Un recinto fortificado con vistas épicas de Sarajevo, un museo que muestra los horrores de la guerra y edificios modernistas de formas curiosas
Si no tienes problemas de tiempo y te has quedado con ganas de conocer más rincones de Sarajevo, no te preocupes. Aquí van 7 nuevos lugares que te mantendrán ocupado explorando esta ciudad llena de atractivos.
Para moverme por Sarajevo caminé o utilicé el Tranvía, operativo de 5h a 00h. Hay 6 lineas, pero la más importante es la nº3, que cruza la ciudad de este a oeste, desde Bascarsija hasta Ilidza. Puedes comprar billetes individuales directamente al conductor (1,8M) o en cualquiera de los muchos quioscos distribuidos por el centro (1,6M), donde también venden tarjetas de 2, 5 y 10 viajes que permiten un ahorro adicional (la de 5 cuesta 7,10M). Una vez en el Tranvía hay que validar el billete y según me contaron los controles son habituales, aunque no presencié ninguno y mucha gente subía al vehículo sin hacerlo.
VRATNIK
En 1696, durante la Gran Guerra Turca, las tropas de los Habsburgo arrasaron Sarajevo. Y unos años más tarde los Otomanos decidieron construir un recinto fortificado en la zona de Vratnik, situada junto a la entrada oriental de la ciudad. El complejo incluía una muralla, varias torres y bastiones equipados con cañones y un fuerte. A pesar del esfuerzo el Imperio Austro-Húngaro acabó conquistando Sarajevo en el año 1878, y estos optaron por reforzar y ampliar el recinto. En la actualidad todavía se conservan partes del sistema defensivo:
1. Yellow Bastion (o Zuta Tabija): esta plataforma de piedra no ofrece mucho a nivel arqueológico, pero se trata del mirador más popular de Sarajevo, con una espectacular panorámica. La mayoría de turistas suben para ver la puesta de sol, aunque yo disfruté más del lugar por la mañana, con una luz perfecta para la fotografía y muy poca gente. Yellow Bastion se encuentra a menos de 1km de Bascarsija. Para llegar hay que subir por unas rampas importantes y de camino se pasa junto al Cementerio Kovaci, con sus centenares de lápidas de color blanco.
2. Café Kamarija: un sitio perfecto para hacer un alto durante el ascenso hacia el resto de lugares de interés de Vratnik. Está rodeado de vegetación y tiene una bonita terraza con vistas y música agradable. Yo ocupé una pequeña mesa, pedí un café con leche (2,5M) y pasé un rato genial.
Siguiendo la calle del café hay un punto que ofrece una panorámica épica de Sarajevo. Es mi favorita, porque a diferencia del resto aparece el río Miljacka con varios de los puentes que lo cruzan.
3. Cuartel Safet Hadzic: este magnífico edificio fue construido en 1914 y al principio era un hospital militar conocido como Cuartel de Jajce. Más tarde albergó a las tropas de Yugoslavia y durante la Guerra de Bosnia sufrió importantes daños. Tras el conflicto el ejército Bosnio ocupó las partes en mejor estado, hasta que en el año 2002 el lugar fue abandonado. Durante mi visita la entrada principal estaba cerrada. Si hubiera querido me podría haber colado por un par de sitios, pero las fotos que vi del interior no me llamaron la atención, y tampoco me pareció la mejor idea acceder de forma ilegal a unas instalaciones militares.
4. White Fort (o Bijela Tabija): el principal componente del sistema defensivo de Vratnik. Se trata de una fortaleza de piedra blanca que domina un acantilado sobre el río Miljacka. Las guerras y años de abandono provocaron que el edificio acabara en ruinas, aunque el gobierno lo reconstruyó parcialmente en el año 2019. Cuando llegué a la entrada, después de una subida que se me hizo interminable, me encontré la puerta cerrada sin motivo aparente. No me supo mal por el fuerte, que tiene un aspecto demasiado moderno, pero sí por la panorámica de Sarajevo. Como alternativa recorrí un sendero que arranca a la derecha del recinto y alcancé el borde del acantilado, aunque White Fort tiene una torre mejor ubicada para la fotografía. En circunstancias normales el horario de visita de White Fort es de 10h a 19h, y el billete de acceso cuesta 5M.
5. Puertas: durante mi vertiginoso descenso a Bascarsija pasé por dos de las puertas fortificadas que antiguamente daban acceso a Vratnik, llamadas Visegrad y Sirokac. Están muy restauradas ya que todavía circulan vehículos por elllas.
