Un atmosférico monasterio, un emotivo memorial en honor a las miles de víctimas del Nazismo en Kiev y parques con vistas geniales del río Dnieper
Si no tienes problemas de tiempo y te has quedado con ganas de conocer más rincones de Kiev, no te preocupes. Aquí van 6 nuevos lugares que te mantendrán ocupado explorando esta ciudad llena de atractivos.
Para moverme por Kiev caminé o utilicé el Metro. Puedes comprar billetes individuales; o la Smart Card (una tarjeta monedero que cuesta 50G, válida también en autobuses y tranvías). En ambos casos el precio de un trayecto es de 8G (la única ventaja de la Smart Card es su comodidad). Las compras se realizan en la taquilla de cada estación o en unas máquinas expendedoras. Como curiosidad, el Metro de Kiev está construido a gran profundidad, y la estación de Arsenalna ostenta el récord mundial, con nada menos que 105m. Yo la utilicé en varias ocasiones y tardaba casi 4 minutos en subir o bajar sus dos escaleras mecánicas. Aunque la de Teatralna, cerca del Hotel Express donde me alojé, también es una locura.
PECHERSK LAVRA
*Horario: 9h – 18h (hasta las 16.30h las cuevas)
*Precio: 80G (Lavra Superior, con refectorio y alguna exposición menor) (Lavra Inferior gratuito)
*Fotografía: ok (excepto en las cuevas)
Para los Cristianos Ortodoxos un Lavra es un monasterio de alto rango, y Pechery significa “cuevas” en ucraniano. Por tanto Pechersk Lavra es el Monasterio de las Cuevas. Su origen se remonta al año 1013, cuando San Antonio llegó a Kiev procedente del Monte Athos (Grecia) con la misión de ayudar a expandir la nueva religión Ortodoxa en la federación del Kievan Rus. El monje se estableció en una cueva de la colina de Berestov, junto al río Dnieper. Y pronto comenzó a captar seguidores, que construyeron una serie de catacumbas donde vivían, rezaban y eran enterrados. Más tarde, en 1051, se fundó Pechersk Lavra y se levantaron los primeros edificios en el exterior para atender las necesidades de la creciente comunidad de monjes.
El monasterio fue un destacado centro de conocimiento, donde se producían iconos y códices lujosamente decorados. A lo largo del tiempo sufrió los efectos de guerras e incendios, pero siempre fue reconstruido, y en la actualidad es uno de los lugares más venerados de la Iglesia Ortodoxa, atrayendo a montones de peregrinos. Esto fue lo más interesante de mi visita:
Lavra Superior: pertenece al Ministerio de Cultura.
1. Catedral de la Asunción: es el principal templo del monasterio. El original fue dinamitado en 1941 y los rusos no hicieron nada por recuperarlo. Hasta que con la independencia de Ucrania se construyó una nueva catedral, inaugurada en el año 2000. El exterior tiene frescos y cúpulas doradas, y las paredes interiores están cubiertas de pinturas murales. El tráfico de fieles es constante, besando los diferentes iconos sagrados, santiguándose y poniendo velas.
2. Iglesia y Refectorio de los Santos Antonio y Teodosio: la iglesia cuenta con una cúpula espectacular, además de un refectorio con elaborados frescos que datan de principios del siglo XX. Me gustó mucho, y lo disfruté con la única compañía de una abuela que fregaba el suelo.
3. Gran Campanario: tiene 96m y cuando se construyó a mediados del siglo XVIII era la estructura más alta de Ucrania. Su aspecto es imponente, decorado con columnas y relieves. Es posible subir a una terraza de observación pagando 60G. Por supuesto yo no perdí la oportunidad y encaré sus más de 170 escalones, contemplando unas vistas geniales, con la catedral y el refectorio; los edificios del Lavra Inferior; la estatua de Rodina Mat; y el río Dnieper de fondo. Mejor luz para la fotografía por la tarde.
