Una plaza enorme presidida por la estatua de Lenin, una avenida de arquitectura estalinista y un museo dedicado a la Segunda Guerra Mundial
Con 2 millones de habitantes, Minsk es la capital de Bielorrusia y está atravesada por el río Svislach. Su historia se remonta al siglo X, cuando la ciudad fue incorporada al Principado de Polotsk, un estado eslavo que junto a otros formaba parte del Kievan Rus. Esta poderosa federación dominó la región, extendiéndose desde el Mar Báltico hasta el Danubio, hasta que en el año 1242 la invasión de los Mongoles acabó con ella. Por entonces el Principado de Polotsk se había fragmentado en otros menores, y el de Minsk adquirió cada vez más importancia. A continuación la zona pasó a manos de Lituania y Polonia, que gobernaron durante más de 5 siglos. Finalmente en 1793 Rusia anexionó la región a su imperio y Minsk continuó prosperando, convirtiéndose en 1919 en la capital de la República Socialista de Bielorrusia.
La Segunda Guerra Mundial tuvo efectos devastadores en Minsk. Pero fue reconstruida en su práctica totalidad durante los años 50 y ha llegado hasta nuestros días sin apenas cambios, conservando sus amplias avenidas y arquitectura monumental de estilo estalinista. De todos los lugares de interés turístico que hay en la ciudad, estos son los 6 que considero imprescindibles:
PLAZA DE LA INDEPENDENCIA
Esta plaza fue inaugurada a principios de los años 30 y sus dimensiones son gigantescas, ya que estaba concebida para albergar mítines y ceremonias multitudinarias. Durante la época comunista se llamó Plaza Lenin, pero cuando Bielorrusia obtuvo la independencia se le cambió el nombre (Nyezalyezhnastsi en idioma local). Los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial arrasaron buena parte de sus edificios, y el centro neurálgico de Minsk se trasladó a la Plaza de Octubre. Aunque poco después fueron sustituidos por otras construcciones aun más imponentes y hoy día constituye una de las principales atracciones de la ciudad, con varios monumentos destacados:
1. Palacio de Gobierno: alberga la Asamblea Nacional de Bielorrusia, en teoría el principal órgano legislativo de Bielorrusia (en la práctica se hace lo que dice el presidente Alexander Lukashenko). Fue construido en el año 1934 y se compone de una serie de bloques de cemento de diferentes alturas llenos de ventanas. Es un perfecto ejemplo del constructivismo, un estilo arquitectónico que proponía edificios austeros de formas geométricas, y me recordó bastante al Derzhprom de Kharkiv. El Palacio de Gobierno sobrevivió a las bombas y los Nazis ubicaron aquí el cuartel general de la Gestapo.
2. Estatua de Lenin: está situada frente al Palacio de Gobierno, sobre un pedestal cubierto de relieves. Los alemanes la destruyeron pero fue repuesta en 1945 y todavía permanece en pie. Una imagen bastante inusual, ya que en la mayoría de ex-repúblicas de la URSS las estatuas de Lenin han sido retiradas por los trágicos recuerdos que evocan.
Yo me moría de ganas de hacer fotos del Palacio y la Estatua, pero la cosa no era sencilla. Primero, en Bielorrusia está oficialmente prohibido fotografiar cualquier edificio público. Y segundo, durante las manifestaciones contra Lukashenko que tuvieron lugar semanas antes de mi visita, el Palacio de Gobierno se convirtió en uno de los objetivos de la gente y estaba rodeado de vallas metálicas, con los ánimos todavía a flor de piel.
Reconozco que mientras me acercaba al Palacio iba cagado de miedo. Había visto una pareja de policías paseando por la plaza, y junto al edificio hay una garita con un agente vigilando. Además la zona estaba desierta y mi aspecto no me ayudaba a pasar desapercibido (un tipo solo, con mochila y cámara réflex). Pero bueno, al final hice alguna foto a media distancia y me fui de allí con el corazón a mil por hora.