MONTE TREBEVIC
El Monte Trebevic tiene 1.627m de altura y está ubicado al sureste de Sarajevo. La zona se encuentra atravesada por la frontera entre la Federación de Bosnia-Herzegovina y la República Srpska, y en el pasado estaba llena de minas. Hace años que se retiraron y hoy día es uno de los lugares preferidos por los habitantes de la capital, aunque por si acaso se recomienda no apartarse demasiado de los senderos establecidos.
La forma más cómoda de acceder al Monte Trebevic es mediante un teleférico que sortea un desnivel positivo de +600m y finaliza su recorrido a 1.160m de altura. Fue inaugurado en 1959 y volvió a entrar en funcionamiento en el 2018 tras ser completamente destruido durante la Guerra de Bosnia. Su horario es de 9h a 21h y cuesta 15M (o 20M ida y vuelta). Las cabinas son modernas, con cristales impolutos que permiten hacer buenas fotos; el trayecto dura 7 minutos; y las vistas de Sarajevo son magníficas. Yo subí al Monte Trebevic alrededor de las 10h y apenas había gente, así que viajé en una cabina para mí solo.
Menos mal que había metido una chaqueta en la mochila, porque cuando bajé del teleférico hacía bastante frío, y eso que era finales de agosto.
Estos son los lugares de interés que visité:
1. Mirador: se encuentra a unos minutos de la Estación del Teleférico y ofrece una panorámica memorable de Sarajevo (en una foto cabe toda la ciudad).
2. Fuerte de Draguljac: subiendo un poco más desde el Mirador se llega a las ruinas de un fuerte construido en el siglo XIX. Desde aquí se podía controlar todo el sistema defensivo desplegado en tiempos del Imperio Austro-Húngaro, que incluía los fuertes de Vraca, Bistrik y Vratnik. La verdad es que no hay mucho que ver, pero me pareció un lugar ideal para comer, con una mesa de picnic rodeada de vegetación.
3. Pista de Bobsled: a continuación bajé siguiendo el trazado de esta pista, que comento con detalle en el apartado dedicado a los Juegos Olímpicos de Sarajevo (post anterior).
4. Observatorio Astronómico Colina Kapa: otra de las fortalezas construidas durante el Imperio Austro-Húngaro en el Monte Trebevic fue Bistrik Tower. Pero tras la Segunda Guerra Mundial el edificio permaneció muchos años abandonado y en 1967 el gobierno se lo cedió a la University of Sarajevo Astronomical Society, que lo transformó en un observatorio astronómico, añadiéndole dos cúpulas con diferentes instrumentos de medición. Más tarde, en 1982, construyó una torre anexa de 4 plantas equipada con un telescopio. Aunque por desgracia ambos edificios sufrieron graves daños en los primeros compases de la Guerra de Bosnia y actualmente continúan abandonados.
Cuando llegué al lugar no había nadie y pude explorar el interior de las torres a mi aire. Se encuentran en un estado lamentable, con sus muros cubiertos de grafitis y agujeros de bala; y el suelo lleno de basura y trozos de materiales que se han ido desprendiendo con el paso del tiempo. Aun así todavía es posible subir por una precaria escalera hasta la parte superior de la torre más moderna. Me lo pasé genial.
5. Casas abandonadas: después bajé por un sendero cruzando un tramo de bosque y aparecí en un prado con varias casas destruidas. Una de ellas luce un grafiti de Monsieur Chat (un gato sonriente de color amarillo obra del artista Thoma Vuille) pero algún imbécil le ha borrado la cara con pintura blanca y ya no es lo mismo. Allí me encontré a un pastor con su rebaño de cabras y a dos abueletes que charlaban animadamente.
Tras esta última visita regresé a la Estación del Teleférico recuperando toda la altura perdida. En los alrededores de la Estación hay varias mesas de picnic y un chiringuito que vende hamburguesas. Yo bajé a Sarajevo en Teleférico porque solo cuesta 5M extra y es imposible resistirse. De nuevo disfruté de unas vistas alucinantes; y cuando llegué a la Estación inferior me encontré con un montón de gente que hacía cola para subir.