4. Museo de los Tesoros Históricos: compuesto por varias salas donde se exponen un montón de joyas de diferentes épocas. Mi sección preferida fue la dedicada a los Escitas, unas tribus nómadas que habitaron las estepas de Ucrania entre los siglos VII y III AC. En el museo pude ver todo tipo de objetos de oro y plata: placas para la ropa, pendientes, un espectacular collar de oro, un casco, adornos para caballos… Se trata del contenido de diferentes túmulos funerarios descubiertos en el sur de Ucrania. En cuanto al resto del Museo también me gustó la exposición de arte religioso, con elaborados cálices, crucifijos y cubiertas de libros con relieves. Hay paneles con explicaciones en inglés.
La entrada al museo cuesta 75G adicionales y si te gusta la arqueología merece la pena. El horario es de 10h a 18h (lunes cerrado). Yo recorrí el lugar completamente solo, observado en cada sala por una anciana sentada en una silla. En el Lavra Superior hay otros dos museos de pago: uno de Microminiaturas; y otro Etnológico. Pero cierran los martes (justo el día de la semana que fui al monasterio).
Lavra Inferior: pertenece a la Iglesia Ortodoxa Ucraniana y es donde se ubican el Monasterio y la residencia del Metropolitano (la máxima autoridad eclesiástica).
5. Cuevas: son las catacumbas excavadas por los monjes en los inicios del monasterio. Se dividen en dos grupos: las Cuevas Lejanas (donde estaba la de San Antonio) y las Cercanas (creadas posteriormente). Yo visité ambos conjuntos y apenas aprecié diferencias. Localicé la puerta de acceso dentro de una iglesia, bajé un montón de escaleras, y aparecí en medio de un laberinto de túneles estrechos. La fotografía está prohibida pero es que ni se me hubiera ocurrido, porque la oscuridad es casi total. Por suerte abundan los lugareños, que antes de bajar compran velas con un doble objetivo: iluminar el camino y ofrecerlas a algún santo.
En las cuevas hay pequeñas iglesias subterráneas realmente atmosféricas. Pero lo más destacado son los nichos de las paredes, donde se ubican más de 120 ataúdes de cristal con los restos momificados de los monjes, que se conservan gracias al microclima del lugar. Están tapados con telas, aunque de vez en cuando asoma una mano o un pie. Hay zonas reservadas a la oración (señalizadas con un letrero) donde preferí no acercarme por respeto. Fue una gran experiencia.
El recinto del Lavra Inferior tiene numerosos edificios religiosos y miradores que permiten vistas geniales del río Dnieper y el Lavra Superior. De vez en cuando pasé junto a monjes vestidos con sotana negra, luciendo barba y pelo muy largo. En total me tiré alrededor de 5 horas visitando Pechersk Lavra.
ARTE SOVIETICO
Tras tantos años formando parte de la URSS, en Kiev se pueden encontrar espectaculares ejemplos de arte soviético. Desde edificios de arquitectura brutalista a elaborados relieves o esculturas curiosas. A parte de los que comento en otros apartados, como el Memorial de Babyn Yar o Rodina Mat, estos son los más destacados:
1. Institute of Scientific, Technical & Economic Information: construido en 1971, destaca por una sala anexa con forma de platillo volante que era utilizada para celebrar conferencias y proyecciones. Se eleva a 10m de altura sobre la calle y su diseño está inspirado en la carrera especial que enfrentó a la URSS y Estados Unidos por llegar primero a la Luna. La imagen es increíble. En la actualidad la sala se encuentra abandonada, a pesar de que las autoridades valoran desde hace tiempo ubicar allí un Museo de la Ciencia.
Durante mi visita el edificio estaba rodeado por una valla metálica y parecía imposible acercarse. Pero encontré una puerta, probé suerte y conseguí acceder al recinto. Al poco apareció un vigilante de seguridad que me dijo que no podía entrar en el ovni, aunque al menos me permitió ver los paneles con relieves que adornan la fachada. Aun gracias que no me echó a las primeras de cambio, porque se trata de un edificio del gobierno. Para llegar utilicé el Metro hasta la parada de Lybidska y caminé unos metros.
