Visitando la capital de Riyadh, con un antiguo palacio de adobe, un edificio futurista que ofrece panorámicas increíbles y un mercado de antigüedades
Riyadh es la capital de Arabia Saudí y con sus 8 millones de habitantes también es la ciudad más grande del reino. En el pasado era conocida como Hajr y fue fundada por la tribu Banu Hanifa para gobernar la región de Al Yamamah. Mucho más tarde, en el año 1824, Turki Bin Abdullah (líder de la Dinastía Saud) consiguió expulsar a las tropas egipcias y convirtió Riyadh en la capital del Emirato de Nejd, germen del actual reino saudí. Todavía en los años 60 la ciudad apenas contaba con 150mil habitantes. Pero un agresivo programa urbanístico la transformó en una urbe gigantesca, donde alrededor de un 40% de la población es extranjera (principalmente de origen indio y paquistaní).
Actualmente Riyadh es una ciudad moderna, atravesada por enormes avenidas llenas de tráfico que hacen casi imposible caminar por ella. Y tiene un clima desértico, con largos veranos donde los termómetros superan ampliamente los 40 grados, y tormentas de arena ocasionales. Aunque como es muy probable que Riyadh sea tu puerta de entrada al país, estas son las 5 atracciones turísticas que recomiendo:
MASMAK FORT
*Horario: 8h – 21h (excepto los viernes, que es de 16h a 20h; y los sábados, que es de 9h a 20h)
*Precio: gratis
*Fotografía: ok
Se trata de un fuerte construido durante el siglo XIX que fue el escenario de un episodio clave en la historia de Arabia Saudí. En el año 1890 la Dinastía Rasheed, al mando del Emirato de Hail, consiguió derrotar a la Dinastía Saud con el apoyo militar del Imperio Otomano, y controlaba buena parte de la península. Así que los saudíes acabaron en el exilio, deambulando por diferentes países del Golfo, hasta llegar a Kuwait. El Sheikh de Kuwait estaba enfrentado a la Dinastía Rasheed, y aceptó proporcionar armas a los saudíes, liderados por el carismático Abdul Aziz Ibn Saud. Gracias a esta ayuda en 1902 irrumpieron en Riyadh y asaltaron con éxito Masmak Fort, retomando el control de la ciudad.
Esta victoria fue la primera de una larga campaña militar que finalizó en el año 1932 con la creación del Reino de Arabia Saudí, tras la unificación de las diferentes regiones que hasta el momento eran independientes. Y Masmak Fort se convirtió en un símbolo para los saudíes. Por cierto, me imagino la cara del pobre Sheikh cuando en 1920 las tropas de Ibn Saud invadieron Kuwait. Si no llega a ser por los ingleses Kuwait acaba anexionado al nuevo reino, y aun así perdió más de la mitad de su territorio. Así se las gastaban los saudíes…
Masmak Fort tiene forma rectangular y está hecho de adobe, con cuatro torres en sus extremos y una quinta de vigilancia situada en la parte central. Fue la residencia de la familia real saudí hasta el año 1938, cuando se trasladaron al Palacio de Murabba. En la actualidad alberga un museo que permite recorrer las diferentes salas y patios que componen el fuerte. Durante mi visita pude ver armas, joyas, vestidos, fotografías antiguas de Riyadh… Todo acompañado de un montón de paneles con explicaciones en inglés (en muchos casos loando de forma exagerada la figura de Ibn Saud). Masmak Fort está perfectamente restaurado, con columnas pintadas de blanco, y puertas y ventanas de madera decorada. Me encantó pasear por el recinto completamente solo, examinando cada detalle.
El fuerte se encuentra en una plaza que permite buenas fotos panorámicas, con palmeras y una enorme bandera de Arabia Saudí. Aquí me encontré varios grupos de turistas occidentales por primera vez durante mi viaje. Llegué caminando desde mi hotel, un trayecto muy entretenido que pasa junto a un extenso mercado con una actividad frenética.
IMAM TURKI BIN ABDULLAH GRAND MOSQUE
Es una de las mezquitas más grandes de Arabia Saudí, con capacidad para 17mil personas. Fue construida en el año 1993 y su nombre hace referencia al fundador del Emirato de Nejd, que gobernó de 1823 hasta su muerte en 1834. El acceso a la zona de la mezquita está vigilado por agentes de policía, ya que justo enfrente se encuentra el Palacio Qasr Al Hukm, sede del gobierno del país. Al no ser musulmán pensé que no me dejarían entrar, pero decidí probar suerte, pregunté a un agente y este me dio permiso. Eso sí, antes inspeccionó mi mochila y me hizo pasar por un detector de metales.