También se puede realizar el descenso a pie siguiendo un sendero bien señalizado, pero hay algunos puntos con un fuerte desnivel; y el paisaje no es nada del otro mundo. Una opción más interesante es coronar la cima del Monte Trebenic. Para ello hay que caminar hasta el Pino Nature Hotel; y después continuar hacia el sur por una combinación de pistas y senderos cruzando la frontera de la República Srpska.
MUSEO DE LOS CRIMENES CONTRA LA HUMANIDAD Y EL GENOCIDIO
*Horario: 9h – 21h (en invierno hasta las 18h)
*Precio: 10M
*Fotografía: ok
Este museo dedicado a la Guerra de Bosnia abrió sus puertas en el año 2016 y ocupa el primer piso de un edificio situado en pleno casco antiguo. Durante la Segunda Guerra Mundial se cometieron atrocidades inimaginables y mucha gente pensó que aquello fue un hecho aislado que no se volvería a repetir. Pero solo 50 años más tarde se estaba produciendo otro genocidio, y de nuevo en territorio europeo. El catálogo de crímenes cometidos (principalmente de los Serbios sobre los Bosnios musulmanes) es infinito: campos de concentración; operaciones de limpieza étnica; exterminio de pueblos enteros; matanzas de civiles, incluyendo mujeres y niños; violaciones sistemáticas; fosas comunes con centenares de cadáveres… Todo ante la indignante pasividad de la Unión Europea, que no era muy partidaria de tener un país islámico tan cerca de casa.
El ejército Serbio se empleó con especial crueldad, pero es que encima contó con el apoyo de grupos paramilitares como las “Águilas Blancas” o la “Guardia de Voluntarios Serbios” (más conocidos como los “Tigres de Arkan”), que camparon a sus anchas sembrando el terror entre la población Bosnia.
Dentro del museo hay diferentes salas con objetos personales de las víctimas (ropa, juguetes, cartas…); paneles con relatos espeluznantes; fotografías de cadáveres, prisioneros esqueléticos y torturas; mapas; pantallas que emiten documentales donde aparecen supervivientes narrando sus experiencias entre lágrimas, ejecuciones e imágenes de pueblos arrasados… Un lugar no apto para todos los públicos por su crudeza. Yo tras más de una hora sumergido en ese festival del horror tenía la cabeza a punto de explotar y necesitaba aire fresco. El precio de la entrada me pareció un poco caro, pero el museo ofrece una visión muy completa del conflicto, con apartados especiales dedicados a la Masacre de Srebrenica y el Cerco de Sarajevo.
No muy lejos hay otro museo de temática similar: Galerija 11/07/95. Aunque se centra en la Masacre de Srebrenica (el nombre hace referencia al día en que comenzó) y no lo visité.
ARTE MODERNISTA
Al igual que otras ciudades de la antigua Yugoslavia, Sarajevo cuenta con interesantes edificios de estilo modernista construidos durante la época de Tito. Estos son los más destacados:
1. Estación de Tren: fue inaugurada en el año 1953 para sustituir a la anterior, que databa de finales del siglo XIX. Tiene una fachada enorme con amplios ventanales y una sala interior con el techo curvado. Yo hice algunas fotos y después descubrí un cartel donde se indica que está prohibido, pero los vigilantes de seguridad no me vieron.
Los siguientes 3 lugares están situados en Novi Grad, la parte moderna de Sarajevo.
2. RTV Dom: una gigantesca mole de cemento construida en 1983 que alberga la emisora de radio y televisión de Bosnia. Los Serbios intentaron acabar con ella durante el Cerco de Sarajevo pero la estructura resistió todos los ataques. El edificio se encuentra junto a una avenida muy concurrida, llena de vehículos y peatones.
3. Alipasino Polje: se trata de una zona residencial con varios conjuntos de rascacielos de los años 70 que impresionan desde la distancia.
4. Iglesia de San Lucas: aunque su construcción comenzó en el año 1998 es un edificio modernista de manual, con muros de cemento y ángulos imposibles. Durante mi visita la puerta de acceso al patio estaba cerrada y desde el exterior de la verja me costó encontrar buenos ángulos para la fotografía. Por si fuera poco empezó a llover con fuerza, así que no le pude dedicar mucho tiempo.
5. Monumento a Duro Dakovic: este destacado activista fue uno de los fundadores del Partido Comunista de Yugoslavia y acabó asesinado en 1929 por oponerse a la dictadura del Rey Alejandro I, que gobernó el Reino de Yugoslavia hasta su muerte en 1934. Se trata de una escultura de rasgos difuminados situada en un pequeño parque frente a Skenderija.