2. Crematorium: una construcción impresionante situada en el Memory Park, dentro del Cementerio Baikov. Cuando en 1985 los gobernantes de la ciudad se vieron en la necesidad de construir un crematorio de cadáveres tuvieron que andarse con pies de plomo, ya que no quedaban tan lejanos en el tiempo los horrores del Nazismo. El resultado fue este edificio de cemento blanco cuyas formas suaves evitan pensar en su función principal. Yo llegué tras caminar algo más de 2km desde la parada de Lybidska. El Cementerio está rodeado de un muro de ladrillo rojo, con un par de puertas monumentales, pero pasé de largo.
Aunque había visto alguna foto, cuando aparecí delante del crematorio me quedé sin palabras. Es una locura de formas, a veces simétricas, otras arbitrarias. Tiene dos entradas enormes y al asomarme vi dos capillas con velas y coronas de flores. Eso sí, la situación no podía ser más tétrica: estaba completamente solo, bajo un cielo gris, rodeado de tumbas, con el sonido de los cuervos y una chimenea a escasos metros de la que salía humo negro… Además al llegar me tocó esperar a que se marchara un grupo de lugareños que se habían acercado a despedir a algún ser querido. Cerca del crematorio está el Wall of Remembrance, una pared que en el pasado estaba cubierta de relieves, pero las autoridades decidieron taparlos y hoy día tan solo se puede ver un rostro humano que asoma entre el cemento.
Yo al principio hice fotos de forma furtiva, pero se trata de un lugar público y en teoría está permitido (siempre y cuando no se esté celebrando un funeral). De hecho antes de abandonar el cementerio aparecieron unos chavales equipados con trípodes y pantallas para una sesión semi profesional.
3. Taras Shevchenko National University: es la universidad más prestigiosa de Kiev. Fue fundada en 1834 y cuenta con diferentes campus esparcidos por toda la ciudad. El que me interesaba está situado cerca de la parada de Metro de Vystavkovyi Tsentr. Tiene 3 edificios idénticos construidos en los años 80 que albergan las Facultades de Radiofísica, Informática y Sociología. Y sus fachadas están totalmente cubiertas de relieves con escenas de temática soviética. Me encantaron. Se puede acceder a la zona sin problema, aunque mi cámara de fotos atrajo más de una mirada curiosa. Mientras deambulaba por allí pasó una formación de chavales en uniforme militar (imagino que compaginaban el ejército con los estudios).
4. Expocenter: un parque de grandes dimensiones creado en 1958, con una serie de pabellones destinados a mostrar al pueblo los logros alcanzados por la República Socialista de Ucrania. La entrada es gratuita y merece mucho la pena. Yo me centré en la zona principal, donde se encuentran los edificios más importantes, pero es posible explorar el recinto durante horas, descubriendo sorpresas en cada rincón. Uno de los pabellones está rematado por una estrella soviética de color dorado; otro por la escultura de una mujer levantando un haz de trigo (quedaba genial reflejada en las aguas de un estanque); y un tercero luce una fachada con vidrieras de colores y estatuas. Además, por todas partes hay conjuntos de columnas, paneles con relieves, y muchos símbolos de la hoz y el martillo. Un lugar imprescindible si te gusta la arquitectura soviética.
Durante mi visita la mayoría de edificios estaban cerrados, aunque tampoco me hubiera dado tiempo a verlos porque ya se hacía de noche. Expocenter se encuentra a escasos metros de la parada Vystavkovyi Tsentr.
5. Pioneers Palace: en la antigua Unión Soviética todos los alumnos de entre 9 y 14 años eran automáticamente miembros de la Pioneers Organization, y cada ciudad tenía un “Palacio” donde se organizaban de forma gratuita conciertos, charlas, exposiciones, cursos… El de Kiev data de 1965 y destaca por sus coloridos mosaicos de estilo modernista. Los más evidentes se pueden ver frente a la entrada del edificio, en el fondo de un estanque sin agua, donde aparecen figuras de grandes dimensiones: un caballo, una langosta, el sol, un guerrero, estrellas, círculos, ondas… Dentro del Pioneers Palace hay más mosaicos y crucé la puerta con ganas de encontrarlos, pero al cabo de unos minutos un guarda de seguridad me descubrió y me invitó a marcharme.
