Excursiones en los alrededores de Yerevan visitando memoriales soviéticos, recintos arqueológicos y una garganta cubierta de columnas de basalto
En Yerevan no abundan los lugares de interés turístico, pero por suerte la ciudad se encuentra a escasa distancia de diferentes atracciones que se pueden visitar en excursiones de un día. Algunas están en las afueras, como Erebuni o el Armenian Genocide Memorial. Y otras requieren un trayecto más largo, que en ningún caso superará la hora y media. Aquí tienes las 6 que recomiendo.
Para desplazarme por los alrededores de Yerevan utilicé dos tipos de transporte: marshrutka y taxi. Aunque este último a través de la app para móvil Yandex (similar a la más conocida Uber). Su funcionamiento no podía ser más sencillo: seleccionas el destino; recibes el precio (mucho más económico que un taxi normal y sin necesidad de engorrosas negociaciones); encargas el servicio; y al cabo de unos minutos aparece el vehículo en tu ubicación (sin tener que explicarle dónde quieres ir).
CASTILLO DE EREBUNI
*Horario: 10.30h – 16.30h (lunes cerrado)
*Precio: 1.000D
*Fotografía: ok
Los orígenes de Armenia están vinculados al antiguo Reino de Urartu, que en el siglo IX AC, tras la caída del Imperio Hitita, se convirtió en una de las potencias más poderosas de Oriente Próximo, en constante pugna con los Asirios. Su capital era Tushpa (la actual Van), aunque a medida que el reino crecía se construyeron nuevas ciudades. Una de ellas fue Erebuni, fundada en el año 782 AC por el Rey Argishti I para defender la frontera norte de los continuos ataques de tribus invasoras, como los Cimmerios.
Erebuni, levantada en lo alto de una colina al este de Yerevan, era una ciudadela fortificada en cuyo interior había lujosos edificios, como el Palacio Real o el Templo de Khaldi (el principal dios del panteón urartiano). Porque allí residía el monarca durante las campañas militares. Pero tras más de 300 años de dominio, el Reino de Urartu fue derrotado por una alianza de Medos y Escitas. Aún así, Erebuni continuó habitada y mantuvo su importancia en tiempos del Imperio Persa. Además dio lugar a la actual Yerevan, cuyo nombre es una derivación de Erebuni.
Se puede llegar a Erebuni en autobús, pero mi alojamiento estaba a escasos kilómetros. Así que utilicé la app de Yandex, y por solo 400D (menos de 1€) me vino a buscar un taxi a la puerta y me dejó junto a la colina.
El recinto consta de 2 partes:
1. Museo: un edificio rojo de dos plantas, con relieves y esculturas modernas de estilo urartiano. En su interior me encontré una atmósfera totalmente distinta a la del Museo de Historia de Armenia: encargadas amables y sonrientes; y posibilidad de hacer fotos. Eso sí, el contenido del museo es muy inferior. Me gustaron las piedras con escritura cuneiforme; unos cuernos de plata para beber vino (llamados Rhythons) con figuras de caballos; y los diferentes paneles con amplias explicaciones en inglés para entender la historia de Erebuni. En total estuve algo más de media hora en el museo, con muy poca gente a mi alrededor.
2. Colina: tras recorrer el museo se sube por unas escaleras a la cima del monte donde están las ruinas de Erebuni. Las paredes de piedra han sido reconstruidas, incluida la gran muralla exterior; y los frescos originales se trasladaron en su día al Museo de Historia. Además, mi visita coincidió con un grupo de arqueólogos que estaba trabajando en parte del recinto; y dos autocares de turistas que le quitaron bastante atmósfera al lugar. Pero pasé un rato entretenido caminando entre los muros, descubriendo varias piedras con escritura cuneiforme. Y disfruté de unas vistas geniales. Ante mí se extendía la ciudad de Yerevan, salpicada de fábricas abandonadas y edificios soviéticos; y en el horizonte el Monte Ararat completamente despejado, con el Pequeño Ararat a la izquierda.
En la entrada del recinto dos estudiantes de música armenias me ofrecieron la posibilidad de interpretar para mí algunas canciones tradicionales (imagino que a cambio de una propina). Pero la situación hubiera sido surrealista, y dije que no. Con un grupo de turistas tenía gracia, pero para mí solo… ¡Me muero de vergüenza!