Tras varios días en Minsk decidí regresar y actuar con normalidad a ver qué pasaba. Primero me planté frente a la estatua de Lenin y le hice un par de fotos. Después me alejé un poco e hice otra más del conjunto. El agente de la garita estaba a menos de 10m de mí y no me dijo nada. Y me marché sin mirarle. Al final imagino que todo depende del guarda de turno y sus ganas de complicarte la vida.
3. Iglesia de los Santos Simón y Elena: un templo católico que data del año 1910. Aunque poco después, tras la Revolución Bolchevique de 1917, fue saqueado y convertido en un cine, y no recuperó sus funciones hasta 1990. Es de estilo románico y está construido con ladrillos de color rojo, por eso también recibe el nombre de “Iglesia Roja”.
En el exterior destacan el campanario de 50m de altura y las pesadas puertas de hierro cubiertas de relieves. Cerca de la entrada hay una estatua del Arcángel Miguel matando a un dragón, donde pude ver un pequeño altar en homenaje a un soldado fallecido, con fotos y velas. Yo visité la Iglesia el día de Navidad y se estaba celebrando una misa multitudinaria que me impidió el acceso (no cabía ni un alfiler), así que volví otro día. De todas formas, el interior es muy normalito y lo que más me gustó fue la otra cara de las puertas, con más relieves.
4. Universidad: tiene dos sedes en la plaza. Una de ellas es la Facultad de Pedagogía, y está situada en un edificio que a simple vista parece un hotel.
5. Sede del Metro de Minsk: construida en el año 1984, se compone de una torre blanca flanqueada por edificios de oficinas.
6. Oficina Central de Correos: es de 1953 y su fachada es imponente, con un relieve donde aparece el símbolo comunista de la hoz y el martillo.
En la plaza también hay una fuente con las esculturas de 3 cigüeñas (el ave nacional de Bielorrusia). Y durante mi visita el lugar estaba decorado con adornos navideños, incluido un enorme árbol, montones de luces y un pesebre dentro de la iglesia.
AVENIDA DE LA INDEPENDENCIA
Se trata de la principal calle de Minsk, y con sus 15km de longitud es una de las más largas de Europa. Antes de 1941 se llamaba Sovietskaya y la Guerra apenas dejó construcciones en pie. Pero pronto resurgió de sus cenizas y se llenó de elegantes edificios de estilo estalinista, decorados con columnas, arcos, relieves y estrellas.
La Avenida de la Independencia comienza en la plaza del mismo nombre y se dirige hacia el este, pasando por algunos de los lugares más interesantes de la ciudad. Yo recorrí a pie un tramo de unos 4,5km, y esto fue lo que vi:
1. Sede de la KGB: en Bielorrusia el Servicio de Inteligencia todavía está en manos del KGB (otro legado de la época soviética). Hay quien dice que sus prácticas no han cambiado mucho, jugando un papel fundamental en la represión de las protestas contra Lukashenko, e incurriendo en repetidas violaciones de los derechos humanos. La verdad es que me esperaba un edificio más siniestro, y en su lugar me encontré una construcción naranja de estilo neoclásico, con columnas y una torre. Por supuesto hacer fotos no es la mejor idea (no hay guardas a la vista pero sí varias cámaras), aunque yo no me pude resistir y conseguí un par desde la acera opuesta.
A escasos metros hay un parque dedicado a Felix Dzerzhinsky, uno de los principales colaboradores de Lenin y fundador del Cheka (el organismo precursor del KGB).
2. Almacenes GUM: en tiempos de la URSS el GUM era el principal centro comercial de la mayoría de ciudades. El de Minsk tiene 3 plantas y merece la pena visitar el interior, con columnas y relieves de color dorado (en uno se puede ver un grupo de gente sosteniendo la hoz y el martillo); y numerosas tiendas con todo tipo de productos a la venta, entre los que llaman la atención los souvenirs (muñecas matryoshka, figuras de cerámica…).