Para llegar utilicé el Metro hasta la parada de Arsenal y caminé unos minutos en dirección a Pechersk Lavra.
6. Salute Hotel: construido en el año 1984 por el mismo arquitecto autor del Crematorio, tiene forma cilíndrica y se aguanta sobre el borde de un edificio cuadrado, creando un efecto espectacular. Durante mi visita a Kiev una habitación doble costaba 1.600G (menos de 50€). No me pareció un precio descabellado teniendo en cuenta que ofrece una panorámica inmejorable y piscina. El Salute Hotel está a escasos metros del Pioneers Palace.
7. Friendship of Nations Monument: se trata de un gigantesco arco de titanio ensamblado en 1982 para conmemorar el 60º aniversario de la creación de la Unión Soviética (y de paso el 1500º aniversario de la fundación de Kiev). Bajo el arco hay una estatua de bronce donde aparecen dos trabajadores sonrientes, uno ruso y otro ucraniano; y a escasos metros un conjunto de esculturas con diferentes personajes. Aunque con el conflicto armado del Donbas todavía en curso el gobierno local ha estado varias veces a punto de desmantelar el monumento, y su situación actual pende de un hilo. Se encuentra al final de la avenida Khreshchatyk, cerca de la Plaza Europea.
Junto al arco hay una plataforma de observación y un puente peatonal que permiten contemplar unas vistas magníficas de los alrededores, con el río Dnieper, la Isla Trukhaniv, Volodymyr Hill y el barrio de Podol. Es un lugar muy popular entre las familias de Kiev y me quedé un buen rato haciendo fotos (a pesar del frío). En cambio no me gustó nada ver parejas de chavales que ofrecían a la gente monos y un águila para hacerse fotos. Uno se me acercó y le fulminé con la mirada…
PARQUES
En Kiev hay un montón de espacios verdes y varios de ellos forman una cadena entre el casco urbano y el río Dnieper. Estos son mis 3 favoritos:
1. Parque Mariinskyi: tiene un par de estatuas interesantes, y recibe su nombre por el espectacular Palacio Mariinskyi, situado a escasa distancia. Se trata de un edificio de estilo barroco construido en 1752 como residencia de la familia real rusa. En la actualidad se utiliza para las recepciones oficiales del Presidente. Justo al lado se encuentra el Parlamento. Y continuando hacia el noroeste hay un curioso Teatro de verano de estilo soviético; y el Estadio de fútbol del Dínamo de Kiev, que al estar a menor altura permite que desde el parque se pueda ver sin problema lo que ocurre en el campo.
2. Volodymyr Hill: este parque fue creado a mediados del siglo XIX y se llama así por la estatua del príncipe del Kievan Rus Volodymyr el Grande, visible desde la distancia. Se compone de diferentes terrazas con pérgolas metálicas desde las que se pueden contemplar unas panorámicas geniales. Y está conectado con el barrio de Podil por un funicular.
En la parte superior de la colina se encuentra el Monasterio de San Miguel de las Cúpulas Doradas. El edificio original data de principios del siglo XII, construido por encargo del príncipe Sviatopolk II. Aquí fueron enterrados los miembros de la familia real y con el tiempo se convirtió en uno de los monasterios más ricos y famosos de toda Ucrania, atrayendo a miles de peregrinos. Pero en 1937 los rusos no dudaron en dinamitarlo para construir en su lugar edificios administrativos, como el que ahora alberga el Ministerio de Asuntos Exteriores. Por suerte la mayoría de mosaicos bizantinos pudieron ser salvados, y unos cuantos están expuestos en el primer piso de la Catedral de Santa Sofia.