ARMENIAN GENOCIDE MEMORIAL
*Horario: 10h – 17h (lunes cerrado)
*Precio: gratis
*Fotografía: ok
En el año 384, tras una serie de batallas, el Reino de Armenia fue dividido en dos por sus poderosos vecinos: Armenia Oriental pasó a formar parte del Imperio Sasánida (Persia), mientras que Armenia Occidental quedó dentro del Imperio Bizantino. Los armenios del oeste gozaron de una gran autonomía y vivieron con relativa tranquilidad. Hasta que en el siglo XV el Imperio Otomano derrotó a los bizantinos y se hizo con el control de todos sus territorios, incluida Armenia Occidental. Durante mucho tiempo los armenios aceptaron con resignación el trato vejatorio recibido por parte de los turcos, que les consideraban “infieles”. Pero en el siglo XIX surgió un movimiento de protesta que se enfrentó al gobierno reclamando mejores condiciones. El resultado: una sangrienta oleada de represión, como las Masacres Hamidianas (por el Sultán Abul Hamid II) que se cobraron 300mil víctimas entre 1894 y 1896.
El siglo XX comenzó con dos hechos clave:
*Los Jóvenes Turcos (un partido nacionalista de corte radical) se hicieron con el poder en Turquía tras un golpe de estado.
*Estalló la Primera Guerra Mundial, que entre otros países enfrentó al Imperio Otomano con el Imperio Ruso (en cuyo territorio se encontraba Armenia Oriental, arrebatada a los persas años antes).
Y a partir de aquí, cada parte explica una historia. Los turcos alegan que los armenios se aliaron con los rusos para derrotarles, y todo lo que ocurrió a continuación hay que enmarcarlo en un escenario de guerra. Los armenios afirman que los turcos aprovecharon la confusión reinante para llevar a cabo la limpieza étnica que tenían planeada desde hacía tiempo.
Una cosa está clara: en 1918, con el fin de la Primera Guerra Mundial, la práctica totalidad de los armenios otomanos había “desaparecido” (alrededor de 1,2 millones). Y los relatos de multitud de testigos eran espantosos: caravanas de armenios deportados al desierto sirio hacia una muerte segura; pueblos enteros arrasados; ejecuciones masivas; violaciones; torturas… Aunque a fecha de hoy el gobierno turco sigue sin reconocer el Genocidio, al igual que muchos otros países del mundo (entre ellos España, porque igual algunos estados de Sudamérica le empiezan a reclamar lo mismo y no conviene).
El Armenian Genocide Memorial fue construido en 1967 sobre una colina en las afueras de Yerevan. No hay transporte público directo. Para llegar utilicé la app Yandex, y viajé desde Erebuni por 1.200D. El recinto consta de 2 partes:
1. El Memorial, al final de una amplia avenida. Con una estela puntiaguda de 44m de altura; y 12 enormes losas formando un círculo, en cuyo centro arde una llama de forma permanente. Los armenios acuden con flores y las depositan alrededor de la llama a modo de homenaje. Durante mi visita la atmósfera era de gran solemnidad, con caras serias y música clásica de fondo.
2. Un Museo de dos plantas con varias salas en las que se exponen fotografías y relatos que documentan el Genocidio con todo lujo de detalles. Yo estuve una hora larga leyendo historias espeluznantes y viendo imágenes de cadáveres y niños huérfanos, y reconozco que al final acabé bastante tocado. Resulta increíble ver de lo que es capaz el ser humano…
A pesar de todo, de vez en cuando veía chicas sonrientes haciéndose selfies en actitud sexy delante del Memorial (una lo cogía como si fuera la Torre de Pisa); o chavales posando junto a fotografías llenas de dolor. Me pareció una auténtica falta de respeto.
Dos últimas curiosidades: los kurdos, que ahora son un pueblo oprimido en Turquía, participaron muy activamente en las matanzas de armenios, velando por sus propios intereses. Ironías del destino… Y los armenios pusieron en marcha en los años 20 la Operación Némesis, que buscó y asesinó a alguno de los principales organizadores del Genocidio, ocultos en Europa.
