas inmensas sin apenas peatones
Mucha gente piensa que la capital de Brasil es Río de Janeiro, pero en realidad se trata de Brasilia, situada en la meseta central del país, a 1.170m de altura. Una ciudad futurista que surgió de la nada en 1960 gracias a dos personas: el presidente Juscelino Kubischek, que ordenó su construcción; y el arquitecto Oscar Niemeyer, que diseñó la mayoría de edificios públicos. El objetivo era reactivar la economía de la zona y cohesionar los diferentes estados. Aunque cuenta la leyenda que la idea surgió de un sueño profético que tuvo en 1883 San Juan Bosco (Dom Bosco), el fraile italiano fundador de la orden de los Salesianos.
Brasilia no es un lugar agradable para el peatón, con amplias avenidas, enormes distancias y un ambiente frío y sin vida (es la antítesis de Salvador). Las principales atracciones turísticas se encuentran a lo largo del Eixo Monumental, donde destacan espectaculares edificios como la Catedral Metropolitana, el Museu Nacional o el Congresso.
VIAJE: SALVADOR – BRASILIA
Un desplazamiento que comenzó muy temprano, con mi alarma sonando a las 4.30h de la mañana. Estas fueron las etapas:
1. Taxi al Aeropuerto de Salvador: el día anterior, con la ayuda de Elizabeth (la simpática encargada del Hostel Calle 13), me bajé en el móvil la app de Uber y reservé un vehículo. Todo parecía funcionar según lo previsto, y mientras me vestía recibí un mensaje confirmándome de nuevo la reserva. Pero cuando casi estaba a punto me llegó otro diciendo que no había conductores disponibles. ¿Cómo? ¿Y ahora qué hacía? Todavía era de noche y las calles estaban desiertas (imposible parar un taxi). Además del peligro que entrañaba caminar solo por el centro de Salvador; y que no iba muy sobrado de tiempo.
La verdad es que no había utilizado Uber en mi vida, pero por suerte la app es muy intuitiva; encontré un taxi disponible; y a las 5h apareció en la puerta del Hostel, tras vivir momentos de tensión. ¡Menos mal! Tardamos media hora y me costó solo 37R (a diferencia de los 100R que pagué cuando llegué a Salvador).
2. Avión hasta Brasilia: entre Salvador y Brasilia hay unos 1.500km de distancia y en autobús se tarda más de 18 horas en llegar, así que ni me lo planteé. En su lugar había reservado un vuelo desde casa a través de la página web de Expedia, con la compañía GOL. Precio: 200Usd (una auténtica clavada, pero no encontré una opción más barata). En el aeropuerto todo salió según lo previsto, y hasta me dio tiempo a tomarme un café con leche mientras esperaba a embarcar (6R). El vuelo duró hora y media, repartieron agua y galletas, y aproveché para leer mi guía y preparar la visita a Brasilia.
3. Taxi al alojamiento: paré uno en el exterior del Aeropuerto y me llevó hasta el lugar que había elegido para pasar la noche. Pagué 70R, pero es que las calles de Brasilia son un laberinto de códigos y siglas, y en autobús hubiera tardado muchísimo en llegar. Si ni el propio taxista se aclaraba…
ALOJAMIENTO: HOSTEL 7 – 70R/Noche
*Puntos a favor: buena limpieza; encargadas de la recepción muy simpáticas; wifi rápido; taquillas enormes; café y zumo de cortesía a cualquier hora; desayuno incluido (aunque escaso y había que fregar después).
*Puntos en contra: dormitorio de 8 plazas completamente lleno; ubicación alejada del centro; precio (aunque Brasilia es una ciudad muy cara); pagos extra por todo (una toalla, ocupar la cama antes de las 14h…).
Había reservado este hostel a través de Booking y reconozco que fue uno de los peores de mi recorrido por Brasil. El check-in era a las 14h y mi cama no estaba lista, con lo cual me cambié de ropa en el lavabo; dejé la mochila grande en una sala (¡me cobraron 5R!); y sin perder tiempo salí a conocer la capital.