El monasterio que se puede ver en la actualidad fue reconstruido por completo en el año 2001. Yo me pasé a echar un vistazo y el edificio es imponente, pero claro, está a años luz de Santa Sofia.
3. Parque Vichnoy Slavy: traducido como Eternal Glory Park, está situado junto al río Dnieper, a escasa distancia de Pechersk Lavra, y cuenta con varios miradores (aunque durante mi visita había grúas trabajando en la construcción de un edificio y era imposible hacer fotos decentes). La gran estrella de este parque es el Holodomor Victims Memorial, inaugurado en 2008 y dedicado a uno de los pasajes más oscuros de la historia de Ucrania.
Durante 1928 Stalin decidió poner en marcha en la Unión Soviética la colectivización de la agricultura. Esto implicaba que los campesinos debían entregar todas sus tierras, ganado y maquinaria; y comenzar a trabajar como simples asalariados en enormes granjas colectivas administradas por el estado. En Ucrania, un país con una larga tradición agrícola, la gente se resistió a estos cambios. Y cuando en 1932 las cosechas cayeron en picado (en buena parte por el fracaso del nuevo sistema), Stalin decidió castigarles de una forma cruel: confiscó toda su comida; les impidió salir de las zonas más afectadas para buscarse la vida; castigó la desobediencia con largas penas de prisión, muerte o deportación a Siberia; y rechazó cualquier tipo de ayuda internacional.
El resultado fue tremendo. La gente comenzó a morir de hambre y las calles se llenaron de cadáveres que había que enterrar en fosas comunes. Mientras, los supervivientes hicieron lo que pudieron, hasta el punto de llegar al canibalismo. Y Stalin fue reponiendo las bajas con inmigrantes llegados de Rusia, para de paso aplacar el orgullo nacionalista de los ucranianos. La cifra de víctimas no está nada clara, pero se habla de 7 millones solo en Ucrania (10 millones en toda la Unión Soviética). Una auténtica locura…
Hoy día continúa el debate sobre si este desastre fue un genocidio premeditado (Holodomor) o una hambruna por causas naturales. En el año 2003 el Parlamento de Ucrania calificó oficialmente los hechos como genocidio, y a día de hoy 15 países más comparten esta postura (por supuesto entre ellos no está Rusia).
En el recinto del Holodomor Victims Memorial hay un monumento de 30m de altura con forma de vela; la estatua de una niña de mirada triste sosteniendo un puñado de trigo; y el Hall of Memory, una sala subterránea donde se exponen diferentes objetos pertenecientes a los campesinos de la época, y se proyectan documentales con imágenes que ponen los pelos de punta (campesinos moribundos, fosas comunes…). Muy interesante. Solo se paga por entrar en el Hall of Memory (30G).
MUSEO NACIONAL DE ARTE KHANENKO
*Horario: 10.30h – 17.30h (lunes y martes cerrado)
*Precio: 60G (arte occidental)
*Fotografía: ok
Esta mansión construida en 1887 alberga la antigua colección privada de Bohdan Khanenko, un millonario y filántropo que a finales del siglo XIX se dedicó a comprar obras de arte en diferentes subastas por todo el territorio europeo. Tras su muerte en 1917 su mujer las donó a la ciudad de Kiev, y el gobierno local inauguró el Museo. Más tarde se adquirió la mansión anexa, donde se exhibe la colección de arte oriental.
Yo solo visité la colección de arte occidental, pero si no lo especificas en la taquilla te venderán un billete que también incluye la oriental y una exposición temporal (y cuesta 170G). A continuación dejé mi mochila y el abrigo en una consigna, y comencé el recorrido.