MONASTERIO DE GEGHARD
*Horario: 9h – 18h
*Precio: gratis
*Fotografía: ok
Este lugar ya era sagrado desde tiempos inmemoriales, cuando las gentes del lugar acudían a rezar a una cueva de la que brota un manantial. En el siglo IV se construyó el primer monasterio, pero fue completamente arrasado por los árabes en el año 923. Más tarde, en el siglo XIII, durante el reinado de la Dinastía Zakarida, se levantó un segundo monasterio, que pronto se convirtió en un importante centro de peregrinaje, ya que (en teoría) guardaba importantes reliquias, como la Lanza de Longinus (Geghard significa “lanza”); o un trozo del Arca de Noé.
Geghard está situado 36km al este de Yerevan, y llegar en transporte público implica coger dos autobuses y un taxi, con una importante pérdida de tiempo. Así que en su lugar decidí utilizar la app de Yandex, y al cabo de 3 minutos apareció un taxi en la puerta de mi guesthouse en Yerevan. El conductor era muy simpático, aunque (para variar) no hablaba ni una palabra de inglés. Precio: 4.200D.
El trayecto desde Yerevan fue realmente agradable. Lucía un sol radiante, y durante un buen tramo pude disfrutar de unas vistas geniales del Monte Ararat, completamente despejado. Mientras, atravesamos alguna pequeña población siguiendo una carretera en buen estado que no paraba de subir. Y llegamos al monasterio. Desde la distancia la imagen es espectacular: Geghard está en el Cañón del Río Azat, con la iglesia principal rodeada de montañas y pináculos de roca de color naranja, y una luz perfecta para la fotografía. Para evitar problemas, pedí al taxista que me esperara y después me llevara al siguiente destino del día. La sorpresa fue enterarme que en Yandex el tiempo de espera se paga (cada hora cuesta 1.500D). Pero no me iba de 3€ más, y comencé la visita. Esto fue lo más destacado:
1. Surp Astvatsatsin: es la iglesia principal, y tiene una fachada con magníficos relieves, como el de un león atacando a un buey; un par de palomas; o árboles llenos de granadas. En el interior hay imágenes de santos y un Gavit anexo con una espectacular cúpula cubierta de estalactitas.
2. Capillas talladas en la roca: fueron realizadas a mediados del siglo XIII, cuando el príncipe Khaghbakian Prosh compró el monasterio a los Zakaridas. Se accede a ellas desde el Gavit. En una se encuentra el manantial de aguas sagradas que adoraban los lugareños. La otra está precedida por la tumba del príncipe Khaghbakian, con varios relieves que me encantaron. Como dos leones y un águila sosteniendo un cordero en sus garras (el escudo de la familia proshiana); o dos sirenas. Los muros de la segunda capilla también están decorados con relieves de cruces y dos figuras humanas. Me pareció la parte más interesante del monasterio.
3. Alrededores: por todas partes hay khachkars y celdas excavadas en la pared de la montaña, donde vivían los monjes del monasterio. Para acceder a un conjunto tuve que subir por unas escaleras metálicas, con buenas vistas de la zona.
Geghard es un monasterio muy popular, y cuando llegué ya había unos cuantos autocares con grupos organizados. Y como los recintos son relativamente pequeños, cuando entran 40 personas de golpe la sensación es agobiante. Yo fui esquivando a la gente como pude, pero en algún momento me costó disfrutar del ambiente. En total estuve una hora visitando Geghard. El taxista me acompañó y me estuvo enseñando detalles interesantes. En alguna situación similar sospeché que el conductor lo hacía para acortar el periodo de espera (como en Qobustan). Pero en este caso al hombre le daba igual que me tirara una o tres horas, porque iba a cobrar en función del tiempo, así que lo hizo de buena fe y me gustó el detalle.
TEMPLO DE GARNI
*Horario: 9h – 22h
*Precio: 1.500D
*Fotografía: ok
El Templo de Garni fue construido en el siglo I durante el reinado de Tiridates I, y estaba dedicado a Mitra, dios del Sol. En esa época el Reino de Armenia estaba controlado por el poderoso Imperio Romano de Nerón, aunque en constante pugna con el Imperio Parto, que desde el este quería ampliar su área de influencia.