La mezquita es muy moderna, aunque sus dimensiones impresionan. El patio interior está rodeado de columnas y permite buenas vistas de los dos minaretes del templo. La puerta de acceso a la sala estaba cerrada, pero eché un vistazo al interior a través de los cristales. Cuando salí de la mezquita pensé que podría visitar otros lugares, y de repente me vi en medio de una plaza rodeado de policías y vehículos oficiales. Así que rápidamente regresé al punto por el que accedí, donde el agente me estaba haciendo gestos con las manos. Menos mal que entendió que solo era un turista despistado…
Junto a Imam Turki Bin Abdullah Grand Mosque se encuentra la Plaza Deerah, también conocida como Al Safa. En el pasado aquí se ubicaba el principal mercado de Riyadh. Actualmente en esta plaza tienen lugar las celebraciones más importantes de la ciudad, incluidas las ejecuciones populares. Porque en Arabia Saudí existe la pena de muerte, y cada año son condenadas decenas de personas, que en su mayoría acaban decapitadas ante la multitud, tal y como manda la Ley Islámica (como si fuera la Edad Media). Una situación que ha provocado numerosas críticas por parte de la comunidad internacional. Entre los delitos que comportan pena de muerte están el terrorismo, aunque en esta categoría muchas veces se incluye a opositores que suponen una amenaza para el régimen.
La Plaza Deerah es de grandes dimensiones. Está rodeada de palmeras y cafeterías, y en el punto donde se ejecuta a los presos hay unas fuentes que se activan en determinados momentos del día. Cuando acabé de hacer fotos decidí comer algo, así que me senté en la terraza de una cafetería y pedí un menú que consistía en un shawarma de pollo, patatas fritas y una Pepsi (todo por solo 13R). Acabé encantado. Teniendo en cuenta la ubicación pensé que los precios serían prohibitivos. Para rematar me tomé un té a la menta (3R) y así evité la parte central del día, durante la que todos los comercios cierran.
SOUQ AL THUMAIRI
Un mercado tradicional donde es posible encontrar una gran variedad de productos típicos de Arabia Saudí. Está a escasa distancia de Imam Turki Bin Abdullah Grand Mosque, así que yo llegué caminando. Souq Al Thumairi ocupa un recinto cubierto donde se ubican las diferentes tiendas, y es recomendable visitarlo a partir de las 16h, cuando hay mayor actividad. Aunque no tenía pensado comprar, me encantó deambular sin rumbo explorando los diferentes comercios. Los vendedores no son nada pesados y la fotografía está permitida (menos mal, porque las oportunidades son infinitas).
Entre los productos que más llaman la atención están las teteras tradicionales (Dallah), algunas metálicas y otras de cerámica pintada de vivos colores; quemadores de incienso (Mabkhara); madera de Oud (también llamada Agar), que se utiliza en ocasiones especiales para ambientar la sala de invitados; dátiles; rifles; cojines; sandalias de cuero; alfombras de diferentes tamaños… También vi varias perfumerías, donde se elaboran todo tipo de aceites y esencias en frascos realmente vistosos. Y tiendas de ropa con las prendas que visten habitualmente los saudíes: Abayas (piezas de tela negra que utilizan las mujeres), lujosos vestidos de novia, Ghutrah (pañuelos de hombre para la cabeza)… En el lado negativo están los animales disecados. A los saudíes les encantan, y vi gacelas, monos y hasta un tigre.
En Souq Al Thumairi también hay montones de antigüedades a la venta: puertas de madera tallada, joyas, viejos transistores, monedas… Junto al recinto cubierto hay un patio donde tienen lugar subastas diarias. En ellas grupos de saudíes se sientan a tomar té y pasar la tarde, mientras un empleado va mostrando los diferentes objetos. El ambiente es realmente animado, y me tiré un buen rato contemplando lo que ocurría. Además en los alrededores hay numerosos puestos con su mercancía esparcida en el suelo. Aquí me crucé con algún pequeño grupo de turistas, pero eran la excepción.