6. Vraca Memorial Park: data de 1981 y consiste en un parque dedicado a las víctimas de la Segunda Guerra Mundial. Ocupa una colina ubicada en la falda del Monte Trebenic donde la Ustasha ejecutó y enterró los cuerpos de más de 11mil Serbios y Bosnios. De hecho el abuelo de Faruk (el dueño de mi alojamiento) perdió la vida aquí, aunque fusilado por los Partisanos, que le acusaron de colaborar con las tropas fascistas.
El memorial se compone de una serie de terrazas con placas donde aparecen los nombres de las víctimas y relieves abstractos; una fuente de forma piramidal con una llama eterna; y un pilar de mármol de 5m de altura con un relieve de Tito y una estrella. En la colina hay un fuerte Austro-Húngaro en ruinas que el gobierno decidió reconvertir en un museo, con fotografías, documentos y objetos de la época. Pero durante el Cerco de Sarajevo el ejército Serbio utilizó la colina de Vraca para bombardear la ciudad con unidades de artillería, y el museo quedó completamente destruido.
Tras la Guerra de Bosnia el memorial estuvo muchos años abandonado, con sus diferentes elementos cayéndose a pedazos, hasta que en el 2019 el gobierno puso en marcha un plan de restauración. Durante mi visita el parque presentaba un aspecto aceptable, aunque el antiguo fuerte seguía en ruinas, rodeado por una valla metálica; la fuente no funcionaba; y había hierbajos por todas partes.
ILIDZA
Ilidza es un municipio situado 11km al oeste de Sarajevo que con el tiempo ha pasado a formar parte de la capital. La zona ya era conocida entre los Romanos por sus manantiales de aguas termales. Más tarde los Otomanos fundaron la población actual, cuyo nombre procede de Iladz que en turco significa “cura”. Y durante el periodo del Imperio Austro-Húngaro se construyeron balnearios, además de hoteles de lujo y elegantes mansiones para las familias adineradas. Hasta el punto que a principios de los años 90 Ilidza estaba entre las 10 poblaciones con más renta per capita de toda Yugoslavia. La Guerra de Bosnia supuso un duro golpe, pero hoy día Ilidza se ha recuperado gracias a su éxito como destino turístico en los países del Golfo Pérsico (principalmente Kuwait y Arabia Saudí).
La forma más económica de llegar desde el centro de Sarajevo es en autobús o tranvía (Ilidza es la última parada de las líneas 3, 4 y 6). Durante mi visita se estaban realizando obras de modernización en la red del tranvía y me tuve que bajar en la parada de Nedzarici, continuando hasta Ilidza en autobús (me sirvió el mismo billete). Después caminé unos minutos hasta las afueras, crucé el río Zeljeznica por un puente, y aparecí en el Parque Banjska, que cuenta con varios hoteles de 4 y 5 estrellas; y un conjunto de Stecak (tumbas medievales).
En este parque arranca Velika Aleja, una avenida de 3km de longitud flanqueada por enormes árboles (principalmente arces y castaños). Yo la recorrí a pie, aunque también hay carretas de caballos que transportan a los turistas (sobretodo árabes, con sus mujeres en niqab); y negocios que alquilan bicicletas y patinetes eléctricos. Incluso vi pasar algún coche, porque en el primer tramo de Velika Aleja hay alojamientos y viviendas privadas de la época Austro-Húngara.
La avenida acaba en el Parque Vrelo Bosne, donde se encuentra el nacimiento del río Bosna, al pie del Monte Igman. El acceso al Parque cuesta 2M y es un lugar ideal para pasear. El manantial forma un estanque precioso donde nadan cisnes y patos; y a continuación se ramifica creando diferentes lagos y arroyos que es posible recorrer gracias a una serie de puentes de madera. Para acabar me senté en un banco y me comí una Pita de queso y espinacas que había comprado el día anterior, acompañada de un zumo de naranja. Si quieres algo más elaborado, en el Parque también hay un restaurante.
El regreso a Ilidza lo hice recorriendo de nuevo a pie Velika Aleja, pero esta vez a buen ritmo porque el cielo se empezó a cubrir de nubes negras y podía empezar a llover en cualquier momento.