Yo viajé a Garni tras visitar el Monasterio de Geghard (a 10km de distancia), aprovechando el taxi que había contratado a través de la app Yandex. El conductor me dejó junto a la puerta, me cobró 1.300D, y nos despedimos. Pronto me di cuenta que este templo es igual de popular que Geghard, ya que todos los grupos organizados visitan ambos lugares el mismo día. Y en la calle principal de la población se acumulaban enormes autocares y furgonetas turísticas. Una vez más tocaba armarse se paciencia…
Cerca de la puerta había varios puestos callejeros vendiendo productos típicos. Así que nada mejor que acudir a uno, comprarme un trozo de Gata (una torta típica rellena de pasta de frutos secos) y un café con leche (todo por 800D), y sentarme unos minutos en un pequeño taburete que me dejó la dueña. Las cosas siempre se ven mejor con el estómago lleno…
A continuación compré el ticket de acceso y comencé a explorar el lugar. Esto fue lo más destacado de mi visita:
1. Templo: de estilo Helenístico, está rodeado de un pórtico con columnas de 7m de altura, y cubierto de relieves con motivos florales y geométricos. Su imagen impresiona, y es el único templo greco-romano que hay en Armenia, y en toda la antigua Unión Soviética.
Cuando el Reino de Armenia adoptó la religión Católica se procedió a la destrucción de todos los templos paganos. No está claro el motivo por el que el Templo de Garni se escapó. Hay quien dice que por su belleza arquitectónica. Aunque otros afirman que fue gracias a su reconversión en residencia de verano de la hermana del rey. Lo que no pudo resistir fueron los efectos de un violento terremoto que en 1679 lo redujo a escombros. Durante siglos sus restos permanecieron esparcidos por el valle, hasta que en los años 70 se decidió reconstruir el templo.
2. Otros restos arqueológicos: debido a su ubicación Garni ha estado habitada desde hace miles de años. Y a parte del famoso templo se conservan algunos tramos de muralla; unos baños romanos con un mosaico; diversas khachkars; o los cimientos de un palacio y una iglesia. Vale la pena dar un paseo por los alrededores.
3. Vistas: el templo está situado al pie de la Garganta de Garni, en un meandro formado por el río Azat. Y la panorámica es memorable, con viviendas colgando al borde del acantilado; enormes paredes de roca; y las aguas del río al fondo.
Como era de esperar, en el Templo de Garni me encontré muchísima gente. Todo el mundo en busca de la foto más inverosímil. Aunque hacia la hora de comer el recinto parecía algo más despejado.
Tras la visita, decidí bajar a explorar la Garganta de Garni. Desde el templo había observado unas formaciones rocosas muy peculiares y quería ver aquello de cerca. El sendero arranca cerca de la entrada al templo, y desciende pasando junto a viviendas rodeadas de árboles frutales. De camino me encontré con una serpiente de gran tamaño que se escondió entre la vegetación. Y tras unos 20 minutos llegué al fondo del valle.
Lo que allí me encontré superó cualquier expectativa. Los lugareños llaman a la zona “Sinfonía de las Piedras”, y consiste en un tramo del cañón donde las paredes están compuestas por columnas de basalto, creando formas espectaculares. En algunos puntos me parecía estar frente a un gigantesco órgano. Una auténtica maravilla de la naturaleza. Y nada famosa, por lo que vi poquísimos turistas. Aunque durante mi visita había un grupo de operarios trabajando en la construcción de un paseo asfaltado junto a la zona. Lo mejor es recorrer el lugar en la parte central del día, de 11h a 14h, cuando el sol ilumina las paredes del cañón y se pueden obtener fotografías geniales. Mi cámara echaba humo…
Después de más de una hora examinando cada detalle, regresé a Garni por el mismo camino. Esta vez cuesta arriba, y con unas rampas finales que me dejaron sin respiración. A continuación fui a la carretera principal y esperé un momento hasta que pasó una marshrutka rumbo a Yerevan (250D).