3. Tsentralny: una cafetería con una decoración llena de encanto, donde hay lujosas lámparas colgando del techo, columnas de mármol y paneles con coloridos relieves. Los lugareños acuden en masa a comer sándwiches y dulces, ya que los precios son baratísimos (y encima a última hora del día hay importantes descuentos).
4. Plaza de Octubre: después de la Segunda Guerra Mundial se convirtió en la principal plaza de Minsk. Su nombre (Oktyabrskaya o Kastrichnitskaya) conmemora la fecha en que los Bolcheviques, liderados por Lenin, tomaron el poder en Rusia. En ella se puede ver el Palacio de Cultura del Sindicato de Trabajadores, uno de los edificios más espectaculares de la ciudad. Fue construido en 1956 y su fachada de estilo neoclásico está adornada con enormes columnas y esculturas. Actualmente alberga el Strana Mini, un museo con miniaturas de las principales atracciones de Bielorrusia. Otro llamativo edificio es el Palacio de la República, que data del 2001, utilizado para conciertos y reuniones.
Al principio la plaza estaba presidida por una estatua de Stalin, pero en el año 1961, tras caer en desgracia dentro del Partido Comunista, fue retirada. Aquí también se encontraba el Museo de la Gran Guerra Patriótica, trasladado a su ubicación actual en el 2014. Durante mi visita el centro estaba ocupado por el árbol de Navidad más grande del país, con una altura de 30m. En los alrededores el ambiente era muy animado, con montones de niños jugando, un mercadillo, puestos de comida y música pop rusa a todo volumen.
5. Belarusian Circus: data de 1958 aunque su aspecto es impecable tras varias renovaciones. Cerca de la entrada hay una serie de esculturas relacionadas con el mundo del circo, como un grupo de animales en equilibrio, dos saltimbanquis o un payaso de metal.
6. Río Svislach: se cruza por un puente que ofrece vistas geniales, pasando entre los Parques Janka Kupala y Gorky. Al ser invierno los árboles no tenían hojas y el agua estaba helada, creando un paisaje mágico. En uno de los edificios cerca del río tenía su vivienda Lee Harvey Oswald (el asesino de Kennedy) durante los casi 3 años que pasó trabajando en Minsk.
7. Plaza de la Victoria: en el centro hay un Monumento dedicado a los caídos durante la Segunda Guerra Mundial. Se trata de un obelisco de 40m de altura con 4 magníficos relieves que representan escenas de la batalla, coronado por una estrella roja. Cerca hay una llama eterna y todo tipo de simbología soviética. Bajo el Monumento hay un Memorial subterráneo con dibujos y fotos de la época, carteles con información en inglés, y altavoces que emiten himnos patrióticos.
La plaza (llamada Pobyedy) tiene forma elíptica y está rodeada de bonitos edificios con fachadas onduladas, torres y columnas. Sin duda una de las imágenes icónicas de Minsk.
8. Plaza Yakub Kolas: dedicada a un famoso poeta bielorruso, luce una enorme estatua donde aparece sentado, rodeado de otras más pequeñas con personajes de sus relatos. En la plaza se pueden ver interesantes construcciones, como la Filarmónica; el Sports Museum (que luce los aros olímpicos); o el Centro Comercial TSUM. Aquí acabó mi recorrido.
La Avenida de la Independencia es un lugar ideal para pasear y observar a la gente. Las tiendas tienen entradas señoriales y rótulos curiosos; hay estrellas de Stalin por todas partes; y placas con relieves dedicados a personalidades importantes. Todo me llamaba la atención y mi cámara de fotos echaba humo. Por supuesto era el único turista y recibí bastantes miradas curiosas.