EL COMPLEXO CULTURAL DA REPUBLICA
El Hostel 7 se encuentra a más de 3km del centro de Brasilia, así que decidí seguir las instrucciones de la encargada de la recepción y fui en autobús. Para ello caminé hasta una parada cercana; esperé a que pasara un vehículo hacia la Rodoviaria local (situada en el centro); y llegué por tan solo 4R. Como no había desayunado, aproveché para entrar en una cafetería de la Rodoviaria y comer un Salgado de Frango (pollo) y un zumo de naranja natural (6R).
A continuación me dirigí a la parte del Eixo Monumental donde se encuentra el Complexo Cultural. El tiempo era espectacular, con un cielo totalmente despejado y un sol de justicia.
Estos fueron los lugares de interés que visité:
1. Museu Nacional: una gigantesca cúpula semiesférica de color blanco, rodeada por una rampa que parece un anillo de Saturno. El museo fue diseñado por Oscar Niemeyer e inaugurado en el año 2006, cuando el famoso arquitecto ya contaba con 99 años de edad. En el exterior hay espacio suficiente para hacer buenas fotos panorámicas. La entrada es gratuita, y además del interior del edificio pude ver dos exposiciones temporales de arte moderno: “Arte Cibernética” y “Raul Córdula: Antología”.
2. Catedral Metropolitana: es impresionante, con columnas curvadas que le dan una forma inspirada en la corona de espinas de Cristo. Inaugurada en el año 1970, también fue diseñada por Oscar Niemeyer, que acabó recibiendo el Premio Pritzker (el Nobel de arquitectura). Junto a la entrada hay un campanario con 4 enormes campanas donadas por la comunidad española de Brasil (fueron fabricadas en Miranda de Ebro). Y unas estatuas de bronce representando a los Cuatro Evangelistas.
El interior me dejó sin palabras, con un techo de fibra de vidrio sobre el que se han montado una serie de ondas de cristal tintado de color verde y azul; y del que cuelgan 3 esculturas de ángeles. Un templo realmente original. La sala de oración es diáfana y tiene capacidad para 4mil fieles. No había casi nadie y pude hacer montones de fotos a mi aire.
En el Complexo Cultural también se pueden ver los edificios de la Biblioteca Nacional y el Teatro Nacional, pero son mucho menos espectaculares.
LA PRAÇA DOS TRES PODERES
Tras visitar la Catedral caminé siguiendo el Eixo Monumental hacia el este. El calor era horrible y tenía que avanzar poco a poco para no sudar a mares (no ayudó mucho que mi idea de ponerme tejanos). Además en las calles no se veía gente (solo vehículos), y a veces cruzarlas era complicado porque no había pasos de peatones.
Al final llegué a la Praça dos Tres Poderes, la principal plaza de Brasilia. Se llama así porque en ella se encuentran los edificios que albergan los Tres Poderes en los que se sustenta la República de Brasil:
3. Palácio do Planalto (Ejecutivo): es la sede de trabajo del Presidente, que vive en el Palácio da Alvorada, a orillas del enorme Lago Paranoá, al este de la capital. Se trata de un edificio rectangular con vistosas columnas y una entrada vigilada por dos soldados pertenecientes al cuerpo de los Dragoes da Indepedencia. Solo abre los domingos, así que no pude acceder al interior.
4. Congresso Nacional (Legislativo): el conjunto de construcciones más visible de la plaza. Está compuesto de dos cúpulas semiesféricas, una normal (Senado) y otra invertida (Congreso); y dos Torres Gemelas. Cuando llegué a la entrada estaba a punto de comenzar una visita guiada (gratuita) y, tras dudar unos segundos, decidí unirme al grupo, formado por brasileños. Duró una hora y la verdad es que tuvo gracia. La guía era muy simpática, aportando un montón de información (en portugués, pero se entendía bastante bien); y recorrimos las diferentes salas donde se debaten las leyes de la nación.
5. Tribunal Supremo (Judicial): de estética similar al Palácio do Planalto. No visité el interior.
Junto a la Plaza hay otros lugares de interés a los que merece la pena acercarse.
6. Palácio do Itamaraty: la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores. Es un magnífico edificio rodeado de arcos, estanques y jardines. Quería entrar pero estaba cerrado.
7. Panteao da Pátria e da Libertade Tancredo Neves: un edificio blanco de formas ondulantes, inspirado en la silueta de una paloma. A pesar de su nombre (panteón) no contiene ninguna tumba. Fue inaugurado en 1986 tras la muerte de Tancredo Neves, el primer presidente elegido democráticamente en Brasil tras 20 años de dictadura. Junto al edificio hay una plataforma elevada donde arde una llama perenne a la que se puede subir por unas escaleras para contemplar muy buenas vistas de los alrededores.