MEMORIAL DE SARDARAPAT
Fue construido en el año 1968 para conmemorar el 50 aniversario de la Batalla de Sardarapat. En 1917 la Revolución Rusa provocó la retirada de sus tropas de la región del Cáucaso en plena Primera Guerra Mundial, y la creación de la República Federal de Transcaucasia, compuesta por Armenia, Georgia y Azerbaiyán. Y el Imperio Otomano (que durante la guerra había perdido parte de Armenia Occidental) aprovechó esta situación de debilidad para recuperar sus territorios y lanzar un ataque contra la nueva república en 1918.
Su avance fue imparable, y en mayo las tropas turcas ya estaban en Sardarapat, a escasos 40km de Yerevan. Pero allí se encontraron con una feroz resistencia y, tras 9 días de combates y sufrir numerosas bajas, se vieron forzados a retirarse y poner fin al conflicto firmando el Tratado de Batumi. Obviamente los armenios se sienten muy orgullosos de esta victoria y la ponen como ejemplo de su carácter.
Llegar al Memorial de Sardarapat en transporte público fue un tanto laborioso. En total fueron 3 etapas:
*Taxi hasta la Terminal Central de Autobuses de Yerevan (Kilikiya Avtokayan): utilicé la app de Yandex, que de nuevo funcionó de forma impecable. Un taxi apareció al momento en la puerta de mi guesthouse y me llevó por 600D.
*Marshrutka a Armavir: justo cuando aparecí en la Terminal se marchó un vehículo completo. Pero por suerte el siguiente apenas tardó media hora en llenarse de pasajeros. El trayecto duró 45 minutos y fui cómodamente sentado junto a la ventana, rodeado de ancianas. Precio: 500D. En el exterior lucía un sol radiante, y atravesamos una zona de campos de cultivo y fábricas abandonadas.
*Taxi hasta el Memorial: la población de Sardarapat está a apenas 1km de Armavir, pero el Memorial se encuentra a 11km, en las afueras de Araks. La opción más viable es contratar un taxi para el trayecto de ida y vuelta, con un tiempo de espera. Yo negocié con un simpático abuelete al volante de un antiguo Mercedes, y su precio de salida (3.000D) me pareció correcto. Rumbo al Memorial pasamos por una calle que me dejó helado: había varios recintos con grupos de ovejas; y se estaba produciendo una auténtica matanza en plena acera. Vi un lugareño cortándole el cuello a una mientras se revolvía en el suelo; otras colgaban de ganchos ya muertas mientras eran despellejadas o abiertas en canal… Era domingo, pero desconozco si se celebraba algo especial.
Una vez en el Memorial de Sardarapat me encontré con una grata sorpresa: ¡no había absolutamente nadie! No me lo esperaba para nada, y pude fotografiar el lugar con total tranquilidad. Para empezar accedí por una escalinata flanqueada por dos enormes toros alados de piedra roja, y me encontré frente a un altísimo campanario. A la derecha hay una serie de tumbas y estelas dedicadas a las víctimas de la Guerra de Nagorno Karabakh. Allí unas señoras se mostraron extra amables (una me daba una manzana, otra me decía que su marido estaba en una de las tumbas), pero al cabo de un minuto ya me estaban pidiendo dinero y me largué.
A la izquierda del campanario hay una avenida con esculturas de águilas que acaba en un muro rojo con forma de semicírculo lleno de impresionantes relieves de estilo soviético: tropas, caballos pisoteando serpientes, filas de mujeres… También hay un Museo Etnográfico, pero no entré. Al final la hora de espera se me hizo corta, y tuve que volver al taxi a paso ligero. Lo ideal hubiera sido hora y media.
De regreso en Armavir, decidí dar un paseo por el pueblo y comer en algún restaurante, porque solo había desayunado dos plátanos y me moría de hambre. Pero me encontré con un lugar decadente de calles solitarias, viviendas abandonadas, descampados y montones de basura. La crisis tras la separación de la URSS golpeó con fuerza la región. Además, todos los locales de comidas estaban cerrados. Al final regresé a la zona de la carretera principal, mucho más animada, y conseguí dar con un sencillo restaurante. Allí me senté en su comedor de 3 mesas y pedí un Shawarma de ternera de gran tamaño con una Fanta de 0,5l que me dejó como nuevo. Precio: 1.200D. Tras llenar el estómago, caminé hasta la parada de marshrutkas y regresé a Yerevan.