La colección se encuentra en el primer piso de la mansión y me encantó la escalera de acceso, decorada con cuadros y esculturas. En las diferentes salas destacan las pinturas, algunas de ellas obra de famosos artistas como Velazquez, Rubens o Pieter Brueghel II. Principalmente se trata de paisajes, retratos e imágenes de temática religiosa. También hay piezas de cerámica adornadas con escenas mitológicas; iconos bizantinos; muebles de madera tallada; esculturas de gran realismo; tapices… Además la propia mansión ya justifica el precio de la entrada, con techos cubiertos de frescos, chimeneas con azulejos, espejos… Y cuando ya me marchaba una abuela me condujo a una sala de la planta baja que está llena de antigüedades, como esculturas egipcias, estatuillas griegas y romanas, vasijas pintadas… No te la pierdas.
En total pasé una hora bastante entretenido. La verdad es que me encontré con muchos más visitantes de los que esperaba (quizás por ser fin de semana), incluido un grupo de militares en uniforme. Pero lo único que me molestó de verdad fue la ausencia de carteles con información en inglés (la única opción disponible es alquilar una audio-guía).
Kiev cuenta con otros museos de arte no muy lejos del Khanenko. En la misma calle está el Museo Nacional de Arte Ruso; y en otra zona el Museo Nacional de Arte, dedicado a pintores ucranianos. Como los nombres son casi idénticos es muy fácil confundirlos (yo estuve a punto de entrar en uno distinto). Conviene asegurarse antes de pagar la entrada.
BABYN YAR
*Horario: 24h
*Precio: gratis
*Fotografía: ok
Tras la Batalla de Kiev el ejército Nazi ocupó la ciudad el 19 de septiembre de 1941. Pero las tropas rusas habían llenado de bombas los edificios, y al hacerlas explotar destruyeron casi por completo el centro de Kiev. Esto sirvió a los alemanes como excusa para una de sus peores masacres. Convocaron a la población judía a primera hora del día 29 con todas sus pertenencias, les montaron en camiones, y en vez de reubicarles en otra zona (como ellos pensaban) acabaron en el barranco de Babyn Yar asesinados de un tiro en la nuca.
Más de 33mil judíos perdieron la vida en apenas 2 días, y los relatos de algunos testigos hablan de una crueldad espeluznante. De camino tenían que dejar sus cosas en diferentes pilas temáticas hasta acabar completamente desnudos; en el barranco eran obligados a tumbarse boca abajo sobre los cadáveres de sus vecinos; y muchos fueron enterrados vivos.
Pero la cosa no acabó aquí. A escasa distancia se creó el campo de concentración de Syrets, y los crímenes continuaron hasta que los rusos liberaron Kiev en noviembre de 1943. Se calcula que al menos 100mil personas fallecieron en Babyn Yar, principalmente judíos, pero también gitanos, rusos, miembros de la resistencia… Incluso los pacientes de un hospital psiquiátrico cercano y 3 jugadores del Dínamo de Kiev. En la actualidad se puede visitar Babyn Yar, donde hay un parque con diferentes memoriales, justo al lado de la parada de Metro de Dorohozhychi.
Estos son los memoriales más destacados:
1. Monumento a los Ciudadanos Soviéticos: inaugurado en 1976, es el más espectacular, con un conjunto de enormes estatuas situadas al borde del barranco, que representa a varias víctimas retorciéndose. Aunque a los judíos este memorial no les hizo mucha gracia porque es demasiado generalista y no está situado en el lugar exacto de la matanza.
2. Monumento a los Judíos: una escultura con forma de Menorah (la típica lámpara de siete brazos judía) que data de 1991. En el lugar hay altavoces que emiten música triste.
3. Monumento a los Gitanos: una carreta de metal realizada en el año 2016.
4. Monumento a los Niños: está al inicio de un paseo arbolado y es realmente tétrico. Se compone de dos estatuas donde aparecen un niño y una niña con sus brazos extendidos (al niño le cuelga la cabeza), y al lado un peluche cabizbajo.
En el parque hay varios paneles en inglés con mucha información y fotos de la época. Impresiona ver el aspecto de Babyn Yar en 1941, un pedregal cubierto de ropa esparcida y montones de tierra.
