Explorando con dificultad profundos valles de afiladas cimas con prados llenos de flores y graciosas ardillas, sin saber que me había contagiado de coronavirus
Situado a tan solo 40km de Bishkek, Ala Archa es el parque nacional más popular de Kirguistán y atrae a centenares de visitantes, sobretodo los fines de semana. Fue creado en el año 1976 y ocupa una superficie de 194km2 de los Montes Ala-Too, que a su vez forman parte de la imponente cordillera Tian Shan. En su interior hay cascadas; glaciares; una vegetación única con varias plantas endémicas; y numerosas cumbres, entre las que destaca el pico Semenov-Tian-Shankski, con casi 5mil metros de altura. También acoge algunos ejemplares de Leopardo de las Nieves, aunque las probabilidades de ver uno son muy escasas y lo normal es encontrarse con ardillas, marmotas o buitres.
La mejor época para visitar Ala Archa son los meses de verano, entre junio y septiembre, cuando la nieve desaparece de los senderos y las temperaturas son más agradables. Yo visité el parque a mediados de junio y aun así hizo un tiempo muy variable. La mayoría de turistas realizan una excursión de un día desde Bishkek, pero yo opté por dormir una noche en Ala Archa para explorar la zona sin prisas.
VIAJE: BISHKEK – ALA ARCHA
A pesar de su proximidad de la capital, llegar a Ala Archa en transporte público es laborioso y requiere un mínimo de 4 etapas:
1. Taxi a Osh Bazar: el trayecto desde el centro de Bishkek cuesta alrededor de 120S.
2. Marshrutka hasta Kashka Suu: es la nº265 y tarda 45 minutos.
3. Puerta del Parque: está a 5km de la Terminal de Kashka Suu y es donde se paga la entrada. En ocasiones el conductor de la marshrutka acepta llevar a los viajeros a cambio de un pago extra. De lo contrario hay que buscar una alternativa.
4. Autoestop hasta la Zona de Aparcamiento: se encuentra a 12km de la Puerta, al final de una estrecha carretera en constante ascenso. Aquí están los principales servicios del Parque (alojamiento, locales de comida, lavabos…) además del inicio de los senderos que recorren Ala Archa.
Yo decidí no complicarme la vida y aproveché los precios económicos de Kirguistán. Así que tras desalojar mi habitación del Seven Hotel y dejar la mochila grande en la recepción solicité un taxi a través de Yandex. El conductor me llevó hasta la puerta del alojamiento por 950S (trayecto) + 500S (entrada). En total menos de 15€. Si accedes al Parque a pie la entrada cuesta solo 80S, pero tienes el problema de los 12km hasta la Zona de Aparcamiento.
ALOJAMIENTO: ALA ARCHA LODGE – 2.500S/Noche
*Puntos a favor: habitación enorme; cama doble muy cómoda; baño privado con ducha perfecta; ubicación genial, en pleno corazón del parque; terraza privada gigante con mesa y buenas vistas de las montañas; nevera; wifi rápido; restaurante propio (aunque a precios caros); desayuno incluido.
*Puntos en contra: limpieza mejorable.
El Ala Archa Lodge es el mejor alojamiento del parque (un homenaje de vez en cuando no viene mal) pero no había reservado con antelación. Por suerte tenía habitaciones disponibles y en cuestión de minutos ya estaba instalado en una. Otras opciones son el Alplager Hostel, con camas en dormitorios compartidos a 500S; varias zonas de acampada; y algún que otro campamento de yurtas.
A continuación cogí mi cámara de fotos y salí a caminar por los alrededores. Al ser domingo había un gentío tremendo, con centenares de lugareños. Muchos se limitan a ocupar una porción de bosque, encender un fuego y pasar el día comiendo y charlando. En una yurta cercana vi una familia bailando música disco; y en otra un abuelete cantaba con un micrófono y tocaba el acordeón. De vez en cuando pasaban chavales a caballo; un par de grupos de amigos jugaban a kartoshka con una pelota; y un tipo ofrecía un pobre águila para que los visitantes se hicieran fotos con ella sobre el brazo.
Yo visité la tienda del Alplager Hostel, donde compré un Pirozhki (masa frita rellena) y una Fanta (100S) para solventar la comida; y me alejé de la multitud.