ARTE SOVIETICO
Minsk es una ciudad anclada en el tiempo y son innumerables los edificios, esculturas y mosaicos que evocan su pasado dentro de la Unión Soviética. A parte de los que ya he comentado, estos son otros que recomiendo:
1. Metro Kastrychnitskaya: en el exterior de sus dos entradas (a cada lado de la Avenida de la Independencia) hay una serie de mosaicos titulada “October Revolution”, con diferentes escenas de temática soviética: trabajadores, fábricas, soldados, astronautas flotando… Dentro hay columnas y un relieve con la hoz y el martillo. Está prohibido hacer fotos en el interior de las estaciones de Metro, pero con discreción todo es posible.
2. Island of Tears: se trata de una isla situada en el río Svislach a la que se accede por un puente peatonal. En ella hay un Memorial dedicado a los soldados bielorrusos fallecidos durante la Guerra de Afganistán. Consiste en una capilla rodeada de esculturas donde aparecen mujeres llorando. Dentro hay 4 altares con relieves y los nombres de las víctimas; y coloridas pinturas murales. No muy lejos también hay una estatua de un ángel de rostro triste. Desde aquí las vistas de Trinity Hill son excelentes.
3. KFC Soviético: la fachada está decorada con un impresionante relieve de 1967 titulado “Solidarity”. Aquí se ubicaba la Casa de Moda, que en tiempos de la URSS se encargaba de diseñar la ropa que podían vestir sus ciudadanos. KFC se estableció en el 2015 y el interior es completamente normal.
4. Cine Moskva: fue inaugurado en 1980 y el exterior se conserva muy bien. Está a escasos metros del KFC Soviético.
5. Palacio de Deportes: hasta la construcción del Minsk Arena este era el principal recinto para la celebración de eventos, como partidos de hockey sobre hielo (el deporte nacional de Bielorrusia), competiciones de gimnasia o conciertos. Data de 1966 y está situado frente al Cine Moskva. Ofrece bonitas vistas del río Svislach, Island of Tears y Trinity Hill. Además en los alrededores hay numerosos puestos de comida.
6. National Exhibition Centre: inaugurado en 1988, es un edificio de formas onduladas que simboliza una flor, y acoge diferentes ferias comerciales. Para llegar caminé casi 3km desde el Palacio de Deportes, pasando junto a espectaculares bloques de pisos a mi izquierda y los bosques de Victory Park a mi derecha.
Al lado del National Exhibition Centre se encuentra State Flag Square, donde ondea una enorme bandera sobre un mástil de 70m de altura. Y el Palacio de la Independencia, una de las residencias oficiales de Alexander Lukashenko, construida en el año 2013. El edificio me pareció interesante, con relieves dorados y una escultura en los jardines. Pero está protegido por una verja metálica llena de cámaras de vigilancia y evité hacer fotos.
7. Metro Frunzienskaja: su fachada exhibe el mejor mosaico soviético de Minsk. Se titula “Storming of the Winter Palace” y es una obra maestra de Alexander Kishtchenko. Recrea el asalto Bolchevique a la residencia del Emperador de Rusia en 1917 y aparecen docenas de personajes, con la hoz y el martillo en el centro. Cada día pasaba por aquí camino del supermercado y no podía evitar detenerme unos segundos a contemplarlo.
MUSEO-ESTUDIO DE ZAIR AZGUR
*Horario: 10h – 18h (domingo y lunes cerrado)
*Precio: 5R
*Fotografía: ok
Zair Azgur es uno de los escultores más famosos de Bielorrusia. Comenzó a trabajar en Minsk en el año 1930 y se especializó en la creación de estatuas y bustos de personalidades de la época. Entre sus primeros trabajos destacan las primeras esculturas del Palacio de Gobierno o el Bolshoi Opera & Ballet Theatre. La Segunda Guerra Mundial acabó con estas obras, pero Azgur continuó realizando numerosos encargos destinados a decorar las principales calles y plazas de la capital. En 1984 ubicó su estudio en un nuevo edificio, y tras su muerte en 1996 se decidió convertirlo en un Museo reuniendo algunas de sus obras más importantes.