En las calles anexas al mercado hay varios edificios históricos, aunque la mayoría se encuentran en ruinas, y encima durante mi visita la zona estaba en obras por la construcción del Metro de Riyadh. Lo único destacable es Al Thumairi Gate, una de las antiguas puertas de entrada a la ciudad, con una torre de adobe muy fotogénica.
MUSEO NACIONAL DE ARABIA SAUDI
*Horario: 12h – 20h (excepto los viernes, que es de 16h a 20h; y los sábados, que es de 8h a 20h)
*Precio: 10R
*Fotografía: ok
Es el Museo más importante del país y está ubicado en un edificio gigantesco. Mi hotel se encontraba a menos de 1km de distancia así que llegué caminando. En la recepción me atendió un empleado bastante seco que me vendió la entrada; dejé la mochila en una taquilla; y comencé la visita. El Museo Nacional cuenta con 7 secciones divididas en dos plantas, que repasan toda la historia de Arabia Saudí, desde la era de los dinosaurios hasta la unificación del reino, con paneles llenos de explicaciones en inglés. Son las siguientes:
1. Man and Universe: la exposición incluye un meteorito, diferentes tipos de rocas, el esqueleto de un enorme mastodonte y herramientas utilizadas por los primeros homínidos.
2. Arab Kingdoms: en mi opinión es la sección más espectacular. Aquí se pueden ver objetos procedentes de las principales civilizaciones que poblaron la península arábica, como Dilmun, Midian, Dedan, o el Reino Nabateo. Entre los más destacados hay estelas de piedra cubiertas de inscripciones talmúdicas, esculturas, relieves, joyas… Además hay varias reproducciones de monumentos, como tumbas de Madain Saleh y Dedan, o la muralla de Tayma.
3. Pre Islamic Era: trata sobre las ciudades más importantes anteriores a la llegada del Islam, como Najran, Khayber o Dawmat al Jandal. Predominan los objetos de cerámica, que a mí personalmente no me impresionan mucho.
4. Islam and the Arabian Peninsula: incluye obras de arte pertenecientes a los diferentes califatos que formaron el Imperio Islámico (principalmente el Omeya, Abbasí y Otomano), como puertas de madera tallada, libros lujosamente decorados, tejidos…
5. First and Second Saudi State: se cuenta la historia de los Emiratos de Diriyah y Nejd, al mando de los cuales estaba la Dinastía Saudí. Aquí hay sobre todo paneles y mapas, con alguna exposición de armas antiguas.
6. Unification of the Kingdom: incluye reproducciones de edificios típicos de las diferentes regiones del Reino Saudí, además de numerosos objetos representativos (ropa, armas, utensilios…).
7. Hajj and the Two Holy Mosques: contiene fotografías de la peregrinación que cada año atrae a millones de fieles, y dos maquetas de las mezquitas sagradas de Medina y la Meca.
En total estuve dos horas y media paseando por el recinto y no me crucé con nadie. El Museo Nacional se encuentra en una zona llamada King Abdul Aziz Historical Center. A escasos metros está el Palacio de Murabba, donde se trasladó la familia real saudí en 1938. El edificio es imponente, con muros de adobe de color naranja, aunque para mi gusto está excesivamente restaurado. Es posible visitar el interior, pero tras el museo tenía la cabeza a punto de explotar, así que lo dejé correr. La zona está rodeada de frondosos jardines con flores que olían genial y numerosos gatos. Yo a esas alturas necesitaba comer algo, así que compré en una panadería unos panecillos rellenos de queso y pepino (5R); y me senté en un banco mientras se escuchaba de fondo la llamada a la oración.
KINGDOM CENTRE
*Horario: 12h – 23h (excepto los viernes, que es de 16h a 23h)
*Precio: 63R
*Fotografía: ok
Kingdom Centre es un rascacielos de 99 pisos y 302m de altura construido en el año 2002. Cuando se inauguró era el edificio más alto de Arabia Saudí, aunque desde entonces varios le han superado y ahora es el quinto (el techo del país lo forman las Abraj Al Bait Towers de la Meca, con más de 600m). Kingdom Centre está situado junto a King Fahd Road, una de las principales arterias de Riyadh, y por su forma es conocido popularmente como el “abridor”. La gracia es que se puede visitar el puente que corona el edificio, llamado Skybridge, que ofrece una panorámica única de la capital.