EN EL VALLE DE ALA ARCHA
La ruta más sencilla del Parque recorre el fondo del Valle de Ala Archa y avanza en paralelo al río durante 15km. Lo normal es emplear 2 días, acampando al final del valle y regresando por el mismo camino; o pasear un rato y dar media vuelta en función del tiempo disponible (fue lo que hice yo). El primer tramo consiste en una pista asfaltada que atraviesa el bosque, entre enormes pinos, bancos situados estratégicamente y lugareños haciéndose selfies.
Después llegué al punto donde confluyen los valles de Ala Archa y Ak Say. El río cubría una amplia superficie con diferentes ramificaciones y me costó cruzarlo, pero al final lo conseguí sin mojarme demasiado los pies, haciendo equilibrios sobre las piedras. A partir de aquí apenas me crucé con gente y disfruté de un magnífico paisaje, con escarpadas montañas y prados cubiertos de una gran variedad de flores. No paré de hacer fotos.
Una pena que durante buena parte de la tarde el cielo estuvo lleno de nubes grises y de vez en cuando cayó una fina lluvia. Además hacía bastante frío y tuve que ponerme chaqueta y abrigo. En cuanto a fauna, vi muchos pájaros revoloteando y una ardilla roja comiéndose una galleta sobre un banco. También me sorprendió un grupo de chavales rusos que bajaban de las cumbres por una pendiente imposible con una facilidad envidiable.
En fin, a eso de las 17h ya se hacía tarde así que decidí volver a mi habitación y estuve descansando un rato. Después bajé a cenar al restaurante del hotel, donde me atendió la encargada de la recepción, que también hacía las veces de camarera. Tras examinar el menú pedí una Ensalada de tomate y pepino; Plov; y una cerveza Baltika (rusa). La comida me pareció correcta pero las porciones eran minúsculas y me costó 560S. Además en el local reinaba un ambiente desangelado, sin música y con algún que otro lugareño ebrio (había una fiesta familiar en una sala anexa). Decepcionante.
Y no fue la única sorpresa negativa. Ya en mi habitación me dediqué a leer y escribir, mientras mis vecinos de habitación montaban un gran escándalo, con gritos, risas y golpes. Pasada la medianoche llamé a su puerta y pedí al tipo que me abrió que se calmaran un poco, pero solo duró unos minutos. No deja de ser irónico que estando en mitad de la montaña hubiera menos tranquilidad que en el centro de Bishkek.
RECORRIENDO EL VALLE DE AK SAY
Al día siguiente me desperté tras una noche mucho más tranquila de lo previsto. No sé si los vecinos finalizaron la fiesta o es que estaba tan cansado que me quedé dormido profundamente y no me enteré del ruido. El caso es que me vestí, preparé la mochila y bajé a desayunar al restaurante del hotel.
La experiencia fue de nuevo nefasta. Para empezar el restaurante abre a las 9h, demasiado tarde para un destino de montaña donde la gente suele madrugar para salir a caminar. Y el menú consistió en un diminuto café con leche; un arroz blanco insípido; y 3 huevos fritos sin pan. No se pueden hacer peor las cosas… A continuación desalojé la habitación y me despedí de la encargada sin ninguna pena.
Para esta segunda jornada en Ala Archa mi plan era recorrer el Valle de Ak Say. La ruta comienza justo delante del hotel y consiste en un interminable ascenso de 6,4km con 1.100m de desnivel positivo. El sendero no tiene pérdida, con marcas de pintura blanca y azul, y carteles en los principales lugares de interés que aportan toda la información necesaria (altitud, distancia…). A diferencia del día anterior la mañana comenzó con un sol radiante y un cielo completamente despejado.
Estas fueron las etapas:
1. Broken Heart Rock: se trata de un pedrusco de grandes dimensiones partido en dos y para llegar hay que superar unas durísimas rampas por un terreno muy resbaladizo (no me lo quiero ni imaginar con lluvia). De camino las vistas de los valles de Ala Archa y Ak Say son espectaculares, con ríos de aguas cristalinas, extensos bosques de coníferas y cumbres nevadas en la distancia.
2. Tepshi Plateau: un prado realmente fotogénico con miles de coloridas flores, docenas de pájaros y nuevas panorámicas alucinantes.