8. Pavilhao Nacional: un mástil de metal de 100m de altura que sostiene una bandera enorme de Brasil
9. Esculturas: hay varias esparcidas por la zona. A mí me gustó mucho la conocida como “Os Candangos”, que representa a dos guerreros armados con lanzas.
Después de las diferentes visitas estaba agotado, así que le compré una lata de Coke a un vendedor ambulante (5R) y me senté unos minutos a la sombra.
LA COLA DEL EIXO MONUMENTAL
Para las siguientes atracciones turísticas tenía que desplazarme varios kilómetros hacia el extremo opuesto del Eixo Monumental, así que fui en taxi (30R).
10. Santuário Dom Bosco: una iglesia construida en el año 1970 en homenaje a San Juan Bosco, el patrón de Brasilia. El exterior es muy sobrio y no llama la atención, pero el interior es una auténtica maravilla. Sus muros están cubiertos por 7.500 piezas de cristal tintado de Murano, con diferentes tonalidades de azul, creando una atmósfera surrealista. Durante mi visita unos operarios estaban decorando la sala con flores para una boda, y pude hacer fotos geniales, sin apenas turistas.
11. Torre de la TV: llegué caminando desde la Iglesia, atravesando una zona de calles solitarias y comercios cerrados. La Torre está situada en el Eixo Monumental. Tiene 224m de altura y se puede subir en ascensor hasta una plataforma de observación a 75m. Como era sábado tuve que hacer bastante cola, rodeado de vendedores ambulantes de palomitas y churros. Pero el acceso es gratuito, y una vez arriba pude disfrutar de una panorámica excelente del Eixo Monumental, con sus principales edificios, jardines, un estanque… Una pena que el cielo se cubrió de nubes que oscurecían la imagen.
A continuación me senté en la terraza de un local y pedí un helado de Açaí. Estaba riquísimo (10R). Como ya empezaba a oscurecer, paré un taxi y regresé al hostel (27R). De nuevo el conductor se hizo un lío para encontrar el lugar correcto y le tuve que ayudar.
Una vez instalado en el dormitorio me puse ropa más ligera; charlé un rato con un francés; me bebí un vaso de zumo; y a las 19h salí a la calle con ganas de llenar el estómago en algún restaurante de los alrededores.
CENA: DOMINO’S PIZZA
Por unos momentos me temí lo peor, porque solo vi locales muy elegantes, con camareros en pajarita y platos carísimos. Pero al final encontré un Domino’s Pizza y me senté en una mesa de su terraza. Pedí una Pizza de Carne y Queso Philadelphia y una botella de Coke de 0,6l; y acabé como nuevo. Justo lo que necesitaba. Precio: 21R.
Tras la cena había pensado en coger un taxi y volver a la Praça dos Tres Poderes para contemplar los diferentes edificios iluminados por la noche. Pero me encontraba muy cansado; no tenía ganas de gastar más dinero; y encima mi guía de viajes hablaba de la posibilidad de robos en la zona. Así que decidí volver a mi habitación, y a eso de las 22h ya estaba durmiendo como un tronco.
CONCLUSION
Si estás viajando entre Salvador y Cuiabá merece la pena hacer un alto en Brasilia y dedicar un día a conocer sus asombrosos edificios futuristas. De lo contrario mejor céntrate en otros lugares de interés, porque se trata de una ciudad alejada de todo (o te gastas el dinero en un billete de avión o soportas una interminable jornada en autobús); muy cara (por suerte la entrada a los edificios es gratuita); y carente de esa atmósfera festiva que impregna otros rincones de Brasil (aquí no hay música ni caipirinhas).
Al norte de Brasilia se encuentra el Parque Nacional da Chapada dos Veadeiros, y reconozco que valoré seriamente la posibilidad de visitarlo. Pero al final no tenía tiempo disponible, y ya había incluido en mi itinerario dos parques de paisaje similar (Diamantina y Emas). Así que tuve que continuar hacia el oeste.
Si te gustó el post, dale al like (el corazón que hay en la parte superior), deja un comentario con tu opinión, y sígueme en redes sociales