Tras comprar la entrada estuve unos minutos leyendo un par de hojas en inglés con la historia de Zair Azgur y el Museo; y a continuación una amable señora me enseñó las diferentes salas. El Museo se compone de 2 partes:
1. Planta Baja: hay dos enormes bustos de bronce de Lenin y Marx que hasta el año 1991 estaban situados cerca de la residencia oficial del Presidente Lukashenko; y un estudio con diferentes esculturas.
2. Primer Piso: tiene una sala de grandes dimensiones con docenas de bustos y estatuas obra de Azgur. Entre ellas destaca la estatua de Stalin que presidía la Plaza de Octubre. Pero también hay muchas otras caras conocidas, como Churchill, Roosevelt, Mao Zedong, Ho Chi Minh… Y como no, Lenin y Marx. Me encantó.
En el edificio se pueden ver pequeñas exposiciones de arte moderno, pero no me acabaron de convencer, así que la visita duró alrededor de media hora. En solitario quizás hubiera alargado algo más en busca de mejores fotos, pero la presencia de la señora me agobió un poco.
MUSEO DE LA GRAN GUERRA PATRIOTICA
*Horario: 10h – 18h (domingo cerrado)
*Precio: 9R
*Fotografía: ok
Los rusos conocen la Segunda Guerra Mundial con el nombre de Gran Guerra Patriótica. Y solo abarca de 1941 a 1945, ya que previamente existía un pacto de no agresión entre Hitler y Stalin. Alemania lo rompió e invadió la Unión Soviética con la Operación Barbarossa, una gigantesca ofensiva militar que avanzó imparable hacia el este creando un frente de casi 3mil kilómetros de longitud. En el caso de Bielorrusia, al tratarse de un país llano, sin defensas naturales, y no estar preparado para el ataque, las tropas alemanas conquistaron Minsk en apenas 6 días.
Bielorrusia estuvo en manos de los Nazis durante casi 3 años y fue uno de los territorios de la URSS que más daños sufrió. Se calcula que perdieron la vida alrededor de 2,2 millones de personas, entre soldados y civiles (casi una cuarta parte de la población); la mayoría de ciudades quedaron reducidas a escombros; y sus importantes comunidades judías fueron prácticamente borradas del mapa. Un desastre sin precedentes que tardó décadas en superarse.
Para conmemorar la victoria de la Unión Soviética sobre la Alemania de Hitler, tras la liberación de Minsk se inauguró el Museo de la Gran Guerra Patriótica, al igual que en otras importantes ciudades como Kiev o Moscú. Al principio estaba en la Plaza de Octubre, pero en el año 2014 se trasladó a su ubicación actual en la Plaza de los Héroes (la ceremonia contó con la presencia de Vladimir Putin).
Tras pagar la entrada dejé mi mochila y la chaqueta en una consigna y comencé la visita del Museo. El recinto se compone de varias salas con exposiciones que dan una visión muy detallada del conflicto, desde el inicio de la Segunda Guerra Mundial hasta la caída de Berlín. En ellas se habla de las diferentes batallas, con docenas de fotos de sus héroes, medallas y objetos personales; los Partisanos, que crearon comandos para luchar contra las tropas invasoras; los horrores del Nazismo, con fotos macabras de fosas comunes, gente ahorcada y aldeas masacradas…
Hay carteles de propaganda soviética; una enorme sala con varios vehículos militares y armamento de la época (tanques, aviones, cañones antiaéreos…); y al final se llega al Victory Hall, con un altar y una cúpula sobre la que ondea una bandera roja con la hoz y el martillo. Los paneles informativos también están en inglés y pasé un par de horas muy entretenido, sin apenas compañía.