La excursión al Memorial de Sardarapat se puede complementar con otras dos visitas que hay de camino:
1. Catedral de Echmiadzin: la sede de la Iglesia Ortodoxa Armenia, en cuyo museo se conservan importantes reliquias, como la Lanza de Longinus (procedente del Monasterio de Geghard).
2. Catedral de Zvartnots: data del siglo VII y actualmente está en ruinas.
Ambos lugares están incluidos de forma conjunta en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Pero en Armenia hay tantas iglesias y monasterios que en algún momento hay que comenzar a seleccionar, o corres el riesgo de acabar hasta las narices. Yo había pensado visitar Zvartnots, pero mientras viajaba en la marshrutka el cielo se cubrió de nubes negras y comenzaron a caer gotas, así que lo dejé correr.
MONASTERIO DE KHOR VIRAP
Este lugar situado 32km al sureste de Yerevan es uno de los más populares de Armenia. Cuenta con una iglesia del siglo XVII; y permite contemplar muy buenas vistas del Monte Ararat. De hecho, todas las agencias de viajes locales exhiben una foto de la iglesia con la montaña de fondo. Pero yo no visité Khor Virap, por varios motivos:
*Para poder ver el Monte Ararat hay que desplazarse al lugar en un día muy despejado, y lo más temprano posible. De lo contrario la montaña aparece difuminada o directamente cubierta de nubes. Y los dos días que planeé viajar a Khor Virap amanecieron nublados, así que tuve que cambiar de planes.
*Podía haber realizado nuevos intentos, pero ya disfruté de excelentes panorámicas del Monte Ararat durante mi estancia en Dogubeyazit (y más tarde desde los Montes Geghama).
*El monasterio en sí no tiene nada de especial (los hay mucho mejores) y no justifica por sí solo el viaje. Además, ya comenzaba a estar saturado de arquitectura religiosa.
Dicho esto, considero que la excursión a Khor Virap está entre las 6 mejores de los alrededores de Yerevan (en las condiciones adecuadas), y por eso la incluyo en mi lista.
COMIDA EN YEREVAN
En Yerevan las opciones para comer son ilimitadas, con montones de cafés y restaurantes, pero yo no las exploté mucho. Estos fueron los 2 lugares que visité:
Karas
Se trata de una cadena de restauración armenia que cuenta con 15 establecimientos (la mayor parte en Yerevan). Yo acudí bastante a uno que hay a escasos metros de la Estación de Tren, cerca de mi alojamiento. Cuenta con un amplio menú que me permitió probar diferentes especialidades: ensaladas, dolma, kebabs, lahmajo, etc… Todo muy rico. Además, el servicio es eficiente y los precios asequibles. La única pega (si vas en grupo) es que se come en una barra con taburetes. Pero a mí no me importó.
Sherep
El Sherep es un restaurante de Yerevan muy recomendado por los lugareños, ubicado cerca de la Plaza de la República. La atmósfera es genial, con un comedor amplio, mesas espaciosas, música relajante y un ejército de camareros a tu disposición. Todo esto me hizo pensar que los precios iban a picar, pero para nada. El menú es muy extenso, y yo opté por dolma de verano (con hojas de col) y kupati con salsa de granada (unas salchichas típicas de Georgia que todavía no había probado). Para beber una jarra de cerveza marca Dilijan. Todo por 7.100D. Me gustó mucho.
CONCLUSIÓN
Yerevan constituye una base excelente para visitar numerosas atracciones turísticas ubicadas a escasa distancia. Entre ellas destacan monasterios medievales (Geghard y Khor Virap); recintos arqueológicos (Erebuni y Garni); solemnes memoriales (Sardarapat y el Genocidio Armenio); y las espectaculares columnas de basalto de la Garganta de Garni (no te puedes perder esta maravilla de la naturaleza). De hecho mucha gente recorre Armenia sin abandonar su hotel en la capital, realizando excursiones de un día incluso hasta lugares más alejados, como el Lago Sevan o el Monasterio de Tatev.
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