MEZHYHIRYA RESIDENCE
*Horario: 8h – noche (22h en verano, 17h en invierno)
*Precio: 150G (acceso al recinto) (los martes solo 70G)
*Fotografía: ok
Viktor Yanukovych es probablemente la figura más polémica de la historia reciente de Ucrania. Este político ganó las elecciones presidenciales del año 2004, aunque rodeado de acusaciones de fraude. Al final los ucranianos acabaron invadiendo las calles en la conocida como Revolución Naranja y consiguieron que se repitiera la votación, que esta vez perdió Yanukovych. Lo normal sería pensar que a raíz de este incidente el hombre se retiró de la política, pero nada más lejos. En el 2010 se presentó otra vez a las elecciones y consiguió derrotar a Yulia Tymoshenko, la antigua abanderada de la Revolución Naranja (¡?). Aunque solo 4 años más tarde sus decisiones fueron el detonante del sangriento Euromaidan, que culminó con su huida del país. La política es inexplicable…
Entre los años 2002 y 2014 Yanukovych vivió en Mezhyhirya, un terreno situado al norte de Kiev, a orillas del río Dnieper, donde en el pasado había un monasterio. Inicialmente la zona era propiedad del estado, aunque al cabo de unos años Yanukovych dijo que la había adquirido, sin especificar los detalles de la operación. Y llevó a cabo una serie de obras faraónicas (financiadas con dinero público), equipando Mezhyhirya con una lujosa mansión (conocida popularmente como Honka), un zoo, pistas de tenis, un criadero de perros de raza, establos, un campo de golf… Incluso se hizo construir una réplica de un galeón español, que todavía descansa amarrado en el río. Tras su exilio forzoso el gobierno recuperó la propiedad del lugar y lo convirtió en un museo.
Desgraciadamente no pude visitar Mezhyhirya. El día elegido el cielo estaba muy nublado, con previsión de lluvia y un frío tremendo. Además en plena crisis del coronavirus no tenía nada claro que fuera posible acceder al interior de la mansión (lo que más me interesaba). Y llegar en transporte público es laborioso: hay que viajar en Metro hasta la estación de Heroyiv Dnipra, y allí coger un autobús para recorrer los últimos 15km. Así que tuve que dejar esta visita para otra ocasión.
COMIDA EN KIEV
En Kiev las opciones para comer son ilimitadas, desde sencillos locales de kebab hasta lujosos restaurantes. Como durante mi estancia en la ciudad se hacía de noche a las 16h, esa era la hora de comer y, salvo alguna excepción, siempre elegí el mismo lugar:
Puzata Khata
Se trata de una cadena de cafés estilo buffet (stolovayas) fundada en Kiev en el año 2003, aunque hoy día también se encuentra en las principales ciudades del país. En el centro hay una docena de locales, con lo cual siempre tenía uno relativamente cerca. Puzata Khata me encantó por 3 motivos: comida típica ucraniana, platos a la vista y precios económicos. Entre mis elecciones habituales estaban el Pollo a la Kiev con puré de patatas, el Borsch, o los Varenyky (de carne o patata). Y de postre solía caer algún Syrniki (pequeños pasteles de queso) o Nalysniki (crepes rellenos) de cereza. El precio siempre estaba entre 110-150G (en función del hambre que tuviera). Y si la compra superaba los 130G me hacían 25G de descuento. Insuperable…
Para la cena optaba por cosas sencillas, como un sandwich en un supermercado; un kebab; o galletas con un yogurt.
CONCLUSION
Kiev es una de las ciudades más bonitas de Europa del Este y me recordó mucho a mi querida Tbilisi, ya que ofrece un magnífico equilibrio. Con zonas de edificios históricos donde predomina la arquitectura de estilo barroco; pero al mismo tiempo conservando numerosos ejemplos de arte soviético, entre los que destacan construcciones tan sorprendentes como el Crematorium o el platillo volante del Institute of Scientific, Technical & Economic Information. Varios de ellos se encuentran seriamente amenazados por la reciente ley que prohibe los símbolos comunistas, así que si estás interesado en verlos no pospongas demasiado tu visita a Kiev.
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