TUNEL DE SARAJEVO
*Horario: 9h – 17h (hasta las 16h en invierno)
*Precio: 10M
*Fotografía: ok (pagando 2M más)
El Cerco de Sarajevo fue uno de los hechos más horribles que tuvieron lugar durante la Guerra de Bosnia. En abril de 1992 el ejército Serbio de la República Srpska ubicó en las colinas que rodean la ciudad equipos de artillería, tanques y morteros; y comenzó a bombardear Sarajevo. Radovan Karadzic pensaba hacerse con el control de la capital en apenas unos días, pero las tropas Bosnias eran muy superiores en número y repelieron todos los ataques terrestres. Así que en mayo los Serbios bloquearon todas las carreteras de acceso, además de cortar los suministros básicos (agua, electricidad y gas); y se intensificaron los bombardeos con la intención de debilitar a los Bosnios y provocar su rendición. Algo que no sucedió, y el asedio a la ciudad se prolongó hasta febrero de 1996 (¡casi 4 años!).
Durante ese tiempo los Serbios destruyeron infinidad de edificios sin ningún valor estratégico: hospitales; colegios; bloques de pisos; mezquitas; recintos deportivos; museos; la Biblioteca Nacional con sus extensa colección de libros… Dejando la ciudad en ruinas. Además la población civil se convirtió en un objetivo más. Centenares de personas fueron abatidas por francotiradores desplegados en la zona ocupada por los Serbios, provocando que la avenida más cercana empezara a ser conocida como “Sniper Alley” y se llenara de carteles con avisos. Y las bombas causaron matanzas especialmente crueles, como las del Mercado de Markale; un partido de fútbol; o una cola de gente que esperaba para conseguir agua. En total perdieron la vida más de 11mil habitantes de Sarajevo, de los cuales casi la mitad eran civiles.
Si la capital consiguió resistir tanto tiempo fue gracias entre otras cosas al Túnel de Sarajevo (también conocido como “Tunnel of Hope”), un rudimentario túnel construido de forma manual por los Bosnios. Tiene 840m de longitud y conectaba los barrios de Dobrinja (dentro del Cerco) y Butmir (fuera), pasando por debajo del Aeropuerto, que estaba administrado por la ONU. Mediante este túnel Sarajevo se pudo abastecer de armas, alimentos y medicinas, y continuó plantando cara a los Serbios. Al principio las condiciones eran durísimas, con aguas subterráneas, nula ventilación y dimensiones claustrofóbicas, pero poco a poco se fue modernizando.
Hoy día es posible visitar parte del Túnel de Sarajevo. Se encuentra en las afueras del barrio de Ilidza, a 11km del centro, y no hay transporte público. La única opción es un taxi. Aunque si quieres ahorrarte un dinero puedes viajar en tranvía o autobús hasta el centro de Ilidza, y desde allí cubrir los últimos 3,5km en taxi o a pie. Yo hice esto y el taxi me costó 7M.
La visita al Túnel de Sarajevo se divide en 3 partes:
1. Documental: proyectado en diferentes salas, dura 17 minutos y muestra imágenes de la actividad del túnel durante el Cerco de Sarajevo, y de los bombardeos que sufrió la ciudad. Mientras lo veía en el exterior cayó una tormenta tremenda.
2. Casa de la familia Kolar: su sótano ocultaba la entrada al túnel en el lado de Butmir, y la vivienda se conserva tal y como quedó tras la guerra, con su fachada cubierta de agujeros de bala. En el interior se ha habilitado un pequeño Museo con diferentes objetos de la época (uniformes, documentos, armas, herramientas…).
3. Túnel de Sarajevo: desde la Casa se accede a un pequeño tramo de 25m de aspecto bastante moderno (tanto que tuve que preguntar si se trataba del túnel original). Al menos lo recorrí en solitario y me pude hacer una idea de lo que fue en su día. El plan inicial consistía en abrir al público la totalidad del túnel, pero al cruzar las pistas del Aeropuerto el gobierno no lo autorizó.
A parte de estos 3 lugares, en el recinto hay mapas, un camión antiguo, fotos de Sarajevo durante el Cerco, minas… Los carteles en inglés contienen información básica que se puede ampliar utilizando una audio-guía, pero es un auténtico coñazo. Hay que conectarse a la red wifi del lugar; bajarse una app; pagar 4M; y escanear el código QR en cada punto de interés. No me extraña que nadie la utilizara (yo incluido) y la gente prefiriera explorar por libre.