Yo visité Kingdom Centre tras recorrer el National Museum y como me encontraba a 9km de distancia fue la única atracción de Riyadh a la que no llegué caminando. En su lugar llamé a un taxi utilizando la app de Uber, que una vez más funcionó de forma impecable. Al cabo de 2 minutos ya tenía el vehículo en el lugar indicado, con un conductor muy amable; y me dejó junto al rascacielos por un precio razonable (19R). Antes de entrar estuve paseando por los alrededores para hacer alguna foto del edificio desde lejos (incluso me colé en el solar de una obra).
En el Kingdom Centre se ubican el Four Seasons Hotel, oficinas, apartamentos de lujo y un centro comercial de marcas exclusivas para familias adineradas. Yo accedí por la puerta del hotel y me recibieron dos empleados extra amables vestidos con uniforme de época. Tras pasar mi mochila por un escáner subí por unas escaleras al primer piso; compré mi billete para el Skybridge (que hundió mi presupuesto del día); y llegué al piso 99 utilizando dos ascensores, acompañado de un encargado.
Nada más salir del ascensor me encontré ante unas vistas impresionantes de Riyadh, con un mar de viviendas de color blanco y beige extendiéndose hasta el infinito, y avenidas llenas de vehículos en todas direcciones. Además a no mucha distancia destacan otros edificios modernos, como Faisaliyah Tower, con forma de punta de lanza y una esfera de cristal en la parte superior que contiene el restaurante The Globe; o Almajdoul Tower, de forma retorcida. Yo ya los había visto de cerca desde el autobús que me llevó de Hail hasta la Terminal, recorriendo King Fahd Road. La verdad es que me esperaba un montón de gente, pero durante las 2 horas que estuve tan solo aparecieron un puñado de familias y unos turistas ingleses. También había un par de chavales con una cámara que ofrecían fotos a cambio de 20R.
Cuando se hizo de noche Riyadh se llenó de luces, creando una imagen realmente fotogénica. Aunque no me gustaron dos cosas:
*El Kingdom Centre no está orientado hacia la puesta de sol, que queda oculta en un lateral del edificio donde no hay ventanas. El día que visité el Skybridge el cielo se encontraba cubierto de bruma y no hubiera sido muy espectacular, pero a nivel turístico es un gran fallo.
*Por la noche se encienden unas luces que iluminan el puente y crean molestos reflejos en los cristales. Eso sin contar que su limpieza era bastante mejorable (sobretodo teniendo en cuenta el precio de la entrada).
Una alternativa es subir a Faisaliyah Tower. El precio es similar, y The Globe ofrece unas vistas 360 grados que permiten contemplar la puesta de sol y el propio Kingdom Centre. Para regresar a mi hotel utilicé de nuevo los servicios de Uber, y un taxi me llevó por 25R tras enfrentarse a un atasco considerable.
ALOJAMIENTO EN RIYADH
Estuve 10 noches en Riyadh, alojado en el mismo hotel:
OYO 150 Al Hamra Palace Al Aswaq – 86R/Noche
*Puntos a favor: habitación espaciosa; lavabo privado con ducha de agua caliente; buena limpieza; ubicación céntrica, a un paseo de la mayoría de atracciones; tranquilidad total por la noche; nevera; aire acondicionado; encargado de la recepción muy amable; wifi rápido; precio.
*Puntos en contra: cama individual; mobiliario destartalado.
Una vez más reservé a través de Booking. El check in oficial es a las 16h, pero no tuve ningún problema en conseguir mi habitación antes de las 9h. Como anécdota, el hotel se encuentra situado en pleno barrio filipino (yo lo llamaba Little Manila), y todos los comercios están orientados a esta comunidad: restaurantes, agencias de viajes… Incluso los supermercados (entré en uno y no conocía casi ningún producto).
CONCLUSION
Reconozco que Riyadh es una ciudad gris y muy agresiva para el peatón, con un tráfico agobiante. Pero aun así es posible descubrir alguna atracción turística. En el post incluyo los 5 lugares de Riyadh que considero imprescindibles. Aunque como digo siempre, estas listas tienen un componente subjetivo importante y están abiertas a debate. Habrá a quien no le atraiga la idea de encerrarse en el Museo Nacional y prefiera explorar otros mercados que no incluyo en mi lista. Todo es cuestión de gustos.
Nota: mi idea era elaborar otro post con los 5 lugares recomendables en las afueras de Riyadh, como las ruinas de Diriyah; los acantilados conocidos como Edge of the World; o el desierto de Dunas Rojas. Pero la crisis del coronavirus me obligó a regresar a España sin poder visitarlos.
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