3. Ak Say Waterfall: el sendero continuó subiendo por el valle a escasos centímetros del acantilado. En algunos lugares el camino original se había desprendido y por suerte existía otro alejado del borde, menos en un punto muy expuesto donde lo pasé fatal. Un paso en falso me hubiera enviado al fondo del cañón (no apto para gente con miedo a las alturas). A continuación crucé un pedregal con rocas que se tambaleaban peligrosamente y un río que bajaba con muy poca agua. Y llegué a una zona de acampada en el bosque a 2.665m de altitud con basura por todas partes (como suele ocurrir, el dinero de la entrada al parque no se utiliza para su mantenimiento).
Desde allí un sendero conduce hasta la base de Ak Say Waterfall, aunque me gustó más la imagen de la cascada desde la distancia, con el agua cayendo por una pared de roca vertical de 70m de altura. Una pena que el sol me impidió hacer buenas fotos.
4. Razeka Station: la última parte del recorrido es la más exigente, con 2,4km y final en un refugio de montaña a 3.300m de altura que ofrece unas vistas geniales del Glaciar Ak Say. Se trata de un lugar muy frecuentado por los escaladores que acuden a coronar diferentes cimas de los alrededores. Aunque yo no recorrí este tramo porque ya eran casi las 13h y tenía que desandar todo el camino y regresar a Bishkek. Bueno, y porque no me encontraba bien físicamente, con un ligero mareo y dolor muscular. Además mientras estaba en Ak Say Waterfall la parte superior de las montañas se empezó a cubrir de nubes grises que hubieran dificultado las vistas. Si tienes tiempo lo ideal es pasar la noche en Razeka Station y bajar al día siguiente.
Nota: cronológicamente visité Ala Archa después de Arslanbob, donde había enfermado. Yo pensaba que se trataba de un simple resfriado, pero mucho más tarde un test de anticuerpos demostró que era coronavirus. Y yo recorriendo senderos de alta montaña en solitario sin saberlo. En fin…
El descenso a la Zona de Aparcamiento fue laborioso porque las rampas son mucho más complicadas de bajada y tuve que volver a sortear el punto expuesto. Pero poco a poco lo conseguí, y sin caerme ni una sola vez. Hasta Ak Say Waterfall caminé completamente solo, aunque de vuelta me crucé con bastante gente caminando y aproveché para que unos chavales me hicieran una foto. En cuanto a fauna solo vi una simpática ardilla roja que se me quería subir por la pierna para que le diera comida. Al final se llevó una galleta y se la comió a toda velocidad sobre la rama de un árbol.
Ya en los alrededores del Ala Archa Lodge me sorprendió ver un montón de lugareños a pesar de que era lunes. Y es que las vacaciones escolares y un día soleado son la combinación perfecta para los habitantes de Bishkek, que siempre tienen sus vehículos a punto para lanzarse al Parque. Eso sí, son muy pocos los que deciden alejarse de la Zona de Aparcamiento.
VUELTA A BISHKEK
A continuación tenía que regresar a la capital. Mi plan era hacer autoestop hasta la Terminal de Kashka Suu y allí coger la marshrutka nº265. Antes me senté en una pequeña terraza a tomar un café con leche (160S) (los preparaba un lugareño en su vehículo). Entonces se me acercó un taxista y negocié el trayecto a la Terminal por 400S para evitar el tramo de autoestop. Aunque una vez en marcha el hombre me ofreció llevarme al Seven Hotel por 400S más y no me pude negar, porque la marshrutka y el taxi desde Osh Bazar ya me iban a costar un mínimo de 200S. De esta forma viajé cómodamente y en menos de una hora ya estaba descansando en mi habitación.
CONCLUSION
El Parque Nacional de Ala Archa es la forma más sencilla de acceder a las montañas de Kirguistán sin tener que recorrer centenares de kilómetros (sobretodo si cuentas con vehículo propio). Es verdad que no hay muchas rutas disponibles, y que si visitas la zona un fin de semana te tocará compartirla con una auténtica horda de turistas, pero aun así Ala Archa ofrece paisajes de postal. Dos días serán suficientes para una aproximación a los valles de Ala Archa y Ak Say. Yo me alojé en el Ala Archa Lodge aunque no me acabó de convencer, así que te recomiendo probar suerte en el Alplager Hostel, mucho más económico.
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