La Plaza de los Héroes fue inaugurada en el año 1985 y se compone de un monolito rematado por una estrella; una estatua de la Madre Patria; y una serie de paneles con relieves donde aparecen escenas de la Guerra. También merece la pena dar un paseo por Victory Park (o Pobyedy), atravesado por el río Svislach, donde hay senderos que se internan en el bosque. Siempre y cuando el tiempo acompañe (mi visita coincidió con un día de invierno en el que arreciaban el viento y la nieve).
CASCO ANTIGUO
Como ya he comentado anteriormente, los bombardeos del ejército Nazi redujeron Minsk a escombros, incluido su Casco Antiguo, que estaba atravesado por el río Svislach. Tras la Guerra la zona quedó desierta, hasta que durante los años 80 el gobierno decidió reconstruir los edificios que había en el lugar, respetando el mismo aspecto que tenían. En la actualidad se pueden visitar dos barrios:
Trinity Hill
Formado por una serie de calles adoquinadas con hileras de viviendas pintadas de vivos colores. La mayoría albergan museos, tiendas de artesanía, cafés y restaurantes. La imagen desde la orilla opuesta del río es realmente fotogénica, al igual que desde Island of Tears. Durante mi visita las obras continuaban y había una amplia zona protegida por una valla metálica (el gobierno planea reconstruir el Castillo de Minsk).
Upper Town
Distribuido alrededor de la Plaza Svobody, cuenta con varios monumentos que llaman la atención:
*Ayuntamiento: reconstruido en el año 2006, es un bonito edificio de color blanco con columnas y una torre del reloj.
*Catedral del Espíritu Santo: el templo original data de finales del siglo XVII y era parte de un monasterio católico. En 1860 pasó a ser ortodoxo, y durante la etapa comunista tuvo todo tipo de utilidades, desde gimnasio a almacén de grano. Hoy día es la iglesia más venerada de la ciudad y mientras estuve allí no pararon de entrar fieles santiguándose y dejando velas encendidas frente a los iconos sagrados.
*Catedral de la Virgen María: fue construida en el siglo XVIII. Pertenecía a un monasterio jesuita y su fachada barroca es una auténtica obra de arte.
La verdad es que, una vez asumido que todo lo que estaba viendo era moderno, me gustó pasear por el Casco Histórico. El ambiente es muy animado, con numerosas esculturas, gente paseando, carteles informativos junto a cada edificio, y unas vistas preciosas del río y los alrededores.
ALOJAMIENTO EN MINSK
En total estuve 12 días en Minsk, y me alojé en el mismo lugar:
Hotel Center on Korolya – 48R/Noche
*Puntos a favor: habitación espaciosa; lavabo privado, con ducha de agua caliente; limpieza extrema; ubicación muy céntrica, a 10 minutos a pie de la Avenida de la Independencia; tranquilidad total por la noche; wifi rápido; nevera; encargadas de la recepción muy amables.
*Puntos en contra: cama individual; colchón bastante incómodo; pica del lavabo minúscula (cada vez que la utilizaba llenaba el suelo de agua).
Reservé este alojamiento a través de Booking y fue todo un acierto. Mi habitación estaba en el tercer piso y, a excepción de una noche, fui el único huésped, disfrutando de un silencio sepulcral. Además se encuentra cerca de la parada de Metro Frunzienskaja, un supermercado Euroopt y diferentes cafés y restaurantes. Una base ideal para explorar Minsk.
CONCLUSION
Minsk es sin duda la principal atracción turística de Bielorrusia, y si eres un amante del arte soviético te va a encantar recorrer sus calles, con una atmósfera que parece anclada en el tiempo. En el post incluyo los 6 lugares que considero imprescindibles, aunque como digo siempre, estas listas tienen un componente subjetivo importante y están abiertas a debate. Habrá a quien el Museo-Estudio de Zair Azgur no le interese lo más mínimo y en cambio disfrute paseando por el Parque Gorky. Todo es cuestión de gustos (y de la época del año en que visites la ciudad).
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