Por cierto, yo no pagué el permiso de fotografía pero hice algunas (con el móvil) y nadie me dijo nada. Cuando acabé la visita regresé a pie a Ilidza. Al principio caminé en paralelo a las pistas del Aeropuerto, donde de vez en cuando aterrizaban o despegaban ruidosos aviones.
CIGLANE
Este barrio situado al norte del casco antiguo fue construido en 1989 y es muy distinto al resto de Sarajevo. Aquí no hay turistas y sus habitantes viven en bloques de pisos que se apiñan unos contra otros creando imágenes realmente curiosas. Se puede llegar a Ciglane a pie sin problema, y el barrio cuenta con varios cafés perfectos para sentarse y ver a la gente pasar. Yo no tuve más remedio porque al poco empezó a llover y busqué un lugar para protegerme.
Ciglane está distribuido sobre una colina formando tres niveles, y uno de sus grandes atractivos es el funicular que los conecta. Durante muchos años subirse a sus oxidadas cabinas fue toda una aventura; eso cuando no estaban detenidas por fallos técnicos. Pero poco antes de mi visita a Sarajevo el funicular había sido renovado y las cabinas lucían impecables. Eso sí, el entorno todavía conserva un cierto aire decadente.
Para acceder al funicular hay que meter 0,5M en un torno; y una vez en la cabina pulsar el número del nivel al que vas (1 o 2), como si fuera un ascensor. Yo subí al segundo, desde donde contemplé una buena panorámica de la ciudad. Además en los alrededores hay algún grafiti interesante. Tras un rato paseando bajé por unas escaleras y continué con mi ruta.
COMIDA
En Sarajevo las opciones para comer son ilimitadas, desde sencillos locales de fast food y cafés hasta lujosos restaurantes. Estos fueron los 3 lugares que visité:
Zeljo
Un local situado en pleno centro de Bascarsija con fama de servir uno de los mejores Cevapi de la ciudad, así que me acerqué a comprobarlo. Al llegar ocupé una mesa del comedor y me atendió una camarera de rostro desganado que no hablaba ni palabra de inglés. Sin mirar el escueto menú pedí una ración de Cevapi (10 trozos) con Kaymak (nata fermentada) y una Coke. A continuación se produjo una molesta situación, porque yo quería una lata y la chica me trajo una botella. Y aunque había latas en la nevera se negó en redondo a cambiármela (por algún motivo que desconozco). En fin…
Menos mal que la carne estaba muy rica. Apenas tenía grasa y no me pasó como en otros sitios donde había probado el Cevapi, donde al tercer trozo me encontraba llenísimo. Mereció la pena. Además durante mi breve estancia no pararon de entrar y salir lugareños, una buena señal. Precio: 11M. A escasos metros se encuentran Zeljo 2 y Zeljo 3, con idéntico servicio y comida.
Dzenita
Este restaurante de Bascarsija es muy popular entre los habitantes de Sarajevo y lo descubrí gracias a Faruk. El comedor estaba lleno de gente y aun gracias que encontré una mesa en la terraza. Tras examinar el menú (en inglés), con una gran variedad de platos, pedí Begova Çorba (sopa de pollo), media ración de Cevapi, y una cerveza Sarajevsko. La comida llegó al momento y me gustó mucho. Precio: 11M.
Sac
Otro famoso local ubicado en Bascarsija, este especializado en Pita (masa de hojaldre rellena con forma de ensaimada). Lo frecuentan montones de lugareños, aunque devoran sus platos en cuestión de minutos y las camareras se mueven a toda velocidad, con lo cual siempre hay alguna mesa disponible. Yo ocupé una en el comedor y pedí una porción de Pita rellena de queso y espinacas (Zeljanica), acompañada de una Fanta. También hay de queso (Sirnica), patata (Krumpirusa) y carne (Burek). La ración era enorme y acabé a reventar. Precio: 7M.
CONCLUSION
Sarajevo me mantuvo entretenido durante más de una semana y recorrer sus calles fue toda una experiencia, con innumerables ejemplos de arte callejero (incluidos varios dibujos del sonriente Mr. Chat); las conocidas como Rosas de Sarajevo (impactos de bomba que tras la guerra se pintaron de rojo); semáforos que apenas duran unos segundos en verde y obligan a estar siempre atento; vistas de las montañas; inmensos cementerios con centenares de lápidas blancas; fachadas cubiertas de agujeros de bala; animadas terrazas llenas de turistas y lugareños a cualquier hora del día; fotogénicos tranvías… Totalmente recomendable.
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